«Cada uno de los objetos de Stephen Hawking esconde una historia fascinante»

«Cada uno de los objetos de Stephen Hawking esconde una historia fascinante», dijo Roger Highfield al poco de entrar en la IE Tower para hablar de su libro, 'Stephen Hawking: Genius at Work', una historia de la vida y obra del genio a través de los objetos que resumen su vida, de su letrero de profesor a su pizarra, pasando por el sintetizador de voz que le devolvió el don del habla; en fin, un libro que se lee igual que se recorre un museo. El autor, director científico del Science Museum Group y profesor visitante en la Universidad de Oxford, charló con Shana Cooperstein, profesora del IE. El acto sirvió como aperitivo de la edición española del Jaipur Literature Festival (JLF), que celebrará su edición española en Valladolid del 5 al 8 de junio. Highfield recordó que Stephen Hawking empezó a perder la voz en 1983, y que solo dos años después, a los cuarenta y cuatro, la perdió por completo tras contraer una neumonía en Ginebra: la recuperó con un sintetizador que también forma parte del libro. «La forma en la que se comunicaba con sus alumnos era fascinante», dijo Highfield, que también habló de su faceta como icono pop. «Él estuvo en 'Los Simpsons', 'The Big Bang Theory' y 'Star Trek', tres franquicias enormes. Es una popularidad asombrosa para un científico». «¿Pero hay objetos que nos digan cómo era él en su faceta privada, más allá de su personalidad pública?», preguntó Cooperstein. «Para mí lo más conmovedor es que siempre conservó su blazer de timonel», respondió Highfield, haciendo referencia a la chaqueta que le recordaba el momento de su vida, en su tercer año en Oxford, en que fue timonel de remo. «Era bastante temerario, a menudo chocaba con otras embarcaciones, pero ganó alguna carrera», apuntó. «No es de extrañar que la guardara como recuerdo. Solo un año después aquellos esfuerzos serían imposibles». Uno de los grandes retos fue descifrar la pizarra de Stephen Hawking, en la que había ecuaciones y garabatos y caricaturas. «Parecía un grafiti», bromeó Highfield. La pizarra era de una reunión que Hawking había organizado en 1980, en Cambridge. Cada vez que los asistentes llegaban a un punto muerto en sus indagaciones, alguien hacía un garabato en la pizarra. No la guardó por su importancia científica, sino por su sentido del humor.

Apr 1, 2025 - 19:47
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«Cada uno de los objetos de Stephen Hawking esconde una historia fascinante»
«Cada uno de los objetos de Stephen Hawking esconde una historia fascinante», dijo Roger Highfield al poco de entrar en la IE Tower para hablar de su libro, 'Stephen Hawking: Genius at Work', una historia de la vida y obra del genio a través de los objetos que resumen su vida, de su letrero de profesor a su pizarra, pasando por el sintetizador de voz que le devolvió el don del habla; en fin, un libro que se lee igual que se recorre un museo. El autor, director científico del Science Museum Group y profesor visitante en la Universidad de Oxford, charló con Shana Cooperstein, profesora del IE. El acto sirvió como aperitivo de la edición española del Jaipur Literature Festival (JLF), que celebrará su edición española en Valladolid del 5 al 8 de junio. Highfield recordó que Stephen Hawking empezó a perder la voz en 1983, y que solo dos años después, a los cuarenta y cuatro, la perdió por completo tras contraer una neumonía en Ginebra: la recuperó con un sintetizador que también forma parte del libro. «La forma en la que se comunicaba con sus alumnos era fascinante», dijo Highfield, que también habló de su faceta como icono pop. «Él estuvo en 'Los Simpsons', 'The Big Bang Theory' y 'Star Trek', tres franquicias enormes. Es una popularidad asombrosa para un científico». «¿Pero hay objetos que nos digan cómo era él en su faceta privada, más allá de su personalidad pública?», preguntó Cooperstein. «Para mí lo más conmovedor es que siempre conservó su blazer de timonel», respondió Highfield, haciendo referencia a la chaqueta que le recordaba el momento de su vida, en su tercer año en Oxford, en que fue timonel de remo. «Era bastante temerario, a menudo chocaba con otras embarcaciones, pero ganó alguna carrera», apuntó. «No es de extrañar que la guardara como recuerdo. Solo un año después aquellos esfuerzos serían imposibles». Uno de los grandes retos fue descifrar la pizarra de Stephen Hawking, en la que había ecuaciones y garabatos y caricaturas. «Parecía un grafiti», bromeó Highfield. La pizarra era de una reunión que Hawking había organizado en 1980, en Cambridge. Cada vez que los asistentes llegaban a un punto muerto en sus indagaciones, alguien hacía un garabato en la pizarra. No la guardó por su importancia científica, sino por su sentido del humor.