No era lo que habían dicho: Rosario revela la verdadera razón de su abandono de ‘Supervivientes’ y deja a todos sin aliento

Cuando fallan las fuerzas, todo se tambalea. El éxito de un reality como Supervivientes no depende solo de la localización exótica ni de las pruebas extremas. Lo que realmente marca la diferencia es el casting: los concursantes son el alma del formato. Su capacidad para resistir, para conectar con la audiencia y para protagonizar momentos ... Leer más

Mar 31, 2025 - 12:03
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No era lo que habían dicho: Rosario revela la verdadera razón de su abandono de ‘Supervivientes’ y deja a todos sin aliento

Cuando fallan las fuerzas, todo se tambalea.

El éxito de un reality como Supervivientes no depende solo de la localización exótica ni de las pruebas extremas. Lo que realmente marca la diferencia es el casting: los concursantes son el alma del formato. Su capacidad para resistir, para conectar con la audiencia y para protagonizar momentos televisivos es lo que mantiene vivo el programa. Pero cuando alguno de ellos se rompe, toda la estructura se resiente.

Por eso, cada elección se mide al milímetro. El equipo necesita concursantes que aguanten, que aporten contenido, que emocionen y que, sobre todo, no abandonen a la primera de cambio. La retirada prematura de un participante supone un revés logístico y narrativo, algo que la cadena trata de evitar a toda costa. Pero a veces, por mucho que se intente prever, el desgaste emocional gana la partida. Y eso es justo lo que ha pasado en esta ocasión.

Una retirada inesperada.

En la última gala del concurso, Rosario Matew sorprendía a todos al activar el protocolo de abandono. La joven influencer, una de las apuestas más frescas de esta edición, aparecía visiblemente afectada en la cabaña VIP. Allí la esperaba Sandra Barneda, que conectaba con ella para intentar comprender qué estaba ocurriendo. Rosario no tardó en expresar su alivio al escuchar una voz conocida: «Las ganas que tenía de escucharte».

La presentadora quiso saber por qué se encontraba al borde de tomar una decisión tan drástica. La respuesta llegó de forma contundente, y con una carga emocional que traspasó la pantalla. Rosario había llegado a su límite y ya no veía forma de continuar. Aunque el programa le ofreció un espacio de reflexión antes de tomar la decisión definitiva, su instinto ya lo tenía claro.

“Siento que tengo que escuchar a mi instinto”.

Desde el principio de la gala, Rosario fue muy clara: «Yo misma me sorprendo también. Es algo que no me esperaba. En ningún momento contemplaba esta opción, pero me he visto sobrepasada». Reconocía que lo que le habían contado sobre la experiencia no alcanzaba a describir lo que realmente se vivía en la isla. “Esta experiencia es… lo que te cuenten se queda corto. Hay que vivirlo para entenderlo”.

Entre lágrimas, explicaba que necesitaba escuchar una voz cercana porque estaba colapsada. Más adelante, frente a la audiencia y sus compañeros, lo confirmaba: “Admiro muchísimo a todos los compañeros que se han enfrentado a esto, es algo muy duro. Y me admiro a mí, por lo que he hecho y conseguido. Sé cómo me siento. A veces nos quedamos por el qué dirán, pero siento que tengo que escuchar a mi instinto, así que vuelvo a casa, abandono la aventura”.

El peso invisible de lo emocional.

Rosario no hablaba solo del cansancio físico o del hambre. Su discurso tocaba un plano mucho más íntimo y difícil de ver: “Mi instinto me dice que como siga aquí se puede convertir mi recuerdo en algo muy feo. Es una herida que no se ve, pero necesito curarme en casa”. Aunque la despedida fue muy emocional, incluso parecía que podía dar marcha atrás, finalmente mantuvo su decisión. “Sé que está todo el mundo decepcionado, pero necesito pensar en mí”.

La influencer explicó con honestidad lo que la estaba empujando a abandonar: “La respuesta no es tan fácil. Yo siento que me falla la mente. Tenía muchos miedos y ahora no me pasa nada. Y he encajado en el grupo. Pero tengo una sensación de ahogo y asfixia constante. Como que mi cabeza no está procesando bien todo esto”. Y concluyó con una frase que lo decía todo: “Me siento completamente atada”.

Viejas heridas que no terminan de cerrar.

La experiencia en la isla le despertó recuerdos de una etapa oscura de su vida, tal y como reconocía ante las cámaras. “Pasé un periodo muy malo de muchísima ansiedad que me limitó muchísimo. Perdí oportunidades laborales y dejé de salir de casa. Lo pasé realmente mal y cada vez que siento cosas parecidas a lo que sentía por aquel entonces, mi cuerpo activa todas las alarmas porque no puedo permitirme pasar por lo mismo”.

Según explicó, estos síntomas no eran nuevos, sino que la venían acompañando desde el principio del concurso. “Es algo con lo que llevo luchando muchos días y que le estoy dando muchas vueltas. No estoy bien”, confesaba Rosario, dejando claro que había hecho un esfuerzo enorme por mantenerse en la competición. Aun así, su salud mental pesaba más que cualquier recompensa televisiva.

El poder de un mensaje en el momento justo.

En medio de tanta angustia, el programa quiso arroparla con un gesto muy especial. Sandra Barneda le mostró un mensaje de sus padres desde el plató, lo que provocó una reacción inmediata en Rosario. “No me lo puedo creer”, decía entre lágrimas, totalmente superada por la emoción. Escuchar la voz de sus padres le dio un pequeño respiro en mitad del torbellino emocional.

La emoción no acabó ahí: poco después, Rosario recibía un mensaje de su novio, Stiven, que terminó por desarmarla del todo. Aquellas palabras llegaron en el momento justo, cuando más falta le hacía sentirse arropada. El público fue testigo de una despedida tan real como dolorosa, marcada por la vulnerabilidad de alguien que, con toda la valentía del mundo, decidió parar antes de romperse del todo.