Cinco crónicas americanas, de Manuel Burón

La historia de América ha fascinado siempre. Puede ser por su enormidad o su variada riqueza, por las muchas aventuras y desventuras allí sucedidas, o por esa lejanía tan teñida de familiaridad. Ocupados a menudo en estériles disputas por el pasado, hemos descuidado algo más importante: la tersa belleza de las primeras crónicas. Si buscamos... Leer más La entrada Cinco crónicas americanas, de Manuel Burón aparece primero en Zenda.

Apr 1, 2025 - 05:42
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Cinco crónicas americanas, de Manuel Burón

La historia de América ha fascinado siempre. Puede ser por su enormidad o su variada riqueza, por las muchas aventuras y desventuras allí sucedidas, o por esa lejanía tan teñida de familiaridad. Ocupados a menudo en estériles disputas por el pasado, hemos descuidado algo más importante: la tersa belleza de las primeras crónicas. Si buscamos bien en ellas quizás podamos encontrar algunas claves para entender América, y también España, pues por entonces no estaba muy claro dónde empezaba una y acababa la otra.

Zenda adelanta la introducción a Cinco crónicas americanas, de Manuel Burón (Ladera Norte).

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INTRODUCCIÓN

En mayo de 2023 el rockero australiano Nick Cave fue invitado a la coronación de Carlos III en Reino Unido, recibiendo por ello una oleada de críticas. «What the fuck are you going to the King’s coronation?», «Are you a monarchist? Why go?», «The coronation, seriously????». Nick Cave, en contestación a todo ello, escribiría una carta que decía lo siguiente: «No soy monárquico, ni realista, ni tampoco por cierto un ferviente republicano; pero lo que en ningún caso seré es tan espectacularmente poco curioso acerca del mundo y del modo en que funciona, tan atrapado ideológicamente y tan cascarrabias, como para rechazar la invitación a lo que probablemente sea no sólo el más importante evento en la Gran Bretaña de nuestra era, sino también el más extraño, el más raro». El músico australiano defendía el acto de coronación no por su carácter político, ni siquiera por la trascendencia histórica que pudiera tener, sino por la extrañeza y el misterio que lo rodeaban, por simple y desinteresada curiosidad.

Algo similar se podría responder a aquellos que pregunten por qué escribir un libro, otro más, sobre el descubrimiento de América. Porque, admitámoslo, hacerlo se ha convertido hoy en un acto tan subversivo como leer periódicos en papel, salir a la calle sin maquillaje o asistir a la coronación de un monarca británico.

La historia del descubrimiento y colonización de América es hoy mitad campo de batalla, mitad tabú, bien porque algunos quieren convertirla en el heroico símbolo de su pequeña patria, bien porque una aburridísima y académica corriente dedica todos sus esfuerzos a condenar moralmente el pasado, que no a intentar comprenderlo. Y es una pena porque son unas historias literalmente maravillosas, que eso significaba por entonces la palabra «maravilla», la fascinación que acompaña al mirar, la extrañeza que provoca lo ajeno, lo bello mezclado con lo horroroso.

A los relatos sobre la conquista y colonización de América los conocemos simplemente como «crónicas». Y resulta imposible leerlas sin dejarnos llevar por algo de la fascinación o de la curiosidad con las que fueron escritas. Sería como explicar a Shakespeare o a Cervantes a través del materialismo histórico, del feminismo queer o del nacionalismo propio. Lo puedes hacer, buena suerte, pero será siempre a costa de Shakespeare o de Cervantes. Y lo mismo cabría decir del atribulado Cristóbal Colón, del aventurero Antonio de Pigafetta, de ese Sancho Panza de las Américas que fue Bernal Díaz del Castillo o del taimado Hernán Cortés. A través de sus testimonios se nos permite asistir en primera fila a ese singular momento en el que los habitantes de una pequeña península europea se asomaban al mundo por primera vez. Otros muchos vendrían después, por supuesto, pero hay en esos textos de los portugueses y de los castellanos de los siglos xv y xvi algo así como una ingenuidad irrepetible, como una infancia del asombro.

Y ése será el objetivo de este libro, intentar despertar en el lector la curiosidad y el interés acerca de aquellos grandes relatos de viaje y descubrimiento, utilizados políticamente cuando conviene, olvidados la mayor parte del tiempo, apartados de todo canon por razones ajenas tanto a la historia como a la literatura.

