Kathleen Hanna: "Viví la música como una acumulación de microagresiones que me produjeron mucho estrés"
La fundadora de los grupos Bikini Kill y Le Tigre revela en sus memorias 'Rebel Girl' lo bueno y lo malo de haber sido un referente del movimiento feminista 'riot grrrl'El instrumento en peligro de extinción que podrías tener en casa y que no se construye desde hace más de 50 años El feminismo llegó a la música pop de una manera consciente y organizada con el nacimiento del colectivo riot grrrls. Fue al principio de los noventa, en la ciudad norteamericana de Olympia, con mujeres usando el punk y la música independiente para reclamar sus derechos y ocupar un lugar dentro de la industria. Kathleen Hanna se convirtió, con Bikini Kill, en la portavoz de aquel acto subversivo. Aunque contaron con aliados masculinos como Kurt Cobain, aquel trayecto no resultó fácil, tal como explica Hanna en Rebel Girl (Liburuak), memorias en las que habla de la violencia sexual que sufrió a manos de algunos hombres –empezando por su propio padre– y de la falta de empatía de algunas compañeras feministas. Líder también de bandas como Le Tigre –que se hicieron populares con un remix de baile del tema Deceptacon– y The Julie Ruin, e incansable activista a favor de los derechos de los colectivos más desfavorecidos, Hanna reconoce que escribir Rebel Girl le ha servido de terapia. En su momento daba la impresión de que, gracias a las riot grrrls, la violencia machista, al menos en la escena musical alternativa, estaba siendo contrarrestada. Leyendo su libro descubrimos que esta era una visión idealizada. Entonces no era consciente de esa realidad. Mi carrera está marcada por una acumulación de violencia que provenía de hombres que me decían que era una idiota o que no sabía enchufar mi propia guitarra al ampli, o que estaba arruinando la escena alternativa porque no dejaba de quejarme. Mientras escribía el libro me repetía: necesito hacer esto, he de conseguir que algunas de esas historias puedan resultar divertidas para que pueda vivir con ellas. Esa acumulación de microagresiones hizo que viviera un constante estrés, y necesitaba dejar eso atrás. Hace unos quince años, Sara Marcus me entrevistó para el libro Las chicas al frente (Contra) y fue muy liberador. Sara, que es nueve años más joven que yo, me decía: “Aquel fue un gran momento en la música para ser feminista”. Y yo le contestaba: “No, nos lanzaban cadenas y todos los días teníamos la sensación de que nos iban a pegar una paliza”. Las Bikini Kill fueron pioneras. En 1991, el contexto para hablar de igualdad era peor que el actual. Introducir ese tipo de discursos en el rock debía parecer una extravagancia. Ahora es fantástico ver a artistas muy jóvenes como Lambrini Girls o SkyDxddy. Hay tantas chicas en grupos que ya se ha normalizado el hecho de que hablen de temas que nos atañen. Tampoco han de hacer nada que precise del beneplácito de un público masculino o de las grandes empresas. Y es maravilloso porque cuantas más voces diferentes hablen de los mismos temas, mejor. Antes éramos muchas menos y, al fin y al cabo, yo no soy más que una mujer blanca cis género de clase media. Es fantástico saber que treinta años atrás dije algo que sirvió para que una chica se sintiera empoderada ¿Se siente reconocida por las nuevas generaciones de músicas? Es fantástico saber que treinta años atrás dijiste algo que sirvió para que una chica se sintiera empoderada. Que alguien como Hayley Williams [cantante de Paramore] conociera mi trabajo es todo un elogio. Le escribí porque leí una declaración suya que me gustó. Empezamos a intercambiar correos y acabé entrevistándola. Le envié el manuscrito del libro porque, a medida que se acercaba la fecha de publicación, me ponía más nerviosa. Su respuesta hizo que me diera cuenta de lo necesario que era que se publicara. He sido una influencia para ella y ahora ella también lo es para mí, formamos parte de esto y podemos seguir inspirándonos unas a otras. La