En silencio se quedó la plaza de Valencia tras la escalofriante cogida que sufrió Borja Jiménez al entrar a matar al segundo de la tarde. El sevillano volvió a nacer, ante la mirada del Rey , que acudió a la barrera a ver el mano a mano entre Román y Borja, con una encastada corrida de La Quinta. Su Majestad pudo disfrutar de un excelente quite por chicuelinas que dejó el de Espartinas en el toro que abrió la tarde, y de un extraordinario inicio por bajo al único toro que pudo estoquear. Pese a todos los intentos de Borja por salir, era imposible. Se impuso la razón, mientras se daba gracias por el milagro de que estuviera, dentro de,...
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