Artistas mexicanos reaccionan a las políticas de Trump: “Somos cómplices en el silencio”
El arte contemporáneo en México, paralizado ante el regreso de Trump en un momento donde dominan la inversión privada y la precarización institucionalUn documental para hacer justicia con Agustín Gómez Arcos, el “hito de la literatura española” censurado por el franquismo Es el momento dorado del arte en México. Los artistas mexicanos tienen una importante presencia a nivel global y el país se ha convertido, desde hace años, en epicentro para galerías y coleccionistas de distintas latitudes. En febrero, miles de personas llegaron a la Ciudad de México para la Semana del Arte, en la que se celebran de forma simultánea varios eventos y ferias, entre ellas Zona MACO, la más importante de Latinoamérica. Pero no es oro todo lo que reluce: la llegada de Trump y sus políticas abiertamente conservadoras, así como la guerra comercial con México, son motivo de preocupación en el marco de un ecosistema artístico “despolitizado” y “fragmentado”, según relatan varios artistas y críticos mexicanos a elDiario.es. Iván Romero, artista del collage y músico radicado en la Ciudad de México, dice que fue silenciado mientras realizaba una performance en CLAVO, una feria para artistas emergentes que también tiene lugar durante la Art Week. “Gringo Go Home” y “Bienvenidos a la feria clav-arte sang-arte y cobr-arte”, podía leerse en algunos de los carteles que Romero desplegó mientras tocaba la guitarra en un stand de la feria. Su acción fue una crítica dirigida a la organización y a una escena donde, según el músico, “ya solo importa hacer dinero” de cara a la inversión extranjera, fuertemente representada por Estados Unidos. Mientras que algunos dentro del sector critican la gentrificación encabezada por estadounidenses y europeos, y la falta de apoyos a artistas locales, otros temen que las restricciones comerciales y las políticas antiprogresistas de Trump afecten al momento dulce que vive el arte mexicano. “El resurgimiento de la ultraderecha en redes sociales fue uno de los temas que me empezó a llamar la atención, para una de mis piezas fingí ser un hombre blanco en internet”, cuenta por teléfono a elDiario.es Wendy Cabrera, artista multidisciplinar originaria del Estado de México y radicada en la capital. Desde 2017 ha expuesto varios proyectos críticos con la hegemonía cultural y política del país vecino, así como los vínculos y formas de comunicación de la ultraderecha estadounidense. El artista Iván Romero “Para mí, como para muchos otros mexicanos, es importante el hecho de no conocer a la mitad de mi familia porque vive en Estados Unidos, el 80% de los mexicanos tiene familia allá y todos sabemos las luchas que han tenido que soportar”, manifiesta Cabrera. La expulsión masiva de migrantes en situación irregular ha llevado a varios artistas latinos a pronunciarse en las últimas semanas. También han sido duramente criticados quienes han mostrado algún gesto cómplice con Trump, como la banda de regional mexicano Grupo Frontera, quien desmintió en un comunicado su apoyo explícito al presidente tras ser grabado bailando la canción que Trump utilizó en campaña. “El arte está muy despolitizado, cada vez es menos crítico y más complaciente al mercado, eso también tiene que ver con que hay un vacío en los apoyos con parte de las instituciones culturales que se llena con iniciativa privada”, prosigue Cabrera, en alusión a los cambios impulsados por el ejecutivo de López Obrador, que reestructuró mecanismos como el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA). “Honestamente, yo no me siento muy entusiasta con las producciones artísticas actuales”, afirma Cabrera pero, por otra parte, cree que “sí hay un bum de representación de arte local, una ampliación del mercado que también es positiva” y que “ahora hay más visibilidad para artistas jóvenes, de provincia y de periferia”. Una tendencia escapista La distopía, el escapismo y la ciencia ficción también son

El arte contemporáneo en México, paralizado ante el regreso de Trump en un momento donde dominan la inversión privada y la precarización institucional
Un documental para hacer justicia con Agustín Gómez Arcos, el “hito de la literatura española” censurado por el franquismo
Es el momento dorado del arte en México. Los artistas mexicanos tienen una importante presencia a nivel global y el país se ha convertido, desde hace años, en epicentro para galerías y coleccionistas de distintas latitudes. En febrero, miles de personas llegaron a la Ciudad de México para la Semana del Arte, en la que se celebran de forma simultánea varios eventos y ferias, entre ellas Zona MACO, la más importante de Latinoamérica. Pero no es oro todo lo que reluce: la llegada de Trump y sus políticas abiertamente conservadoras, así como la guerra comercial con México, son motivo de preocupación en el marco de un ecosistema artístico “despolitizado” y “fragmentado”, según relatan varios artistas y críticos mexicanos a elDiario.es.
