Esta receta con huevos y restos del congelador es la solución fácil y llena de proteínas para no complicarte con una cena casera

Quien tiene un par de huevos en la nevera tiene un tesoro que puede convertir fácilmente en tortilla, en cocinar huevos fritos o, si no quiere tener más maña de la cuenta, mutarlos en la forma más fácil de comer huevos y que queden bien: en revuelto. Aunque siempre se puede tunear la técnica, lo cierto es que los huevos revueltos –que no son una simple tortilla rota– pueden salvarnos de más de un apuro culinario pero que, con la ayuda del congelador, podemos elevar hasta un punto aún más sabroso. Si eres de los que siempre tiene en el congelador alguna bolsa de verduras y que también tiene algún paquete de marisco, como gambas o langostinos, estás de suerte para darles salida con este revuelto de ajetes y gambas. Elemento vertebrador de miles de menús del día españoles durante años, el revuelto de ajetes se puede resolver perfectamente con productos congelados que, además, no necesiten descongelación. La opción con los no congelados es sencilla, pues apenas pasa por saltear brevemente los ajetes troceados y los cuerpos de las gambas o langostinos, ya pelados, con un poco de ajo y aceite y, sobre ellos, verter los huevos batidos, removiendo para que queden cremosos y jugosos. Lo mismo que podemos hacer con nuestros congelados que, si son ajetes, perfecto, pero que también es válido para cocinar con guisantes, por ejemplo. El modus operandi es igual: saltearlos directamente congelados en una sartén con un poco de aceite, para que se vayan cocinando. Lo mismo que debemos hacer con las gambas congeladas, haciendo que se caliente y que queden listas para comer. Cuando notemos que los ajetes ya están hechos y atemperados y las gambas ya se hayan cocinado ligeramente, perdiendo ese frío, podremos incorporar los huevos a la sartén, remover ligeramente y directamente servir, poniendo el punto de sal y de pimienta que más nos guste. Imágenes | DAP En DAP | Recetas con huevo En DAP | Tortilla francesa - La noticia Esta receta con huevos y restos del congelador es la solución fácil y llena de proteínas para no complicarte con una cena casera fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Jaime de las Heras .

Mar 29, 2025 - 14:18
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Esta receta con huevos y restos del congelador es la solución fácil y llena de proteínas para no complicarte con una cena casera

Esta receta con huevos y restos del congelador es la solución fácil y llena de proteínas para no complicarte con una cena casera

Quien tiene un par de huevos en la nevera tiene un tesoro que puede convertir fácilmente en tortilla, en cocinar huevos fritos o, si no quiere tener más maña de la cuenta, mutarlos en la forma más fácil de comer huevos y que queden bien: en revuelto.

Aunque siempre se puede tunear la técnica, lo cierto es que los huevos revueltos –que no son una simple tortilla rota– pueden salvarnos de más de un apuro culinario pero que, con la ayuda del congelador, podemos elevar hasta un punto aún más sabroso.

Si eres de los que siempre tiene en el congelador alguna bolsa de verduras y que también tiene algún paquete de marisco, como gambas o langostinos, estás de suerte para darles salida con este revuelto de ajetes y gambas.

Elemento vertebrador de miles de menús del día españoles durante años, el revuelto de ajetes se puede resolver perfectamente con productos congelados que, además, no necesiten descongelación.

La opción con los no congelados es sencilla, pues apenas pasa por saltear brevemente los ajetes troceados y los cuerpos de las gambas o langostinos, ya pelados, con un poco de ajo y aceite y, sobre ellos, verter los huevos batidos, removiendo para que queden cremosos y jugosos.

Lo mismo que podemos hacer con nuestros congelados que, si son ajetes, perfecto, pero que también es válido para cocinar con guisantes, por ejemplo. El modus operandi es igual: saltearlos directamente congelados en una sartén con un poco de aceite, para que se vayan cocinando. Lo mismo que debemos hacer con las gambas congeladas, haciendo que se caliente y que queden listas para comer.

Cuando notemos que los ajetes ya están hechos y atemperados y las gambas ya se hayan cocinado ligeramente, perdiendo ese frío, podremos incorporar los huevos a la sartén, remover ligeramente y directamente servir, poniendo el punto de sal y de pimienta que más nos guste.

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