'Després del final': la mente, un oscuro búnker

Dennis Kelly es uno de los dramaturgos, guionistas y productores de cine, teatro y televisión más talentosos del Reino Unido. Si el nombre no les suena, por sus obras lo conocerán: ' ADN ', texto de lectura en las escuelas; libreto de ' Matilda, el musical ' que produjo para la Royal Shakespeare Company; thrillers para la BBC; la película 'Mar Negro' o el monólogo 'Girls & Boys'. Antes de volcarse en la escritura, Kelly trabajaba en un supermercado y bebía mucho. Alcohólicos Anónimos y el empuje de la actriz Sharon Horgan como su Pigmalion rescataron a Kelly del hoyo: su talento comenzó a brillar franqueada la treintena. La sala Versus recupera ' After the End ' ('Después del final'), una de sus primeras obras. Kelly la estrenó en 2005, cuando el mundo temblaba todavía por los atentados del 11-S a las Torres Gemelas: Louise se despierta en el refugio antinuclear que tiene su amigo Mark bajo el jardín de su casa. La explicación de su inesperado anfitrión es que hubo un ataque nuclear mientras los dos estaban en el pub. Ella se desmayó y él la llevó a ese lugar seguro: allí deberán permanecer durante un tiempo hasta que la radiación del exterior ya no amenace sus vidas. Louis, agradecida, lamenta que ella y sus amigos hicieran burla de la obsesión de Mark por su refugio nuclear. Gracias a lo que parecía una paranoia ahora podrán sobrevivir con los víveres, el agua y las mantas que él había almacenado. La radio no funciona. La única distracción es escuchar en la casete canciones de los ochenta y jugar al 'Dungeons & Dragons' mientras suena ' Jeanne of Arc ' de la OMD. Con las llaves de la puerta y el baúl de la comida, Mark irá desvelando un comportamiento posesivo hasta convertir a Louise en su rehén. Ramon Pujol encarna con solvencia a ese anfitrión que evoluciona del tartamudeo por su complejo de inferioridad a la seguridad del abusador. Meritxell Calvo expresa con acierto el tránsito de la confianza en quien parecía su protector hacia la sospecha y el miedo. Después del final nada será como antes: la mente deviene en oscuro búnker del que es difícil salir.

Mar 14, 2025 - 14:43
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'Després del final': la mente, un oscuro búnker
Dennis Kelly es uno de los dramaturgos, guionistas y productores de cine, teatro y televisión más talentosos del Reino Unido. Si el nombre no les suena, por sus obras lo conocerán: ' ADN ', texto de lectura en las escuelas; libreto de ' Matilda, el musical ' que produjo para la Royal Shakespeare Company; thrillers para la BBC; la película 'Mar Negro' o el monólogo 'Girls & Boys'. Antes de volcarse en la escritura, Kelly trabajaba en un supermercado y bebía mucho. Alcohólicos Anónimos y el empuje de la actriz Sharon Horgan como su Pigmalion rescataron a Kelly del hoyo: su talento comenzó a brillar franqueada la treintena. La sala Versus recupera ' After the End ' ('Después del final'), una de sus primeras obras. Kelly la estrenó en 2005, cuando el mundo temblaba todavía por los atentados del 11-S a las Torres Gemelas: Louise se despierta en el refugio antinuclear que tiene su amigo Mark bajo el jardín de su casa. La explicación de su inesperado anfitrión es que hubo un ataque nuclear mientras los dos estaban en el pub. Ella se desmayó y él la llevó a ese lugar seguro: allí deberán permanecer durante un tiempo hasta que la radiación del exterior ya no amenace sus vidas. Louis, agradecida, lamenta que ella y sus amigos hicieran burla de la obsesión de Mark por su refugio nuclear. Gracias a lo que parecía una paranoia ahora podrán sobrevivir con los víveres, el agua y las mantas que él había almacenado. La radio no funciona. La única distracción es escuchar en la casete canciones de los ochenta y jugar al 'Dungeons & Dragons' mientras suena ' Jeanne of Arc ' de la OMD. Con las llaves de la puerta y el baúl de la comida, Mark irá desvelando un comportamiento posesivo hasta convertir a Louise en su rehén. Ramon Pujol encarna con solvencia a ese anfitrión que evoluciona del tartamudeo por su complejo de inferioridad a la seguridad del abusador. Meritxell Calvo expresa con acierto el tránsito de la confianza en quien parecía su protector hacia la sospecha y el miedo. Después del final nada será como antes: la mente deviene en oscuro búnker del que es difícil salir.