La conexión entre “Piggies” de The Beatles y Charles Manson

The Beatles, mejor conocido como The White Album, incluyó varias canciones icónicas como “Blackbird” y “Helter Skelter”, y otras que pasaron desapercibidas como “Piggies”. Sin embargo, el track estuvo en boca de todos al formar parte de una historia macabra. Aunque nació como un comentario social de George Harrison, fue malinterpretado por Charles Manson, quien [...] Ver más noticias en Indie Hoy.

Apr 19, 2025 - 16:32
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La conexión entre “Piggies” de The Beatles y Charles Manson
Charles Manson y The Beatles

The Beatles, mejor conocido como The White Album, incluyó varias canciones icónicas como “Blackbird” y “Helter Skelter”, y otras que pasaron desapercibidas como “Piggies”. Sin embargo, el track estuvo en boca de todos al formar parte de una historia macabra. Aunque nació como un comentario social de George Harrison, fue malinterpretado por Charles Manson, quien convirtió la inofensiva canción en un símbolo de su retorcida visión apocalíptica.

A pesar de contar con una letra que retrataba con ironía a los empresarios de traje, Manson entendió que escondía un mensaje profético y una señal del supuesto conflicto racial que, según él, se avecinaba. En su cabeza, el track hacía referencia a blancos que iban a ser exterminados por negros en una guerra. Ante tal “conflicto”, Manson consideraba que tanto él como sus seguidores habían sido designados como los salvadores.

La palabra “pig” apareció en escenarios de crimen

Así fue cómo la frase “What they need’s a damn good whacking” (“Lo que necesitan es una buena paliza”) se convirtió en una orden para matar. La cosa se volvió más macabra cuando la noche del 8 de agosto de 1969, Sharon Tate, Jay Sebring, Abigail Folger, Wojciech Frykowski y Steven Paren fueron asesinados en su residencia de Los Ángeles y Susan Atkins, una de las integrantes de la secta, escribió “Pig” con la sangre de Tate en la puerta.

Al día siguiente, dos personas más fueron apuñaladas con cuchillos y tenedores, y Patricia Krenwinkel dejó el mensaje “Death to pigs” en las paredes, también con sangre. De esta manera, la canción de los Beatles, que poco tenía que ver con violencia, terminó asociada a uno de los episodios más oscuros de la historia del siglo XX, dejando claras muestras de que hasta el arte más inocente puede ser malinterpretado.

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