El documental que muestra la caza "como hienas" del Caravaggio que casi se vende en Madrid por 1.500 euros

Álvaro Longoria accede a las bambalinas de los marchantes de arte que lucharon por llevarse el cuadro en 'The Sleeper, el Caravaggio perdido', el documental que ha presentado en MálagaDaniel Guzmán: “La culpa es fascista, te controla y no te deja evolucionar como persona” 1.500 euros. Ese era el precio de salida del cuadro que la familia Pérez de Castro Méndez pretendía vender en una subasta en Ansorena, en Madrid en 2021. Un cuadro que había estado con ellos durante décadas, en su salón, y que por una mudanza habían decidido deshacerse de él. Les habían dicho siempre que era un buen cuadro, que incluso podría ser del círculo de José de Ribera, pero lo que no podían imaginar, es que habían tenido en su poder un Caravaggio perdido. Una joya pictórica que muchos llevaban tiempo buscando y que de repente aparecía en el catálogo online de una casa de subastas española.  Aunque ellos no fueran conscientes, los marchantes de arte no tuvieron duda cuando vieron aquella foto que empezó a mandarse por grupos de WhatsApp que aquello podía ser una joya. La lucha por hacerse con lo que podía ser un Ecce Homo de Caravaggio comenzó. Entre bambalinas se produjo una carrera por ser el más hábil para gestionar la compra. Finalmente, el marchante que lo logró fue otro español, Jorge Coll, y lo poco que se ha sabido de todo el proceso fue que, tras ser declarado Bien de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura, el cuadro fue comprado por una persona anónima. La obra se ha podido ver durante meses en el Prado —ahora se encuentra en Italia— porque la familia puso como condición a la venta que tenía que ser expuesto en España. Nada se sabe del precio final (que se estima en 36 millones), ni de la identidad del filántropo anónimo, ni de las condiciones de la cesión entre el comprador y el Ministerio de Cultura. Tampoco ofrece esas respuestas The sleeper, el Caravaggio perdido, el documental que ha dirigido Álvaro Longoria sobre el proceso de compra del cuadro. Lo que sí ofrece el director es un acceso único a las bambalinas de toda la operación. Una versión de Ocean’s Eleven donde los dealers, los marchantes de arte, usan todas sus armas para gestionar la venta de un sleeper, un cuadro que ha estado dormido durante años y aparece de repente llamando la atención de todo el sector. También para llevarse una parte del pastel. Como dice uno de los marchantes que aparecen en el filme, en cuanto vieron aquella imagen en el catálogo online todos se lanzaron “como hienas” a por el cuadro. Un thriller documental a tiempo real que nace de un golpe de suerte. Cuando Álvaro Longoria empezó a leer en la prensa todo lo que estaba ocurriendo con el Caravaggio que se iba a vender por 1.500 euros llamó a su amigo Jorge Coll. “Le llamé y le dije, ‘¿qué está pasando?’, y me dijo que no solo había una historia dentro, sino que posiblemente el cuadro se lo quedara él. Así que yo le dije que si el cuadro se lo quedaba él, entonces lo rodaría yo. Me dijo que sí, y cerramos un acuerdo que me permitió entrar detrás de la barrera de la confidencialidad”, cuenta Longoria sobre los orígenes del proyecto desde el Festival de Málaga, donde se ha presentado el documental.  En todo el proceso se dio cuenta de que aquel cuadro no era un simple cuadro, era “la estrella del rock”. También de que todo aquello era una cuestión de “muchos millones” en donde todos los marchantes querían salir como vencedores. “Eso fue brutal. Yo he recibido mensajes de 20 expertos diciendo que ellos fueron los primeros en decir que era un Caravaggio. El otro día en Roma me llamó uno quejándose por no estar en el documental porque también decía que fue el primero. Fue una carrera de locos. Los dealers italianos se vinieron todos a Madrid a intentar comprar el cuadro y a hacer ofertas cada vez más altas. Pagaban 20 millones sin haber visto siquiera el cuadro, solo habían visto un mensaje de WhatsApp”, explica y resume todo en que al final era una operación en donde “había mucho dinero en juego”. En esta historia hay avaricia, honor, ego y reputación. Y, obviamente, mucho dinero. En el mundo del arte ser el que ha descubierto el Caravaggio es lo máximo. Es ganar la Champions Álvaro Longoria — Cineasta y productor También se ve en la película que hay mucha adrenalina. El gusto por decir ‘fui yo’. Álvaro Longoria define los elementos de esta historia: “Hay avaricia, honor, ego y reputación. Y, obviamente, mucho dinero. En el mundo del arte ser el que ha descubierto el Caravaggio es lo máximo. Es como ganar la Champions. Eres el que tiene el ojo, el que estuvo allí en el momento adecuado. Tú ves que estos dealers, muchos de ellos son multimillonarios, y para ellos es una cuestión de ego”, resumen. Lo que le chocó fue que mientras esta gente es capaz de pagar m

Mar 15, 2025 - 22:14
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El documental que muestra la caza "como hienas" del Caravaggio que casi se vende en Madrid por 1.500 euros

El documental que muestra la caza "como hienas" del Caravaggio que casi se vende en Madrid por 1.500 euros

Álvaro Longoria accede a las bambalinas de los marchantes de arte que lucharon por llevarse el cuadro en 'The Sleeper, el Caravaggio perdido', el documental que ha presentado en Málaga

Daniel Guzmán: “La culpa es fascista, te controla y no te deja evolucionar como persona”

1.500 euros. Ese era el precio de salida del cuadro que la familia Pérez de Castro Méndez pretendía vender en una subasta en Ansorena, en Madrid en 2021. Un cuadro que había estado con ellos durante décadas, en su salón, y que por una mudanza habían decidido deshacerse de él. Les habían dicho siempre que era un buen cuadro, que incluso podría ser del círculo de José de Ribera, pero lo que no podían imaginar, es que habían tenido en su poder un Caravaggio perdido. Una joya pictórica que muchos llevaban tiempo buscando y que de repente aparecía en el catálogo online de una casa de subastas española. 

