Siempre fuimos híbridos

Lo ejerce a dos escalas: primero, hace zoom para ir a lo micro (por ejemplo, cómo nuestros cuerpos se ven afectados por la invención del coche, el avión o, por qué no, por el síndrome del túnel carpiano); después, se aleja para atender a lo macro (pongamos por caso, cómo el aumento exponencial de los... Leer más La entrada Siempre fuimos híbridos aparece primero en Zenda.

Apr 18, 2025 - 05:29
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Siempre fuimos híbridos

Desde Argentina, nos llega este Cómo hacer cosas sin palabras, una contribución fundamental a la filosofía de la técnica desde los nuevos materialismos. Para el autor, Diego Parente, su adversario natural es el textualismo; esto es, esa posición antropocentrada que prioriza el análisis semiótico, el discurso, lo representacional, etc., en detrimento de la materialidad (los materiales como el silicio, el plástico, los ensamblajes, las granjas de datos); de hecho, también suele sustentar el discurso contemporáneo, tremendamente peligroso, sobre la desmaterialización, como cuando se señala la supuesta inmaterialidad del mundo digital o se sermonea sobre el transhumanismo. Y, por eso, este libro funciona, al mismo tiempo, como una guía práctica en el desafío ecológico que enfrentamos, abogando por la re-materialización de los procesos y por el estudio de la agencia de lo no-humano.

"Necesitamos ampliar nuestra mirada hasta incluir a la miríada material que sostiene la hibridación con los ambientes artificiales en la cual habitamos"

Lo ejerce a dos escalas: primero, hace zoom para ir a lo micro (por ejemplo, cómo nuestros cuerpos se ven afectados por la invención del coche, el avión o, por qué no, por el síndrome del túnel carpiano); después, se aleja para atender a lo macro (pongamos por caso, cómo el aumento exponencial de los dos medios de transporte mencionados tiene una importancia capital a nivel sistémico —ecológico, geográfico, estándares de velocidad, etc.—). «Hacer cosas sin palabras» significa remarcar la agencialidad silente, es decir, la agencialidad no-humana, lo que conduce a repensar la filosofía de la técnica heredada, donde esa misma técnica tendió a ser estudiada desde la óptica de los elementos que se encontraban a disposición de la mano humana, prescindiendo de aquello que quedaba fuera de nuestra esfera y que, sin embargo, hoy parece claro que también opera en el mundo.

"Parente prefiere una aproximación microteórica, que le permite una perspectiva situada que no divide tajantemente entre técnica y sociedad"

Necesitamos ampliar nuestra mirada hasta incluir a la miríada material que sostiene la hibridación con los ambientes artificiales en la cual habitamos. El ser humano jamás fue ese mono desnudo que anunció Desmond Morris; bien al contrario, el horizonte de su agencialidad siempre vino determinado y posibilitado por la cultura material de su tiempo: ambas guardan un vínculo de co-constitución. Así, el mero uso no debe ser la categoría que regule nuestro análisis, dado que prácticas como la re-utilización, la reparación, el mantenimiento y la preservación generan una atmósfera afectiva que se halla a enorme distancia de una relación vertical. Como subraya Parente, «en rigor, no hay cultura inmaterial. Toda práctica cultural se reproduce anclada a algún objeto material» (p. 53); ocurre que usualmente quien habla de inmaterialidad pretende despolitizar ciertos escenarios.

Asimismo, frente a las macroteorías de la técnica (Heidegger, Jünger, Ellul, etc.), Parente prefiere una aproximación microteórica, que le permite una perspectiva situada que no divide tajantemente entre técnica y sociedad; en oposición, en su propuesta «no hay agencia sin entrelazamiento material» (p. 221); esto es, la materialidad es la condición de posibilidad de la propia agencia, aunque no promueve una ontología plana, sino que —y aquí entra en discusión con filósofas fundamentales de los nuevos materialismos como Jane Bennett— respalda una cierta asimetría entre sujeto agencial y ambiente: entidades —digamos— heterónomas, como los artefactos, no deben ser leídas como fuentes de agencia, pero sí los organismos, capaces de trazar esa asimetría indispensable, donde ha de haber algo que actúa y algo que recibe la actuación. Parente coloca sobre la mesa algunas de las discusiones que no pueden esquivarse si se quiere trabajar en una filosofía de la técnica seria, preparada para afrontar los retos del presente.

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Autor: Diego Parente. Título: Cómo hacer cosas sin palabras: Una filosofía materialista de la técnica. Editorial: La Cebra. Venta: Todos tus libros.

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