James Belich: “La peste llevó a una hegemonía global de los europeos”

Cuando James Belich tecleó "Imperialismo asiático moderno en Europa" para referirse a los otomanos, la frase quedó subrayada en su documento de Word como un posible error. El procesador de texto de Windows no estaba de acuerdo con la afirmación del director del Centro Oxford de Historia Global; para Microsoft, los asiáticos no tenían la capacidad para hacer imperios modernos y menos aún en Europa. La empresa de Bill Gates se declaraba eurocentrista. La entrada James Belich: “La peste llevó a una hegemonía global de los europeos” aparece primero en Zenda.

Apr 22, 2025 - 07:38
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James Belich: “La peste llevó a una hegemonía global de los europeos”

Cuando James Belich tecleó “Imperialismo asiático moderno en Europa” para referirse a los otomanos, la frase quedó subrayada en su documento de Word como un posible error. El procesador de texto de Windows no estaba de acuerdo con la afirmación del director del Centro Oxford de Gistoria Global; para Microsoft, los asiáticos no tenían la capacidad para hacer imperios modernos y menos aún en Europa. La empresa de Bill Gates se declaraba eurocentrista. La gran revolución que vivió Eurasia Occidental, después de 1350, no puede quedar sometida a la cuestionable división geográfica que establecen los Urales. Tampoco se puede entender la expansión mundial que vivió Europa a partir del siglo XIV, según Belich, sin un factor clave, la aparición de la peste. Los datos parece que le dan la razón: en 1400 los europeos occidentales controlaban alrededor del 5 % de la superficie del planeta; en 1800, después de cinco siglos de diferentes epidemias, el 35; y en 1900, el 89%. El libro El mundo que forjó la peste (Desperta Ferro) pasa de leyendas como la de Caffa y se centra en otro tipo de análisis, como el que defiende el concepto de revolución asociado a la peste. Como el propio Belich explica al final de su obra: “Si no nos parece suficientemente revolucionario que de pronto la población se divida por dos y todo lo demás se duplique, ¿qué nos lo va a parecer?”.

Hablamos con James Belich de bubonistas y antibubonistas, acerca de cómo las ovejas se duplicaron en Castilla después de la peste y sobre la falsa creencia de que los humanos siempre hacen su propia historia.

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—Destaca en su libro la gran importancia que tuvieron las cuatro grandes divergencias de la historia de la humanidad. ¿Hasta cuándo duró la causada por la peste? ¿Hasta la Revolución industrial?

"La cuarta divergencia, la europea, fue desencadenada en el siglo XIV por la Peste Negra"

—Algunos historiadores hablan de “la gran divergencia”, pero hubo al menos cuatro. Las tres primeras fueron la domesticación del caballo en las estepas euroasiáticas hace unos 5,000 años; el desarrollo de “supercultivos” (como el arroz) y “superartesanías” (como la seda y el algodón) en el este y el sur de Asia poco después; y la aparición del Islam en el Medio Oriente en el siglo VII d.C. Sostengo que la cuarta divergencia, la europea, fue desencadenada en el siglo XIV por la Peste Negra. Llevó a una hegemonía global de los europeos y sus sociedades coloniales que, posiblemente, perdura hasta el día de hoy.

—En las ciudades-estado de Europa los políticos también eran comerciantes, y existía una rivalidad entre ellas que les hacía mejorar. ¿Este concepto de organización política fue un acelerante de la revolución que provocó la peste?

—La peste causó cambios importantes en la economía, la tecnología, la cultura, la sociedad y las instituciones de Eurasia occidental, que en conjunto equivalen a una revolución. Al principio, hubo un estado, el Imperio Otomano, que se benefició más de estos cambios, pero también fueron intensos en algunas ciudades-estado europeas, sobre todo en Génova y Lübeck. Los estados-nación liderados por grandes ciudades (los Países Bajos y Ámsterdam, Inglaterra y Londres) adoptaron instituciones de las ciudades-estado. Más tarde, la rivalidad internacional mantuvo los cambios provocados por la peste, incluida la expansión global.

Reproducción de un deteriorado fresco de la abadía francesa de Saint-André-de-Lavadieu, datado en 1355. En el centro vemos la peste personificada como una mujer con el rostro encapuchado que sostiene haces de flechas. Alrededor, una multitud de víctimas perece de forma horrible, cada una con una flecha clavada, generalmente en aquellos lugares donde solían desarrollarse los bubones (cuello, axilas, ingles), aunque estos no se representan. Entre los afectados hay eclesiásticos y laicos, ricos y pobres y hombres y mujeres. La representación de la plaga (o la muerte) en forma de mujer es rara en el arte, pero no tanto en el imaginario popular, y en distintos puntos de Europa existían creencias supersticiosas relacionadas con una «doncella de la peste». Ancient Art and Architecture.

Esa “economía apestada” de la que habla en su libro tuvo muchos aspectos positivos. Debido a la reducción de mano de obra por las muertes provocadas por la epidemia, se aprovecharon mejor las ventajas técnicas de las herramientas. Surgieron nuevas fuentes de energía no humanas, como la hidráulica y la eólica. Además, se realizó una especialización y una división regional de los cultivos y de la producción ganadera. ¿Hubieran sido posibles todos esos cambios sin los efectos de la peste?

