Entrevistamos a Irra

Repasamos junto a Irra su obra, su forma de entender el medio y sus trabajos más importantes.

Apr 8, 2025 - 08:45
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Entrevistamos a Irra

Después de la entrevista que publicamos hace una semana con los responsables de Mondo Cane Books os ofrecemos una con el autor que los llevo a lanzarse a la aventura editorial: Irra.

Irra, seudónimo de Israel Gómez Ferrera, es un autor de una trayectoria muy particular. Nacido en 1979 en el municipio de San Juan de Aznalfarache en Sevilla, algo que ha marcado su existencia y su forma de entender el mundo como se puede ver en todas sus obras en las que ha reflejado la realidad de la gente de barrio. Estudió dibujo publicitario en la Escuela de Arte de Sevilla y a principios de siglo comenzó a realizar historias cortas (ganó dos años consecutivos Desencaja, el certamen andaluz de cómic del IAJ). También trabajo en varios proyectos de animación. Sin embargo, en 2004 deja aparcado el cómic y comienza a trabajar de cerrajero. Profesión que ejerce hasta 2011 cuando decide abandonarla para volcar su energía en el cómic a tiempo completo. Desde ese momento comienza a publicar historias cortas e ilustraciones en distinto fanzines, además de realizar un proyecto de animación. Se autoedita FSP, una historia que había aparecido en Zander Magazine, y A. En 2016 publica su primer cómic largo Palos de ciego (Astiberri), un neo-noir realista centrado en su barrio. Las buenas sensaciones que había dejado su primer cómic largo se confirman con la aparición de No te serviré (Mondo Cane Books), un trabajo áspero, de atmósferas malsanas y lleno de rabia que mezclaba el thriller con pandemias y ocultismo. Una sensación que se repite con Amor de hombre (Hojas de hierba), un cómic noir que nos transportaba a los rincones más oscuros del alma humana en el que colaboro en el guion con su hermano Dabi. Su último aldabonazo de cruda realidad es la primera entrega de Perros atados, un western futurista con múltiples lecturas sobre la sociedad actual que ha aparecido de la mano de Mondo Cane Books y del que está preparando la segunda parte que cierra la historia.

Queremos agradecer a todas las personas que forman parte de la editorial y a Irra su amabilidad para poder llevar a cabo estas dos entrevistas y a Richard Moon por las extraordinarias fotos que ilustran la entrevista que tenéis a continuación.

Entrevista Irra

¿Cómo se mete Irra en este mundillo?

Pues mira, yo era un niño muy callado y dibujar me servía como un medio de expresión. La ficción se convirtió en una vía de escape durante mi juventud e iba participando en certámenes regionales de cómics. Hasta que, sin dinero ni alternativas, me marché a la Costa del Sol para aprender el oficio de cerrajero y conseguir una estabilidad que me permitiera costear proyectos que comenzaban a acumularse en mis libretas. De vuelta a Sevilla me dediqué de lleno a mi nueva profesión y llegué a montar varias cerrajerías en los siguientes años, hasta que sufrí un accidente con la moto que casi me cuesta la vida. Gracias a una indemnización, conseguí un colchón económico que me permitió dedicarme exclusivamente al cómic a través de la autoedición. Y es aquí cuando David Rubín se cruza en mi camino. Su ayuda fue fundamental para que terminara publicando Palos de ciego.

¿Cuáles son tus referentes el en cómic? ¿Y en otros medios?

Cuando empecé a tener conciencia de los engranajes del medio en la adolescencia, sobre todo Frank Miller, más que por el dibujo, lo que me atrajo fue su planificación de página y la narrativa. Después vinieron autores como Sequeiros, Otomo, Fernando de Felipe, Alan Moore, Alex Toth, Ditko, Buscema, Bernet, Mazzucchelli, Romita Jr, Lynn Varley y un largo etcétera. En cine, mezclando todo en una túrmix, te diría que la sagrada trinidad: Paul Verhoeven, Luis Buñuel y John Carpenter. También el cine de los setenta, Pasolini, Friedkin, Lumet, Tobe Hooper, Cronenberg, el cine noventero,  Juanma Bajo Ulloa,  McTiernan o la Kathryn Bigelow y el James Cameron de los ochenta hasta mediados de los noventa o el Alex de la Iglesia de esa época, al que mira por donde, tuve la ocasión de hacer el storyboard de una escena crucial en su serie 1992, de Netflix. En pintura: Valdés Leal, Zurbarán, Ressendi, James Ensor, Francis Bacon, etc. Una serie que me marcó bastante hace unos años fue The Shield, al margen de la ley y Akira, tanto la película como el cómic siguen siendo mi guía para casi todo cuando ando sin rumbo. Al igual que Ranxerox. En literatura, diría a voleo que me han marcado Kafka, Dostoievski, Jim Thompson y Palahniuk.