violencia de género protagonizó un terrible suceso en Seattle, justo cuando el rock alternativo y las riot grrrls estaban en auge. En 1993, Mia Zapata, cantante de The Gits, fue violada y asesinada. A consecuencia de aquello, se creó el colectivo Home Alive, para proveer de mecanismo de autodefensa a mujeres y miembros de otros colectivos vulnerables. Creo que al margen de aquel suceso deberíamos recordar a Mia y lo que significó como cantante, no quiero que se la recuerde solamente porque un hombre la mató. Debbie Harry estuvo a punto de subirse a la furgoneta de Ted Bundy y todavía hay gente que no se cree esa historia. Cuesta trabajo aceptar que podíamos haber perdido a Debbie Harry a manos de un asesino en serie. Las mujeres en las que nos miramos también están expuestas a la violencia, mira lo que vivió Tina Turner. Estaba en el ojo público y nadie pensó que una mujer tan popular pudiera estar pasando p

La fundadora de los grupos Bikini Kill y Le Tigre revela en sus memorias 'Rebel Girl' lo bueno y lo malo de haber sido un referente del movimiento feminista 'riot grrrl'
El instrumento en peligro de extinción que podrías tener en casa y que no se construye desde hace más de 50 años
El feminismo llegó a la música pop de una manera consciente y organizada con el nacimiento del colectivo riot grrrls. Fue al principio de los noventa, en la ciudad norteamericana de Olympia, con mujeres usando el punk y la música independiente para reclamar sus derechos y ocupar un lugar dentro de la industria. Kathleen Hanna se convirtió, con Bikini Kill, en la portavoz de aquel acto subversivo. Aunque contaron con aliados masculinos como Kurt Cobain, aquel trayecto no resultó fácil, tal como explica Hanna en Rebel Girl (Liburuak), memorias en las que habla de la violencia sexual que sufrió a manos de algunos hombres –empezando por su propio padre– y de la falta de empatía de algunas compañeras feministas.
Líder también de bandas como Le Tigre –que se hicieron populares con un remix de baile del tema Deceptacon– y The Julie Ruin, e incansable activista a favor de los derechos de los colectivos más desfavorecidos, Hanna reconoce que escribir Rebel Girl le ha servido de terapia.
En su momento daba la impresión de que, gracias a las riot grrrls, la violencia machista, al menos en la escena musical alternativa, estaba siendo contrarrestada. Leyendo su libro descubrimos que esta era una visión idealizada.
Entonces no era consciente de esa realidad. Mi carrera está marcada por una acumulación de violencia que provenía de hombres que me decían que era una idiota o que no sabía enchufar mi propia guitarra al ampli, o que estaba arruinando la escena alternativa porque no dejaba de quejarme. Mientras escribía el libro me repetía: necesito hacer esto, he de conseguir que algunas de esas historias puedan resultar divertidas para que pueda vivir con ellas. Esa acumulación de microagresiones hizo que viviera un constante estrés, y necesitaba dejar eso atrás. Hace unos quince años, Sara Marcus me entrevistó para el libro Las chicas al frente (Contra) y fue muy liberador. Sara, que es nueve años más joven que yo, me decía: “Aquel fue un gran momento en la música para ser feminista”. Y yo le contestaba: “No, nos lanzaban cadenas y todos los días teníamos la sensación de que nos iban a pegar una paliza”.
Las Bikini Kill fueron pioneras. En 1991, el contexto para hablar de igualdad era peor que el actual. Introducir ese tipo de discursos en el rock debía parecer una extravagancia.
Ahora es fantástico ver a artistas muy jóvenes como Lambrini Girls o SkyDxddy. Hay tantas chicas en grupos que ya se ha normalizado el hecho de que hablen de temas que nos atañen. Tampoco han de hacer nada que precise del beneplácito de un público masculino o de las grandes empresas. Y es maravilloso porque cuantas más voces diferentes hablen de los mismos temas, mejor. Antes éramos muchas menos y, al fin y al cabo, yo no soy más que una mujer blanca cis género de clase media.