—Lo dudo. Algunos cambios podrían haber surgido más tarde, pero no como un paquete completo en el siglo XIV.

—Menciona en su obra en varias ocasiones otro factor clave en toda esta expansión, la pólvora. ¿Qué importancia tuvo en este proceso?

"La pólvora ahorró mano de obra al reducir el tiempo de entrenamiento. Los mosqueteros competentes podían ser entrenados mucho más rápidamente"

—La tecnología de la pólvora se originó en China, pero prosperó en la Eurasia occidental posterior a la peste porque permitía la utilización de una gran fuerza bélica por un reducido número de hombres. También ahorró mano de obra al reducir el tiempo de entrenamiento militar. Los mosqueteros competentes podían ser entrenados mucho más rápidamente que los buenos arqueros o la caballería.

—Hasta el 1400 los europeos fueron invadidos y no invasores. ¿Empujó la peste a los europeos a un proceso de globalización?

—Sí. La Peste Negra aumentó tanto los motivos como los medios para la expansión del comercio de los imperios europeos.

—La pregunta crucial del libro es “¿Por qué Europa?”.

—Creo que la Peste Negra es la pieza del puzle que falta para dar respuesta a la pregunta: “¿Por qué Europa?”. Pero a los europeos les resultó difícil aceptar que su ascenso se debió a un accidente en lugar de a sus propias virtudes.

—Vamos con la enfermedad. Una de las cosas que más llama la atención al leer el libro es la existencia de bubonistas y antibubonistas. Explique, por favor, estos conceptos a nuestros lectores.

"Desde 2010, los científicos bubonistas dejaron cada vez más claro que los antibubonistas estaban equivocados"

—La Peste Negra no se comportó como los brotes modernos de peste bubónica. Por un lado, causó una mortalidad mucho más alta. Al notar esto, los eruditos en las décadas de 1990 y 2000 (“antibubonistas”) sugirieron que la Peste Negra no era peste bubónica, sino alguna otra enfermedad. Desde 2010, los científicos “bubonistas” dejaron cada vez más claro que los antibubonistas estaban equivocados. La diferencia entre las plagas medievales y modernas era una cuestión de historia humana e historia de ratas, no de una enfermedad diferente.

San Roque o san Sebastián alcanzaron gran popularidad como protectores contra la plaga tras la peste negra. Este último aparece en este cuadro de Josse Lieferinxe, finales del siglo XV, arrodillado ante Dios e intercediendo por la humanidad. El cuerpo está cubierto de flechas, que simbolizan la enfermedad. Unos sepultureros entierran los cadáveres que van llegando amortajados, mientras a uno de ellos le golpea la plaga en su cuello en forma de bubón. La pintura estaba ambientada en Pavía durante su primera pandemia en el siglo VII, aunque fue destinada a un altar de la iglesia de Notre-Dame-des-Accoules para devoción de los fieles de la época, que rezaban para que el santo los protegiera de las sucesivas oleadas. Walters Art Museum.

—Hay diferencias en el origen de la peste entre bubonistas y antibubonistas. Y también hay desacuerdos en el número de víctimas. El noruego Ole J. Benedictow habla de un 60 % de la población en el primer brote. ¿Qué estimación podemos dar por buena?

—Una nueva base de datos estima que la población inglesa cayó de 4,8 millones en 1348 a 2,6 millones en 1351, una disminución del 46% después de la primera oleada de la peste. Los siguientes brotes redujeron a los ingleses a un mínimo de 1,9 millones en 1450, una disminución del 60% respecto a la cifra de 1348. En España, una publicación de 2017 afirma que “según los cálculos más fiables, en un período de ciento cincuenta años (1348-1500), Cataluña perdió el 59.69% de su población”. La evidencia para el resto de Europa es más dispersa, pero sugiere fuertemente pérdidas similares en la mayoría de las regiones.

—La peste afectó a los europeos, pero también derribó imperios como la Horda de Oro y el Bizantino, y favoreció el auge de otros como el otomano.

"El Imperio Otomano fue el mayor beneficiario temprano de los efectos de la peste"

—El Imperio Otomano fue el mayor “beneficiario” temprano de los efectos de la peste. Eran inusualmente buenos en conseguir que otras personas trabajaran para ellos, ya sea como esclavos, conversos o vasallos. También fueron rápidos en adoptar tecnologías y métodos de producción y organización surgidos por la peste, incluyendo la fabricación de cañones pesados, mosquetes, galeras de cañón y la implantación de la burocracia estatal.

—Cuando hablamos de la peste, nos centramos sólo en lo ocurrido en 1345. Pero los diferentes brotes duraron cinco siglos más. ¿Por qué no identificamos siglos como el XVI o el XVII con la peste?

—Los repetidos brotes de peste después de la década de 1340 mantuvieron la población de Europa en aproximadamente la mitad de su nivel normal desde 1350 hasta 1500. En los siglos XVI y XVII, la población comenzó a crecer nuevamente, alcanzando su nivel de 1345 alrededor de 1620. Los brotes de peste continuaron durante otro siglo, pero las muertes que causaron ya no superaban el crecimiento de la población.