¿Qué significa para ti la confianza de un editorial como Mondo Cane?

Me dieron total libertad desde el principio y en un material como este es algo vital. Les estoy muy agradecido por su ayuda para sacar adelante la obra, pues soy consciente de que estamos ante un material bastante hardcore, inaudito en el mercado actual. Quizás, la mayor ventaja de trabajar con ellos, es que el material se puede enriquecer bastante con un buen editor, sobre todo a la hora de transformar la propuesta en formato físico. Desde siempre quise sacar una edición de mis libros en formatos flexibles y cómodos de leer, así que les propuse sacar algo lo más cercano posible a los tomos japoneses de Akira, mezclado con las calidades de la editorial alemana Taschen. Además, otra gran ventaja es que pagan bastante por encima de la media nacional y el porcentaje de ganancia es también más alto. ¡Así que por ahora de puta madre! Estoy satisfecho con el trabajo del equipo de la editorial.

La editorial busca un tipo de cómics que supongan un puñetazo en el estómago del lector, ¿crees que es una buena definición de sus trabajos?

Siempre tiro de las entrañas. Soy un visceralista. Cada obra que emprendo supone un pacto con el diablo. Me abro en canal para el lector y me muestro vulnerable. Mis cómics, una vez abandonado el propósito inicial, se adentran más bien en el dominio de la sugerencia, sin una posición moral sobre la historia. Hasta ahora, mis relatos nacen inspirados en mis propias vivencias ficcionadas y la mayoría se desarrollan en lugares en los que puedo hablar de primera mano para que al lector le resulte verosímil y de esta manera poder golpearlos con más fuerza. Esa es la ventaja de dedicarse a este oficio minoritario, ya que puedo soltar alguna hostia en la cara sin tener en cuenta la validación posterior. No concibo el medio como objeto de consumo académico y no soy tan ingenuo como para pensar que voy a cambiar el mundo con un tebeo. Me gusta cuando los tebeos recuperan ese espíritu de naturaleza salvaje de sus orígenes. Después de todo, los primeros cómics iban destinados sobre todo a gente iletrada, pues les era más sencillo entender este tipo de medio más visual.

Todos tus protagonistas son personas al límite a los que la vida no les ha tratado muy bien, ¿por qué te interesan ese tipo de personajes?

Tengo claro que al final todo es una cuestión de clase, y trato de reflejarlo en el aspecto y la conducta de mis personajes. Me crié en las calles de San Juan de Aznalfarache, uno de los pueblos de Sevilla que están en condiciones de pobreza extrema, y actualmente vivo en un barrio del polígono sur, cerca de Las Tres Mil Viviendas, así que estos tipos son la clase de gente con las que convivo día tras día. Me interesan los parias, los lobos con piel de cordero en crisis física y mental. El sistema crea monstruos y esos monstruos viven en nuestras entrañas. La cuestión es saber contenerlos. Tiendo a retratar tipos descarnados, máquinas deterioradas de carne y hueso, cuerpos dolientes que se tambalean hasta callejones sin salida. Creo que todos los aspectos de tu infancia sobre los que no tenías ningún control esculpen tu cerebro adulto y esto se acaba reflejando en las dolencias psicosomáticas que sufren mis personajes. Al final, creo que todas las historias del tríptico tienen un componente sutil de horror corporal, de desacralización del cuerpo a través del sacrificio.

Aunque algunos de tus trabajos están enmarcados en géneros como la ciencia-ficción en todos vemos un interés por reflejar la violencia que el sistema ejerce contra los desfavorecido, ¿A que es debido? ¿Es un ejercicio de catarsis?

Sí, al menos toda esta mierda que hago me sirve de desahogo. No sé, lo mismo es una ida de olla, pero creo que esa violencia que nombras nace de una tendencia muy humana de dominación al otro, que se traduce en una violencia social presente de manera subliminal, ya sea a través de -una damnatio memoriae– violencia pasiva que omite al enemigo haciéndole el vacío o, a través de la propagación y manipulación de los pueblos al implantar creencias y de esa manera controlar a las masas mediante la programación de narrativas. Siento atracción por las conductas ritualizadas, quién sabe si alimentadas por el aburrimiento o el cansancio vital. Como decía Oscar Wilde, los pensamientos de las personas son las opiniones de otros. Entiendo la ficción como una religión adoctrinadora. La verdad es que acojona bastante pensar que la mayoría de nuestras convicciones, sean cuales sean, en realidad no nos pertenecen. Pretendo apuntalar la trilogía tratando de fondo uno de los temas sobre los que pivota: El choque de la realidad con el deseo, filtrado con proyecciones del capitalismo, por ejemplo, a través de la cultura pop, que ahora es una nueva forma de religión. En resumen, vivimos el cuento del burro y la zanahoria. Esa necesidad de control también se manifiesta en la violencia urbana-arquitectónica del entorno. La influencia de los espacios arquitectónicos sobre los seres vivos y sus emociones. Si creces en un entorno desfavorable las posibilidades de ser una persona peligrosa aumentan. Se crea un caldo de cultivo donde el estrés crónico va moldeando el cerebro e influye en la toma de decisiones. Es una forma de violencia estructural e institucionalizada contra la gente pobre. De ahí el uso del espacio físico como un elemento más de la trama.

