Montoya abandona en directo ‘Supervivientes’ por lo sucedido con Anita: «Me voy a mi casa»

En ‘Supervivientes’, el casting es medio programa. La clave del éxito de un reality como Supervivientes no está solo en las pruebas extremas ni en los paisajes paradisiacos de Honduras. El alma del programa son sus concursantes, elegidos cuidadosamente para garantizar emoción, conflicto, y momentos que enganchen al espectador. Telecinco lo sabe bien: un buen ... Leer más

Mar 28, 2025 - 08:30
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Montoya abandona en directo ‘Supervivientes’ por lo sucedido con Anita: «Me voy a mi casa»

En ‘Supervivientes’, el casting es medio programa.

La clave del éxito de un reality como Supervivientes no está solo en las pruebas extremas ni en los paisajes paradisiacos de Honduras. El alma del programa son sus concursantes, elegidos cuidadosamente para garantizar emoción, conflicto, y momentos que enganchen al espectador. Telecinco lo sabe bien: un buen casting puede levantar audiencias, mientras que una elección desacertada puede hundir semanas enteras de parrilla. Por eso, cada nombre que cruza el charco lleva detrás una estrategia meditada al milímetro.

No se trata solo de famosos más o menos conocidos, sino de perfiles con capacidad de generar historia, de polarizar a la audiencia, de provocar. Pero también se necesita estabilidad emocional y compromiso con el formato. Porque cuando alguien amenaza con abandonar o directamente lo hace, salta por los aires la estrategia diseñada por la cadena y la productora. El espectador no perdona a quien no está dispuesto a jugar hasta el final, y eso también pesa.

La convivencia extrema y la exposición continua desgastan, y por eso el casting debe ir más allá del carisma inicial. El programa necesita garantías de que sus protagonistas no se vendrán abajo ante la primera discusión o traición. La tensión es parte del show, pero también un riesgo real para quienes no estén preparados. El entretenimiento exige resiliencia, y no todos están hechos para soportar ese tipo de presión.

Explosión en la palapa.

Y eso es justo lo que ocurrió durante una noche especialmente tensa en la palapa. Después de que Laura Cuevas sacase a la luz que fue testigo de un beso entre Anita y Manuel cuando no había cámaras, los implicados se enfrentaron en directo a las consecuencias. El tema se abordó en plena gala y, lejos de aclararse, provocó una tormenta emocional. El ambiente se volvió irrespirable en cuestión de segundos.

Montoya no pudo soportarlo. Mientras todos escuchaban las imágenes de lo ocurrido, se levantó bruscamente de su asiento, visiblemente afectado y lleno de rabia. “¿Otra vez haciendo lo mismo? Que me voy, que dejen el tema, estoy ahí en contra de mi familia dándote cariño y apoyo… que yo no estoy para esto, yo estoy sufriendo», exclamó, entre gritos. El público asistía en directo a un colapso emocional tan inesperado como potente.

Amenazó con abandonar el concurso: “O me separan o me voy a mi casa, que yo he venido a curarme, esto no es necesario. Me voy y que se queden los chismosos, que yo no sirvo para esto, me ha vuelto a fallar”. Un estallido que dejó al resto de concursantes en silencio y al presentador, Jorge Javier, buscando cómo reconducir la situación. Fue un momento televisivo que, sin duda, pasará a los anales del programa.

La primera en caer.

La tensión fue tanta que una de las protagonistas terminó abandonando la palapa entre lágrimas: Anita. Fue la primera expulsada de la noche, aunque su salida del espacio se dio antes de conocer el veredicto oficial. Makoke fue quien intentó consolarla cuando, sin poder contener los nervios, salió entre susurros de “no para, no para y, es que, sigue”. El golpe emocional había sido más fuerte de lo que muchos esperaban.