La receta con espárragos que nada tiene que envidiar a la lasaña es fácil, cargada de proteínas y sin nada de carne
Cuando hablamos de sacar a pasear al horno, hay vida en el terreno de los gratinados más allá de las recetas italianas. Es cierto que la lasaña y los canelones suelen llevarse la palma en estas lides, pero no son los únicos remedios en los que aprovechar un buen queso para rematar la faena. Ahora, que los espárragos en conserva están a muy buen precio, tenemos una receta perfecta que no tiene nada que envidiar a esos clásicos italianos y que, a su manera, también es un buen gratinado en estos espárragos rellenos de gambas y huevo duro. Además, va a venir cargado de proteínas –porque el espárrago– no va a venir solo, así que vamos a convertir una lata de espárragos blancos en conserva en un plato principal potente y completo que gustará a todo el mundo en casa. Lo único que necesitas son espárragos, unas cuantas gambas o langostinos (que pueden ser descongelados) y unos huevos duros, la base de la receta. A partir de ahí solo hará falta un poco de kétchup, mayonesa y hacer una bechamel que, como veréis, tendrá todo el sabor de los espárragos. Empezamos cociendo unos huevos duros, mientras preparamos el resto de la receta. Escurrimos los espárragos en papel de cocina, sin tirar el agua, y los cortamos a lo largo, sin llegar a la base del espárrago. Picamos muy finos los langostinos cocidos y, cuando estén los huevos duros, también los pelamos y picamos. En Directo al Paladar Así de fácil nos enseña Karlos Arguiñano a pelar y cocer espárragos blancos frescos en casa Mezclamos en un bol langostinos, huevo duro, sal, mayonesa, kétchup e integramos bien. Con esa farsa, tras ponerlos en una fuente apta para horno, rellenamos los espárragos. Aparte, hacemos una bechamel tradicional, solo que cuando incorporamos la leche también añadimos el agua de los espárragos. Si son buenos espárragos, este agua será muy sabrosa. Si no lo son, amargará más de la cuenta. Podéis, a voluntad, obviar el paso de integrar el agua. Lo que sí tiene que ser es una bechamel ligada pero no muy espesa, con la que cubriremos los espárragos y, sobre ellos, el queso rallado. Solo habrá que hornear 15 minutos a 180 ºC con el horno precalentado y, finalmente, darle un toque de grill de cinco minutos para que se doren. Imágenes | DAP En DAP | Cómo cocer espárragos blancos En DAP | Por qué huele mal el pis cuando comemos espárragos - La noticia La receta con espárragos que nada tiene que envidiar a la lasaña es fácil, cargada de proteínas y sin nada de carne fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Jaime de las Heras .

Cuando hablamos de sacar a pasear al horno, hay vida en el terreno de los gratinados más allá de las recetas italianas. Es cierto que la lasaña y los canelones suelen llevarse la palma en estas lides, pero no son los únicos remedios en los que aprovechar un buen queso para rematar la faena.
Ahora, que los espárragos en conserva están a muy buen precio, tenemos una receta perfecta que no tiene nada que envidiar a esos clásicos italianos y que, a su manera, también es un buen gratinado en estos espárragos rellenos de gambas y huevo duro.
Además, va a venir cargado de proteínas –porque el espárrago– no va a venir solo, así que vamos a convertir una lata de espárragos blancos en conserva en un plato principal potente y completo que gustará a todo el mundo en casa.
Lo único que necesitas son espárragos, unas cuantas gambas o langostinos (que pueden ser descongelados) y unos huevos duros, la base de la receta. A partir de ahí solo hará falta un poco de kétchup, mayonesa y hacer una bechamel que, como veréis, tendrá todo el sabor de los espárragos.
Empezamos cociendo unos huevos duros, mientras preparamos el resto de la receta. Escurrimos los espárragos en papel de cocina, sin tirar el agua, y los cortamos a lo largo, sin llegar a la base del espárrago. Picamos muy finos los langostinos cocidos y, cuando estén los huevos duros, también los pelamos y picamos.
Mezclamos en un bol langostinos, huevo duro, sal, mayonesa, kétchup e integramos bien. Con esa farsa, tras ponerlos en una fuente apta para horno, rellenamos los espárragos.
Aparte, hacemos una bechamel tradicional, solo que cuando incorporamos la leche también añadimos el agua de los espárragos. Si son buenos espárragos, este agua será muy sabrosa. Si no lo son, amargará más de la cuenta. Podéis, a voluntad, obviar el paso de integrar el agua.
Lo que sí tiene que ser es una bechamel ligada pero no muy espesa, con la que cubriremos los espárragos y, sobre ellos, el queso rallado. Solo habrá que hornear 15 minutos a 180 ºC con el horno precalentado y, finalmente, darle un toque de grill de cinco minutos para que se doren.
Imágenes | DAP
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