Un menú de 1906
El dichoso anuncio ―y bien dichosos que serían sus beneficiarios― se publicó en el suplemento número 29 de 1906 de El Norte de Castilla, y decía así. GRAN CAFÉ COLÓN.- Menú de hoy: Almuerzo Huevos a la turca. Pollos salteados. Salmón a la Metro-hotel. Filete de solomillo a la rusa. Tocinos de cielo. Postres... Leer más La entrada Un menú de 1906 aparece primero en Zenda.

Hace unos días, hojeando y ojeando periódicos viejos ―esos periódicos que se han pasado de fecha pero siguen siendo atractivos para el lector―, me topé con un curioso anuncio que me dio qué pensar. Decía Cervantes que él era un gran lector, capaz de leer hasta los papeles que movía el viento por la calle. A mí, modestamente, me pasa lo mismo. Con la diferencia, muy ventajosa, de que no tengo que andar por la calle y los leo en casa, unas veces en directo, y otras en diferido, esto es, en el ordenador. Me gusta navegar, cuando tengo un rato libre, por las páginas de los periódicos reunidos en la Prensa Histórica.
GRAN CAFÉ COLÓN.- Menú de hoy:
Almuerzo
Huevos a la turca.
Pollos salteados.
Salmón a la Metro-hotel.
Filete de solomillo a la rusa.
Tocinos de cielo.
Postres variados.
Precio, cuatro pesetas.
Comida
Ordubres.
Consomé Celestino.
Solomillo a la Duquesa.
Salmón mayonesa.
Espárragos.
Perdices al costrón.
Jamón en dulce.
Buñuelos de viento.
Postres variados.
Precio, cinco pesetas
Varias consideraciones (todas graciosas o históricas). Tal abundancia de manjares puestos a disposición de la clientela por un restaurante era mucha pitanza y el mejor síntoma de que se estaba saliendo de los años del hambre, que volverían después.
“Ordubres” es la castellanización de la palabra francesa “hors-d’oeuvre”, que significa entremeses. Se conoce que la palabra francesa había sido cogida al vuelo por el autor del menú.
El “consomé Celestino” lo suponemos creación del cocinero de la casa.
En el Restaurante Colón, existente ya a comienzos del siglo XX, se daban proyecciones de cine, con películas de corta duración (era lo que había) para entretener a los comensales con el invento del siglo.
Este establecimiento de comidas, sito en la calle de Santiago de Valladolid, en el año 1930 cesó en su actividad. Y en sus dependencias se instalaron en 1931 la Redacción y Talleres del diario Libertad, que nació como semanario y fue fundado por Onésimo Redondo.
Hacemos notar que en el menú que se ofrecía se diferenciaban los platos para el almuerzo de los platos de la comida. Son dos comidas distintas de una alimentación verdadera y a distintas horas. O al menos lo eran cuando, tiempo atrás, se almorzaba y se comía ritual y acostumbradamente. El diccionario de la Real Academia Española da soluciones para elegir: “Almuerzo. (Del art. ár. al- y el lat. morsus, mordisco).1. m. Comida que se toma por la mañana. 2. m. Comida del mediodía o primeras horas de la tarde”.
Al saber que la palabra “almuerzo” tiene un origen árabe, al incluirse el componente “morsus”, mordisco, nos obliga, lógicamente, a pensar que se trata de un mordisco en alimento sólido. Y por tanto, podría tratarse de un “tentempié” de media mañana a la espera de que llegue la comida con varios platos.
Que el diccionario maestro nos ponga en dudas resulta divertido. Dice que el almuerzo es una comida que se hace “por la mañana”. Pero la mañana, según para quién, puede empezar muy pronto en función de la profesión y de las necesidades a las que le obligue al individuo dicha profesión u oficio. Lo mismo pasa con ciertas aficiones campestres que se ejecutan al aire libre y que requieren un refrigerio y un trago de vino. Por ejemplo, los cazadores suelen hacer una pausa en la cazata, alrededor de las doce de la mañana, para reponer fuerzas con lo que ellos llaman “la hora del taco”, que suele ser un tentempié a base de tacos de jamón y rajas de chorizo, y “tientos” a la bota de vino.
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