Iván Romero, artista del collage y músico radicado en la Ciudad de México, dice que fue silenciado mientras realizaba una performance en CLAVO, una feria para artistas emergentes que también tiene lugar durante la Art Week. “Gringo Go Home” y “Bienvenidos a la feria clav-arte sang-arte y cobr-arte”, podía leerse en algunos de los carteles que Romero desplegó mientras tocaba la guitarra en un stand de la feria. Su acción fue una crítica dirigida a la organización y a una escena donde, según el músico, “ya solo importa hacer dinero” de cara a la inversión extranjera, fuertemente representada por Estados Unidos. Mientras que algunos dentro del sector critican la gentrificación encabezada por estadounidenses y europeos, y la falta de apoyos a artistas locales, otros temen que las restricciones comerciales y las políticas antiprogresistas de Trump afecten al momento dulce que vive el arte mexicano.
“El resurgimiento de la ultraderecha en redes sociales fue uno de los temas que me empezó a llamar la atención, para una de mis piezas fingí ser un hombre blanco en internet”, cuenta por teléfono a elDiario.es Wendy Cabrera, artista multidisciplinar originaria del Estado de México y radicada en la capital. Desde 2017 ha expuesto varios proyectos críticos con la hegemonía cultural y política del país vecino, así como los vínculos y formas de comunicación de la ultraderecha estadounidense.
“Para mí, como para muchos otros mexicanos, es importante el hecho de no conocer a la mitad de mi familia porque vive en Estados Unidos, el 80% de los mexicanos tiene familia allá y todos sabemos las luchas que han tenido que soportar”, manifiesta Cabrera. La expulsión masiva de migrantes en situación irregular ha llevado a varios artistas latinos a pronunciarse en las últimas semanas. También han sido duramente criticados quienes han mostrado algún gesto cómplice con Trump, como la banda de regional mexicano Grupo Frontera, quien desmintió en un comunicado su apoyo explícito al presidente tras ser grabado bailando la canción que Trump utilizó en campaña.
“El arte está muy despolitizado, cada vez es menos crítico y más complaciente al mercado, eso también tiene que ver con que hay un vacío en los apoyos con parte de las instituciones culturales que se llena con iniciativa privada”, prosigue Cabrera, en alusión a los cambios impulsados por el ejecutivo de López Obrador, que reestructuró mecanismos como el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA). “Honestamente, yo no me siento muy entusiasta con las producciones artísticas actuales”, afirma Cabrera pero, por otra parte, cree que “sí hay un bum de representación de arte local, una ampliación del mercado que también es positiva” y que “ahora hay más visibilidad para artistas jóvenes, de provincia y de periferia”.
Una tendencia escapista
La distopía, el escapismo y la ciencia ficción también son formas de resistencia política. Así lo cree el artista Romeo Gómez López (Ciudad de México, 1991), cofundador de Salón Silicón, un espacio que desde 2017 promueve el trabajo de artistas mujeres y de la comunidad LGTBIQ+. En su última propuesta expositiva, Life on Mars, Gómez López trata el posible colapso social y critica la postura de muchos millonarios. “Prefieren estar preparados para el fin del mundo que cambiar algo”, opina, en relación a figuras como la de Elon Musk. “Cuando la ciencia ficción fatalista se empieza a parecer a la realidad, es que no vamos por buen camino”.
