Peripecias, de María Barbal

Hablar de María Barbal es hablar de una de las autoras más importantes de la literatura catalana.

En 1985 publicó su primera novela, Petra de tartera, traducida al castellano como Canto rodado, reflejaba el entorno de Pallars, territorio rural ubicado entre los Pirineos y la sierra del Montsec, donde creció, vendiendo más de sesenta mil ejemplares en su traducción al alemán.

En esta primera obra, con la que cosechó un importante éxito, relató la dureza de esa vida rural, experiencias que se extenderán a un libro de relatos y sus dos siguientes novelas.

Posteriormente se traslada a Barcelona, llevando su narrativa a estos escenarios. Pero ya con un gran éxito a sus espaldas con sus primeras obras. Galardonada con innumerables premios a lo largo de su carrera.

Compaginando su profesión como profesora de catalán con el oficio de escritora, su pluma es de lo más prolífica. Hasta la fecha ha publicado veintitrés libros entre los que podemos encontrar novela, narrativa breve, teatro e infantil.

Con el título de su última novela, Peripecias, hace alusión a las dos acepciones que posee el término, porque a través de la historia del escritor Anton Bellart, comprobaremos que en lo dramático, su carrera como escritor sufrirá cambios repentinos por la sucesión de acontecimientos inesperados que alteran el estado de las cosas, al igual que su propia vida personal sufrirá giros que él mismo no había ni tan siquiera imaginado, pero que inevitablemente provocan que la vida tome derroteros no previstos, o que simplemente pensaba que no tendrían cabida en sus planes.

Anton, nacido en el seno de una familia burguesa perteneciente a la industria textil cuyo destino, en un principio, parecía marcado a continuar la tradición familiar de dirigir, junto a su hermano, la fábrica que su padre levantó, su afición a la escritura lo llevará a tomar otro camino, imponiéndose incluso a esos estudios de derecho que comenzó pensando en que cumpliría las expectativas creadas para él por otras personas.

Tras el éxito inesperado de su primera novela, cuya temática hace que se tambaleen los cimientos de su vida marital, provoca que su vida dé un vuelco hacia el mundo de la literatura, hacia lo que realmente ama. Esto le llevará a la estrecha relación con un editor experto, al que considerará en sus inicios amigo y mentor. Pronto será consciente de que este no es un mundo tan sencillo, y que no solo su pasión por la escritura será el único requisito para salir adelante.

Por medio de su editor, conoce a Silvia Cors, una escritora en auge con un carácter y estilo ya muy marcado. Ella será un nuevo punto e inflexión tanto en la carrera como en la vida personal del autor.

Acompañaremos a un inexperto Anton Bellart que se irá tornando en veterano en el oficio de escribir, lo que no será un camino de rosas. Luchará contra las condiciones de la industria, los impredecibles resultados de venta y éxito. Pero sobre todo, el encontronazo peor será consigo mismo, con la falta de confianza y el sempiterno complejo de impostor.

Aún admirando una bella legua como es el catalán, y que generalmente comprendo, he optado por la lectura magistralmente traducida al castellano por parte de Rosa María Prats.

Aún así se puede admirar el estilo sencillo, sosegado y preciosista de María Barbal. Resulta admirable como se puede escribir de forma tan bella e íntima a la vez que sus palabras fluyen de forma tan sutil y sencilla, prescindiendo de rocambolescos términos o filigranas que solo conseguirían distraer y desconectar de la historia.

El lector, a pesar de no dedicarse éste mismo a la escritura, ser verá reflejado en el protagonista, porque seas artista, fontanero o diplomático, esto de vivir se reduce a lo que John Lennon afirmaba: «La vida es lo que sucede mientras estamos haciendo planes.»