Jaime Hernandez, dibujante del cómic 'Locas' durante 45 años: "Intento ignorar cualquier cosa que me pueda influir"

Este referente del comic indie estadounidense publica una nueva entrega de la serie, 'Dibujo del natural', con sus personajes que una vez fueron jóvenes, ya en la sesentenaLa Justicia investiga si Elon Musk usó IA para crear imágenes de 'Blade Runner 2049' sin consentimiento Pocos nombres resultan más importantes en la historia del cómic americano que el de Jaime Hernandez (Oxnard, California, 1959). Junto a sus hermanos Gilbert ‘Beto’ y Mario, comenzó a publicar la revista Love & Rockets en 1981. Mario abandonó pronto los cómics, pero Beto y Jaime siguieron adelante y se convirtieron en el buque insignia del cómic independiente. Jaime Hernandez lleva desde entonces desarrollando la saga de Locas, la historia de amor y amistad de dos chicas latinas —como él mismo—, Maggie Chascarrillo y Esperanza ‘Hopey’ Glass, y todo el reparto de personajes que han ido conociendo a través de las páginas de sus historias. Hernandez nunca ha dejado de evolucionar en su tratamiento de la relación entre sus dos personajes principales y ha desarrollado una habilidad especial para tratar los sentimientos con una sutileza inusitada, al tiempo que depuraba su ya de por sí excepcional dibujo en blanco y negro. A lo largo de los años, diferentes libros han ido contando capítulos de las vidas de Maggie y Hopey, siempre bajo la premisa de que ellas y el resto de los personajes envejezcan, más o menos, al mismo tiempo que sus lectores. Las que se presentaron en las primeras historias de Love & Rockets como dos adolescentes punk ahora son señoras maduras de casi sesenta años. Los últimos libros de la serie, Chapuzas de amor (2015) y ¿Es así como ves? (2019), abordan con una intensidad infrecuente esta etapa de la vida de las mujeres que no siempre es fácil ver en la ficción más mainstream. En las últimas semanas, han coincidido en las estanterías de novedades de las librerías españolas dos cómics firmados por Jaime Hernandez: la nueva edición del primer volumen de Locas y la entrega más reciente de la serie, Dibujo del natural, ambos de la mano de La Cúpula y traducción de Lorenzo Díaz, como toda la serie. Dibujo del natural continúa con lo narrado en Tonta (2021), donde el autor presentaba a una nueva pandilla del barrio de Hoppers, centrada en una adolescente, Anoush, que prefiere que la llamen Tonta. En este nuevo tomo, sin embargo, Hernandez, no ha podido resistirse a cruzar sus vidas con las de sus personajes de siempre. Jaime Hernandez ha visitado España con motivo de la publicación de ambos cómics, y, tras estar presente en la reciente edición del Comic Barcelona, ha pasado por Madrid, donde se realiza esta entrevista. ¿Cómo es el proceso de creación de las historias cuando se trabaja con personajes que tienen 45 años de historia? ¿Se cumple el tópico de que, a partir de cierto punto, cobran vida propia y toman sus propias decisiones? Sí, es casi como si escribieran ellos las historias. Los conozco tan bien que me dicen lo que va a pasar [risas]. Esto pasa, principalmente, porque nunca he sido un autor que se ponga a trabajar teniendo en mente un concepto o una idea. No pienso “voy a hacer una historia sobre esto” y luego pongo a los personajes en esa situación. Eso sucede muy raramente. En España ha coincidido que se ha puesto a la venta la nueva edición del primer libro de Locas al mismo tiempo que aparecía Dibujo del natural. ¿Concibe cada nuevo libro como una puerta de entrada de nuevos lectores a su obra, o ha dejado de preocuparle esto? Sí que intento hacer que cada historia sea autoconclusiva, que se pueda leer de forma independiente. Pero en cada una tengo que usar información de historias de hace muchos años. Yo espero que la gente lo entienda de todas formas. Una página de 'Dibujo al natural' de Jaime Hernandez La serialidad resulta muy importante en su trabajo, aunque es un elemento que cas

Apr 13, 2025 - 21:56
 0
Jaime Hernandez, dibujante del cómic 'Locas' durante 45 años: "Intento ignorar cualquier cosa que me pueda influir"

Jaime Hernandez, dibujante del cómic 'Locas' durante 45 años:

Este referente del comic indie estadounidense publica una nueva entrega de la serie, 'Dibujo del natural', con sus personajes que una vez fueron jóvenes, ya en la sesentena

La Justicia investiga si Elon Musk usó IA para crear imágenes de 'Blade Runner 2049' sin consentimiento

