Monstruos de Universal: Frankenstein, de Michael Walsh

¡Está vivo! Reseñamos la nueva incorporación a los Monstruos de Universal de Skybound, una versión fantástica de Frankenstein desarrollada por Michael Walsh. Edita Moztros.

Mar 17, 2025 - 11:06
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Monstruos de Universal: Frankenstein, de Michael Walsh
Monstruos de Universal: Frankenstein- Portada


Edición original: Universal Monsters: Frankenstein #1-4 USA (Skybound Entertainment/Image Comics, 2024)
Edición nacional/España: Moztros, 2024
Guion: Michael Walsh
Dibujo: Michael Walsh
Color: Toni-Marie Griffin
Traducción: Matías Mir
Formato: Rústica. 112 páginas, color. 18,90€

Vivo y coleando

No hay ninguna duda de que la sobreexplotación artística suele ser una cosa la mar de pocha. La insistencia por volver una y otra vez a las mismas historias, personajes, universos, franquicias, etc. puede llegar a resultar agotadora, y los beneficios de estas nuevas aportaciones suelen limitarse a los económicos para los poseedores de los derechos de esas licencias por las que muchos consumidores pasamos por caja religiosamente por pura adicción y confort. Sin embargo, a veces volver sobre antiguas historias puede ofrecer una inesperada y fresca aportación a su mitología, o incluso redimir los pecados del original.

Algo así es lo que se puede decir que logra Michael Walsh con Frankenstein, la última aportación a la iniciativa Monstruos de Universal. Un proyecto dirigido por Skybound Entertainment con el que distintos autores de renombre están realizando sus particulares homenajes o versiones de los filmes clásicos de monstruos del legendario estudio cinematográfico. Un catálogo de villanos clave en la cultura popular, de los cuales ya hemos podido disfrutar del Drácula de James Tynion IV y Martin Simmonds y de La criatura de la laguna negra de Ram V, Dan Watters y Matthew Roberts.

El tercer turno de la monstruosa saga es para Frankenstein, el clásico de 1931 dirigido por James Whale que adaptaba una obra de teatro inspirada a su vez en la magistral novela de Mary Shelley. Con la icónica labor actoral de Boris Karloff encarnando al monstruo, la película de Universal sentó las bases de la imagen que tendría el personaje a partir de entonces en la psique de cultura popular, a pesar de que nada tuviera que ver con la caracterización de la novela.

Monstruos de Universal: Frankenstein - Interior

Sí, la cinta de Whale puede que se volviera icónica… pero poco más se le puede reconocer. Y es que es difícil imaginar una mayor afrenta a la memoria de Mary Shelley. Sí, su iconicidad es incuestionable: el aspecto del monstruo diseñado por el maquillador Jack Pierce, la inclusión del ayudante jorobado Fritz, el “está vivo”, el molino en llamas… Son suficientes factores para valorarla y mirarla con cariño, pero la historia es otro cantar. Frente a la extraordinaria complejidad y las múltiples capas de subtexto que esconde la novela original, el guion de la cinta de 1931 convierte todo en una chorrada maniqueísta en la que un obsesionado doctor Frankenstein (que aquí se llama Henry en lugar de Victor) consigue dar vida a su criatura para finalmente temer su peligrosidad porque, vaya por dios, el cerebro usado para construirlo termina siendo por error el de un criminal. Un recurso infantil y determinista que, coronado con una final de juzgado de guardia, tira por tierra cualquier tipo de profundidad moral.

Pero es aquí donde entra Michael Walsh, un artista al que hemos podido ver a veces escribiendo y siempre dibujando la muy recomendable antología de terror La Moneda de Plata, además de otros trabajos como Black Hammer/Justice League (Dark Horse) o X-Files (IDW). El autor decide abordar la presente obra como una original ampliación de la historia de la película, añadiendo personajes y eventos sin alterar prácticamente nada el desarrollo de la trama original. Y lo hace con un recurso inteligente y orgánico: ¿a quién pertenecían las distintas partes del cuerpo que Frankenstein utiliza para construir a su monstruo?

Alrededor de este hilo conductor, Walsh toma un órgano en cada uno de los cuatro números para añadir esa trama original, y lo hace con la inteligencia del que sabe que el monstruo de Frankenstein es mucho más que un simple hombre del saco sin más. Cada uno de estos números nos ayuda a inocular nuevas capas de humanidad a la criatura, desde las manos de un padre cariñoso hasta el corazón de un enamorado. Y todo ello no en formato antológico, sino finamente hilvanado para que se amolde al avance de la trama original.

Estas incorporaciones a la trama no solo humanizan al monstruo, sino que Walsh aprovecha para usarlas como excusa para dar más espacio a nuevos diálogos de los personajes de la cinta original, que ayudan a dar una mayor justificación emocional a los sucesos de la película y a los comportamientos de sus protagonistas.

Monstruos de Universal: Frankenstein - Interior

Por supuesto, todas estas virtudes que enumero dejan a la vista la barrera principal para que este cómic pueda conectar con el lector, y es que es bastante imprescindible haber visto la película original. No es que sea estrictamente necesario en un sentido puro, puesto que quien más y quien menos conoce a grandes rasgos la historia de Frankenstein y podrá ubicarse durante la lectura. Pero creo que es difícil apreciar el habilidoso trabajo de Walsh sin tener presentes las escenas del filme que en el cómic quedan omitidas o referenciadas en segundo plano.

Lo que sí se puede apreciar por todos es el magnífico trabajo que realiza Michael Walsh en el apartado artístico. El artista de La Moneda de Plata se caracteriza por un estilo equilibrado y de entintado grueso, muy comiquero, pero para la ocasión decide agregarle un extra de detallismo en algunas de las viñetas, especialmente en las más climáticas y en las que plasman las escenas más representativas de la película. Todo ello dirigido por el excelente pulso narrativo de Walsh, que maneja las escenas con inteligencia y dinamismo. Mención aparte merece el maravilloso coloreado de Toni-Marie Griffin, que imprime una paleta tan bella como inquietante llena de tonos coloridos pero ligeramente apagados. La habitual mezcla de azules, verdes y rosas desvaídos que ya vimos en La Moneda de Plata suman algunos naranjas, imprimiendo a las páginas una identidad potente, que mezcla a la perfección el tono oscuro con el melancólico.

Con respecto a la edición, Moztros continúa con su reciente elección del formato tapa blanda, algo que a título personal sigue siendo mi opción favorita tanto por comodidad de lectura como por economía (aunque aquellos 16-17 euros de los primeros tomos desgraciadamente ya se han elevado hasta los 19). El único pero que le tengo que poner es la decisión de no separar los números de la miniserie mediante las portadas originales, algo que creo que se echa en falta para no romper el ritmo narrativo de la lectura y que no se solapen los finales e inicios de distintos números.

Monstruos de Universal: Frankenstein - Interior

En definitiva, Monstruos de Universal sigue siendo un proyecto la mar de disfrutable, especialmente si eres fan de los clásicos del terror en los que se inspira. La versión de Frankenstein desarrollada por Michael Walsh es un trabajo inteligente y atinado, que logra no solo homenajear a la mítica película de la que bebe, sino también corregir sus pecados en lo que respecta a su pobre interpretación del texto original de la novela.

Lo mejor

• La inteligente manera en la que Walsh amplía y mejora la película original de 1931.
• El excelente arte de Michael Walsh, aupado por el bello coloreado de Toni-Marie Griffin.

Lo peor

• Es necesario tener muy presente la cinta original para apreciar del todo el mérito de Walsh en su adaptación.