Barbacoa sin riesgos: este gesto inocuo que solemos hacer con la carne favorece el desarrollo de bacterias

Cuando el sol comienza a brillar y las temperaturas se elevan, la barbacoa se convierte en una de las actividades favoritas para disfrutar con amigos y familiares. Recuperar estas comilonas al aire libre forma parte del carácter de nuestra gastronomía. El sonido del fuego, el aroma de la carne a la parrilla, y la compañía convierten este ritual en una tradición que, para muchos, representa uno de los momentos más relajantes del buen tiempo. Pero, en medio de la diversión, ¿sabías que un gesto tan común como darle la vuelta a la carne podría ser un potencial riesgo para la salud? Este simple movimiento, que la mayoría de nosotros realiza de manera casi automática, podría estar favoreciendo la proliferación de bacterias peligrosas en los alimentos. Por ello, es importante tener claras algunas premisas. En Directo al Paladar Costillas barbacoa: la legendaria receta americana Al tratar la carne en la parrilla, la mayoría de las personas no se cuestiona si su método de cocción es seguro. El calor del fuego suele percibirse como un factor que elimina cualquier bacteria presente. Sin embargo, algunos gestos comunes durante la preparación, como manipular repetidamente los trozos de carne o dejarla demasiado tiempo sobre la parrilla, pueden contribuir a la propagación de bacterias. Algunas de estas bacterias, como la Salmonella o E. coli, pueden ser resistentes al calor y sobrevivir en la carne sin ser eliminadas completamente, aunque aparentemente la carne esté cocida. Aunque el proceso de cocción puede eliminar muchas bacterias, lo que ocurre antes de poner la carne sobre el fuego es igual de crucial. El riesgo de contaminación comienza desde el momento en que la carne entra en contacto con superficies no desinfectadas, utensilios sucios o las manos que la manipulan. Cuidado con las sobras Ahora bien, el peor de los gestos que la mayoría de la gente suele cometer pasa por preparar la carne y guardar el resto en el envase original, que ya no es hermético. Esto es un error y no previene la proliferación de bacterias. Por ello, es importante poner la carne en envases herméticos . Para ello, hay que usar una bolsa para congelador con cierre hermético o incluso un recipiente Tupperware de vidrio que se cierre con tapa. Solamente de este modo se puede conseguir prolongar la vida útil de tu carne, sin riesgo para tu salud de ningún miembro de la familia. El constante ir y venir de la carne durante la parrillada puede parecer inofensivo, pero al hacerlo de forma descontrolada, el riesgo de distribuir bacterias aumenta considerablemente. Un gesto más controlado y racional puede reducir los riesgos y evitar la dispersión de patógenos. Si bien no hay que dejar de disfrutar de la barbacoa, es esencial hacer ajustes en los hábitos de cocción para garantizar que el proceso sea seguro. En cuanto a la preparación, la próxima vez que organices una barbacoa, trata de mantener el contacto con la carne lo más mínimo posible. Utiliza pinzas largas para evitar tocarla con las manos y procura girar la carne solo cuando sea estrictamente necesario. El control de la temperatura también es crucial, ya que una parrilla demasiado caliente puede cocinar la carne demasiado rápido por fuera, sin asegurar que el interior alcance la temperatura adecuada. Foto | Luis Quintero y Min An En DAP | Cómo hacer salsa barbacoa casera En DAP | Las 86 mejores recetas de barbacoa - La noticia Barbacoa sin riesgos: este gesto inocuo que solemos hacer con la carne favorece el desarrollo de bacterias fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Joana Costa .

Apr 19, 2025 - 09:34
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Barbacoa sin riesgos: este gesto inocuo que solemos hacer con la carne favorece el desarrollo de bacterias

Barbacoa sin riesgos: este gesto inocuo que solemos hacer con la carne favorece el desarrollo de bacterias

Cuando el sol comienza a brillar y las temperaturas se elevan, la barbacoa se convierte en una de las actividades favoritas para disfrutar con amigos y familiares. Recuperar estas comilonas al aire libre forma parte del carácter de nuestra gastronomía.

El sonido del fuego, el aroma de la carne a la parrilla, y la compañía convierten este ritual en una tradición que, para muchos, representa uno de los momentos más relajantes del buen tiempo. Pero, en medio de la diversión, ¿sabías que un gesto tan común como darle la vuelta a la carne podría ser un potencial riesgo para la salud?

Este simple movimiento, que la mayoría de nosotros realiza de manera casi automática, podría estar favoreciendo la proliferación de bacterias peligrosas en los alimentos. Por ello, es importante tener claras algunas premisas.

Al tratar la carne en la parrilla, la mayoría de las personas no se cuestiona si su método de cocción es seguro. El calor del fuego suele percibirse como un factor que elimina cualquier bacteria presente.

Sin embargo, algunos gestos comunes durante la preparación, como manipular repetidamente los trozos de carne o dejarla demasiado tiempo sobre la parrilla, pueden contribuir a la propagación de bacterias.

Algunas de estas bacterias, como la Salmonella o E. coli, pueden ser resistentes al calor y sobrevivir en la carne sin ser eliminadas completamente, aunque aparentemente la carne esté cocida.

Aunque el proceso de cocción puede eliminar muchas bacterias, lo que ocurre antes de poner la carne sobre el fuego es igual de crucial. El riesgo de contaminación comienza desde el momento en que la carne entra en contacto con superficies no desinfectadas, utensilios sucios o las manos que la manipulan.

Cuidado con las sobras

Ahora bien, el peor de los gestos que la mayoría de la gente suele cometer pasa por preparar la carne y guardar el resto en el envase original, que ya no es hermético. Esto es un error y no previene la proliferación de bacterias.

Por ello, es importante poner la carne en envases herméticos . Para ello, hay que usar una bolsa para congelador con cierre hermético o incluso un recipiente Tupperware de vidrio que se cierre con tapa.

Solamente de este modo se puede conseguir prolongar la vida útil de tu carne, sin riesgo para tu salud de ningún miembro de la familia. El constante ir y venir de la carne durante la parrillada puede parecer inofensivo, pero al hacerlo de forma descontrolada, el riesgo de distribuir bacterias aumenta considerablemente.

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Un gesto más controlado y racional puede reducir los riesgos y evitar la dispersión de patógenos. Si bien no hay que dejar de disfrutar de la barbacoa, es esencial hacer ajustes en los hábitos de cocción para garantizar que el proceso sea seguro.

En cuanto a la preparación, la próxima vez que organices una barbacoa, trata de mantener el contacto con la carne lo más mínimo posible. Utiliza pinzas largas para evitar tocarla con las manos y procura girar la carne solo cuando sea estrictamente necesario. El control de la temperatura también es crucial, ya que una parrilla demasiado caliente puede cocinar la carne demasiado rápido por fuera, sin asegurar que el interior alcance la temperatura adecuada.

Foto | Luis Quintero y Min An

En DAP | Cómo hacer salsa barbacoa casera

En DAP | Las 86 mejores recetas de barbacoa

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