Se marcha de ‘Supervivientes’ ante la sorpresa de sus compañeros y los espectadores: «Estoy en shock»

Tensión en Telecinco. En realities extremos como Supervivientes, hay un punto medio del concurso en el que todo se intensifica. Las máscaras comienzan a caer, las alianzas se consolidan o se rompen y la audiencia ya ha empezado a tomar partido con claridad. Los concursantes, más desgastados física y emocionalmente, sienten el peso de la ... Leer más

Apr 20, 2025 - 10:11
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Se marcha de ‘Supervivientes’ ante la sorpresa de sus compañeros y los espectadores: «Estoy en shock»

Tensión en Telecinco.

En realities extremos como Supervivientes, hay un punto medio del concurso en el que todo se intensifica. Las máscaras comienzan a caer, las alianzas se consolidan o se rompen y la audiencia ya ha empezado a tomar partido con claridad. Los concursantes, más desgastados física y emocionalmente, sienten el peso de la convivencia acumulada y el miedo a la expulsión se vuelve mucho más personal. Todo lo que antes parecía un juego, ahora se transforma en un pulso psicológico de alto voltaje.

Este tramo es también el que revela con mayor crudeza las estrategias. Ya no se trata solo de sobrevivir, sino de entender el juego desde lo social: ¿quién cae bien al espectador?, ¿quién no encaja en el grupo? Las miradas se cruzan con desconfianza y cada comentario puede convertirse en una sentencia. Cada nominación es un mensaje directo, una lectura pública de las relaciones internas. Y eso genera un ambiente donde la tensión flota como la humedad del trópico.

En este contexto, cada gala se convierte en una montaña rusa emocional. Las sorpresas se mezclan con los temores y las reacciones, muchas veces viscerales, son cada vez más reveladoras. No es extraño ver lágrimas, abrazos y zascas en la misma secuencia. Y la octava gala de Supervivientes 2025 ha sido, sin duda, una de las más intensas de esta edición.

El duelo más duro.

Supervivientes ha vivido una de las expulsiones más duras de la edición. En la gala número 8, Laura Madrueño ha cerrado la salvación de Alex Adrover, una noticia que el actor ha celebrado por todo lo alto en Honduras, mientras que su familia hacía lo propio en España, mostrándolo a través de las redes sociales. Y es que su mujer, Patricia Montero, no ha dudado en mostrarle su apoyo. La alegría ha cruzado el Atlántico, dejando una escena de celebración doble.

Esto dejaba la expulsión en un duelo particularmente complicado: Carmen Alcayde y Laura Cuevas. Jorge Javier Vázquez ha sido el encargado de revelar el nombre de la salvada, mostrando quién era la expulsada. La tensión se podía cortar con un machete, como dirían en el programa. El silencio en la Palapa se volvió espeso mientras ambas esperaban su destino.

No era un enfrentamiento cualquiera. Alcayde, que se ha convertido en un blanco habitual de las críticas dentro del grupo, ya sabía lo que era plantarse en la Palapa con la incertidumbre de la audiencia. Para Cuevas, sin embargo, era la primera vez. Y encima, llegaba después de cinco días intensísimos marcados por la visita de su marido. Una convivencia que no fue precisamente tranquila.

Y el nombre fue dicho.

De pie, ambas escuchaban el veredicto de la audiencia. «Los espectadores han decidido con sus votos que la concursante salvada sea: ¡Carmen!». Un veredicto que hacía que las dos se alegraran y gritaran junto a Montoya. Una vez más, Alcayde se tiraba al suelo llorando de la ilusión mientras que Cuevas se fundía en un abrazo con Laura Madrueño. La emoción desbordó a todos los presentes.

«Estoy muy agradecida por la oportunidad y gracias al equipo que se palpa la entrega que tienen. Estoy muy agradecida de haber venido aquí», decía Laura que no perdía la oportunidad de dar un zasca a Makoke antes de irse. Su despedida fue honesta, agradecida y con el punto justo de picante. Aunque entre sus compañeros, no todos vivieron el momento con la misma intensidad.

