Un poeta buscando inspiración
No es un libro fácil. Está más cerca del territorio de la filosofía, en cuanto al estudio de las causas y los orígenes de las cosas. Que del discurso lírico. Es una intuición existencial y cósmica que solo desde el margen de la reflexión se entiende. Esa intuición se vuelve narración poética: terreno fronterizo entre... Leer más La entrada Un poeta buscando inspiración aparece primero en Zenda.

Con estos dos versos de Pedro Alcarria, empiezo mi reseña del libro que nos ocupa: París Berlín Roma: “Un poeta buscando inspiración / París en Berlín y Berlín en Roma”.
Insisto en esta mirada impertinente e inusual del proceso creativo, ya que está hablando de la “Inspiración”… ¿hay algo más poético y propicio para los vaivenes de la lírica, que el tema de la inspiración?… ¿Pero quién dijo que había temas bonitos? La poesía está en todas las posibilidades linguísticas. El poema también puede ser una “escultura mental” “una serie de feroces fotografías.” El poema se puede convertir en “comida negra”.
“La ciudad, un perro, tiene mil nombres” (pág. 110) Con este verso resalto lo que dice Angel Faretta en el prólogo. Habla de “la traslación de un lugar físico en metafísico”. A ver, las ciudades-escenarios de este poemario se convierten en espacios literarios. Y en una simbiosis integradora de realidad y fantasía, se desarrollan los discursos líricos del protagonista. Creando atmósferas psicológicas y estéticas de gran cualidad.
Pedro Alcarria es poeta y traductor. Colaborador en la radio municipal de Castelldefels y autor de los poemarios El dios de las cosas tal y como deberían de ser (ArtGerust 2013, Barcelona) y Camada (Ediciones Vitruvio 2021; segunda edición 2022, Madrid), elegido como uno de los mejores libros de poesía del 2021 por la Asociación de Editores de Poesía. También ha publicado en distintas revistas literarias de todo el ámbito hispanohablante.
París Berlín Roma. Volvemos al volumen en cuestión. Se divide en dos libros. Libro primero. Un poeta busca inspiración. Libro segundo. Genius loci.
En el primer libro Pedro Alcarria nos invita a hacernos preguntas, para hacer poesía con las respuestas. ¿Por qué Roma?, por ejemplo. Porque “Roma es el poema que nace de su escombro.” “Un paseo por el Louvre” se convierte en “Es el error fatal de abrigar esperanzas:/ Siempre que voy al Louvre a iluminarme / me asalta un ataque de furor. / No perdono la belleza / que es como una perra cariñosa / saltando de alegría a mi lado. / Y querría apalearla hasta la muerte, / por un repugnante juego de la inteligencia, / por el trino ambicioso de mi corazón.” (pág. 51) Aquí el poeta es rotundo. El sufrimiento existe y lo traspasa todo. El origen del sufrimiento es el deseo. Ese deseo de la belleza que no se puede poseer.
Y me falta: “Pero Berlín, ¡Berlín! El día comienza con un dolor sagrado.” … “La hermosa y triste idea del ángulo del exterminio / ha borrado el rumor y la noche de los muros. / Y los cuerpos indignos, los cuerpos. / Los cuerpos alistados al bando del silencio. / Los cuerpos en la arquitectura enlutada que padecen. / ¡Los cuerpos de los que no se pudo erradicar el cuerpo!” (pág. 20) En este poema todo es vacío y todo es compasión. Fluyen juntas, en una iluminación estética: la belleza y la validez espiritual.
¿Y cómo va a ser de otra manera? Si Pedro Alcarria ha unido su alma y su oficio con lo mejor de la poesía simbolista. Es traductor de Charles Baudelaire. De Las Flores del mal. Ni más ni menos. Y hace su versión: alternando libremente rima consonante y asonante para dar con una música natural que no suene antigua y forzada. Sin adaptar ningún metro en particular. La crítica apunta que el resultado es “una brillante versión en lengua española de Las flores del mal.” Por cierto, editada en esta misma casa, Vitruvio. 2023, Madrid.
También es autor de la primera traducción al castellano de Las ciudades tentaculares (Ediciones Vitruvio 2022, Madrid), un clásico del simbolismo belga, obra de Émile Verhaeren.
El libro segundo. De París Berlín Roma. Genius Loci.
Es una “gran puesta en escena”. Me imagino a varios rapsodas recitando, por turnos, o sincronizados a una voz sola, las estrofas de un largo poema elegíaco. 23 páginas de claridad interior. No hay suficiente con advertir una ausencia tan intensa que llega a ser una presencia plena. En donde habita un dios y descubrimos el valor del símbolo. En donde se materializan la gratitud y la devoción y la poesía.
Genius Loci, es el espíritu protector de un lugar. Como la serpiente tan bellamente representada en los libros antiguos.
“Yo no soy el hijo de las costumbres / de un dios real, un dios conserje con / poderes que no logro imaginar, / que no se arrepiente de sus noches, / —atado con serpientes, ornamentos—, / que se deja engañar por lo bello, / que nos manda esta forma de vivir, / la ordalía de lobos que soñó, / un dios del sueño, ebrio, drogado, que / despierta para inventar la verdad.” (pág. 116)
En este poema observo que, el autor crea un ambiente de tensión poética tan intenso, valiéndose de un trabajo de escritura artesanal y de una fuerza creativa de gran magnitud a la hora de plasmar los sentimientos de su yo lírico. Así logra involucrar al lector, de forma contundente, en la esencia misma del poema.
Me recuerdo ahora, de esa cita tan bella de Gaston Bachelard, en su libro Poética del espacio, que dice: “La dificultad que habíamos de superar… consistía en mantenernos lejos de cualquier evidencia geométrica. Dicho de otro modo, debíamos partir de una especie de intimidad de lo redondo”… La cita la he puesto para subrayar y agradecer a la editorial y a su editor Pablo Méndez su esfuerzo por el catálogo poético que nos ofrecen. Desde la geometría de Leonardo Da Vinci o desde el refugio redondo de Bachelard. Vitruvio ya es nuestra casa. Guarida de poetas.
Invito a los entusiastas y valientes lectores de poesía, se acerquen a París Berlín Roma de Pedro Alcarria para hacer cada quien su propio recorrido existencial a través de la lectura.
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Autor: Pedro Alcarria. Título: París Berlín Roma. Editorial: Vitruvio.
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