«Cuanto más retrasemos la acción climática, más costosa y compleja va a ser»

En un momento marcado por la inestabilidad geopolítica y la urgencia climática, Gonzalo Sáenz de Miera, presidente del Grupo Español para el Crecimiento Verde y director de Cambio Climático y Alianzas de Iberdrola, reivindica el papel protagonista de las empresas en la transformación hacia una economía verde y subraya la necesidad de sumar esfuerzos desde todos los sectores. En un contexto global de tensiones geopolíticas, crisis energética e inflación, ¿qué señales preocupan más sobre el avance de la transición verde en España? ¿Estamos en riesgo de no cumplir los objetivos del Acuerdo de París? Nos preocupa que algunos políticos y […] La entrada «Cuanto más retrasemos la acción climática, más costosa y compleja va a ser» se publicó primero en Ethic.

Apr 14, 2025 - 10:14
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«Cuanto más retrasemos la acción climática, más costosa y compleja va a ser»

En un momento marcado por la inestabilidad geopolítica y la urgencia climática, Gonzalo Sáenz de Miera, presidente del Grupo Español para el Crecimiento Verde y director de Cambio Climático y Alianzas de Iberdrola, reivindica el papel protagonista de las empresas en la transformación hacia una economía verde y subraya la necesidad de sumar esfuerzos desde todos los sectores.


En un contexto global de tensiones geopolíticas, crisis energética e inflación, ¿qué señales preocupan más sobre el avance de la transición verde en España? ¿Estamos en riesgo de no cumplir los objetivos del Acuerdo de París?

Nos preocupa que algunos políticos y sectores están aprovechando esta situación para intentar ralentizar la transición, ya sea por ideología o por intereses económicos. Respecto a los objetivos del Acuerdo de París, aún se podría llegar a cumplir el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados, pero la ciencia dice que cada vez es más complejo. En cualquier caso, cada décima de grado importa y hay que acelerar todo lo posible en la reducción de emisiones para evitar superar en mucho estos 1,5 grados. El cambio climático va a tener un enorme impacto futuro y, cuanto más retrasemos la acción, más costosa y compleja va a ser. Por otro lado, desde el Grupo Español de Crecimiento Verde, cuando hablamos de descarbonización no solo hablamos de cambio climático, sino que hablamos de enormes oportunidades industriales y de temas geoestratégicos y, sobre todo, de la seguridad energética. Es decir, que no solo estamos hablando de medio ambiente, sino que también estamos hablando de economía y de seguridad.

«Cuando hablamos de descarbonización no solo hablamos de cambio climático»

¿Ha habido un cambio de enfoque? ¿Hoy la sostenibilidad se entiende más desde una perspectiva económica?

Eso es eso es. No es que el medio ambiente haya perdido peso, sino que hay otras cuestiones que ganan peso estratégico, como la seguridad, las oportunidades industriales o la competitividad. Eso es lo que se está viendo con Clean Industrial Deal, que pretende acelerar esta transición, no solo por el medio ambiente, sino también por la economía y la seguridad.

¿Se percibe una ralentización en los compromisos empresariales debido a la incertidumbre regulatoria o económica global?

Lo que vemos es que, en general, las empresas están manteniendo los objetivos climáticos. Dentro de esta situación, de este contexto, las empresas tienen muy claro que la industria del futuro va a ser verde. Esto no significa que cualquier incertidumbre, ya sea por la regulación o por decisiones políticas, no tenga un impacto negativo. Sin embargo, las empresas tienen claro que esto es un tema estratégico, que no solo es un tema ambiental, es un tema económico y de seguridad. Por lo tanto, mantienen sus objetivos. Algunos sectores o empresas, por ejemplo, algunas petroleras, sí que estén aprovechando este contexto para dar marcha atrás. De todos modos, depende de cada empresa. No todas las petroleras están actuando igual, algunas han visto que el mundo va en una dirección y están adaptándose.

«Cuanto antes se suban las empresas al carro de la sostenibilidad, mejor les va a ir»

En los últimos años, muchas empresas han pasado de ver la sostenibilidad como un aspecto reputacional a integrarla en su estrategia de negocio. ¿Qué factores hacen que una empresa convierta la sostenibilidad en una ventaja competitiva en lugar de un mero requisito regulatorio?

