El desafío reputacional de la IA

Pese a representar una ventaja competitiva, la IA plantea un doble desafío para las empresas, que deben gestionar sus riesgos y fomentar la confianza con los grupos de interés. La entrada El desafío reputacional de la IA se publicó primero en Ethic.

Apr 1, 2025 - 16:18
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El desafío reputacional de la IA

En la última década, la inteligencia artificial (IA) ha pasado de ser una promesa tecnológica a convertirse en un eje estratégico para las empresas. Su capacidad para procesar grandes volúmenes de datos, automatizar decisiones y personalizar servicios ha transformado por completo el entorno empresarial, abriendo nuevas oportunidades para la innovación y la eficiencia operativa. Sin embargo, esta transformación viene acompañada de un escenario de riesgos sin precedentes, especialmente en términos de reputación y confianza. La alta dirección de las empresas se enfrenta ahora a un doble desafío: gestionar los riesgos derivados de la implementación de la IA y, al mismo tiempo, construir y mantener relaciones de confianza con todos sus grupos de interés.

La IA representa una ventaja competitiva evidente para las organizaciones. Su capacidad para identificar patrones complejos, automatizar procesos y personalizar servicios a gran escala ha permitido a las empresas mejorar su eficiencia y ofrecer productos y servicios adaptados a las necesidades específicas de sus clientes. Sectores como el financiero, el de la salud, el comercio electrónico y la industria manufacturera ya están experimentando los beneficios tangibles de esta tecnología. Sin embargo, el potencial transformador de la IA también conlleva riesgos éticos, operativos y reputacionales que las empresas no pueden permitirse ignorar.

El potencial transformador de la IA también conlleva riesgos éticos, operativos y reputacionales que las empresas no pueden permitirse ignorar

La alta dirección se encuentra en una encrucijada. La velocidad a la que evoluciona la IA y la falta de un marco regulador sólido y global exigen decisiones estratégicas complejas. Las empresas que no logren establecer controles internos adecuados, implementar principios éticos en el desarrollo y aplicación de la IA y garantizar la protección de los datos de sus clientes se exponen a un escenario de riesgos reputacionales significativo. La reputación corporativa, un activo estratégico que tarda años en construirse, puede verse gravemente afectada por una crisis tecnológica o un escándalo relacionado con el uso indebido de la IA.

El impacto de la IA en la reputación corporativa

La IA tiene el potencial de generar valor exponencial para las organizaciones, pero también de provocar crisis reputacionales profundas si no se gestiona adecuadamente. Los algoritmos opacos, las decisiones automatizadas que generan sesgos y las vulneraciones de privacidad son algunos de los riesgos más evidentes. 

El último Trust Barometer de Edelman destaca que la confianza en las empresas está estrechamente ligada a la forma en que gestionan la IA y protegen los datos de sus clientes. La percepción pública de que las empresas utilizan la IA de manera poco ética o que anteponen la eficiencia a la protección de los derechos individuales puede erosionar rápidamente la credibilidad y la legitimidad social para operar de una organización. En este contexto, la transparencia y la ética en el uso de la IA se han convertido en factores determinantes para la construcción de la reputación empresarial.

La protección de los datos como eje de la confianza

Uno de los aspectos más sensibles de la aplicación de la IA es la gestión de datos. La recopilación, almacenamiento y análisis de datos personales son procesos críticos para el funcionamiento de los algoritmos de IA. Sin embargo, esta dependencia de los datos también expone a las empresas a riesgos de privacidad y seguridad. La filtración de datos o el uso indebido de información sensible pueden desencadenar crisis reputacionales graves y sanciones legales significativas.

La cesión de datos por parte de los clientes y otros grupos de interés solo puede sostenerse sobre una base de confianza sólida. Las empresas deben ser capaces de comunicar de manera clara y transparente cómo utilizan los datos, qué medidas de seguridad implementan y cómo garantizan el respeto a la privacidad de los usuarios. 

Según McKinsey, el 75% de los consumidores están dispuestos a compartir sus datos personales si perciben que la empresa que los solicita ofrece garantías de seguridad y transparencia. Sin embargo, solo el 30% de las empresas evalúan regularmente los riesgos asociados al uso de datos en sistemas de IA. Esta brecha entre la expectativa de los clientes y las prácticas empresariales reales evidencia la necesidad urgente de establecer políticas claras y responsables en materia de gestión de datos.

Escenario de riesgo ante la falta de regulación

La ausencia de una regulación clara y homogénea en el uso de la IA añade complejidad al escenario de riesgos. Mientras algunas jurisdicciones, como la Unión Europea, avanzan hacia un marco regulador más robusto con iniciativas como la AI Act, otras regiones carecen de estándares claros. Esta disparidad crea desequilibrios y un contexto incierto para las empresas.

La falta de regulación no solo incrementa la exposición a riesgos legales y operativos, sino que también amplifica el riesgo reputacional. Podría decirse que, a menor regulación, mayor probabilidad de existencia de riesgos reputacionales. Así, las empresas que operan en mercados menos regulados pueden verse tentadas a adoptar prácticas más agresivas o a implementar IA con menos controles éticos y de supervisión. Sin embargo, los errores derivados de esta laxitud en el control pueden tener consecuencias inmediatas en términos de reputación y credibilidad. 

La ausencia de una regulación clara y homogénea en el uso de la IA añade complejidad al escenario de riesgos

Por otro lado, las empresas que adopten una posición proactiva en materia de autorregulación y gobernanza de la IA pueden convertir este riesgo en una oportunidad. La implementación de estándares éticos internos, la adopción de políticas de transparencia y la creación de comités de supervisión para el uso de la IA pueden reforzar la reputación corporativa y consolidar la confianza de los clientes y otros grupos de interés. Las empresas que sean capaces de demostrar un compromiso real con el uso responsable de la IA se diferenciarán positivamente en el mercado y fortalecerán su posición competitiva.

Construir confianza y reputación en la era de la IA

En un entorno de transformación tecnológica acelerada, la gestión de la IA no puede reducirse a una cuestión técnica u operativa. La forma en que las empresas adopten y gestionen esta tecnología tendrá un impacto directo en su reputación y en la confianza que generan entre sus grupos de interés. 

La confianza y la reputación son activos estratégicos que requieren una gestión proactiva y constante. Las empresas que logren construir relaciones de confianza no solo minimizarán los riesgos reputacionales asociados a la IA, sino que también fortalecerán su posicionamiento de marca en el mercado. En un contexto de creciente incertidumbre y desconfianza hacia las instituciones, las empresas que adopten un enfoque ético y responsable en la gestión de la IA tendrán la oportunidad de consolidar una reputación corporativa positiva y duradera.

La inteligencia artificial es, sin duda, una herramienta transformadora. Sin embargo, su impacto en la reputación empresarial dependerá de la capacidad de las empresas para gestionar los riesgos asociados, proteger los datos de sus grupos de interés y actuar con integridad y transparencia. La construcción de una reputación sólida y la generación de confianza serán, en última instancia, los factores clave que determinarán el éxito o el fracaso de las empresas en la era de la IA.


Clara Fontán, directora de Operaciones e Inteligencia de Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership

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