Éste es el único retrato fidedigno que conservamos de Hernán Cortés, dibujado por el medallista alemán Christoph Weiditz. La leyenda dice: «Don Ferdinando Cortés, 1529, a la edad de 42 años, conquistaría las Indias para su majestad imperial Carlos V».

Para ello, hemos elegido cinco historias, cinco episodios especialmente reveladores, algunos de ellos tan fabulosos que más de una vez tendremos que frotarnos los ojos para asegurarnos de que lo que leemos es cierto. Cada crónica nos dará pie además a explicar un aspecto diferente de la historia, permitiendo con suerte que un lector no familiarizado con investigaciones académicas pueda entender un poco mejor América. O España, que por entonces no se sabía muy bien donde empezaba la una y acababa la otra.

Veremos en primer lugar a un Cristóbal Colón convencido de haber llegado al Paraíso. No, no estaba loco, ni tampoco nos encontramos ante un oscuro personaje salido de las tinieblas de la Edad Media, como muchos hoy se empeñan en afirmar. En realidad, tenía buenas razones para pensar que en América se encontraba el Edén bíblico. Y sería el primero de muchos. Desde Vasco de Quiroga hasta los caudillos del siglo xix, desde Fidel Castro hasta los populismos actuales, muchos siguieron a Colón creyendo ver en América el suelo más propicio para todo tipo de utopías, quimeras y locos ideales.

Hernán Cortés haría muchas cosas, pero la más interesante quizás haya pasado un tanto desapercibida: fundó un ayuntamiento. Una argucia legal, no bélica, que cambió la historia del Nuevo Mundo, no sólo respecto a lo que hasta entonces había pasado en el Caribe, sino también en España. ¿Cómo llamó Cortés a todo aquel enorme territorio? Lo denominó «la Nueva España», y no sólo por ser nueva, sino también por diferente y acaso un poco mejor que la antigua.

Después iremos con Magallanes al fin del mundo. Allí conoceremos a un gigante. Uno de verdad, de carne y hueso. Cómo ese extraño y trágico personaje acabará dando nombre a uno de los grandes temas de la literatura universal es cosa que merece contarse. De la Patagonia a Shakespeare, y de allí a Rubén Darío. La contraposición entre los personajes de Ariel y Calibán (trasunto este último de nuestro gigante patagón) dará forma a los más diversos sueños y pensamientos acerca del continente americano.

Viajaremos también a Perú, al inmenso Imperio inca, para conocer una de las más disparatadas apuestas de la historia: un hombre en la expedición de Francisco Pizarro llegó a apostarse el sol. Y lo perdió. Podría pasar simplemente como una simpática anécdota, pero recordaremos que desde entonces muchos han querido ver en la legendaria codicia de los conquistadores, en la llegada masiva de metales preciosos americanos a Europa, poco menos que el pecado original de Occidente, el que iniciara fenómenos tan decisivos como el capitalismo o el imperialismo europeos, capaces hoy de explicar casi todo (o, por lo mismo, casi nada).

Por último, leeremos las emocionantes cartas que los primeros migrantes en las Indias enviaron a España, su ya antiguo hogar. Son documentos irrepetibles, no sólo por cómo están escritas, en un español que parece sacado de las páginas del mismísimo Cervantes, sino porque vienen a dibujarnos un vivo fresco de las primeras décadas de la vida virreinal. Leyéndolas parecerá que encontramos ya algunos de los más persistentes temas de la literatura americana: la nostalgia de lo que se ha dejado atrás, la extrañeza ante lo que no se conoce, la soledad y desarraigo propios del viajero, del emigrante, también del indígena, exiliado en su propia tierra, que es todo lo mismo que decir del americano.

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Autor: Manuel Burón. Título: Cinco crónicas americanas. Editorial: Ladera Norte. Venta: Todos tus libros.

BIO

Manuel Burón (Madrid, 1982) es historiador. Actualmente es profesor en la Universidad Autónoma de Madrid.  Ha sido investigador invitado en universidades de México, Nueva Zelanda o Estados Unidos. Es autor y coautor de varios ensayos sobre la historia de América, la colonización y los museos. Ha publicado, entre otros medios, en The Objective y El Mundo.

«Presenta un marinero inglés a la mujer de un gigante patagón un pedazo de bizcocho para su niño». Ilustración de los gigantes patagones en la edición italiana de los viajes del comandante Byron, 1767.

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