La transición energética es actualmente la principal tendencia a largo plazo. Las empresas tienen que estar alineadas con los intereses de la sociedad para que les vaya mejor económicamente. Por tanto, un factor que hace que la empresa convierta esto en algo estratégico es alinearlo con los intereses de la sociedad. Y, a todo esto, tiene que acompañar la tecnología. Ya no hay un trade off entre sostenibilidad y competitividad, sino que, precisamente, debido a la revolución tecnológica que hemos vivido en los últimos diez años, lo verde se ha convertido en lo más competitivo.

En este sentido, ¿qué sectores o modelos empresariales están demostrando mejor que apostar por el medio ambiente también puede ser rentable?

Hay sectores muy claros, como el de las renovables. Hoy en día, la forma más barata de producir electricidad en el mundo son las renovables. El modelo de las renovables es rentable. También lo vemos en el sector de los vehículos eléctricos, como en China. Hay enormes oportunidades y también una competencia global por aprovecharlas. Por otro lado, también hay sectores en los que, ahora mismo, lo verde no es competitivo, pero lo va a ser y las empresas se tienen que adelantar. Por ejemplo, Iberdrola apostó por las energías renovables cuando aún no eran competitivas. ¿Por qué? Porque hay que mirar a largo plazo. Algo similar ocurre con el coche eléctrico: hoy está claro que será competitivo, pero hace años ya se podía intuir esa dirección. Lo mismo está sucediendo en otros sectores, como el de la moda. Inditex, por ejemplo, se ha unido recientemente al Grupo Español para el Crecimiento Verde, que agrupa a empresas de todos los sectores y tamaños y representa ya casi el 70% del IBEX 35. Estamos viendo que la sociedad demanda a las empresas que sean verdes y hay enormes oportunidades en ámbitos tan diversos como el financiero, la construcción, el textil, el energético o el farmacéutico.

«Las empresas tienen muy claro que la industria del futuro va a ser verde»

¿Cuáles son los principales retos que enfrentan las empresas en su proceso de descarbonización? ¿Las políticas e incentivos actuales garantizan una transición económicamente viable sin afectar la competitividad en el mercado global?

El primer reto tiene que ver con la tecnología, pero gracias a la revolución tecnológica de los últimos años, tenemos ya la capacidad para descarbonizar el 80% de la economía de forma competitiva, aunque algunas de estas tecnologías hay que escalarlas. España está en una posición de ventaja competitiva. Tenemos recursos renovables, tenemos buena base industrial y vamos a tener la ventaja competitiva de tener una energía más económica. Ahora, ¿qué hace falta? Que todo esto vaya acompañado de políticas. Por ejemplo, en el tema de renovables, una de las cuestiones fundamentales son el permitting, los permisos, y la red eléctrica, que ahora mismo es un cuello de botella. Luego, está la electrificación de la economía, de las diferentes industrias y, aquí hay que acometer muchas reformas. Por ejemplo, es necesaria una reforma fiscal, aplicando el principio de que quien contamina, paga. Hoy en día las energías limpias están muy penalizadas con respecto a las fósiles, algo que ya dice el Clean Industrial Deal. También hacen falta políticas de transición justa y políticas industriales. Por eso, la clave para avanzar y aprovechar las oportunidades es que haya una planificación coordinada y un conjunto de políticas que muevan la economía en esa dirección. La estabilidad regulatoria es muy importante para que se mantengan los objetivos. Necesitamos certidumbre y estabilidad para acometer las inversiones necesarias para avanzar hacia una economía verde y competitiva.

¿Qué alianzas son clave en este momento para acelerar el cambio?

Hay mucha competencia global y las oportunidades se las llevarán aquellas empresas que definan mejores políticas y alianzas. En esta transición hay muchísimas oportunidades, pero hay también retos y nadie lo puede hacer solo, ni las empresas y los gobiernos, ni las oenegés, ni las universidades. En un evento reciente, Nadia Calviño decía que en Europa hay dos tipos de países: los pequeños y los que no son conscientes de que lo son. Esa reflexión resume bien la necesidad de actuar con visión colectiva. Necesitamos aprovechar el mercado único y necesitamos unas políticas industriales europeas. También necesitamos también alianzas empresariales: tenemos que escuchar a las compañías comprometidas con la descarbonización, comprender sus retos y propuestas. Es muy importante trabajar entre la oferta y la demanda para escucharnos y ver cómo avanzar en todo esto. Además, necesitamos alianzas con organizaciones ambientales y sociales para asegurar que esta transición sea positiva para la biodiversidad y para las comunidades locales.