“Hay una tendencia a que muchos proyectos traten, por ejemplo, el cosmos, como una forma de escapismo”, esboza Gómez López. “Pero para mí, la comunidad artística en México no es complaciente, aunque no veo tanto interés en centrarse en la figura de Trump, más bien en ignorarlo, pero sí en criticar lo que representan sus políticas”, asegura. “Sería genial boicotear desde el lado artístico plataformas como Instagram o Facebook, que pertenecen a milmillonarios alineados con Trump, pero paradójicamente allí difundimos nuestro trabajo; tenemos que encontrar cómo utilizarlas de forma más crítica”. “Todo el arte es político, y no tomar postura política es en sí una postura política”, sentencia.
Sería genial boicotear desde el lado artístico plataformas como Instagram o Facebook, que pertenecen a milmillonarios alineados con Trump, pero paradójicamente allí difundimos nuestro trabajo; tenemos que encontrar cómo utilizarlas de forma más crítica
Diego del Valle, crítico y editor de las revistas Arte Informado y 333, cree que en la escena del arte mexicano actual sí hay “una evasión a enfrentarse con la verdad en el marco político y geopolítico, una renuncia en el lenguaje y un agotamiento generalizado”. Coincide con Wendy Cabrera al señalar un ecosistema artístico dominado por la precarización institucional, las políticas de austeridad y la inversión privada. “A partir del genocidio palestino también ha habido censura; hay que preguntarse quién está detrás de los patronatos de los museos, quien invierte en las galerías. Y otra pregunta es: ¿por qué el arte contemporáneo no está generando colectividades?”, reflexiona.
“Yo perdí una gran beca por hablar en contra del genocidio palestino en Alemania, y no soy la única”, lamenta por mensaje la artista Frieda Tonzano, quien a través de pinturas modulares e instalaciones imagina un futuro marcado por la libertad queer y la comunión ecológica con la naturaleza. “Pensar que el problema es Trump como individuo es reduccionista, el problema es un sistema que nos empuja a desear a alguien como Trump”, aduce, y critica duramente la complacencia de los artistas que “solo entretienen a los gringos y no cuestionan sus políticas, somos cómplices en el silencio”. “La censura, que es un efecto del fascismo, está asustando a muchos artistas, nadie quiere perder sus oportunidades”, recalca.
Las instituciones culturales están evadiendo las preguntas ante un genocidio, evadiendo las memorias políticas y sociales del territorio, y eso es muy grave
¿Y cuál es el papel de los museos e instituciones culturales mexicanas ante la amenaza de Trump? “Las instituciones tienen renuencia a pensarse en torno a la urgencia, lo hemos visto con el genocidio palestino, donde solo ha habido reacciones institucionales por parte de museos en un tono muy académico y sin continuidad… no hay capacidad de respuesta por parte de la institución, es demasiado rígida”, sostiene Del Valle. “Las instituciones culturales están evadiendo las preguntas ante un genocidio, evadiendo las memorias políticas y sociales del territorio, y eso es muy grave”.
“El museo debería tener la posibilidad de intervenir discursos, me pregunto dónde están los programas públicos que den cuenta de las políticas de deshumanización, que recuerden al público que el migrante no es un terrorista… el museo no debe olvidar su situación de poder”, apunta el crítico. En 2016, el Museo de la Memoria y la Tolerancia sí que lanzó un contundente mensaje a Trump, poco después de que el mandatario dijera públicamente que México solo enviaba a Estados Unidos “drogas y violadores”. “#SrTrumpConTodoRespeto, queremos que venga a recordar el sufrimiento que han causado discursos como el de usted”, indicó el recinto a través de su página en Facebook junto con una imagen donde se leía: “Sr. Trump: para usted es gratis”.
La segunda llegada de Trump al poder aún no ha generado una respuesta clara por parte de muchos artistas e instituciones culturales mexicanas, pero queda un largo y probablemente tenso capítulo en las relaciones entre ambos países. Mientras tanto, Wendy Cabrera reivindica la necesidad de enfocar la mirada hacia otras latitudes. “Hay que crear vínculo con el Sur Global, México sabe perfectamente lo que pasa en Estados Unidos pero no mira hacia lo que pasa más al sur, es importante resaltar hechos históricos e historias comparadas, especialmente con aquellos que también han sido colonizados por Estados Unidos”, dice. “El arte tiene la paradoja de que por un lado es bien inútil, pero por otro… los procesos de colonización también se hicieron a través del arte”, concluye.