El estado de la accesibilidad digital en Europa: luces y sombras ante el EAA 2025
Descubre el estado de la accesibilidad digital en Europa y los retos del EAA 2025. ¿Está tu país preparado para este cambio?

A medida que se acerca la fecha límite para la implementación del European Accessibility Act (EAA) en 2025, la realidad es que no todos los países de la UE están igual de preparados. Aunque la directiva de accesibilidad web de 2018 ya estableció estándares en el sector público, la gran novedad del EAA es que extiende estas obligaciones al sector privado, lo que supone un desafío aún mayor.
El equipo de Nexer ha analizado la madurez en accesibilidad digital de los 27 países de la UE, además del Reino Unido, para entender dónde están realmente posicionados en esta carrera por la inclusión digital. Vamos a desgranarlo porque es muy relevante lo que se dice en él.
Metodología: cómo se ha medido la accesibilidad digital
El análisis se ha basado en cinco factores clave:
- Legislación y políticas: grado de adopción de normativas como la Directiva de Accesibilidad Web.
- Implementación y control: si se monitoriza y hace cumplir la normativa.
- Concienciación y formación: nivel de sensibilización del público y programas de formación en accesibilidad.
- Experiencia de usuario e inclusión: participación de personas con discapacidad en el diseño y testeo de servicios digitales.
- Innovación y colaboración: grado de cooperación entre el sector público, privado y organizaciones sociales.
A partir de estos criterios, cada país ha sido clasificado en una escala del 1 al 5, donde 1 representa los países que apenas han comenzado a trabajar en accesibilidad y 5 a los que han integrado estas prácticas de manera más estructural.
Resultados: los países más y menos preparados
- Los líderes (nivel 5): Suecia, Finlandia, Dinamarca y Reino Unido han conseguido una integración sólida de la accesibilidad digital, con monitorización activa y un compromiso importante tanto del sector público como en el privado.
- Países con enfoque estructurado (nivel 4): Estonia, Irlanda, Países Bajos y Alemania han avanzado de manera significativa, pero aún tienen camino por recorrer en términos de innovación o participación de usuarios.
- En fase de desarrollo (nivel 3): España, Francia, Italia, Austria, Bélgica y otros han adoptado la legislación, pero con una implementación más irregular.
- Aplicación inconsistente (nivel 2): Portugal, Grecia, Bulgaria, Croacia, Hungría y Rumanía han desarrollado algunas políticas, pero la sensibilización pública es baja y el cumplimiento es desigual.
- A la cola (nivel 1): Malta, Chipre y Polonia están en una etapa muy inicial, con muy escasa implementación de la normativa de accesibilidad.
Casos destacados
- Suecia es el referente absoluto, con una fuerte legislación, campañas de concienciación y un sector privado que está muy implicado en la accesibilidad digital.
- Italia ha adoptado la normativa, pero su aplicación es inconsistente y muchos sitios web gubernamentales aún no cumplen con los estándares que deberían.
- Malta necesita todavía un esfuerzo muy importante en formación y en recursos para ponerse al día.
¿Y ahora qué?
El informe deja bastante claro que el nivel de preparación en la UE es muy desigual. Mientras algunos países, con muy buen criterio, han convertido la accesibilidad digital en una prioridad real, otros están en fases iniciales o con estrategias descoordinadas.
Con la llegada del European Accessibility Act en 2025, el sector privado deberá reaccionar rápido para cumplir con las normativas. Esto, de hecho lo podemos confirmar en Torresburriel Estudio por la importante cantidad de proyectos vinculados con accesibilidad digital que hemos abordado en los últimos meses. Pero la accesibilidad no es solo una cuestión de cumplimiento legal, sino de ofrecer servicios digitales realmente inclusivos y funcionales para todas las personas.
La accesibilidad no es un destino, es un proceso, que además es (debe ser) continuo. Las empresas que entiendan esto no sólo evitarán problemas regulatorios, sino que mejorarán sus productos digitales (y servicios) y llegarán a más personas. En este punto, la pregunta clave es: ¿queremos cumplir con la normativa o queremos hacer las cosas bien de verdad?
Foto de portada de Carl Heyerdahl en Unsplash.