Desde el Grupo Español para el Crecimiento Verde, ¿qué prioridades estratégicas habéis identificado para que la transición ecológica en España no pierda impulso?

En primer lugar, debemos entender el cambio de contexto, donde el medio ambiente sí es muy importante, pero también es muy importante la seguridad energética y la competitividad y, por tanto, tenemos que trasladar a la sociedad estas cuestiones. Por ejemplo, tenemos que entender que no podemos tener un sistema energético basado en combustibles fósiles. Con la guerra de Ucrania, hemos visto los riesgos que esto supone y los impactos que ha tenido para la competitividad. Por otro lado, estamos incidiendo mucho en competitividad industrial porque entendemos que España debe adelantarse al resto de países para aprovechar las oportunidades de negocio que existen ahora. Necesitamos tener industria y necesitamos tener conocimiento. Pero –y aquí esta es la clave–, necesitamos que sea sostenible y competitiva para generar valor y puestos de trabajo. La energía eólica, las estructuras de la fotovoltaica, los componentes de los coches eléctricos… ahí hay oportunidades, pero todo esto tiene que ser competitivo. Ese es el verdadero reto y creo que Europa se está focalizándose en eso.

«España debe adelantarse al resto de países para aprovechar las oportunidades de negocio que existen ahora»

Iberdrola ha sido una de las grandes impulsoras de la transición energética en España. ¿Cuáles han sido los mayores obstáculos en ese camino y cómo han contribuido los avances tecnológicos a reducir los costes de la energía verde?

Diría que el mayor obstáculo inicial fue ir contra el sector, porque siempre el cambio genera resistencias. Es lo que está pasando ahora en la transición energética, que se va lento porque genera resistencias. Eso fue nuestro principal obstáculo. Pero, luego, la tecnología nos ha dado la razón y, ahora, las energías renovables son el principal vector para descarbonizar la economía, para mejorar la seguridad energética y para luchar contra el cambio climático. Los cambios tan profundos van lento porque generan resistencias y a quienes no tienen esa visión inicial siempre les cuesta. Sin embargo, hay que tener visión para aprovechar oportunidades, porque las oportunidades se las lleva el líder y, por eso, España debe adelantarse al resto de países para aprovechar las oportunidades de negocio que luego surgen en todo el mundo.

También encontramos a una ciudadanía más concienciada y exigente con el compromiso social y ambiental de las empresas. ¿Cómo pueden las empresas del sector energético integrar de manera genuina la sostenibilidad en su estrategia de negocio y no caer en el greenwashing?

Es importante distinguir que una cosa es hablar y otra es hacer. Ahora, las empresas tienen que actuar: deben invertir en lo verdaderamente sostenible. Tienen que ser transparentes, pero, sobre todo, deben avanzar con hechos. A las empresas se les exige acción en la dirección adecuada. Y, si van en la dirección de la sostenibilidad, no caen en el greenwashing, que al final tiene efectos muy negativos sobre su credibilidad. Además, tiene que haber una regulación que asegure que las empresas no hacen prácticas de greenwashing. Es algo en lo que se está avanzando desde Europa, pero es importante acelerarlo.

«Los cambios profundos van lento porque generan resistencias»

Para terminar, ¿qué mensaje enviaría a las empresas que aún ven la sostenibilidad más como un coste que como una oportunidad?

Les diría que aquí hay enormes oportunidades a nivel ambiental, pero también económicas y que, cuanto antes se suban al carro de la sostenibilidad, mejor les va a ir. Esto va a ir a más, aquí hay una revolución industrial. No se trata «solo» de medio ambiente, sino de competitividad y de seguridad energética. A las empresas del Grupo Español de Crecimiento Verde les va bien porque están apostando por alinear sus estrategias con los intereses de la sociedad. A pesar de toda la incertidumbre actual, las empresas tienen claro que esta transformación va a seguir. Se necesita una inversión muy fuerte para hacer transformaciones grandes, pero los cambios van a toda velocidad y hay que subirse al tren, porque ya está pasando y luego es muy difícil reengancharse. Quienes demuestren su liderazgo en estos momentos de incertidumbre van a marcar el rumbo porque esto es una tendencia de futuro.

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