Shego : «Los artistas de antes igual ni sabían que estaban pasando una depresión: o se medicaban o se drogaban, que es más o menos lo mismo»

¿Qué hace que un grupo destaque en la marabunta de propuestas musicales que nos aturulla hoy en día? ¿Canciones que se peguen a la primera? ¿Una estética molona? ¿Buena mano con las redes? ¿Tocar bien? Todas estas cosas son más o menos imprescindibles, pero lo que marca la diferencia, lo que conquista, más allá de estribillos pegadizos, pintas chulas, cifras epatantes de followers o pericia instrumental, es cantar con verdad y con estilo propio. Shego tienen esa virtud, y han sabido sumarla a todo lo demás sin que se altere su intuición, su instinto natural ante el micrófono. De ahí que la presentación de 'No lo volveré a hacer', su segundo disco, el temido segundo disco, el de la confirmación, sea uno de los acontecimientos más esperados de una agenda de conciertos, la madrileña, que parece haberse acostumbrado al 'overbooking' galopante. Será este viernes en La Riviera dentro de la tercera edición del festival Bee Week , que comenzó el pasado 8 de marzo y acaba este sábado 29 habiendo dado cancha a diez bandas y un total de doce conciertos en diversas salas de Madrid. «Es verdad que está habiendo muchísimos lanzamientos, por la forma en que la gente escucha música ahora. Pero en nuestro caso, yo creo que nuestros fans nos estaban esperando porque el disco está funcionando muy bien», dice Raquel Cerro (voz, guitarra). «A mí sí hubo un momento en el que me entró la paranoia de desear muy fuerte que nos escuchara más gente, porque llegué a pensar que a lo mejor nos verían de forma sesgada por ser pibas y sólo nos iban a escuchar mujeres. Yo quería que nos escuchara todo el mundo, y de hecho por eso hemos hecho canciones más sencillas, sin llegar a tener presión de hacer algo para vender», añade su compañera Maite Gallard o (voz, guitarra), quien en los cuatro años que lleva de carrera ha descubierto que en un panorama rockero «dominado por hombres, en el que siempre ha habido pocas pibas haciendo rock salvando Amaral o Dover, sigue llamando la atención que haya propuestas como la nuestra» En su intento de conseguir un público más transversal, las Shego quizá lleguen a lugares que ni siquiera esperaban, e incluso hay quien dice que se están poniendo de moda entre la gente pija. «¿En serio?», exclama Raquel entre las carcajadas de sus compañeras. «Es verdad que ahora vemos más variedad de gente en los conciertos, antes era una cosa como más de nicho, con nuestra primera fila de lesbianas», dice Charlotte Augusteijn (bajo). «Me estoy acordando de que ha habido un par de conciertos a los que han venido unas chicas abiertamente pijas, y me parece estupendo que se gasten el dinero en venir a vernos», reconoce Maite, que tiene claro que si hay una forma de subsistir, es picando piedra en la carretera. «El streaming no da para vivir ni de coña, pero mejor me callo. Porque si digo lo que pienso de Sotify, ya no tocamos más». Igual que tantas otras bandas de su generación, Shego cantan sobre las dos caras de la juventud, con letras que hablan tanto de pasarlo bien como de pasarlo mal. «La ansiedad o la depresión siempre han sido temas con poca cabida en la música, porque no había espacio para hablar de ello en la sociedad en general», opina Maite. «Antes, los artistas igual ni sabían que estaban pasando por un proceso depresivo , porque no se le ponía nombre a esas cosas. O como mucho, te medicabas o te drogabas, que es más o menos lo mismo. Pero nadie se planteaba hablar de ello. Estaba oculto, maquillado. Los artistas seguro que se preguntaban, «¿pero cómo voy a hablar yo de esto en una canción?». En cuanto hemos visto que se puede, nos hemos lanzado todos como locos». «Es que eso ha pasado hace dos días como quien dice», asegura Charlotte. «Ya no cantar sobre ello, sino informarte sobre ello. Yo recuerdo que cuando vine a vivir a Madrid en 2014, estaba pasando una época un poco rara porque mis padres se separaron, además de por otras razones, y cuando busqué información que me pudiera orientar sobre las cosas que estaba sintiendo, no encontré absolutamente nada. A día de hoy, hay muchísima información sobre el tema. También porque ya estamos petando mucho y había que hacer algo». Algo parecido ocurre con el feminismo, un asunto que permea algunos de sus grandes hits, como 'Te mataré'. ¿Una respuesta al 'La mataré' de Loquillo? «Uf qué, va. No la he oído, pero ha sido escuchar la palabra Loquillo y te digo que no, que no va por ahí», salta Maite. «Al escribirla estábamos muy cabreadas con algo que nos había pasado», explica Raquel. «No lo podemos contar, es secreto de sumario entre nosotras, pero es muy gracioso pensar que nuestros ex crean que puede ir por ellos (risas). ¿Y cómo vivieron las Shego este último 8M? «Estábamos en la furgo yendo a tocar», dice Raquel. «Yo en ese viaje lo pensé, «hostia, pero si estamos trabajando». Otros años me tomaba muy en serio lo de ir a la manifestación, no consumir nada y hacer huelga. Yo he pensado mucho en que se me están pasando esas ganas de ser más reaccionaria, de estar pe

Mar 28, 2025 - 11:53
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Shego : «Los artistas de antes igual ni sabían que estaban pasando una depresión: o se medicaban o se drogaban, que es más o menos lo mismo»
