Terminaba la Feria de Pascua de Arles con la ganadería de Virgen María. Muy propio. Como también lo fue el inicio de rodillas, podríamos decir orando, de Fernando Adrián al sexto, que brindó a Juan Bautista. El madrileño, muy religioso, debe rezar con mucha fe porque siempre le cae en suerte el toro bueno. Y un lío le formó a Palaciego, que ya mostró cosas buenas en el primer tercio, en el que acudió alegre al caballo, especialmente al segundo puyazo, donde lo dejó largo Adrián. El animal tenía recorrido y aguantaba la exigente muleta del madrileño, que dejó largos pases de pecho al final de cada tanda. Fue acortando distancia el torero, hasta acabar pegándose un arrimón con los...
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