Idioma original: castellano
Año de publicación: 2024
Valoración: Entre Recomendable y Está bien
Tenemos delante a un autor que se antoja al menos original. De formación matemática, prefirió por lo visto dedicarse a lo literario, lo cual es un viaje notable y seguramente de consecuencias imprevisibles. En el libro no queda rastro del origen de ese trayecto pero sí puede haber huellas de una ruptura abrupta, lo que viene a ser liarse la manta a la cabeza y empezar a disparar sin complejos.
Catálogo de sombras no es un libro de relatos al uso sino una compilación que, procediendo de una misma mano, tiene un cierto sello, una identidad definida pero plural, un repertorio de materiales que parecen dispersos y que a veces quieren formar algún tipo de unidad. Creemos encontrarla en los primeros compases, un hijo en el velatorio de su padre, mecánico de profesión, quizá también en la complicada entrega de material eléctrico para una obra, en el joven que busca a su padre en un bar, o en el personaje frustrado por su incapacidad para resultar gracioso, hasta que en un entierro parecen brotar virtudes que permanecían ocultas.
Sánchez exhibe una prosa telegráfica, sin más adorno que el sarcasmo siempre presente, en una especie de literatura proletaria infiltrada de cotidianeidad, que tiene su referencia en el barrio, la VPO, los oficios manuales, quizá el mundo de los autónomos. Jóvenes que, quizá a diferencia de sus mayores, ya vencidos por la decepción, muestran todavía alguna expectativa de llegar a algo diferente. Tiene uno la sensación de que todos estos episodios podrían ser recortes de una narración más extensa, como elementos dispersos de algo inconcluso que pudiera integrar a estos o parecidos personajes, un relato urbano, más realista que vindicativo.
En este ámbito podrían también integrarse unas pocas páginas en formato cómic que se nos ofrecen mediado el texto, y que tienen un aroma parecido. Porque una de las peculiaridades más llamativas del libro es la incorporación de modalidades diversas, ya sea esta del comic, una especie de folleto técnico del catálogo que luce en el título, una suerte de diccionario creativo, o un bastante largo relato de sexo no sé si explícito o sucio, en mi opinión claramente prescindible. Admitamos que hay radicalidad, pero ¿también ansia de transgresión a toda costa? Seguramente, aunque también cierto gusto por la exhibición de registros y, por qué no, una búsqueda de caminos entre los que el autor no termina de decidirse.
Bien podría haberlo hecho, porque donde con diferencia más brilla es en El cirujano, un relato muy bien desarrollado sobre un extraño científico que experimenta en su sótano con locas hibridaciones entre humanos, animales y artefactos diversos. Nada extraordinario desde el punto de vista argumental, pero perfectamente ensamblado con obsesiones sexuales, capa semiescondida de reflexiones sobre relaciones de pareja, y ambiente inquietante de ciencia ficción, quizá de los años 50. Un relato que bien vale la lectura completa, o casi.
Habrá que ver por cuál de los caminos decide continuar César Sánchez, o si prefiere seguir por el de la dispersión, tal vez el despiste. Creatividad le sobra, y buena mano para narrar también. Le pondremos la lupa y veremos lo que puede ofrecer.
P.D. No puedo dejar de decirlo: nunca había tenido, ni probablemente había visto siquiera, un libro con cubierta dorada. Diseño y dibujos, divertidos y pertinentes, del ilustrador David Pérez, que también firma el comic interno. Todo un acierto.