Es fantástico saber que treinta años atrás dije algo que sirvió para que una chica se sintiera empoderada
¿Se siente reconocida por las nuevas generaciones de músicas?
Es fantástico saber que treinta años atrás dijiste algo que sirvió para que una chica se sintiera empoderada. Que alguien como Hayley Williams [cantante de Paramore] conociera mi trabajo es todo un elogio. Le escribí porque leí una declaración suya que me gustó. Empezamos a intercambiar correos y acabé entrevistándola. Le envié el manuscrito del libro porque, a medida que se acercaba la fecha de publicación, me ponía más nerviosa. Su respuesta hizo que me diera cuenta de lo necesario que era que se publicara. He sido una influencia para ella y ahora ella también lo es para mí, formamos parte de esto y podemos seguir inspirándonos unas a otras.
La violencia de género protagonizó un terrible suceso en Seattle, justo cuando el rock alternativo y las riot grrrls estaban en auge. En 1993, Mia Zapata, cantante de The Gits, fue violada y asesinada. A consecuencia de aquello, se creó el colectivo Home Alive, para proveer de mecanismo de autodefensa a mujeres y miembros de otros colectivos vulnerables.
Creo que al margen de aquel suceso deberíamos recordar a Mia y lo que significó como cantante, no quiero que se la recuerde solamente porque un hombre la mató. Debbie Harry estuvo a punto de subirse a la furgoneta de Ted Bundy y todavía hay gente que no se cree esa historia. Cuesta trabajo aceptar que podíamos haber perdido a Debbie Harry a manos de un asesino en serie. Las mujeres en las que nos miramos también están expuestas a la violencia, mira lo que vivió Tina Turner. Estaba en el ojo público y nadie pensó que una mujer tan popular pudiera estar pasando por una situación así, y que mientras grababa un disco su marido le estampara la cabeza contra la consola de grabación. Es duro. Pero te agradezco la mención a Mia, porque creo que es necesario seguir hablando de cómo hechos así siguen afectando a las mujeres hoy en día.
Su madre fue quien le introdujo en el feminismo, pero su padre era...
Un gilipollas...
Iba a decir que era un hombre que les sometía a ambas a una violencia emocional. ¿Cómo lograron superar esa situación de constante amenaza?
Nos reíamos de él a sus espaldas, eso nos ayudaba a sobrellevar la situación. Ahora vivimos a cinco manzanas de distancia y todavía nos reímos. A veces el machismo puede hacer que las mujeres nos acerquemos unas a otras de una manera que nunca habríamos imaginado. No quiero que parezca que estoy intentando justificar la violencia machista. Si esta no existiera, seguramente estaríamos hablando de todo un mundo creativo femenino que hoy por hoy es invisible. No puedo decirles a todos mis amigos hombres que dejen de ser unos capullos tóxicos, pero puedo cultivar una comunidad de mujeres, incluidas las no binarias, e intentar preservarlas de la violencia masculina todo lo posible, crear zonas en las que podamos mirarnos unas a otra sin tener que estar vigilando temerosas a los hombres que nos tocan las narices.
A veces el machismo puede hacer que las mujeres nos acerquemos unas a otras de una manera que nunca habríamos imaginado
¿Cuándo empezó a ser consciente de que había mujeres como Patti Smith o Poly Styrene, cantante de X-Ray Spex, artistas que no estaban en primera fila, pero que en el pasado habían subvertido las reglas de la música?
