De vinos por Madrid
Al ritmo que crece el interés y el conocimiento del vino se amplía la oferta enogastronómica de la capital con negocios que, además de excelentes selecciones por copas o botellas, se dedican en muchos casos a difundir la cultura vinícola con catas y cursos. BERRIA (Plaza de la Independencia, 6) De cara a la […] The post De vinos por Madrid appeared first on 7 Caníbales.

Al ritmo que crece el interés y el conocimiento del vino se amplía la oferta enogastronómica de la capital con negocios que, además de excelentes selecciones por copas o botellas, se dedican en muchos casos a difundir la cultura vinícola con catas y cursos.
BERRIA (Plaza de la Independencia, 6)
De cara a la temporada primavera-verano 2025, este establecimiento fundado hace cuatro años por Gabriela Alcorta y Juan Rivero y cuyo nombre rinde homenaje a la playa más famosa de la localidad cántabra de Santoña, lanza su propuesta A Puerta Abierta, consistente en recorridos temáticos a través de varios vinos, acompañados de diversas tapas. El nombre es un guiño a la impagable ubicación de la terraza del local donde se desarrollarán los recorridos, la mismísima Puerta de Alcalá.
Con más de 3.000 referencias (de todos los orígenes y de todos los precios) en stock, un centenar de las cuales se sirve por copas, en la parte sólida sobresalen las gildas, las croquetas de jamón, el pepito de solomillo, los huevos con chistorra o el atún con pisto.
CAÍÑO (Ibiza, 35)
El proyecto Bulbiza, apadrinado por José Andrés, arrancó en 2019. Una de sus apuestas era Marginal, un moderno bar de vinos gestionado por los responsables de La Tintorería. Pero llegaron la pandemia y las restricciones y las cosas se torcieron de tal forma que Marginal tuvo que echar el cierre. En 2023 reabrió sus puertas bajo el nombre de Caíño (una variedad de uva gallega), con un concepto más popular.
Comandado por la enóloga Lucía Araque, Caíño es una taberna ilustrada en la que el vino, por botellas o por copas y con una selección no muy amplia pero que rota con frecuencia, es el protagonista pero en la que la parte sólida tiene peso específico, con propuestas como croquetas de calamares en su tinta, ensaladilla, gambones al ajillo con patatas fritas y huevo roto o la repolla (tortilla de patata con repollo).
Organiza catas periódicamente (el programa se puede consultar aquí y es pet friendly.
COALLA (Serrano, 203)
Una institución en Asturias, el proyecto puesto en marcha en Gijón por José Suárez Coalla en 1955 desembarcó en Madrid en 2020 de la mano de su sucesor, Ramón Coalla, en un espectacular local de 400 metros cuadrados junto al estadio Santiago Bernabéu.
Es, por encima de todo, un colmado gourmet, en el que se pueden encontrar productos delicatessen de las marcas más prestigiosas. Pero también una bodega y un wine bar apabullantes. En el piso superior, más de 2.000 referencias, con especial predicamento para generosos y espumosos. Todos se pueden consumir in situ, a precios de tienda, en las mesas altas dispuestas a tal efecto.
Para acompañar, quizá unas chacinas, quizá unos quesos o quizá un magnífico laterío fino. Y, en la terraza urbana de que dispone, una interesante selección de vinos por copas. También organiza catas maridadas.
LA FISNA (Amparo, 91)
Reconocido en 2024 con el Premio al Mundo del Vino dentro de los premios anuales que concede la Academia Madrileña de Gastronomía, el wine bar fundado hace casi ocho años por Delia Baeza no sólo es una institución del barrio en el que se localiza, Lavapiés, justo detrás de La Casa Encendida, sino punto de destino innegociable para todos los antes del vino.
Atesora casi un millar de referencias de todo el mundo (muchas de los cuales importa y distribuye), con una amplia panoplia de precios, que se pueden pedir por botellas, por copas o por medias copas. Para hacer base, casticismo a tope: bravas, albóndigas, croquetas…
Dos datos a tener en cuenta: sólo abre por las tardes-noches de lunes a viernes y es más que recomendable reservar en su web. Si no encuentran sitio, siempre queda la opción de probar fortuna en Angelita (Reina, 4), un estupendo restaurante que también profesa culto al vino y que desde siempre ha tenido una conexión muy especial con La Fisna.
