David McCloskey, de la CIA al thriller: «Nunca he conocido a un espía real con dilemas morales»

David McCloskey vivió en Siria durante quince años. En ese tiempo, vio como las revueltas se transformaban en guerra civil y ésta en un gran baño de sangre hasta hacer casi insoportable seguir allí. Analista de la CIA y agente de campo , tuvo que dejar la agencia y volver a Texas para seguir con su vida, alejarse del sin sentido y la nausea. Pero esto no es siempre fácil. «Había visto tanta sangre que mi cabeza no acababa de asumir la realidad de todo aquello. Empecé a escribir sólo para intentar dar sentido a aquella guerra descarnada», comenta en declaraciones a ABC. En principio, no escribía para intentar publicar, ni con la idea de construir una novela. A la manera de Kurt Vonnegut y el bombardeo de Dresde, sólo quería dar forma a la tragedia para poder superarla de algún modo y no vivir esclavo del trauma. Pero lo que en principio fue una fórmula terapéutica de autodefensa, pronto se transformó en una nueva forma de vida. «Sin saber cómo, de repente me encontré escribiendo seis, ocho hasta diez horas seguidas dando forma a mis recuerdos hiperactivos y a una creatividad que no sabía que tenía dentro», recuerda McCloskey. Estos primeros intentos se transformaron pronto en una primera novela, 'Estación Damasco' (Salamandra) , un apasionante thriller de espías en la Siria contemporánea aclamada por público y crítica que vieron, por un lado, la verisimilitud de alguien que sabe de lo que habla y la intensidad de alguien que sabe construir una adictiva y apasionante historia. «A veces llamaba a viejos colegas y les pedía el permiso para usar sus historias. Ninguno se ha quejado de momento. Además, tiño mucho los elementos reales con los elementos de ficción. Por otra lado, en la CIA hay una cultura muy intensa de bromas e inocentadas», afirma el escritor, que sabe bien que siempre es mejor no molestar a la persona equivocada. Después del éxito de la primera novela y las comparaciones con John Le Carré «lo que es ridículo, un gran reclamo de marketing, pero no puedes prestar atención a estas cosas», ahora nos llega 'Moscú X' (Salamandra) , una nueva aproximación al espionaje contemporáneo. «Quería plantearme qué pasaría si la CIA fuese a por todas contra Putin y realizase una operación para desestabilizar su gobierno. Tendrían que ir contra su dinero», asegura el escritor. De esta forma, viajaremos a este Moscú de banqueros corruptos, oligarcas peligrosas y astutas, agentes que juegan a dos y tres bandas y espías infiltrados en un mundo cerrado, tan difícil de entrar como de escapar una vez dentro. «El mundo está cambiando a una velocidad vertiginosa. Ya no parecen existir dos bandos claros, todo es más líquido. No digo que Le Carré lo tuviera más fácil a la hora de escribir sobre espías, pero hoy día podrías proponer el argumento más loco y absurdo que dos años después podría ser el más realista», afirma McCloskey. El escritor es un hombre muy alto, casi dos metros, apuesto, de apretón fuerte, y un rostro aniñado que le debió servir muchas veces para bajar las defensas de sus interlocutores. «A las novelas de espías y a las películas les gusta jugar con la idea de que los espías son personas torturadas con dudas morales . Sin embargo, en todos mis años en la CIA nunca conocí a un espía con dilemas morales. Desde el principio saben que van a otro país a robar información y dárselo a su potencial enemigo. Y saben las vicisitudes que a veces tienen que hacer para conseguirlo. Lo único que se arrepienten, y esto les pasa a la mayoría, es haber sido malos maridos, esposas, padres o madres», señala McCloskey. El escritor está en plena gira europea de promoción de su nuevo libro y desde el momento en que pisó el viejo continente, todos le hacen la misma pregunta: ¿El mundo de los bloques ya se ha acabado? ¿De qué lado está Estados Unidos , del de Rusia o de Europa? «Es la gran preocupación actual y es difícil saberlo. Desde Estados Unidos estamos tan desconcertados como vosotros. El juego de espías está cambiando y no es fácil cambiar con él», señala. Habla sin parar del 'spy game', el juego de espías, y cómo desde la ficción es casi imposible hacer interesante sus nuevas formas. «Antes tenías que mandar un operativo a otro país, que fuese creciendo su red de contactos e introduciéndose en diferentes estamentos del territorio. Así se creaba el conflicto. Ahora todo son móviles, cámaras, tecnoespionaje y en realidad ya no es necesario. Sin embargo, en la ficción necesitas el drama humano. Este es el reto de novelas realistas que muestren los conflictos contemporáneos», comenta McCloskey. 'Moscú X' es su segunda novela, donde nos introduce al personaje más interesante de todo su universo, Artemis Aphrodite Procter , una espía de armas tomar, de gran determinación y algo de anarquía. «La persona real en que está inspirado era mucho peor, bajita, pelo rizado, siempre con un cuchillo encima. Pero sólo era una agente de campo, no era una superheroina, ni estaba en grandes persecuciones de coches por en medio de la ciudad

Apr 19, 2025 - 04:17
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David McCloskey, de la CIA al thriller: «Nunca he conocido a un espía real con dilemas morales»
