Todos congelamos carne para ahorrar, pero si te saltas este paso podrías estar tirando dinero a la basura

Que no te tiemble el pulso a la hora de comprar y congelar, también la carne fresca, incluso productos como chuletones o un solomillo de más calidad. Ya sea por aprovechar una oferta, o porque no vas a poder cocinar la carne en menos de 24 horas, el congelador te salvará la papeleta y tendrás buena materia prima para cocinar en el futuro sin tener que volver a la compra. Ahora bien, no la congeles de cualquier manera, o incluso el mejor entrecot podría estropearse. El problema de los congeladores domésticos es que actúan mucho más lento que la ultracongelación profesional. Congelar conserva muy bien la calidad organoléptica de casi todos los alimentos, también sus nutrientes, pero algunos productos son muy sensibles al proceso, y sufren más cuanto más tardan en congelarse. El gran enemigo son los cristales de hielo. Las moléculas de agua de la carne, o cualquier alimento, se transforman en cristales de hielo durante el proceso del congelado. Y son los culpables de que se produzcan las llamadas quemaduras por congelación, que además estropean la textura de los productos más delicados. En la carne, esto se traduce en una ruptura de las paredes celulares que, al descongelarla y cocinarla, provoca la liberación de los jugos y deja la carne reseca, con menor firmeza y jugosidad, menos sabor y menor caramelización externa. En resumen, un filete mal congelado estará arruinado ya antes de cocinarlo. Si encima era una pieza de buena calidad y alto precio, tocará lamentar el desperdicio. Para evitarlo, lo más efectivo es acelerar lo máximo posible la congelación. En casa podemos lograrlo enfriando al máximo la carne antes de introducirla en el congelador, y nos podemos apañar con un simple recipiente lleno de agua muy, muy fría. Lo más efectivo es combinar agua fría, cubitos de hielo y sal, que reduce el punto de congelación de la mezcla, como explican en America's Test Kitchen. Envuelve la carne muy bien en plástico film e introdúcela en una bolsa de congelación, sacando el máximo de aire; puedes usar directamente una envasadora al vacío. Combina una taza de hielo con 80 ml de agua fría y 450 g de sal en un recipiente, y sumerge la carne (dará para unas cuatro chuletas o filetes). Espera unos minutos a que se enfríe tanto que casi empezará a congelarse; seca las bolsas y mételas en el congelador rápidamente. En Directo al Paladar La forma más rápida de descongelar el pollo sin que suponga un riesgo para la salud Al introducir la carne ya muy, muy fría, casi congelada, se minimiza la formación de cristales de hielo y se conservará mucho mejor. Recuerda después descongelarla con suficiente antelación en la parte menos fría de la nevera, siguiendo las recomendaciones oficiales de la AESAN. Imágenes | iStock En DAP | Estos son los mejores cortes de carne para congelar (y así se preparan para que se conserven en perfecto estado) En DAP | Congelar carne el día que va a caducar: ¿truco de genio o error? - La noticia Todos congelamos carne para ahorrar, pero si te saltas este paso podrías estar tirando dinero a la basura fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Liliana Fuchs .

Mar 28, 2025 - 13:40
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Todos congelamos carne para ahorrar, pero si te saltas este paso podrías estar tirando dinero a la basura

Todos congelamos carne para ahorrar, pero si te saltas este paso podrías estar tirando dinero a la basura

Que no te tiemble el pulso a la hora de comprar y congelar, también la carne fresca, incluso productos como chuletones o un solomillo de más calidad. Ya sea por aprovechar una oferta, o porque no vas a poder cocinar la carne en menos de 24 horas, el congelador te salvará la papeleta y tendrás buena materia prima para cocinar en el futuro sin tener que volver a la compra. Ahora bien, no la congeles de cualquier manera, o incluso el mejor entrecot podría estropearse.

El problema de los congeladores domésticos es que actúan mucho más lento que la ultracongelación profesional. Congelar conserva muy bien la calidad organoléptica de casi todos los alimentos, también sus nutrientes, pero algunos productos son muy sensibles al proceso, y sufren más cuanto más tardan en congelarse. El gran enemigo son los cristales de hielo.

Las moléculas de agua de la carne, o cualquier alimento, se transforman en cristales de hielo durante el proceso del congelado. Y son los culpables de que se produzcan las llamadas quemaduras por congelación, que además estropean la textura de los productos más delicados. En la carne, esto se traduce en una ruptura de las paredes celulares que, al descongelarla y cocinarla, provoca la liberación de los jugos y deja la carne reseca, con menor firmeza y jugosidad, menos sabor y menor caramelización externa.

En resumen, un filete mal congelado estará arruinado ya antes de cocinarlo. Si encima era una pieza de buena calidad y alto precio, tocará lamentar el desperdicio.

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Para evitarlo, lo más efectivo es acelerar lo máximo posible la congelación. En casa podemos lograrlo enfriando al máximo la carne antes de introducirla en el congelador, y nos podemos apañar con un simple recipiente lleno de agua muy, muy fría. Lo más efectivo es combinar agua fría, cubitos de hielo y sal, que reduce el punto de congelación de la mezcla, como explican en America's Test Kitchen.

Envuelve la carne muy bien en plástico film e introdúcela en una bolsa de congelación, sacando el máximo de aire; puedes usar directamente una envasadora al vacío. Combina una taza de hielo con 80 ml de agua fría y 450 g de sal en un recipiente, y sumerge la carne (dará para unas cuatro chuletas o filetes). Espera unos minutos a que se enfríe tanto que casi empezará a congelarse; seca las bolsas y mételas en el congelador rápidamente.

Al introducir la carne ya muy, muy fría, casi congelada, se minimiza la formación de cristales de hielo y se conservará mucho mejor. Recuerda después descongelarla con suficiente antelación en la parte menos fría de la nevera, siguiendo las recomendaciones oficiales de la AESAN.

Imágenes | iStock

En DAP | Estos son los mejores cortes de carne para congelar (y así se preparan para que se conserven en perfecto estado)

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