GANZ WINE BAR (Almadén, 9)
Después de diez años trabajando en el mundo de la hostelería, en 2020 Fernando Cundín decidió apostar por su propio proyecto, para poder dar rienda suelta a su pasión por el vino. Nacía así Ganz Wine Bar en pleno Barrio de las Letras, a escasa distancia de Caixa Fórum y del Museo Thyssen.
Un localito acogedor y recoleto, con aires de bistró parisino, en el que su selección de cientos de etiquetas atiende a criterios personales, es “una selección ecléctica de calidad”, como la define el propio Cundín. De esta forma en el local tienen cabida vinos naturales, vinos de pequeños productores, clásicos o añadas míticas.
De la cocina se ocupa Eduardo Arnal, que maneja una carta confortable, viajera y cambiante en función del mercado, con una quincena de propuestas y siempre algún que otro fuera de carta, con la opción de pedir medias raciones. ¿Ejemplos? Navajas confitadas en cogollo asado con emulsión de sus jugos, ensalada de calabacín con emulsión de pimiento verde y praliné de almendras o pastela de cordero asado al estilo mozárabe. Pero nunca, nunca, dejen de preguntar por la cuchara del día, porque se pueden encontrar, como fue mi caso, con unas lentejas inolvidables.
THE LIBRARY (Serrano, 2)
Con éste, su décimo proyecto madrileño, el Grupo Paraguas ha tirado, literalmente, la casa por la ventana para rendir homenaje al mundo del vino. En un imponente espacio en plena Milla de Oro, a dos pasos de la Puerta de Alcalá, diseñado por el estudio de Lázaro Rosa-Violán con maderas naturales mármol, metales envejecidos o terciopelo y con un techo de cinco metros de altura, se conjugan los conceptos de boutique, bar gastronómico y club privado.
En sus anaqueles, más de 3.000 referencias procedentes de todo el mundo, desde las más humildes hasta las más exclusivas y difíciles de encontrar; 80 de ellas se sirven por copas en el bar y pueden ser acompañadas con ibéricos, conservas de gama alta, foie o quesos artesanos.
Una propuesta de lujo en la que el único límite lo pone el ídem de la tarjeta de crédito de cada quien.
ST. GERMAIN (Cochabamba, 21)
Fundado por cuatro amigos franceses, está consagrado a los vinos del Hexágono y toca prácticamente todas las regiones del país vecino, con especial hincapié en Champagne.
Un bistró ubicado en la parte alta de Chamartín que nos traslada directamente a los ambientes parisinos más bohemios y en el que no hay cocina caliente sino propuestas, más galas que Astérix, como ostras de Bretaña, confit de canard, foie gras artesano, ratatouille tabla de quesos (franceses, claro) o tarta Amandine de pera y almendras.
VINOLOGY (Conde de Aranda, 11 y Zurbano, 13)
Es el proyecto personal de la sumiller mendocina formada en Francia y afincada en Madrid Pilar Oltra, que arrancó en diciembre de 2021 en la sede de Retiro con el objetivo de «promover el valor cultural del vino artesano y fomentar su apreciación, haciéndolo más cercano y accesible».
Animada por el éxito de ese primer proyecto, un recoleto bistró en el que medio millar de vinos de pequeños productores (50 de ellos por copas) se daban la mano con platillos honestos y sin complicaciones basados en el producto de temporada, en junio de 2024 fue un paso más allá con la apertura de un segundo local en el corazón de Chamberí.
Más amplio que la casa madre, cuenta con cuatro espacios: barra y mesas altas para picoteo y vinos por copas a la entrada; comedor en el sótano; lounge en el piso superior y una miniterraza urbana con tres mesitas. El concepto y la filosofía se mantienen incólumes y la gran novedad es la incorporación como asesor gastronómico de Javier Goya (Triciclo), quien ha diseñado una carta “concebida en función el vino” con platos como gamba roja al ajillo con manzanilla Sanlúcar y sus cabezas a la brasa; anchoa sobre brioche con mantequilla ahumada y papada ibérica; steak tartar con tuétano, jugo de carne y vino de Jerez o bizcocho borracho con amontillado, cremoso de chocolate y naranja caramelizada.
Más que recomendables las diversas actividades formativas que organiza, desde un taller quincenal de introducción a la cultura del vino hasta catas temáticas, pasando por talleres impartidos por viticultores, bodegueros o sumilleres para conocer de cerca a los expertos el mundo vinícola. El programa está disponible en su web.
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