En todos tus cómics hay una atmósfera de fatalidad, ¿ese pesimismo que respiran es buscado o surge de forma espontánea?

Hay cierta simbiosis con el material que no racionalizo. A posteriori, me doy cuenta que mis tebeos están hechos de mis sueños, o para ser más exacto, de mis pesadillas.

En tus trabajos hay un marcado afán por mostrar la idiosincrasia de España y más concretamente de Sevilla de forma crítica, ¿esa cultura es parte indivisible de tu trabajo? ¿Esta tan ligado el folclore católico que es imposible de desprenderse de él?

Una de las razones por las que admiro a Scorsese es por hacer un cine a la vez local y universal. La desatención de las especificidades locales me resulta molesta porque está pensada para atraer a una audiencia global, pero la paradoja es que realmente no hablan de nada. Hay cada vez más gente diciendo las mismas cosas. Mis historias son localistas pero universales y pueden ser contadas desde cualquier rincón del mundo, pero el núcleo seguiría siendo el mismo. Al final afronté todas estas cuestiones con total naturalidad y sin complejos. Como curiosidad, mis trabajos han funcionado bien tanto en Estados Unidos como en Francia, donde me llegaron a comparar con Didier Daeninckx y Jean-Patrick Manchette, autores que desconocía. Lo que viene a demostrar lo que estoy comentando. Sólo se puede expresar aquello que se conoce bien, aquello que se ha mamado desde la infancia y toda esa cultura sureña me lleva a aunar lo mundano con lo sagrado en un sentido profano, pero conservando la potencia de la imaginería religiosa típica de aquí. Me pone mucho esta parafernalia macabra. Creo que sintetiza con precisión la idea de encrucijada vital de los protagonistas de mis obras. 

¿Cómo surge Perros Atados?

Era una historia que tanteaba desde la época que trabajaba de cerrajero. En principio era un relato más pequeño e intimista sobre un cerrajero en una comunidad cerrada de un bloque de pisos y acabó transformándose en algo de escala mucho mayor que se desarrolla en una especie de paleofuturo sin recurrir a los clichés estéticos del cyberpunk, con una tecnología low-tech y un aspecto más apaleado y chungo. Como curiosidad, iba a salir directamente para el mercado USA, pero la editorial con la que saque Palos de Ciego (Blind Alley traducido al inglés) hace tres años, fue absorbida por otra empresa y el proyecto se quedó en el limbo. Así que lo traje de vuelta a España para cerrar una etapa o digamos, un tríptico que es un portazo en clave “Iberpunk” para dejar atrás este universo compartido junto con Palos de ciego y No te serviré.

¿Qué podemos esperar en la segunda entrega de Perros Atados?

Comienza in media res y básicamente será un body horror realista desarrollado en un centro comercial subterráneo. Prefiero que sea una sorpresa, pero te puedo contar que el cerrajero se recompondrá gracias a lo que yo llamo WARmadura: un destartalado exoesqueleto trucado. Un instrumento de conversión con el que armará la marimorena.

¿Qué banda sonora le pondrías a Perros Atados?

El índice del cómic va acompañado de una lista de canciones que sirve de acompañamiento musical de cada capítulo. Incluí música electrónica que hiciera alusión a la atmósfera y al estado de ánimo del Cerrajero sin nombre. Dejo por aquí el enlace con la lista de canciones, por si a alguien le interesa.

¿Crees que es posible que nos enfrentemos a un futuro similar tal y como está girando el mundo hacia un capitalismo sin escrúpulos?

Totalmente, vivimos en una sociedad alienada, sumisa y colonizada mentalmente. La cosa pinta muy mal con esta deshumanización global cada vez más generalizada. El futuro no será esa mierda utópica que nos quisieron vender nuestros mayores. Cada vez estamos más cerca del barranco. Como dice mi vieja, los ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. Esto es una guerra y ellos siguen ganando.

¿Cómo es tu proceso de trabajo? ¿Partes de un guion ya cerrado o tienes margen para modificarlo?

La espontaneidad es muy importante para mí. Intento que mis tebeos estén vivos, poco hechos. Tanto que ya ni siquiera planifico storyboards en algunas escenas para mantener ese carácter de improvisación. Suelo construir mis historias partiendo de alguna imagen vaga que me va llevando a otra y así sucesivamente. Cuando tengo más o menos el contexto donde desarrollar la idea, entonces me centro en los personajes y ellos son los que van abriendo ramificaciones sin seguir un plan preestablecido. Casi siempre comienzo sabiendo cómo acaba la historia. Pienso que hasta que no sabes el final no existe propósito.