—La peste impulsó el comercio, pero ese trasiego favoreció muhcas epidemias de peste y de otras enfermedades como la gripe y la viruela.

—El lado oscuro del comercio marítimo impulsado por la peste era que los barcos transportaban enfermedades infecciosas a largas distancias. La peste bubónica se extinguía en los barcos después de 40 días (de ahí el término “cuarentena”), por lo que no llegó a las Américas hasta alrededor de 1900. Pero la viruela, la influenza y el sarampión pudieron llegar a las Américas, y lo hicieron desde aproximadamente 1520 con efectos desastrosos para algunos pueblos indígenas.

Los tratados médicos de la peste en la península ibérica durante la pandemia, 1348 y 1349, están entre los más numerosos y representativos de los que se conocen en Europa y ofrecen todo tipo de pistas de cómo los especialistas interpretaron la enfermedad y propusieron tratamientos. La imagen reproduce un fresco de la capilla de San Sebastián de Lanslevillard (Saboya) de mediados del siglo XV. Un médico alancea un bubón en el cuello de una dama para extraer las sustancias contaminantes del cuerpo. Detrás, un hombre muestra que también está infectado con un bubón bajo la axila y el más joven también alza el brazo. Al lado, un niño pequeño yace en una cuna, posiblemente enfermo. Sobrevolando, un demonio intenta arrojar una lanza infectada, mientras un ángel interfiere para impedirlo. La región donde se pintó este mural fue, según parece, foco endémico de peste bubónica durante toda la Edad Media desde el brote inicial de la peste negra.

—Me ha resultado muy interesante el concepto maltusiano de la peste —que comenta al principio del libro— de algunos historiadores. ¿La razón de que la peste fuera tan mortífera estuvo en la superpoblación de Europa? 

—Dudo que Europa estuviera en peligro de colapso debido a la sobrepoblación antes de la Peste Negra de la década de 1340. Pero estaba desprovista de capital y complacida con la tecnología que ahorraba mano de obra porque ésta era muy barata.

—”La peste negra fue el Apocalipsis de un solo jinete…”. Esa frase glosa muy bien la epidemia y conecta con la pandemia de 2020: un solo hecho disruptivo nos hace ver nuestra fragilidad.

"He resistido comparar las pandemias de Covid y peste porque la tasa de mortalidad en esta última era mucho más alta"

—Me he resistido a comparar las pandemias de Covid y peste porque la tasa de mortalidad en esta última fue mucho más alta. Pero las dos tenían una cualidad común importante. Si Wuhan, en 2019, y las montañas Tien Shan, en la década de 1330, no hubieran estado conectadas a redes globales, las pandemias no habrían ocurrido. Ambos eventos habrían sido solo desastres locales.

—Me ha llamado la atención el cuadro de la peste representada por una mujer. Cuando hay un hecho terrible, colectivos como los de las mujeres o los judíos enseguida eran señalados como posibles culpables. Eso no cambió con el paso de los siglos.

—Los judíos, desafortunadamente, habían sido durante mucho tiempo los chivos expiatorios predeterminados del cristianismo, y los pogromos eran comunes después de los brotes de peste. El efecto en las mujeres sobrevivientes fue más variado. Inicialmente, sus salarios mejoraron en relación con los hombres, y la escasez de mano de obra atrajo a más mujeres al mercado laboral remunerado. Como era a menudo el caso, la dominación masculina posteriormente revirtió estas ganancias. Pero en algunas regiones, como Galicia y el País Vasco, con la mitad de los hombres ausentes en el extranjero, las mujeres asumieron el liderazgo de los hogares, las granjas y los negocios.

—Soy de Burgos. En su libro habla de la gran importancia de la Mesta en el desarrollo del comercio en Europa. 

"Las exportaciones de lana y el sistema de la Mesta, con Burgos como su centro, prosperaron después de la peste"

—Creo que mi tesis sobre la peste puede arrojar nueva luz sobre muchas historias nacionales, incluida la de España. La economía española, en los siglos XV y XVI, no era la rezagada que cuenta la leyenda. Las exportaciones de lana y el sistema de la Mesta, con Burgos como su centro, prosperaron después de la peste, como señaló Fernand Braudel. Es una triste ironía que la peste provocó una duplicación instantánea del número de ovejas per cápita. En el sur, la región de Valencia también prosperó, al igual que Sevilla, aunque no lo hizo Barcelona. Todo esto ocurrió antes de 1492. Un siglo después, la ciudad industrial más grande del mundo, en la montaña de plata de Potosí en la actual Bolivia, hablaba español.

—Terminamos. El planteamiento de su libro es muy novedoso porque atribuye a un fenómeno económico, social y cultural un origen natural, no causado por la acción humana. ¿Ha tenido detractores de sus tesis?

—Algunos historiadores todavía creen que los humanos siempre hacen su propia historia. Pero la naturaleza sigue siendo capaz de sacudir las cosas.

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