Ya lo hemos dicho: la historia de Europa comienza a regañadientes y por agotamiento. Europa ( cuyo nombre significa «de amplia mirada» o «extensión de agua» , en referencia al Mediterráneo) era una princesa fenicia de la que Zeus se enamoró. Para raptarla, el rey de los dioses se transformó en un toro blanco, sobre cuya grupa Europa llegó hasta Creta y dio inicio a la que hoy llamamos nuestra civilización. Según Heródoto, los griegos llamaban Europa a la zona central de Grecia, y solo más tarde el nombre se extendió a todo el continente. De hecho, el mundo clásico concebía las fronteras (palabra que etimológicamente significa «puerta», la cual puede abrirse o cerrarse según quién se encuentre ante ella)...
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