Una de las partes más llamativas de tu trabajo es el uso del color, ¿cómo eliges las paletas para cada trabajo? ¿Crees que se le da la importancia que se merece?

Me gusta usar una paleta de colores limitada. Creo que la simplificación del color ayuda a contar una historia de manera más efectiva. Para mí es la banda sonora del cómic y un elemento narrativo esencial para reflejar estados emocionales, contextos temporales y, sobre todo, me ayuda a marcar el tono desde el comienzo. Me considero un autor expresionista y creo que el color lo acentúa claramente. 

Con el paso del tiempo has ido dibujando de forma más sintética, pero sin perder la fuerza que caracteriza tu dibujo, ¿vas a continuar esa evolución o es algo que depende de la historia?

Es cierto, quizás mi estilo esté tirando hacia un dibujo todavía más primitivista, de trazo más grueso y crudo. Espero seguir depurando la técnica, reducirlo a lo esencial, pero como bien dices, el estilo suelo adaptarlo al tono de la historia que cuento.

¿Cuál de tus cómics tiene más de ti?

Tengo una relación de amor/odio con mi debut, ya que soy muy crítico con mi trabajo, pero creo que todo lo que tengo que decir está encerrado de manera sutil en Palos de Ciego. Pienso que la mayoría de personajes de ficción de hoy día están plagados de clichés genéricos. Ejercicios formales bastante inofensivos, ya que casi todos los relatos de lumpemproletariado están contados por gente que procede de clase media/alta con otras vivencias y preocupaciones en la cabeza. Es normal, vienen de entornos sociales similares, por lo que su visión del mundo tiende a coincidir. Yo creo partiendo de mi realidad, del entorno que me rodea, por eso creo que Palos de ciego es una rara avis dentro del mercado editorial. La propuesta básicamente nace del mito de Orfeo y una máxima: No mires atrás. La historia la escribí con unos veinte años, en una época donde iba literalmente dando palos de ciego. El personaje principal es un paria que vuelve a su pueblo atraído por su pasado y acaba atrapado en una tela de araña, una cárcel contaminada por supersticiones y tradiciones de la que es imposible escapar. Planteé el pueblo como un monstruo embrutecido por la violencia que engulle al protagonista tras su llegada, y al final, en un momento de lucidez a través del sufrimiento, descubre que el monstruo es él.

¿Hasta ahora has dibujado y guionizado tus propios cómics, ¿te planteas colaborar con alguien cediendo por completo alguna de las dos funciones?

Bueno, el origen de AMOR DE HOMBRE nació de una historia escrita por mi hermano Dabí, basado en las experiencias reales durante el año que estuvimos viviendo en la Costa del Sol mientras trabajábamos de cerrajeros. Era tan fuerte la pulsión de dibujarla que tuve que rechazar un par de encargos internacionales, uno de Image Comics y un álbum para Les Humanoïdes associés. Pero bueno, al final no hay mal que por bien no venga. Tampoco me importaría adaptar alguna historia de Daniel Ruiz, uno de mis escritores favoritos del panorama actual nacional, o puestos a pedir, no diría que no a dibujar algún guion de Frank Miller!

¿Qué cómics que hayas leído últimamente nos puedes recomendar?

Soy más de releer, pero de los últimos años, destacaría sin duda Romeo Muerto, de Sequeiros, un tebeo como una catedral. El mundillo del cómic nacional aún no sabe la suerte que tenemos de tener a Santiago.

¿De qué autores no te pierdes ningún cómic?

Me remito a lo dicho más arriba. Me flipa todo lo que hace Santiago Sequeiros. Es un artista en mayúsculas. De los que ni se compra ni se vende. 

¿Qué nos puedes decir sobre tus próximos trabajos?

Intento ser todoterreno y mi idea es que cada proyecto toque un género distinto; más que nada para no aburrirme. Uno de ellos estaría basado en mis recuerdos de infancia, pero con un trasfondo fantástico. Otro sería un relato crudo ambientado en el siglo VI, un drama coral que defino como La Dolce Vita a la sevillana, y otro de aventuras ambientado en un barco pesquero, escrito mano a mano con Dabí. Ya veremos cuál es el siguiente.

Muchas gracias por tu atención.
¡Un placer!

Enlaces de interés.

– Reseña de Perros atados por Diego García Rouco.
– Reseña de No te serviré por Diego García Rouco.
– Reseña de Amor de hombre por Diego García Rouco.
– Entrevista con Mondo Cane Books por Diego García Rouco.
Página web de Mondo Cane Books.