Notre Dame, víctima de trabajos de nunca acabar

Los trabajos de restauración definitiva de la catedral de Notre Dame de París , una de las matrices de la fundación religiosa y cultural de nuestra civilización, se han retrasado y deberán prolongarse más de un año después de su reapertura solemne el 8 de diciembre pasado, en presencia de Donald Trump y la ausencia del Papa Francisco. Dos meses después de la reapertura, a primeros del mes de febrero pasado, se descubrió que las torres de Notre Dame eran víctimas de una «patología invisible» , necesitada de un tratamiento especial. Esos trabajos deberán prolongarse hasta el verano o el otoño que viene. Se pensaba que la restauración del interior de la catedral estaba «prácticamente terminada». Dos meses después de la reapertura, ha estallado otro problema de cierta gravedad . La asociación Sitios & Monumentos acaba de presentar un recurso ante el Tribunal administrativo de París, denunciando el proyecto inconcluso de restauración de sus históricas vidrieras . Tras un largo proceso de concertación, que se prolongó durante los dos últimos años anteriores a la reapertura oficial, el presidente Emmanuel Macron y el arzobispo de París, Monseñor Laurent Ulrich, negociaron la instalación de vidrieras de nuevo cuño , «modernas», «contemporáneas», para sustituir a las vidrieras destruidas durante el incendio del 15/16 de abril del 2019. Se trataba de dar una «nota contemporánea» al más grande de los monumentos históricos, nacionales. Aspirando a realizar tal proyecto, el organismo que dirige los inconclusos trabajos de reconstrucción firmó un contrato con Claire Tabouret , artista, pintora francesa de 43 años, residente en Los Ángeles (California), elegida para construir las futuras vidrieras de Notre-Dame. La noticia cayó muy mal entre los partidarios de restaurar Notre-Dame respetando el modelo de las vidrieras originales, instaladas por Eugène Villet-le-Duc, a finales del siglo XIX. Presentando una querella ante el Tribunal administrativo de París, la asociación Sitios & Monumentos abre un proceso imprevisible e inquietante . El Tribunal se tomará su tiempo para dictar sentencia. No está claro si podrán presentar recursos, en cualquier caso… mientras tanto, la restauración de Notre Dame quedará falta de un «detalle» capital. Las nuevas vidrieras no podrán instalarlas hasta finales del 2026, dos años después de la gran reapertura solemne. Los 860.000 visitantes que han podido entrar en Notre Dame, desde su reapertura, han podido comprobar, por su parte, que la catedral sigue rodeada de muros metálicos con alambres de espinos y numerosas grúas de grandes dimensiones , para continuar trabajos de muy diversa índole, de la techumbre a toda la arquitectura de la fachada este de la catedral. Esos muros metálicos, alambres de espino y grúas de color rojo brillante no desaniman en absoluto a los millares y decenas de millares de turistas que a diario visitan los alrededores de Notre Dame. Entre las colas de visitantes , que deben esperar entre una y dos horas para entrar en la catedral, los turistas menos interesados por el interior se fotografían tan contentos ante los milenarios muros de piedra y las muy contemporáneas grúas de la más alta tecnología nacional.

Mar 24, 2025 - 18:15
 0
Notre Dame, víctima de trabajos de nunca acabar
Los trabajos de restauración definitiva de la catedral de Notre Dame de París , una de las matrices de la fundación religiosa y cultural de nuestra civilización, se han retrasado y deberán prolongarse más de un año después de su reapertura solemne el 8 de diciembre pasado, en presencia de Donald Trump y la ausencia del Papa Francisco. Dos meses después de la reapertura, a primeros del mes de febrero pasado, se descubrió que las torres de Notre Dame eran víctimas de una «patología invisible» , necesitada de un tratamiento especial. Esos trabajos deberán prolongarse hasta el verano o el otoño que viene. Se pensaba que la restauración del interior de la catedral estaba «prácticamente terminada». Dos meses después de la reapertura, ha estallado otro problema de cierta gravedad . La asociación Sitios & Monumentos acaba de presentar un recurso ante el Tribunal administrativo de París, denunciando el proyecto inconcluso de restauración de sus históricas vidrieras . Tras un largo proceso de concertación, que se prolongó durante los dos últimos años anteriores a la reapertura oficial, el presidente Emmanuel Macron y el arzobispo de París, Monseñor Laurent Ulrich, negociaron la instalación de vidrieras de nuevo cuño , «modernas», «contemporáneas», para sustituir a las vidrieras destruidas durante el incendio del 15/16 de abril del 2019. Se trataba de dar una «nota contemporánea» al más grande de los monumentos históricos, nacionales. Aspirando a realizar tal proyecto, el organismo que dirige los inconclusos trabajos de reconstrucción firmó un contrato con Claire Tabouret , artista, pintora francesa de 43 años, residente en Los Ángeles (California), elegida para construir las futuras vidrieras de Notre-Dame. La noticia cayó muy mal entre los partidarios de restaurar Notre-Dame respetando el modelo de las vidrieras originales, instaladas por Eugène Villet-le-Duc, a finales del siglo XIX. Presentando una querella ante el Tribunal administrativo de París, la asociación Sitios & Monumentos abre un proceso imprevisible e inquietante . El Tribunal se tomará su tiempo para dictar sentencia. No está claro si podrán presentar recursos, en cualquier caso… mientras tanto, la restauración de Notre Dame quedará falta de un «detalle» capital. Las nuevas vidrieras no podrán instalarlas hasta finales del 2026, dos años después de la gran reapertura solemne. Los 860.000 visitantes que han podido entrar en Notre Dame, desde su reapertura, han podido comprobar, por su parte, que la catedral sigue rodeada de muros metálicos con alambres de espinos y numerosas grúas de grandes dimensiones , para continuar trabajos de muy diversa índole, de la techumbre a toda la arquitectura de la fachada este de la catedral. Esos muros metálicos, alambres de espino y grúas de color rojo brillante no desaniman en absoluto a los millares y decenas de millares de turistas que a diario visitan los alrededores de Notre Dame. Entre las colas de visitantes , que deben esperar entre una y dos horas para entrar en la catedral, los turistas menos interesados por el interior se fotografían tan contentos ante los milenarios muros de piedra y las muy contemporáneas grúas de la más alta tecnología nacional.