Viajar entre dos mundos

Y todavía admite esta densa obra una tercera lectura. No encuentro un término generalizado en español —tampoco en otras lenguas— para describir este nivel interpretativo. Quizá la palabra más adecuada sería llamar a esta novela joyceana, porque ofrece una imagen del mundo concentrada en un solo día o en un solo momento. Preferiría llamarla dantesca... Leer más La entrada Viajar entre dos mundos aparece primero en Zenda.

Mar 23, 2025 - 07:15
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Viajar entre dos mundos

Un criterio que no debe faltar en la aproximación a una obra actual es el de los niveles de lectura que exige. Muchas, las más elementales, solo ofrecen una única lectura, la convencional: el poema sentimental, la novela rosa, el ensayo de entretenimiento… Otras, las mejores, suelen ofrecer dos o más niveles y puede suceder que la crítica no repare en ellas o lo haga de forma tangencial. El gran tour es una de esas obras. Se trata de una novela que, en primera instancia, se lee como un libro de viajes. El argumento facilita esa lectura al proponer un viaje de ida y vuelta de dos jóvenes que están terminando sus estudios universitarios desde Albacete a Jaca, pasando por Cuenca, Aragón, Navarra y Soria. Ese viaje tiene lugar en el verano del año 1974 y somete el mundo mesetario y aragonés a una revisión histórica que permite una interpretación simbólica. Esa interpretación simbólica la apunta la contracubierta del libro al sugerir que el viaje es solo una máscara que encubre un Bildungsroman, lo que en castellano llamaríamos novela de educación. Y, en efecto, el viaje azaroso de dos jóvenes universitarios les muestra un mundo que no es el de los libros sino el de las vivencias de gentes muy diversas que cargan con experiencias o, tal vez, con iniciativas. Se trata de una inmersión en la vida a la que solo se puede acceder en movimiento.

"En este viaje aparecen personajes que ha conocido en diversos momentos de su vida o reflexiones sobre episodios históricos, concentrados en unas pocas semanas"

Y todavía admite esta densa obra una tercera lectura. No encuentro un término generalizado en español —tampoco en otras lenguas— para describir este nivel interpretativo. Quizá la palabra más adecuada sería llamar a esta novela joyceana, porque ofrece una imagen del mundo concentrada en un solo día o en un solo momento. Preferiría llamarla dantesca si no fuera porque semejante término evoca una significación en el lenguaje contemporáneo muy alejada de la que pretendo exponer. Me explicaré. El Dante de la Divina Comedia presenta un mismo plano temporal a personajes de distintas épocas y lugares. Se trata de presentar la historia y sus personajes en un único escenario. Esta categoría estética aparece también en otras artes. Pongo un ejemplo: Diego Ribera retrata toda la historia de México en su mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”. Ahí aparecen desde Moctezuma hasta el mismo autor, pasando por todos los protagonistas de la historia de México. Algo parecido hace Bravo Castillo. En este viaje aparecen personajes que ha conocido en diversos momentos de su vida o reflexiones sobre episodios históricos —sobre todo de la Guerra Civil—, concentrados en unas pocas semanas.

"Quizá resida ahí el atractivo, la singularidad de esta novela: la gran densidad simbólico-histórica que da al relato del viaje una trascendencia solo apreciable en las grandes obras literarias"

Los tres niveles de lectura ofrecen funcionalidades distintas. El viaje ofrece la perspectiva de la diversidad social. El ejemplo más claro es el del Quijote. En el camino don Quijote va encontrando todo tipo de personajes, desde los duques a humildes cabreros. Y eso sucede también en El gran tour. Desde personajes anónimos a celebridades, desde ilustres profesores a personas carente de cultura, desde farsantes a gentes de bien. Este desfile de personajes secundarios permite una cierta radiografía de la sociedad tardofranquista. Pero el viaje es, sobre todo, un símbolo moderno. Como símbolo ofrece una imagen del cambio de conciencia. Y eso es lo que presenta El gran tour, un salto en la esencial en la conciencia de los dos amigos viajeros. Ese salto esencial se produce porque se adentran en un mundo a la vez próximo y desconocido. Y, sobre todo, en un tiempo dual: el viejo tiempo del franquismo y el nuevo que empieza a despuntar. Ese es el aspecto esencial, el tiempo histórico entre dos épocas, que dispara el despertar de las conciencias. Es lo que hay de Bildungsroman en esta novela. Y, por último, esa concentración de encuentros en un solo momento temporal, encuentros que proceden de otros momentos, permite una gran densidad simbólica, una densidad histórica que presenta en vivo el choque entre las dos épocas. Ver el mundo en ese plano simultáneo permite ver lo que fue, lo que es y lo que será. Quizá resida ahí el atractivo, la singularidad de esta novela: la gran densidad simbólico-histórica que da al relato del viaje una trascendencia solo apreciable en las grandes obras literarias.

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Autor: Juan Bravo Castillo. Título: El gran tour: Andanzas por la vieja España. Editorial: Stendhaliana. Venta: Todos tus libros.

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