Pocos nombres resultan más importantes en la historia del cómic americano que el de Jaime Hernandez (Oxnard, California, 1959). Junto a sus hermanos Gilbert ‘Beto’ y Mario, comenzó a publicar la revista Love & Rockets en 1981. Mario abandonó pronto los cómics, pero Beto y Jaime siguieron adelante y se convirtieron en el buque insignia del cómic independiente. Jaime Hernandez lleva desde entonces desarrollando la saga de Locas, la historia de amor y amistad de dos chicas latinas —como él mismo—, Maggie Chascarrillo y Esperanza ‘Hopey’ Glass, y todo el reparto de personajes que han ido conociendo a través de las páginas de sus historias. Hernandez nunca ha dejado de evolucionar en su tratamiento de la relación entre sus dos personajes principales y ha desarrollado una habilidad especial para tratar los sentimientos con una sutileza inusitada, al tiempo que depuraba su ya de por sí excepcional dibujo en blanco y negro.

A lo largo de los años, diferentes libros han ido contando capítulos de las vidas de Maggie y Hopey, siempre bajo la premisa de que ellas y el resto de los personajes envejezcan, más o menos, al mismo tiempo que sus lectores. Las que se presentaron en las primeras historias de Love & Rockets como dos adolescentes punk ahora son señoras maduras de casi sesenta años. Los últimos libros de la serie, Chapuzas de amor (2015) y ¿Es así como ves? (2019), abordan con una intensidad infrecuente esta etapa de la vida de las mujeres que no siempre es fácil ver en la ficción más mainstream.

En las últimas semanas, han coincidido en las estanterías de novedades de las librerías españolas dos cómics firmados por Jaime Hernandez: la nueva edición del primer volumen de Locas y la entrega más reciente de la serie, Dibujo del natural, ambos de la mano de La Cúpula y traducción de Lorenzo Díaz, como toda la serie. Dibujo del natural continúa con lo narrado en Tonta (2021), donde el autor presentaba a una nueva pandilla del barrio de Hoppers, centrada en una adolescente, Anoush, que prefiere que la llamen Tonta. En este nuevo tomo, sin embargo, Hernandez, no ha podido resistirse a cruzar sus vidas con las de sus personajes de siempre.

Jaime Hernandez ha visitado España con motivo de la publicación de ambos cómics, y, tras estar presente en la reciente edición del Comic Barcelona, ha pasado por Madrid, donde se realiza esta entrevista.

¿Cómo es el proceso de creación de las historias cuando se trabaja con personajes que tienen 45 años de historia? ¿Se cumple el tópico de que, a partir de cierto punto, cobran vida propia y toman sus propias decisiones?

Sí, es casi como si escribieran ellos las historias. Los conozco tan bien que me dicen lo que va a pasar [risas]. Esto pasa, principalmente, porque nunca he sido un autor que se ponga a trabajar teniendo en mente un concepto o una idea. No pienso “voy a hacer una historia sobre esto” y luego pongo a los personajes en esa situación. Eso sucede muy raramente.

En España ha coincidido que se ha puesto a la venta la nueva edición del primer libro de Locas al mismo tiempo que aparecía Dibujo del natural. ¿Concibe cada nuevo libro como una puerta de entrada de nuevos lectores a su obra, o ha dejado de preocuparle esto?

Sí que intento hacer que cada historia sea autoconclusiva, que se pueda leer de forma independiente. Pero en cada una tengo que usar información de historias de hace muchos años. Yo espero que la gente lo entienda de todas formas.

Una página de 'Dibujo al natural' de Jaime Hernandez

La serialidad resulta muy importante en su trabajo, aunque es un elemento que casi ha desaparecido en el cómic estadounidense, dejando al margen el cómic de superhéroes.

Intento no prestar mucha atención a lo que pasa ahí fuera, porque me puede afectar y hacerme pensar demasiado qué dirección puedo tomar. Intento ignorar cualquier cosa que me pueda influir, incluso el trabajo de mi hermano Beto. Me concentro en mi propia obra.

En su trabajo no hay una verdadera continuidad, no está intentando juntar todas las piezas de una gran historia. Muchas veces no tenemos toda la información sobre un personaje, pero no importa: funciona igualmente.

A veces puede ser difícil. Hay momentos en los que alguien menciona el nombre de un personaje que puede que no hayamos visto desde hace diez años, y la gente puede que no tenga ni idea de quién están hablando. A veces pienso que debería añadir un poco de información en la página, indicar que es un viejo amigo o lo que sea. Yo no trabajo con un cronograma o con un esquema del conjunto de la historia, así que recurro a mi propia memoria.