David McCloskey vivió en Siria durante quince años. En ese tiempo, vio como las revueltas se transformaban en guerra civil y ésta en un gran baño de sangre hasta hacer casi insoportable seguir allí. Analista de la CIA y agente de campo , tuvo que dejar la agencia y volver a Texas para seguir con su vida, alejarse del sin sentido y la nausea. Pero esto no es siempre fácil. «Había visto tanta sangre que mi cabeza no acababa de asumir la realidad de todo aquello. Empecé a escribir sólo para intentar dar sentido a aquella guerra descarnada», comenta en declaraciones a ABC. En principio, no escribía para intentar publicar, ni con la idea de construir una novela. A la manera de Kurt Vonnegut y el bombardeo de Dresde, sólo quería dar forma a la tragedia para poder superarla de algún modo y no vivir esclavo del trauma. Pero lo que en principio fue una fórmula terapéutica de autodefensa, pronto se transformó en una nueva forma de vida. «Sin saber cómo, de repente me encontré escribiendo seis, ocho hasta diez horas seguidas dando forma a mis recuerdos hiperactivos y a una creatividad que no sabía que tenía dentro», recuerda McCloskey. Estos primeros intentos se transformaron pronto en una primera novela, 'Estación Damasco' (Salamandra) , un apasionante thriller de espías en la Siria contemporánea aclamada por público y crítica que vieron, por un lado, la verisimilitud de alguien que sabe de lo que habla y la intensidad de alguien que sabe construir una adictiva y apasionante historia. «A veces llamaba a viejos colegas y les pedía el permiso para usar sus historias. Ninguno se ha quejado de momento. Además, tiño mucho los elementos reales con los elementos de ficción. Por otra lado, en la CIA hay una cultura muy intensa de bromas e inocentadas», afirma el escritor, que sabe bien que siempre es mejor no molestar a la persona equivocada. Después del éxito de la primera novela y las comparaciones con John Le Carré «lo que es ridículo, un gran reclamo de marketing, pero no puedes prestar atención a estas cosas», ahora nos llega 'Moscú X' (Salamandra) , una nueva aproximación al espionaje contemporáneo. «Quería plantearme qué pasaría si la CIA fuese a por todas contra Putin y realizase una operación para desestabilizar su gobierno. Tendrían que ir contra su dinero», asegura el escritor. De esta forma, viajaremos a este Moscú de banqueros corruptos, oligarcas peligrosas y astutas, agentes que juegan a dos y tres bandas y espías infiltrados en un mundo cerrado, tan difícil de entrar como de escapar una vez dentro. «El mundo está cambiando a una velocidad vertiginosa. Ya no parecen existir dos bandos claros, todo es más líquido. No digo que Le Carré lo tuviera más fácil a la hora de escribir sobre espías, pero hoy día podrías proponer el argumento más loco y absurdo que dos años después podría ser el más realista», afirma McCloskey. El escritor es un hombre muy alto, casi dos metros, apuesto, de apretón fuerte, y un rostro aniñado que le debió servir muchas veces para bajar las defensas de sus interlocutores. «A las novelas de espías y a las películas les gusta jugar con la idea de que los espías son personas torturadas con dudas morales . Sin embargo, en todos mis años en la CIA nunca conocí a un espía con dilemas morales. Desde el principio saben que van a otro país a robar información y dárselo a su potencial enemigo. Y saben las vicisitudes que a veces tienen que hacer para conseguirlo. Lo único que se arrepienten, y esto les pasa a la mayoría, es haber sido malos maridos, esposas, padres o madres», señala McCloskey. El escritor está en plena gira europea de promoción de su nuevo libro y desde el momento en que pisó el viejo continente, todos le hacen la misma pregunta: ¿El mundo de los bloques ya se ha acabado? ¿De qué lado está Estados Unidos , del de Rusia o de Europa? «Es la gran preocupación actual y es difícil saberlo. Desde Estados Unidos estamos tan desconcertados como vosotros. El juego de espías está cambiando y no es fácil cambiar con él», señala. Habla sin parar del 'spy game', el juego de espías, y cómo desde la ficción es casi imposible hacer interesante sus nuevas formas. «Antes tenías que mandar un operativo a otro país, que fuese creciendo su red de contactos e introduciéndose en diferentes estamentos del territorio. Así se creaba el conflicto. Ahora todo son móviles, cámaras, tecnoespionaje y en realidad ya no es necesario. Sin embargo, en la ficción necesitas el drama humano. Este es el reto de novelas realistas que muestren los conflictos contemporáneos», comenta McCloskey. 'Moscú X' es su segunda novela, donde nos introduce al personaje más interesante de todo su universo, Artemis Aphrodite Procter , una espía de armas tomar, de gran determinación y algo de anarquía. «La persona real en que está inspirado era mucho peor, bajita, pelo rizado, siempre con un cuchillo encima. Pero sólo era una agente de campo, no era una superheroina, ni estaba en grandes persecuciones de coches por en medio de la ciudad. Su único interés era recabar información y proteger a sus activos, nada más», sentencia McCloskey, que espera que la persona real no se entere nunca de que existe un personaje de ficción basado en ella. Procter protagonizará la siguiente novela, en esta ocasión una historia sobre la caza de un topo de Moscú dentro de la CIA . «La figura del topo es muy común dentro de las esferas más bajas de inteligencia. Incluso hay veces que el agente ni siquiera lo sabe. Lo que no es habitual es cuando este 'topo' está en las altas esferas. Esto sí que es más producto de la ficción que otra cosa. En este caso yo quería preguntarme no sólo qué significa traicionar a tu país, sino a tus mejores amigos, con los que convives cada día», asegura McCloskey, que ha tomado a 'Tinker Tailor Soldier Spy' (El Topo), de John Le Carré, como inspiración. Siempre volvemos a Le Carré. Como ahora volveremos a McCloskey.