«Me ha dejado sin nada»: Paz Padilla se derrumba tras la decisión de su hija que cambia el guión de su vida

Cambios en la vida de Paz Padilla. Paz Padilla es una de las caras más queridas de la televisión en España. Humorista, actriz y presentadora, lleva décadas conquistando al público con su cercanía, su acento inconfundible y su gran sentido del humor. Pero más allá de los focos, Paz también ha sido un ejemplo de ... Leer más

Mar 30, 2025 - 16:43
 0
«Me ha dejado sin nada»: Paz Padilla se derrumba tras la decisión de su hija que cambia el guión de su vida

Cambios en la vida de Paz Padilla.

Paz Padilla es una de las caras más queridas de la televisión en España. Humorista, actriz y presentadora, lleva décadas conquistando al público con su cercanía, su acento inconfundible y su gran sentido del humor. Pero más allá de los focos, Paz también ha sido un ejemplo de fortaleza tras atravesar momentos personales muy duros, como la pérdida de su marido.

Su hija Anna Ferrer ha sido desde entonces su principal apoyo, una figura cada vez más conocida y consolidada por méritos propios. Madre e hija han construido una relación sólida basada en el cariño y la admiración mutua.

Hace unos días, la presentadora visitaba El Hormiguero, y durante su entrevista ocurría algo inesperado. Pablo Motos sorprendía al público invitando a entrar al plató a Anna Ferrer, que apareció entre bambalinas para compartir unos minutos con su madre. La escena, entre tierna y cómica, dejó ver la complicidad que las une y confirmó algo evidente: Anna ya brilla con luz propia. Aquel gesto espontáneo fue aplaudido en redes sociales y reforzó la imagen de cercanía de ambas. El momento fue uno de los más comentados de la noche.

A sus 28 años, Anna Ferrer ha logrado hacerse un hueco más allá de ser “la hija de”. Con 863.000 seguidores en Instagram, su papel como influencer y empresaria la sitúa como una de las jóvenes con más proyección del panorama digital. Su presencia en televisión ya no sorprende: es una figura reconocida y respetada en su sector. Cada aparición pública refuerza su perfil profesional, cuidadosamente trabajado desde hace años.

Así empezó Anna Ferrer.

Licenciada en Economía por la Universidad Carlos III de Madrid, Anna decidió especializarse en moda con un máster a distancia en la Escuela Superior de Diseño de Barcelona. Su pasión por el diseño y la creatividad también se nutrió durante un año de Erasmus en Inglaterra, experiencia que amplió su visión del sector. Frente al tópico de hija acomodada, Anna se ha labrado su camino profesional con determinación y muchas horas de dedicación. Nada en su carrera ha sido fruto del azar o el enchufe. Su trayectoria demuestra que hay constancia detrás de cada logro.

Durante los veranos, mientras sus compañeras descansaban, ella trabajaba. Fue becaria en Allianz y, más adelante, en el departamento financiero de Mediaset, donde coincidía a veces con su madre en los pasillos. En aquel momento, aún intentaba pasar desapercibida, aunque ya empezaba a compartir contenido de moda y estilo de vida en redes sociales. Lo hacía con discreción, sin grandes pretensiones. Sin embargo, esa naturalidad conectó pronto con un público cada vez más amplio.

Esa exposición inicial fue creciendo hasta convertirse en una forma de vida. Pronto, su perfil como creadora de contenido se consolidó y lo que empezó como un hobby se convirtió en una fuente de ingresos estable. Su comunidad en redes sociales fue aumentando y ella decidió profesionalizarse, dejando claro que detrás de cada publicación hay una estrategia. Hoy, Anna vive de lo que un día fue una pasión. Y lo hace sin perder de vista el esfuerzo que ha supuesto llegar hasta ahí.

Negocios familiares.

Anna no solo triunfa en redes: también ha demostrado su faceta más empresarial. Junto a Paz Padilla, fundó la tienda Noniná en Zahara, gestionada a través de la sociedad Noniná Zahara SL. El negocio combina tienda física con ventas online, donde Anna posa como modelo con sus propios diseños. Además, madre e hija son socias en Pía Producciones SL, centrada en inversiones. La familia ha sabido diversificar sus intereses con proyectos estables y modernos.

Pero Anna ha ido aún más allá. Fundó su propia agencia de representación: Papaya Representación y Comunicación. En apenas dos años, su empresa ya representa a figuras como Marta Riumbau o Vicky Martín Berrocal, consolidándose como una de las promotoras más prometedoras del sector. También cuenta con clientes como Rosanna Zanetti o Willy Bárcenas, lo que demuestra su crecimiento en el competitivo mercado de la imagen digital. Anna se ha convertido en una empresaria reconocida en el mundo de los creadores de contenido.

Todo esto ha sucedido mientras mantenía una relación sentimental estable con Iván Martín, con quien recientemente ha dado un gran paso: mudarse juntos a un piso en el centro de Madrid. Este cambio no solo ha supuesto un avance en la vida de Anna, sino que ha traído consigo una etapa diferente para su madre. Paz Padilla, acostumbrada a tener a su hija cerca, se enfrenta ahora a la soledad del nido vacío. Aunque lo hace con una sonrisa, no deja de ser un ajuste emocional importante.

Paz y la “soledad” tras la mudanza.

Para Paz, la marcha de Anna ha significado un pequeño vacío en casa. Aunque feliz por la nueva etapa de su hija, no ha podido evitar compartir con humor sus primeras impresiones: «Me he quedado sola y se ha llevado todo, me he quedado sin ropa», decía divertida en redes.

A su estilo, también lanzaba una petición graciosa: «No tengo nada. Si hay alguna marca que quiera mandarme cosas…». Sus seguidores aplaudieron la espontaneidad y sentido del humor de la presentadora, que no pierde su chispa ni en los momentos de nostalgia.

La relación entre madre e hija, sin embargo, sigue siendo muy estrecha. No pasa semana sin que se vean, tomen un café o se ayuden mutuamente, como el reciente episodio en el que Paz apareció con una caja de herramientas para colgar una balda en casa de Anna. La conexión emocional entre ambas se mantiene intacta, incluso con la distancia física. Se siguen cuidando, visitando y compartiendo momentos que alimentan el vínculo.

«Como madre creo que lo he hecho muy bien», confesaba Paz con orgullo, destacando la independencia y madurez de su hija. «Significa que es económicamente solvente y que es una niña sana, equilibrada», añadía emocionada. Para ella, ver a Anna volar sola es una prueba de que ha cumplido su misión. Y aunque ahora duerma sola en casa, lo hace sabiendo que ha criado a una mujer libre, fuerte y feliz. En el fondo, Paz no ha perdido una hija: ha ganado una aliada adulta.