Jaime Hernandez delante de algunos ejemplares de la reedición del primer volumen de 'Locas'

En Dibujo del natural volvemos a reencontrarnos con Maggie y Hopey, cuyas vidas se cruzan con la de una nueva generación de personajes. El resultado parece un poco melancólico, como de cierre de toda una época, más incluso que ¿Es así como me ves?

Mi intención es encontrar algún tipo de cierre para la serie, pero la vida sigue… así que los personajes siempre pueden volver. Pienso cada libro como un capítulo de sus vidas, de manera que en el siguiente cuento otro: “Vale, en este, Maggie va a hacer algo de manera un poquito diferente a lo que ha hecho antes”, y así el lector es consciente de que el tiempo pasa. Pero es verdad que no puedo evitar volver a pensar en Maggie y Hopey una y otra vez. “Oh, esto no se acaba nunca” [risas].

El encuentro con Tonta parece devolver a Maggie al pasado, pero, al mismo tiempo, la hace más consciente de la distancia que la separa con esas chicas. No sé si usted intentaba volver al pasado al tiempo que miraba al futuro.

Quería mostrar que ahora que Maggie es mayor se siente un poco frustrada cuando trata con las chicas jóvenes, y las encuentra un poco tontas. Al principio de su encuentro con Tonta, le gusta la idea de ser su amiga, se siente bien con ella, pero después de un tiempo se da cuenta de que no funciona. “Oh, tú otra vez” [risas].

Jaime Hernandez señala sus obras colocadas en el escaparate de la librería madrileña Los tres hermanos de Moriarty

¿Le resulta más difícil ahora escribir personajes femeninos jóvenes como Tonta o Judy Fair que cuando empezó con Locas en los años 80?

Es difícil por los cambios en las modas y la forma de hablar, el slang. Siempre dudo de si debería intentar usarlo o hacer a los personajes hablar de manera más plana… Pero sonaría falso. Hay que tener en cuenta que esta gente podrían ser mis nietas. El caso es que tengo una hijastra de esa edad, pero no es muy dada a hablar así, así que no saco mucho de ella [risas]. Al principio lo intenté, pero me daba cuenta de que los personajes hablaban como adolescentes de una película de Hollywood de los años 30.

En su obra siempre ha estado muy presente la diversidad, tanto étnica como sexual, mucho antes de que fuera un tema presente en el debate público y en la ficción mainstream. ¿Tiene que ver con su propio entorno o con la escena punk de su juventud?

Yo simplemente dibujaba lo que veía. En aquella época, 1981 o 1982, la gente de fuera de mi ambiente en California no sabía nada de todo eso, porque los medios, los programas de televisión, las películas, no lo mostraban. Lo hacían mal. Así que cuando empecé a dibujar cómics me propuse hacerlo bien. Me mantuve fiel a lo que conocía, sin más. Cuando éramos jóvenes, nos parecía agotador intentar representar la cultura de otra gente. Por eso Beto y yo decidimos usar todo lo que conocíamos, que eran cosas que muchas personas no habían visto nunca en un cómic. Si teníamos amigos gays, metíamos personajes gays en nuestras historias. Al principio no fue muy meditado, pero con el tiempo nos lo empezamos a tomar más en serio, y fuimos más allá de nuestro círculo de amigos. Queríamos mostrarlos con respeto, con naturalidad, sin poner la etiqueta de persona diversa. Y los lectores serían capaces de rellenar el resto, porque me di cuenta desde el principio de que la gente era capaz de conectar con los personajes porque se sentía implicada en las historias. Así que intenté darles tanto como podía, pero también dejar el suficiente espacio para los lectores. Son parte del proceso creativo y me siento muy cercano a ellos.

¿Por qué cree que la diversidad, en el contexto actual de los EEUU, parece que resulta un problema para cierta gente u opciones políticas precisamente ahora, cuando parecían cosas superadas?

Porque a veces los gobiernos provocan retrocesos. Siempre hay dirigentes que creen que se ha ido demasiado lejos y dan marcha atrás. Y siempre pensamos que quizás el próximo que venga lo arregle. Es frustrante, y obviamente hay protestas todos los días en EEUU, y no puedes culparlos, porque se sienten impotentes. Estoy seguro de que pasa en todo el mundo, existe esta frustración, esta espera por el próximo tipo, o simplemente la certeza de que nunca va a llegar.

Este sitio utiliza cookies. Al continuar navegando por el sitio, usted acepta nuestro uso de cookies.