Pollo a la cazadora italiano (pollo alla cacciatora)
El pollo a la cazadora es un guiso italiano tradicional que mezcla pollo tierno con tomates, pimientos, champiñones y aceitunas negras. Un plato delicioso con origen en las zonas rurales de Italia que conquistará tu mesa con auténtico sabor mediterráneo. La entrada Pollo a la cazadora italiano (pollo alla cacciatora) es un contenido original de PequeRecetas

Cuando hablamos de pollo a la cazadora (o pollo alla cacciatora como dirían los italianos), no estamos ante una simple receta, sino ante un auténtico tesoro de la cocina tradicional italiana. Este guiso, tan sencillo como sabroso, ha viajado desde las colinas de la Toscana hasta nuestras cocinas, trayendo consigo esa magia que solo la comida italiana sabe crear.
¿Sabías que el nombre “a la cazadora” viene, efectivamente, de los cazadores? Cuenta la tradición que este plato se preparaba para los hombres que volvían de cazar en las montañas italianas. Las mujeres cocinaban lo que tenían a mano: tomates, hierbas del campo y, por supuesto, la carne que hubieran conseguido los cazadores.
Con el tiempo, el pollo se convirtió en el protagonista de este guiso de pollo con tomate, principalmente porque era más accesible que la caza silvestre. Cada región de Italia le ha dado su toque personal: en el norte añaden champiñones, en el sur son más generosos con los tomates, y en Roma no faltan las aceitunas negras.
Vamos a lo importante: cómo preparar este pollo a la cazadora. Te prometo que no es complicado y el resultado vale cada minuto que le dediques.
Receta del pollo a la cazadora (pollo alla cacciatora)
Ingredientes (para 4 personas)
- 8 piezas de pollo (preferiblemente muslos y contramuslos con piel)
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- 1 cebolla mediana, picada
- 2-3 dientes de ajo, machacados
- 1 pimiento rojo y 1 amarillo, cortados en trozos
- 250 g de champiñones, en cuartos
- 400 g de tomates troceados
- 100 g de aceitunas negras
- 1 ramita de romero
- Perejil fresco picado
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- 1/2 cucharadita de hojuelas de chile (opcional)
- 125 ml de vino blanco
- Sal y pimienta al gusto
Cómo hacer pollo a la cazadora paso a paso
- Seca bien las piezas de pollo con papel absorbente. Sazónalas generosamente con sal y pimienta por ambos lados.
- En una cazuela amplia o sartén honda, calienta el aceite de oliva a fuego medio-alto. Dora las piezas de pollo por tandas, comenzando por el lado de la piel, hasta que adquieran un bonito color dorado (aproximadamente 5 minutos por lado). Retíralas y reserva.

- En la misma cazuela, sofríe la cebolla hasta que esté transparente. Añade el ajo y cocina un minuto más, sin quemarlo (ya sabes cómo se pone el ajo quemado… ¡arruina cualquier plato!).

- Echa los pimientos y los champiñones, y cocínalos unos 5 minutos, hasta que empiecen a ablandarse.
- Vierte el vino blanco y deja que se evapore un poco, rascando con una cuchara los jugos que se hayan pegado al fondo. Aquí está el secreto del sabor intenso, ¡no te saltes este paso!
- Añade los tomates, el pimentón, y las hojuelas de chile si las usas, y deja cocinar unos 10 minutos a fuego lento para que los sabores se integren.

- Devuelve el pollo a la cazuela, añade la ramita de romero y las aceitunas negras. Cubre parcialmente y cocina a fuego lento unos 30-40 minutos, hasta que el pollo esté tierno y se desprenda fácilmente del hueso. Si la salsa se espesa demasiado, puedes añadir un poco de caldo de pollo o agua.
- Justo antes de servir, espolvorea abundante perejil fresco picado por encima. Ajusta de sal y pimienta si es necesario.

Consejos para un pollo a la cazadora tradicional
- Paciencia es la clave: Como todos los guisos que se precien, el pollo a la cazadora mejora con el tiempo. Si puedes, hazlo el día anterior.
- La elección del pollo: Usa siempre piezas con hueso y piel. Sí, sé que hay quien prefiere el pollo sin piel por aquello de cuidarse, pero créeme, la diferencia de sabor es abismal. Los muslos y contramuslos son ideales, ya que su carne oscura resiste mejor la cocción prolongada sin secarse.
- El vino importa: No uses un vino que no beberías. No hace falta que sea caro, pero sí que sea decente. Yo suelo usar un vino blanco seco que me guste tomar.
- Algunas versiones modernas incorporan alcaparras para un toque extra de acidez, mientras que otras añaden tomates secos rehidratados para intensificar el sabor umami.
- Moja, moja, moja: Sería un crimen no servir este plato con un buen pan para mojar en esa salsa tan rica. Las buenas costumbres no hay que perderlas.
Cómo acompañar el pollo a la cazadora
Acompáñalo con un pan rústico para mojar en esa deliciosa salsa y una ensalada verde simple aliñada con aceite de oliva y vinagre balsámico. Y aparte de mucho pan para mojar, esta receta tradicional italiana pide a gritos un buen vino tinto. Un Chianti clásico de la Toscana sería la elección más auténtica, pero también marida estupendamente con un Montepulciano d’Abruzzo o un Nero d’Avola siciliano.
Otra opción si te gustan las recetas de pasta italiana es acompañarlo con espaguetis ¡mamma mía!
Para terminar
El pollo a la cazadora es uno de esos platos que te hacen sentir bien. Tiene ese encanto rústico que nos recuerda a las comidas familiares, a las sobremesas largas y a las conversaciones sin prisa.
Sea como sea, este plato italiano es una apuesta segura para cualquier ocasión. Así que ya sabes, la próxima vez que quieras sorprender a tus invitados (o simplemente darte un capricho), acuérdate del pollo a la cazadora. ¡No te arrepentirás!
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