Solicito que… Publican el testamento del Papa Francisco y es… puro Para Francisco

El último deseo del papa Francisco: humildad, devoción mariana y paz El testamento del papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años, ha sido finalmente revelado al mundo. En él, el pontífice argentino deja testimonio no solo de su fe profunda y su entrega pastoral, sino también de su deseo de partir de este ... Leer más

Apr 22, 2025 - 11:15
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Solicito que… Publican el testamento del Papa Francisco y es… puro Para Francisco

El último deseo del papa Francisco: humildad, devoción mariana y paz

El testamento del papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años, ha sido finalmente revelado al mundo. En él, el pontífice argentino deja testimonio no solo de su fe profunda y su entrega pastoral, sino también de su deseo de partir de este mundo con la misma humildad con la que vivió.

El documento, fechado el 29 de junio de 2022, fue hecho público tras confirmarse su fallecimiento por un ictus cerebral que desencadenó un coma y un fallo cardiocirculatorio irreversible. Su muerte ocurrió a las 07:35 horas en la residencia de la Casa Santa Marta, en el Vaticano.

Un lugar elegido con devoción

En su testamento, el papa expresa su voluntad de ser sepultado en uno de los lugares que marcó profundamente su pontificado: la basílica romana de Santa María la Mayor.

«Solicito que mi sepulcro sea preparado en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la citada Basílica Papal como se indica en el documento adjunto. El sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus», dejó escrito el papa.

Este deseo refleja no solo su predilección por la sencillez, sino también su vínculo espiritual con la Virgen María, a quien confió su ministerio desde el inicio de su pontificado.

Una vida confiada a la Madre de Dios

En las líneas más conmovedoras del testamento, Francisco reafirma su confianza en la Virgen María, a quien consideró su guía y refugio espiritual a lo largo de su vida sacerdotal y episcopal.

«Sintiendo que se acerca el fin de mi vida terrena y con viva esperanza en la Vida Eterna, deseo expresar mi voluntad solo respecto al lugar de mi sepultura. Siempre he confiado mi vida y mi ministerio sacerdotal y episcopal a la Madre de Nuestro Señor, María Santísima. Por eso, pido que mis restos mortales descansen en espera del día de la resurrección en la Basílica Papal de Santa María la Mayor», escribió el papa.

El lugar escogido para su descanso final no es casual: Francisco visitaba la basílica de Santa María la Mayor antes y después de cada uno de sus viajes apostólicos, encomendando su misión a la Virgen.

«Deseo que mi último viaje terrenal concluya precisamente en este antiguo santuario mariano donde fui a orar al inicio y al final de cada viaje apostólico para manifestar con confianza mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle su cuidado dócil y maternal», añade en el documento.

Discreción y previsión: detalles del entierro

Otro aspecto que subraya la humildad del papa es su deseo de no dejar a la Iglesia ninguna carga económica.

Francisco indica que los gastos de su entierro serán cubiertos por una suma previamente dispuesta por un benefactor: “que será entregada a Santa María la Mayor y de la cual he dado instrucciones oportunas a monseñor Rolandas Makrickas, comisionado extraordinario del Capítulo Liberiano”.

Con esta disposición, el pontífice muestra una vez más su preocupación por la transparencia y la responsabilidad económica incluso en el momento de su partida.

Una despedida en oración

El testamento concluye con un mensaje de esperanza y gratitud. Francisco deja un recuerdo imborrable de su entrega por la paz y el entendimiento entre los pueblos.

«Que el Señor conceda la recompensa merecida a quienes me han amado y continuarán orando por mí.»

Y, como ofrenda final: «Ofrecí al Señor el sufrimiento que se hizo presente en la última parte de mi vida por la paz en el mundo y la fraternidad entre los pueblos».

Con estas palabras, el papa Francisco cierra su legado, reafirmando los valores que marcaron su pontificado: humildad, servicio, devoción mariana y búsqueda constante de la paz global.