Pelayo y Damián, por ejemplo, no disimulaban su desapego. «Pues como una vaca que ve pasar el tren, me quedo igual que estaba. El público es soberano, así que sabrán qué es lo que quieren decidir», decían, visiblemente indiferentes a la suerte de Alcayde. Un comentario que no pasó desapercibido entre los fans del programa.

Un giro inesperado.

Con la disolución de Playa Misterio, Laura Cuevas pensaba que su aventura había terminado. Pero Supervivientes nunca da puntada sin hilo: la baja por lesión de Almácor dejaba una vacante libre. Y con ello, un nuevo giro dramático: la llegada a la Zona Parásito. Una mecánica que ya ha dado momentos memorables en ediciones anteriores.

Después de descubrir sus nuevas condiciones en el concurso, Laura Cuevas ha reaccionado asegurando que le encanta poder tener una segunda oportunidad. Pese a que Jorge Javier le ha explicado que no puede bajar de la cabaña pase lo que pase, la hija del que fuera mayoral de Cantora se ha mostrado feliz por poder seguir en el concurso. “Me gusta. Muy bien, muy bien”, ha dicho sobre esta segunda oportunidad. La sorpresa se convirtió en ilusión rápidamente.

Es cierto que también ha asegurado que no está en su mejor momento y que «estoy ahora mismo en shock» con las nuevas condiciones que tiene que acatar en Supervivientes 2025. Un agobio que se ha rebajado un poco cuando Jorge Javier le ha dicho que “te vas a convertir en un parásito. Esta plataforma en la que estás va a ser tu nueva casa”. Entonces, Laura ha sonreído por primera vez tras el anuncio. El desconcierto dejó paso a la curiosidad.

Una cabaña sobre el mar.

Esa sonrisa se amplió cuando se enteró de que sus compañeros debían atenderla en todo. Desde la comida hasta cualquier necesidad básica, ellos serían su único recurso. A partir de ahora, cualquier gesto —o falta de él— será una declaración de intenciones en la convivencia. Una situación que pondrá a prueba la solidaridad y la estrategia de todos.

Después de la de Laura Cuevas, ha llegado la reacción de los concursantes al ver que permanecía en el concurso. Cuando los participantes de Supervivientes 2025 se han percatado de esa nueva estructura y de que es Laura Cuevas la que a partir de ahora vivirá allí, se han quedado completamente alucinados. Nadie lo veía venir. El asombro fue colectivo.

A esa sorpresa inicial se ha sumado cierto alivio entre algunos. Carmen Alcayde y Montoya, grandes aliados de Laura en los últimos días, celebraban su permanencia. También Pelayo Díaz se ha mostrado contento con la noticia, e incluso ha recibido una felicitación de Cuevas por ser uno de los líderes de la semana. Laura no ha tardado en tender puentes desde su nueva cabaña.

¿Solidaridad o estrategia?

Ahora, lo que está por ver es si los concursantes le facilitan a Laura Cuevas su estancia en Zona Parásito o si, por el contrario, deciden ponerle las cosas difíciles. Al fin y al cabo, alimentarla supone compartir lo poco que tienen, y eso también forma parte del juego. Cada decisión implicará un gesto, y cada gesto puede ser juzgado por la audiencia. El dilema está servido.

La duda ahora es cuándo se producirá la próxima expulsión definitiva. El programa aún no ha desvelado la mecánica para los próximos días, pero los nervios están a flor de piel. De momento, Koldo Royo, Carmen Alcayde, Anita y Montoya son los nuevos nominados. Y ya se ha abierto la votación. La audiencia tiene en sus manos el futuro de estos concursantes. Porque, como se ha demostrado una vez más, en Supervivientes nadie está realmente fuera… hasta que el mar lo dice. Y en esta edición, el mar no para de hablar.