Historia de una obsesión
Los relatos que componen este libro siguen una secuencia cronológica de la vida humana donde lo fantástico y lo histórico se hibridan en una perversión espaciotemporal en la que la búsqueda del poder y de la libertad llevarán a romper el equilibrio y la armonía originales. En este Making Of, Rodolfo Padilla Sánchez relata el... Leer más La entrada Historia de una obsesión aparece primero en Zenda.

Los relatos que componen este libro siguen una secuencia cronológica de la vida humana donde lo fantástico y lo histórico se hibridan en una perversión espaciotemporal en la que la búsqueda del poder y de la libertad llevarán a romper el equilibrio y la armonía originales.
En este Making Of, Rodolfo Padilla Sánchez relata el origen de La pausa incesante (Aliar).
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Cuando en 2019 presenté mi primer libro de relatos, Sobre la nostalgia y el olvido, dije que con él pretendía desprenderme de mis fantasmas, en parte porque creía de veras en la virtud catártica de la literatura y, también, para justificar el tono pesimista de personajes solitarios y misántropos, asfixiados de tanta realidad que encontraban en la imaginación el portal de huida de las miserias cotidianas, aunque por el camino encontraran envidias, traiciones o infancias truncadas por un mundo hostil. Perpetuaba así la visión del escritor como un ser atormentado y, sin ser consciente, culpabilizaba a los individuos de ser unos inadaptados sociales.
Sin embargo, el problema seguía siendo el mismo: el individuo contra la sociedad, el individuo como inadaptado.
El tema mostraba estertores de agotamiento, yo mismo había abandonado la concepción catártica de la escritura y buscaba una ruptura que me alejara del pesimismo de la marginación. Recurrí una vez más al género fantástico, pero esta vez quise utilizar los conocimientos adquiridos como graduado en Historia para elaborar relatos historicistas, dar cuenta de lo extraño y de lo prodigioso en un tiempo identificable y, a la vez, ahistórico. Para justificar la alteración de la realidad necesitaba empezar desde el principio y como en aquella carta de García Márquez a Carlos Fuentes, imaginarme «cómo será el mundo cuando lo inventen».
Por eso, La pausa incesante (Aliar Ediciones, 2025) se inicia con una pregunta: ¿qué pasaría si el tiempo se detuviera y el universo dejara de existir para repetir el Big Bang? La historia humana tendría que repetirse desde su estado más primitivo y, progresivamente, desarrollar sociedades complejas que se cuestionarán el futuro, utilizarán su recién descubierta fuerza para someter mediante la violencia, constituirán jerarquías para iniciar el largo recorrido de la desigualdad y la exclusión y, finalmente, elaborarán un entramado de ideas y creencias que justifiquen y legitimen la crueldad, el sadismo y la injusticia con la excusa de la gloria, el honor y la inmortalidad.
Después de una larga sequía creativa, siguiendo el modelo de los relatos de ambientación histórica de Borges, en 2023 escribí «Absolución», una crónica que narra el principio y final de una secta en las montañas en el contexto de la crisis del siglo XIV. «El silencio de las torres» surgió luego de la lectura de El mito de Sísifo de Albert Camus y algunos cuentos de Kafka como «En la colonia penitenciaria»; influido por el existencialismo, me hice otra pregunta: ¿qué pasaría si descubriéramos que nuestras convicciones más profundas son falsas y aquello por lo que luchamos no existe? Así, imaginé a un grupo de caballeros en un puesto de frontera cuyo objetivo era evitar que un enemigo nunca visto llegara hasta una ciudad que nadie conocía salvo por los mitos y leyendas que pasaron de generación en generación, hasta que la desconfianza se encienda en algunos de ellos y necesiten descubrir por sí mismos qué hay fuera. Por último, tras la relectura de uno de los Diálogos con Leucó de Pavese, escribí «Los bosques del tiempo», donde recuperaba el mito de Licaón, rey de Arcadia, para contar sus andaduras desde que Zeus lo convirtiera en lobo.
Entonces me di cuenta de hasta qué punto es imposible escapar de nuestras obsesiones y de qué forma estas habían superado al individuo para entender que en el ser humano existe una tendencia natural hacia el salvajismo que nace del impulso del dominador por oprimir y controlar y del anhelo del dominado de liberarse del yugo. En esta relación dicotómica se entretejen la ambición, la desconfianza y la crueldad, pero también la búsqueda de la libertad, la gloria y la inmortalidad. Además, el discurso del poder podía cobrar infinitas formas: la religión como compendio de supersticiones y temores sobre la vida, la muerte y el fuego eterno; la búsqueda del enemigo falaz en la alteridad; el antiintelectualismo imperante en una sociedad global donde el «yo» y las emociones prevalecen al conocimiento; incluso el acoso escolar donde la fuerza y la popularidad permiten la humillación del diferente. Ante esto, la única solución posible podía ser la rebelión: enfrentarse a la divinidad, aun a riesgo de ser destruidos; buscar el conocimiento pese a las acusaciones de herejía o subversión del orden público; explorar el reino de los sueños y encontrar la locura o despreciar la inmortalidad al comprender que conduce a la desesperación.
El cuento fantástico permite componer un mosaico de historias alegóricas que sigan la línea evolutiva humana desde el origen de los tiempos hasta nuestros días sin menoscabo de la universalidad. En este sentido, La pausa incesante nace de un interés antropológico por comprender las dinámicas del comportamiento humano, sus pasiones y su oscuridad, partiendo de la premisa de que «el hombre es un lobo para el hombre», como afirmara Hobbes y, al mismo tiempo, confrontar el salvajismo y la violencia con la defensa de las Artes y las Humanidades en un mundo que tiraniza el conocimiento de nuestra humanidad en pos de un progreso sin rumbo y cumplir con aquella máxima de Rushdie de hacer de las palabras los únicos vencedores.
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Autor: Rodolfo Padilla Sánchez. Título: La pausa incesante. Editorial: Aliar. Venta: Todos tus libros.
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