Jungla de cristal: La venganza cumple 30 años y demuestra que John McClane sigue venciendo a los héroes del MCU
Hace 30 años, La jungla de cristal 3: La venganza perfeccionó el arte de la acción claustrofóbica. Ni el MCU ha logrado igualar su icónica escena del ascensor. Esta noticia ha sido publicada por Cinemascomics.com

En 1995, Die Hard with a Vengeance (o La jungla de cristal 3: La venganza, como se conocía en España) llevó al límite a John McClane en su tercera entrega. Treinta años después, una de sus escenas más recordadas, el combate en el ascensor, sigue siendo uno de los momentos más icónicos del cine de acción. Tanto, que el Universo Cinematográfico de Marvel intentó replicarlo en Captain America: El Soldado de Invierno (2014) con otra legendaria pelea en un elevador. Pero aunque ambas secuencias son espectaculares, solo una tiene el efecto McClane: una mezcla de suspenso, desesperación y brutalidad que el MCU nunca ha logrado replicar por completo.
Capitán América: un supersoldado atrapado sin su escudo completo
En El Soldado de Invierno, Steve Rogers queda atrapado en un ascensor rodeado de agentes de S.H.I.E.L.D., que en realidad pertenecen a HYDRA. El crescendo narrativo es impecable: cada parada del elevador suma enemigos, la tensión se corta con un cuchillo, y justo antes de que comience la acción, el Capitán lanza su ya clásica frase: “Antes de que empecemos… ¿alguien quiere bajarse?”.
Es una escena rodada con inteligencia, velocidad y humor, propia del tono del MCU. El Capitán América sale victorioso, aunque con dificultades, enfrentando a enemigos que lo superan en número, pero no en fuerza. Es un momento clave en la trama, ya que marca el punto de quiebre con S.H.I.E.L.D. y el descubrimiento del complot de HYDRA.
McClane no tiene escudo, ni superfuerza: solo astucia y coraje
En La venganza, John McClane no está en su mejor momento. Lleva un día infernal, lleno de trampas puestas por Simon Gruber (Jeremy Irons), y a diferencia del Capitán América, McClane no puede confiar en nadie ni en sus reflejos de supersoldado. Cuando entra en ese ascensor con varios falsos agentes, el espectador siente que algo no cuadra. Y McClane también. Pero lo que hace que esta escena sea tan memorable es cómo se desata la violencia de forma abrupta y realista.
McClane desenmascara a los impostores con una frase casual, observa una inconsistencia en sus uniformes, y sin previo aviso, estalla el caos. No hay coreografías elegantes ni movimientos de artes marciales. Hay lucha sucia, instinto de supervivencia, disparos a quemarropa y el uso del espacio cerrado como arma. La claustrofobia es real, el riesgo también. Y cuando McClane sale del ascensor, cubierto de sangre, el espectador no aplaude porque ha ganado el bueno, sino porque ha sobrevivido de milagro.
El héroe de acción imperfecto vs. el símbolo impoluto
Steve Rogers representa la virtud, la disciplina y la perfección moral. McClane, en cambio, es el caos: bebe, se equivoca, sangra, insulta. Es el héroe accidental que no quiere estar ahí, pero no puede evitar actuar. Esta diferencia de tono también se nota en cómo se construyen ambas escenas. En el MCU, la acción está pulida y estilizada; en Die Hard, se siente cruda, con consecuencias reales y dolor físico tangible.
Un legado que sigue intacto tres décadas después
Treinta años después de su estreno, La jungla de cristal 3: La venganza sigue siendo un referente del cine de acción, no solo por sus set pieces espectaculares, sino por cómo utiliza a su protagonista para generar empatía. McClane no es invencible, pero nunca se rinde. Ese espíritu, más humano que sobrehumano, es lo que diferencia su pelea en el ascensor de cualquier intento posterior de emularla.
El MCU ha tenido grandes momentos, y la escena de El Soldado de Invierno es, sin duda, uno de ellos. Pero a la hora de elegir qué pelea se siente más real, más tensa y más impactante, la de McClane en 1995 se lleva la corona.
Una inspiración que el MCU reconoce
No es descabellado pensar que los hermanos Russo se inspiraron en la escena de La jungla de cristal 3: La venganza para su propia secuencia. La estructura es similar: un protagonista atrapado, rodeado de enemigos, que debe usar su ingenio para escapar. Pero donde el MCU ofrece una versión estilizada y heroica, Die Hard entrega una visión descarnada, donde cada golpe duele y cada error puede ser letal.
Conclusión: cuando la acción se siente en los huesos
La jungla de cristal 3: La venganza sigue siendo un referente porque su protagonista no es un dios ni un supersoldado, sino un ser humano enfrentado a lo imposible. Su escena del ascensor es tensa, brutal y memorable porque encapsula todo lo que hace grande al personaje de John McClane. Mientras el MCU sigue buscando el equilibrio entre la espectacularidad y la emoción, esta película de 1995 ya había logrado la fórmula perfecta tres décadas antes.
Y esa es la verdadera venganza de McClane: que ni siquiera los superhéroes pueden igualar su legado.
Esta noticia ha sido publicada por Cinemascomics.com