¿Qué hace que un grupo destaque en la marabunta de propuestas musicales que nos aturulla hoy en día? ¿Canciones que se peguen a la primera? ¿Una estética molona? ¿Buena mano con las redes? ¿Tocar bien? Todas estas cosas son más o menos imprescindibles, pero lo que marca la diferencia, lo que conquista, más allá de estribillos pegadizos, pintas chulas, cifras epatantes de followers o pericia instrumental, es cantar con verdad y con estilo propio. Shego tienen esa virtud, y han sabido sumarla a todo lo demás sin que se altere su intuición, su instinto natural ante el micrófono. De ahí que la presentación de 'No lo volveré a hacer', su segundo disco, el temido segundo disco, el de la confirmación, sea uno de los acontecimientos más esperados de una agenda de conciertos, la madrileña, que parece haberse acostumbrado al 'overbooking' galopante. Será este viernes en La Riviera dentro de la tercera edición del festival Bee Week , que comenzó el pasado 8 de marzo y acaba este sábado 29 habiendo dado cancha a diez bandas y un total de doce conciertos en diversas salas de Madrid. «Es verdad que está habiendo muchísimos lanzamientos, por la forma en que la gente escucha música ahora. Pero en nuestro caso, yo creo que nuestros fans nos estaban esperando porque el disco está funcionando muy bien», dice Raquel Cerro (voz, guitarra). «A mí sí hubo un momento en el que me entró la paranoia de desear muy fuerte que nos escuchara más gente, porque llegué a pensar que a lo mejor nos verían de forma sesgada por ser pibas y sólo nos iban a escuchar mujeres. Yo quería que nos escuchara todo el mundo, y de hecho por eso hemos hecho canciones más sencillas, sin llegar a tener presión de hacer algo para vender», añade su compañera Maite Gallard o (voz, guitarra), quien en los cuatro años que lleva de carrera ha descubierto que en un panorama rockero «dominado por hombres, en el que siempre ha habido pocas pibas haciendo rock salvando Amaral o Dover, sigue llamando la atención que haya propuestas como la nuestra» En su intento de conseguir un público más transversal, las Shego quizá lleguen a lugares que ni siquiera esperaban, e incluso hay quien dice que se están poniendo de moda entre la gente pija. «¿En serio?», exclama Raquel entre las carcajadas de sus compañeras. «Es verdad que ahora vemos más variedad de gente en los conciertos, antes era una cosa como más de nicho, con nuestra primera fila de lesbianas», dice Charlotte Augusteijn (bajo). «Me estoy acordando de que ha habido un par de conciertos a los que han venido unas chicas abiertamente pijas, y me parece estupendo que se gasten el dinero en venir a vernos», reconoce Maite, que tiene claro que si hay una forma de subsistir, es picando piedra en la carretera. «El streaming no da para vivir ni de coña, pero mejor me callo. Porque si digo lo que pienso de Sotify, ya no tocamos más». Igual que tantas otras bandas de su generación, Shego cantan sobre las dos caras de la juventud, con letras que hablan tanto de pasarlo bien como de pasarlo mal. «La ansiedad o la depresión siempre han sido temas con poca cabida en la música, porque no había espacio para hablar de ello en la sociedad en general», opina Maite. «Antes, los artistas igual ni sabían que estaban pasando por un proceso depresivo , porque no se le ponía nombre a esas cosas. O como mucho, te medicabas o te drogabas, que es más o menos lo mismo. Pero nadie se planteaba hablar de ello. Estaba oculto, maquillado. Los artistas seguro que se preguntaban, «¿pero cómo voy a hablar yo de esto en una canción?». En cuanto hemos visto que se puede, nos hemos lanzado todos como locos». «Es que eso ha pasado hace dos días como quien dice», asegura Charlotte. «Ya no cantar sobre ello, sino informarte sobre ello. Yo recuerdo que cuando vine a vivir a Madrid en 2014, estaba pasando una época un poco rara porque mis padres se separaron, además de por otras razones, y cuando busqué información que me pudiera orientar sobre las cosas que estaba sintiendo, no encontré absolutamente nada. A día de hoy, hay muchísima información sobre el tema. También porque ya estamos petando mucho y había que hacer algo». Algo parecido ocurre con el feminismo, un asunto que permea algunos de sus grandes hits, como 'Te mataré'. ¿Una respuesta al 'La mataré' de Loquillo? «Uf qué, va. No la he oído, pero ha sido escuchar la palabra Loquillo y te digo que no, que no va por ahí», salta Maite. «Al escribirla estábamos muy cabreadas con algo que nos había pasado», explica Raquel. «No lo podemos contar, es secreto de sumario entre nosotras, pero es muy gracioso pensar que nuestros ex crean que puede ir por ellos (risas). ¿Y cómo vivieron las Shego este último 8M? «Estábamos en la furgo yendo a tocar», dice Raquel. «Yo en ese viaje lo pensé, «hostia, pero si estamos trabajando». Otros años me tomaba muy en serio lo de ir a la manifestación, no consumir nada y hacer huelga. Yo he pensado mucho en que se me están pasando esas ganas de ser más reaccionaria, de estar pensando todo el rato en que hay que luchar y luchar. Pero aunque pensemos que estamos avanzando, siguen matando y violando a mujeres cada día, y en muchos sitios se nos sigue tratando como si fuéramos estúpidas. Y no se puede dejar a un lado. Hay momentos en los que tienes más o menos fuerza para enfrentarte a ello, pero no se nos puede olvidar».