Aunque ellos no fueran conscientes, los marchantes de arte no tuvieron duda cuando vieron aquella foto que empezó a mandarse por grupos de WhatsApp que aquello podía ser una joya. La lucha por hacerse con lo que podía ser un Ecce Homo de Caravaggio comenzó. Entre bambalinas se produjo una carrera por ser el más hábil para gestionar la compra. Finalmente, el marchante que lo logró fue otro español, Jorge Coll, y lo poco que se ha sabido de todo el proceso fue que, tras ser declarado Bien de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura, el cuadro fue comprado por una persona anónima.

La obra se ha podido ver durante meses en el Prado —ahora se encuentra en Italia— porque la familia puso como condición a la venta que tenía que ser expuesto en España. Nada se sabe del precio final (que se estima en 36 millones), ni de la identidad del filántropo anónimo, ni de las condiciones de la cesión entre el comprador y el Ministerio de Cultura. Tampoco ofrece esas respuestas The sleeper, el Caravaggio perdido, el documental que ha dirigido Álvaro Longoria sobre el proceso de compra del cuadro.

Lo que sí ofrece el director es un acceso único a las bambalinas de toda la operación. Una versión de Ocean’s Eleven donde los dealers, los marchantes de arte, usan todas sus armas para gestionar la venta de un sleeper, un cuadro que ha estado dormido durante años y aparece de repente llamando la atención de todo el sector. También para llevarse una parte del pastel. Como dice uno de los marchantes que aparecen en el filme, en cuanto vieron aquella imagen en el catálogo online todos se lanzaron “como hienas” a por el cuadro.

Un thriller documental a tiempo real que nace de un golpe de suerte. Cuando Álvaro Longoria empezó a leer en la prensa todo lo que estaba ocurriendo con el Caravaggio que se iba a vender por 1.500 euros llamó a su amigo Jorge Coll. “Le llamé y le dije, ‘¿qué está pasando?’, y me dijo que no solo había una historia dentro, sino que posiblemente el cuadro se lo quedara él. Así que yo le dije que si el cuadro se lo quedaba él, entonces lo rodaría yo. Me dijo que sí, y cerramos un acuerdo que me permitió entrar detrás de la barrera de la confidencialidad”, cuenta Longoria sobre los orígenes del proyecto desde el Festival de Málaga, donde se ha presentado el documental. 

En todo el proceso se dio cuenta de que aquel cuadro no era un simple cuadro, era “la estrella del rock”. También de que todo aquello era una cuestión de “muchos millones” en donde todos los marchantes querían salir como vencedores. “Eso fue brutal. Yo he recibido mensajes de 20 expertos diciendo que ellos fueron los primeros en decir que era un Caravaggio. El otro día en Roma me llamó uno quejándose por no estar en el documental porque también decía que fue el primero. Fue una carrera de locos. Los dealers italianos se vinieron todos a Madrid a intentar comprar el cuadro y a hacer ofertas cada vez más altas. Pagaban 20 millones sin haber visto siquiera el cuadro, solo habían visto un mensaje de WhatsApp”, explica y resume todo en que al final era una operación en donde “había mucho dinero en juego”.

En esta historia hay avaricia, honor, ego y reputación. Y, obviamente, mucho dinero. En el mundo del arte ser el que ha descubierto el Caravaggio es lo máximo. Es ganar la Champions

Álvaro Longoria Cineasta y productor

También se ve en la película que hay mucha adrenalina. El gusto por decir ‘fui yo’. Álvaro Longoria define los elementos de esta historia: “Hay avaricia, honor, ego y reputación. Y, obviamente, mucho dinero. En el mundo del arte ser el que ha descubierto el Caravaggio es lo máximo. Es como ganar la Champions. Eres el que tiene el ojo, el que estuvo allí en el momento adecuado. Tú ves que estos dealers, muchos de ellos son multimillonarios, y para ellos es una cuestión de ego”, resumen. Lo que le chocó fue que mientras esta gente es capaz de pagar millonadas por un cuadro, los historiadores que tienen que acreditar que ese Caravaggio cobran solo 3.000 euros. 

Con esos mimbres tuvo claro que lo que había, aunque fuera un documental, era “un thriller de Fincher, una especia de El secreto de Thomas Crown”. “No quería hacer una disertación filosófica sobre el mundo del arte, o una clase de historia sobre Caravaggio, lo que quería era contar una historia de una familia que tiene algo que vale mucho dinero, que no saben lo que tienen, y todos aquellos que acompañan este proceso para sacar el máximo dinero posible”, subraya.

Para cerrar la historia, “el que compra el cuadro nadie sabe quién es, es una persona o institución anónima, lo que hace todo más sorprendente”. ¿Y Álvaro Longoria tampoco lo sabe después de acompañar a Jorge Coll? El cineasta se ríe y confiesa: “Sé quién es, pero no lo puedo contar porque tengo un acuerdo de confidencialidad. También sé por cuanto lo ha vendido”. Lo que no sabe son las condiciones del acuerdo con el Prado. Por eso cree que habrá más episodios, porque nadie sabe dónde estará el cuadro dentro de tres meses. “Hay demasiadas incógnitas”, zanja.

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