Contrapaso. Mayores, con reparos. Cine, corrupción y pasados oscuros.
Teresa Valero regresa con Contrapaso. Mayores, con reparos, un cómic brillante que mezcla cine, censura y pobreza en el Madrid franquista de los años 50. Esta noticia ha sido publicada por Cinemascomics.com

Contrapaso. Mayores, con reparos, la esperadísima continuación de la obra de Teresa Valero vuelve a llevarnos a los años del franquismo. Está vez a la invasión del cine americano y la corrupción inmobiliaria madrileña.
León Lenoor y Eduardo Sanz siguen persiguiendo noticias que no pueden publicar en el Madrid de los años 50. La dictadura sigue su paso lento y opresivo, pero se permite el lujo de anunciar una apertura al mundo exterior como la gran victoria de Franco. El cine americano aterriza en nuestro país buscando escenarios naturales bellos y una gran rebaja en sus costes.
En medio de esto la ciudad crece y empieza a tener un aspecto más moderno. Todo un bonito escenario que tapa miserias y pobreza de las clases más bajas que viven en cuevas o en edificios al borde del derrumbe. Todo permitido por una policía más interesada en el decoro y evitar que se conozcan los crímenes atroces que ocurren entre bambalinas.
Crímenes, cine y censura
Valero inicia Contrapaso. Mayores, con reparos, con un crimen que traerá cola, pero no es la historia que va a contar. Otro crimen es el que nos va a ocupar, y tiene relación con el floreciente mundo del cine americano. La autora cuenta como la alegría de la industria creo una nueva ocupación, la de los censores.
Paradigmas de la fe cristiana y guardianes del régimen median las películas para evitar su influencia en el vulgo. A la par surgían pequeños proyectos de cine forums donde se veían películas prohibidas. La producción propia aumentaba, pero entorpecida por la burocracia y los censores muchas veces se convertía en parodias de la realidad, mientras, estudiantes aprendían que el cine también era denuncia. A todo esto, los grandes poderes se unían a las fiestas del cine americano, siendo mucho más permisivos con ellos, ya que dejaban la Pantoja en el país, o sea, en sus manos.
Homenaje al periodismo y denuncia social
Teresa Valero hace con Contrapaso. Mayores, con reparos un enorme homenaje al cine y al periodismo que lucho contra la censura, pero es bajo toda esta retahíla de referencias donde se cuela el texto más duro de la obra, la pobreza, la situación de las clases más bajas era desesperada. El trabajo escaseaba y la vivienda aún más. Es casi gracioso que hoy día sigamos con problemas para encontrar techo, cuando en los cincuenta se vivía en cuevas excavadas en la tierra con tal de tener un techo. Todo porque el creciente mercado inmobiliario enriquecía a los de siempre.
La fuerza de los personajes
Contrapaso. Mayores, con reparos navega en un marco más social de lo que inicialmente parece, el cine está en el centro, pero las personas y sus vidas son lo que marca el cómic. De nuevo sus personajes y sus vidas, llenas de chocantes discordancias, llenan las páginas de realidades de la época. Muchas veces parecen arquetipos manidos, pero la buena mano de Valero rápidamente los rellena dándoles tridimensionalidad. De nuevo la construcción de personajes es tan importante que hasta el menos relevante tiene importancia.
Un despliegue artístico de primer nivel
Y todo esto llega a través de un arte de nuevo sobresaliente, detallado, vivo y lleno de color. Pero no siempre de colores cálidos o brillantes, hay mucha oscuridad en este libro, a veces porque en las sombras de un cine vemos la realidad y otras porque la noche es el único momento donde no la escondemos. Y sin abandonar el homenaje cinéfilo, la artista recurre a composiciones como si de rollos de película se tratará para contar el pasado, con un color avejentado, como si fuera un celuloide mal cuidado.
Hay más series de viñetas pequeñas en esta ocasión, los espacios donde viven y se desarrollan los personajes han cambiado, y la necesidad de expresar esa sensación de claustrofobia llega a través de la reducción de los espacios físicos para la acción. Todo el álbum es una clase prodigiosa de narrativa, de cómo contar una historia y que la composición de página, la forma de las viñetas y su diseño, muestren más y exterioricen sensaciones y sentimientos no expresados.
Una espera que valió la pena
Han sido unos cuantos años de espera, y han valido la pena. Supongo que la insistencia con la que todos hemos atosigado a Teresa Valero no ha servido de mucho, y me alegro de eso. Porque en lugar de trabajar rápido, ha tardado, y nos ha vuelto a dar una obra compleja, dura, llena de detalles y con un nuevo misterio que atrapa al lector. Gracias por no hacernos caso y hacer las cosas como deben hacerse.
Cuéntanos qué te ha parecido esta nueva entrega, si te atrapó la historia, qué opinas de su retrato del franquismo y si el estilo de Teresa Valero te ha conquistado tanto como a nosotros. ¡Te leemos en los comentarios!
Esta noticia ha sido publicada por Cinemascomics.com