La mesa con almacenamiento por la que lloraría Marie Kondo es una transformación de un básico de Ikea
Lo que empezó como un tutorial de TikTok se ha convertido en el nuevo mandamiento decorativo que dicta la norma: si no puedes organizarlo, ocúltalo, y esta es la ley que sigue el siguiente Ikea hack. En este orden de cosas, las mesas auxiliares de Ikea, esas criaturas inofensivas del catálogo escandinavo, han encontrado su propósito definitivo como escondites urbanos de alta eficiencia. Incluso, la idea es tan simple que molesta no haberla pensado antes. Replantear básicos de Ikea Según comparten en redes útiles influencers del orden y la limpieza, como en este caso la experta en organización del hogar @decokrams, basta con tomar una serie de básicos de Ikea para ponerse manos a la obra. Para empezar, hay que elegir la base de mesa como Gladom, de 19,99 euros, y en lugar de montarla como propone la casa sueca, hay que poner la bandeja en el cruce inferior, haciendo que descanse en la parte más baja, aunque no sea lo que se espera de esta pieza. Acto seguido, hay que tomar el accesorio bandeja Skala, una bandeja de madera de 15 euros, y plantarla en la parte superior, donde se suponía que iba la base principal de la mesa y quitarle la parte baja. De este modo conseguimos obtener una mesa de dos pisos. En Decoesfera Ikea tiene la solución para guardar la ropa sucia con estilo: es ideal por su diseño y por sus dimensiones En este punto es cuando el almacenamiento entra en juego: la cesta Tjabbig, de se puede poner en la parte inferior, y maximizar este espacio, convirtiéndolo en un cajón de sastre de mantas y revistas. En cualquier caso, se coloca una bolsa bonita u otro de los cestos de rafia que tanta popularidad tienen actualmente, y voilà: se obtiene una mesa con doble fondo que haría llorar de orgullo a Marie Kondo. Esta cesta es ideal para almacenar mantitas y protectores de sofá, mandos de la televisión y de consola de videojuegos, y cualquier objeto que uno tiene rondando por casa. Porque aquí no se elimina nada, solo se disimula de la vista. En este mundo donde lo visual manda, tener una mesa que parece minimalista por fuera y acumula mantas y mandos por dentro no es trampa, es estrategia. Se trata de una estética camuflada, un acuerdo silencioso entre forma y función que también encaja perfectamente con la lógica del algoritmo. Necesidad de espacio Salones donde el sofá se toca con la cocina, y el espacio libre es un bien escaso. Convertir un mueble en dos funciones no es capricho, es práticamente supervivencia. La paradoja es que Ikea no lo pensó así. Sus muebles nacen para ser simples, pero el usuario se ha encargado de hacerlos inteligentes a su manera. El resultado es que con un poco de tela y una bandeja adicional, se construye un sistema de almacenaje que parece salido de un estudio de diseño de autor. Bienvenidos a la era dorada de los hacks. @dekokrams Ikea Hack: Beistelltisch „GLADOM“, Tablett „SKALA“, Leuchtmittel „BJÖRKSPIREA“, Korb „HÄSSJA“ (gibt es online nicht)

Lo que empezó como un tutorial de TikTok se ha convertido en el nuevo mandamiento decorativo que dicta la norma: si no puedes organizarlo, ocúltalo, y esta es la ley que sigue el siguiente Ikea hack.
En este orden de cosas, las mesas auxiliares de Ikea, esas criaturas inofensivas del catálogo escandinavo, han encontrado su propósito definitivo como escondites urbanos de alta eficiencia. Incluso, la idea es tan simple que molesta no haberla pensado antes.
Replantear básicos de Ikea
Según comparten en redes útiles influencers del orden y la limpieza, como en este caso la experta en organización del hogar @decokrams, basta con tomar una serie de básicos de Ikea para ponerse manos a la obra.
Para empezar, hay que elegir la base de mesa como Gladom, de 19,99 euros, y en lugar de montarla como propone la casa sueca, hay que poner la bandeja en el cruce inferior, haciendo que descanse en la parte más baja, aunque no sea lo que se espera de esta pieza.
Acto seguido, hay que tomar el accesorio bandeja Skala, una bandeja de madera de 15 euros, y plantarla en la parte superior, donde se suponía que iba la base principal de la mesa y quitarle la parte baja. De este modo conseguimos obtener una mesa de dos pisos.
En este punto es cuando el almacenamiento entra en juego: la cesta Tjabbig, de se puede poner en la parte inferior, y maximizar este espacio, convirtiéndolo en un cajón de sastre de mantas y revistas.
En cualquier caso, se coloca una bolsa bonita u otro de los cestos de rafia que tanta popularidad tienen actualmente, y voilà: se obtiene una mesa con doble fondo que haría llorar de orgullo a Marie Kondo.
Esta cesta es ideal para almacenar mantitas y protectores de sofá, mandos de la televisión y de consola de videojuegos, y cualquier objeto que uno tiene rondando por casa. Porque aquí no se elimina nada, solo se disimula de la vista.
En este mundo donde lo visual manda, tener una mesa que parece minimalista por fuera y acumula mantas y mandos por dentro no es trampa, es estrategia. Se trata de una estética camuflada, un acuerdo silencioso entre forma y función que también encaja perfectamente con la lógica del algoritmo.
Necesidad de espacio
Salones donde el sofá se toca con la cocina, y el espacio libre es un bien escaso. Convertir un mueble en dos funciones no es capricho, es práticamente supervivencia.
La paradoja es que Ikea no lo pensó así. Sus muebles nacen para ser simples, pero el usuario se ha encargado de hacerlos inteligentes a su manera. El resultado es que con un poco de tela y una bandeja adicional, se construye un sistema de almacenaje que parece salido de un estudio de diseño de autor. Bienvenidos a la era dorada de los hacks.
@dekokrams Ikea Hack: Beistelltisch „GLADOM“, Tablett „SKALA“, Leuchtmittel „BJÖRKSPIREA“, Korb „HÄSSJA“ (gibt es online nicht)