“Tienes kilos de sobra, deberías…”: Un soltero rechaza a su cita de ‘First Dates’ por su físico, y la respuesta es maravillosa

El corazón sigue latiendo en Cuatro. Desde su estreno en abril de 2016, First Dates se ha consolidado como uno de los formatos más longevos y queridos de la televisión española. El programa, presentado por el carismático Carlos Sobera, ofrece algo más que citas a ciegas: se ha convertido en un espejo de la sociedad ... Leer más

Apr 13, 2025 - 13:19
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“Tienes kilos de sobra, deberías…”: Un soltero rechaza a su cita de ‘First Dates’ por su físico, y la respuesta es maravillosa

El corazón sigue latiendo en Cuatro.

Desde su estreno en abril de 2016, First Dates se ha consolidado como uno de los formatos más longevos y queridos de la televisión española. El programa, presentado por el carismático Carlos Sobera, ofrece algo más que citas a ciegas: se ha convertido en un espejo de la sociedad y un escenario donde la autenticidad emocional cobra protagonismo. A lo largo de casi una década, ha conseguido mantenerse fresco gracias a la diversidad de sus participantes y a la sensibilidad con la que trata las historias.

Cada noche, el restaurante de First Dates se transforma en el epicentro de encuentros inesperados, risas nerviosas, confesiones íntimas y, en ocasiones, conexiones reales. La magia del formato reside en su capacidad para sorprender: nunca se sabe si la cita será un flechazo o un fiasco. Además, el programa ha sabido adaptarse al paso del tiempo, incluyendo todo tipo de perfiles, edades y orientaciones, lo que le ha permitido seguir conectando con el público.

Este mes de abril es especialmente significativo para el equipo del programa. First Dates cumple 9 años en antena, un logro que pocos espacios logran alcanzar en la parrilla actual. “Soy una mujer muy alegre, me gusta mucho reírme y gastar bromas”, decía María, una de las comensales recientes, de 76 años, que encarna a la perfección el espíritu abierto y valiente que caracteriza al espacio.

Las segundas oportunidades no entienden de edad.

María, una cocinera jubilada de Madrid, acudió al programa con una convicción clara: la edad no debería ser un impedimento para volver a enamorarse. “Hoy en día, los hombres solo quieren cama y yo no quiero. Ni ellos pueden ni yo quiero, ya está. Yo pido un hombre que venga conmigo a comprar, a bailar, cenar y a todas esas cosas”, afirmaba con franqueza durante su presentación. La producción le organizó una cita con Juan, un madrileño de 84 años que también buscaba compañía.

“Soy buena persona, no soy seguidor de las religiones pero sí creo que la mejor fe que puedes tener es ayudar a alguien si puedes”, comentaba Juan al llegar al restaurante. La primera impresión entre ambos fue correcta, aunque la timidez del soltero empezó a marcar el tono de la velada. “Yo soy tímido y me cuesta hablar con alguien que no conozco”, admitía Juan. “Un hombre muy calladito, en fin, pero bien”, apuntó María con una sonrisa diplomática.

La conversación fue avanzando lentamente, y pronto surgieron diferencias notables. “Busco una pareja para estar acompañado y para todo”, explicaba Juan. Pero al tocar el tema de la intimidad, la discrepancia fue evidente. “Bueno, ahora solo quieren cama y cama. Con nuestra edad que quieran tanta cama, no lo entiendo”, expresó María, sorprendida. “Yo voy a tener relaciones mientras pueda porque creo que es saludable para el cuerpo. Para mí es algo primordial”, le respondió él sin rodeos.

Una caminata con tropiezos.

Aunque María trató de mantener la calma, las distancias entre ambos eran cada vez más visibles. “Para mí es importante, pero todos los días a mi edad no”, decía la comensal, sin comprender del todo el ímpetu físico de Juan. A pesar de sus intentos por buscar puntos en común, la conversación volvió a enfriarse al hablar de hábitos saludables y actividad física.

Juan aseguró ser muy activo y contar con una rutina diaria de caminatas. María dijo que también solía salir a andar, pero su cita cuestionó su palabra de una forma cruel. “Yo creo que mucho no camina porque si no no tendría el cuerpo que tiene, eso se ve. La he visto muy bajita y gordita”, comentó Juan en un aparte con el equipo del programa, dejando entrever su falta de tacto y empatía.

Ese comentario marcó un antes y un después en la cita. María, visiblemente decepcionada, reconoció que no se sentía cómoda. “Me he aburrido un poco porque es un hombre que no habla, no cuenta nada y no te pregunta. Pienso que no le intereso”, confesó a cámara. Juan también dejó clara su falta de interés. “Me gustaría haber tenido atracción por ella, pero no la ha habido”, sentenció.

Sin postre ni segundas partes.

Al llegar el momento de la decisión final, ambos sabían que no había futuro para esa conexión. “No tendría una segunda cita porque no me has atraído nada, esperaba una mujer más estilizada que hiciese ejercicio como yo, tú tienes unos kilos de sobra y te aconsejo, como amigo, que los pierdas”, dijo Juan, con una frialdad que heló el ambiente. María, sin perder la compostura, fue igualmente sincera: “No tendría una cita con Juan porque ha sido muy aburrida la cita y no me ha preguntado nada”.

Este tipo de momentos, a pesar de su dureza, forman parte de la esencia del programa. First Dates no es solo un espacio de entretenimiento, sino un retrato realista de cómo nos relacionamos, con nuestras luces y sombras. Historias como la de María y Juan nos recuerdan que el amor no tiene edad, pero sí requiere respeto, escucha y empatía.

A punto de celebrar su noveno aniversario, el programa continúa abriendo puertas al amor, a las segundas oportunidades y, sobre todo, al valor de mostrarse tal como uno es. Porque en First Dates, cada cita es una nueva posibilidad de conexión —y también, una oportunidad para aprender del otro.