Tenía gente que me grababa cintas con artistas increíbles, pero por el motivo que fuera, no sabía de la existencia de gente como Mo-Dettes, UT o [la cantautora butch] Phranc. Conocía a mis contemporáneas, Lunachicks, L7, Hole, Fire Party... Bueno, sí estaba al tanto de la existencia de [el grupo de punk de finales de los setenta] Avengers, me comparaban mucho con su cantante, Penelope Houston. Cuando en aquel mundo analógico alguien me decía, “te pareces a Poly Styrene”, yo contestaba: “¿a quién?”. Hasta que di con el disco de X-Ray Spex y me voló la cabeza. Ahora es distinto. Hay tantas referencias que la información puede llegar a sobrepasarte. Pero es fantástico que los referentes femeninos se hayan multiplicado así. Cuando estaba en el instituto, soñaba con que existieran punks feministas, chicas que estudiaran el arte desde una perspectiva de género.
¿El rock & roll y la música pop pueden ser el mejor medio para difundir el feminismo?
En general, la música es un gran medio porque abarca mucho espacio, que es algo que todo aquel que ha sido ninguneado y marginado debería hacer, ocupar su propio espacio. Es una manera de decir que tenemos derecho a estar aquí. Además, la música es accesible a todo el mundo. No hace falta ir a una biblioteca para escucharla. Puedes compartirla con tus amistades. Está muy unida a la cultura juvenil y a veces, cuando eres joven, tu identidad se construye en torno a la música.
La música es una manera de decir que tenemos derecho a estar aquí
Con la llegada de la administración Trump, Estados Unidos se está convirtiendo en un país poco seguro para depende qué tipo de ciudadanos...
Al final todo se reduce a una cuestión de ricos contra pobres, porque nadie en este país, salvo que sea rico, puede permitirse una sanidad decente. No se trata solamente de mujeres que mueren en un aparcamiento porque no pueden ser atendidas tras un aborto. Hace mucho que hay gente muriendo de enfermedades curables porque no tienen seguro médico. Pero ahora es un millón de veces peor, y si antes pretendías ignorarlo, ahora ya es imposible. Pueblos de todo el mundo han tenido que lidiar con esta clase de autoritarismo opresivo, el de la gente rica. Los Estados Unidos han estado tratando así a otros países desde siempre. Y ahora resulta que nuestro país le hace eso mismo a sus propios ciudadanos, lo cual tiene todo el sentido. Si tu papel en el capitalismo es colonizar cualquier fuente de recursos básica, por qué no vas a terminar perjudicando a la gente de tu país, arrebatándoles todo lo que vale la pena y lanzándolo a la basura. Es como cuando tienes un amigo que habla pestes de todo el mundo. Es cuestión de tiempo que empiece a hablar mal de ti.
En EEUU al final todo se reduce a una cuestión de ricos contra pobres
Todos sus grupos (Bikini Kill, Le Tigre, The Julie Ruin) se han acabado para renacer luego. Y esa segunda vida parece siempre mucho más placentera para usted. ¿Ha tenido la sensación de haberse adelantado a su tiempo?
Ahora estoy capacitada para apreciar más lo que hicimos en el pasado. Al principio pensaba que era fantástico que con Bikini Kill saliéramos al escenario y dijéramos lo que decíamos. Nos encontrábamos con mucha oposición y también con fans adorables que tenían miedo de los tíos que lo único que esperaban era que enseñáramos las tetas. Ahora somos más viejas y sabias y podemos insuflarles nueva vida a las canciones, experimentarlas de otra manera, teniendo ya muy claro que lo que hacemos mola. Me he dado cuenta de que tenemos canciones muy buenas. Porque la mayoría de las veces se me ha acusado de ser solamente una activista, no una música. No creo que la gente acuda a nuestros conciertos para escucharme hablar de sexismo. Vienen a escuchar la música y a bailar.
Ahora somos más viejas y sabias y podemos insuflarles nueva vida a las canciones
¿Trabaja en algún disco ahora mismo?
He estado componiendo con algunos amigos y espero tener un disco pronto. Estoy metida en tantos asuntos ahora mismo que es difícil sacar tiempo para el estudio de grabación. También espero hacer alguna gira más con Bikini Kill y Le Tigre. Pero sí, me gustaría hacer otro disco en solitario acompañada por una nueva banda. Todavía no hemos buscado un nombre. Si se te ocurre alguno...