Magazine DC – Especial 43 Comic Barcelona – Abril 2025

Vuelve el Magazine DC con un especial 43 comic Barcelona

Apr 10, 2025 - 18:37
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Magazine DC –  Especial 43 Comic Barcelona – Abril 2025
Créditos: En la elaboración de este artículo han participado Enrique Doblas, Carlos Gullón, Jordi Molinari , Antonio Valdepeñas y Román de Muelas

INTRODUCCIÓN

WOW. SALONAZO. SA-LO-NA-ZO.

Menudo Salón del cómic hemos vivido. Espectacular. El mejor en años. Tanto en lo personal como en lo zonal.

El aterrizaje de Panini-DC ha sido ha sido tan fuerte como el Absolute Superman de Sandoval, tan contundente como la Wonder Woman de Daniel Sampere, tan elegante como el Batman de Mikel Janín y tan magnético como la Zatanna de Javier Rodríguez.

Y es que hemos vivido en directo con dos corresponsales de lujo (Gullon & Doblas) la presentación de Panini con la presencia de la gran dama: Marie Javins. Hemos podido entrevistar a Sampere, Sandoval, Janín y Rodríguez. Hemos tocado con nuestras manitas las novedades de DC en tomo y… sí… ¡¡en grapa!! Nos hemos comprado tebeos, nos han hecho regalos, hemos dado besos, hemos recibido abrazos… SALONAZO.

Panini por su parte nos ha regalado espectáculo en la presentación de su licencia DC. Ayudó un público entregado que aplaudía con entusiasmo a la mínima, pero no se puede negar que la mentada presencia de la propia editora jefe estadounidense y la gerente de DC es un respaldo de lujo. Viturtia estuvo acertado y elegante, bien acompañado también por su director de ventas y la editora jefe de DC en España, Lidia Castillo. Aunque no le dejaron hablar mucho, desde aquí le agradecemos su ingente labor en esta primera tanda entre entrevistas, introducciones y DC connects, que tanto nos han gustado, aparte de lo que habrá supuesto toda la labor editorial.

Se habló de un cómic para cada uno (con cariño a la grapa) y para cada tienda, del momento perfecto para iniciarse, comentando que Amanecer se recuperará entero. Habrá más one shots, más facsímiles, más black labels editados con cariño porque cada riesgo es un acierto. Y pronto otros formatos, Vértigo, young, kids, compact… ¿Y SD? También; Starman, Flash, Kirby, JSA… Respecto a los clásicos, se presumió del fondo editorial y Lidia prometió ponerse el equipo de arqueología para recuperarlo, y se comentó el trabajo de equipo que ha supuesto sacar el primer DC Finest este abril.

Javins & Gullón, la envidia del salón

Javins tuvo palabras sinceras de aprecio a los artistas españoles y presentaron una portada exclusiva para España de Sandoval que adornará la futura vuelta de Silencio. Hubo tiempo para el público, que por pedir pidió la Cosa del Pantano de Veitch, el Espectro de Ostrander y Young Justice. Viturtia se compromete, no cierra puertas y alguno de los nombrados caerá seguro. Se acabaron los algoritmos, las decisiones las toman personas en equipo y por consulta. Lo importante es que las respuestas fueron pacientes y muy amables.

¡Esto es una bienvenida como merecen los aficionados!

Hemos vuelto con el turbo puesto, hemos vuelto con unas ganas enormes de leer, saborear, analizar y explicároslo.

Por cierto, la sección de clásicos se diluye para convertirse en una serie de reseñazas que iremos leyendo en la web, mientras que el contenido que le correspondía lo podremos leer en el apartado Saber Más.

Y ahora, sin más dilación… ¡¡¡vamos allá!!!

TITULARES

El pasado 30 de enero, nos hacíamos eco del comunicado oficial de Panini Cómics anunciando que se habían hecho con la licencia de publicación de DC Comics en España y que arrancarían su camino en cuestión de unos meses, más concretamente en el mes de abril, este mes. Ahora lo que tocaba ver era los planes de la editorial, y sobre todo, como pensaban hacer frente a varios retos que tenían ante si de cara a no demorar en exceso la llegada de DC All In pero tampoco dejar demasiados «cuerpos heridos» en el camino dado los problemas que ha venido arrastrando la anterior licenciataria, ECC Cómics, que han conllevado a un retraso importante en series con respecto a Estados Unidos, y que incluso series con una calidad más que contrastada ni si quiera las habían llegado a publicar. Dicho esto y con el plan editorial más que visitado, os lo adjuntamos para que lo saboreéis..

ABSOLUTE BATMAN #01

Scott Snyder regresa a Batman con el debut de la línea Absolute, su proyecto más personal hasta la fecha dentro de la editorial DC Comics. Allí el objetivo es deconstruir al personaje, quitándole elementos básicos desde su concepción en 1939, para hacerlo sentir más auténtico que nunca en pleno 2025. Bruce Wayne ya no es un multimillonario huérfano – sólo por parte de padre -, ya no tiene un mayordomo que sea su fiel apoyo, toda la familia que ha ido construyendo a lo largo de las décadas de publicación ya no existe.

Jim Gordon es el alcalde de una ciudad de Gotham más terrible si cabe, y Alfred es un agente especial que se encuentra en la ciudad para investigar la banda de Black Mask, amo y señor del crimen y del terror. Allí se encontrará a un Bruce Wayne que, pese a la falta de mejores recursos, ha acabado convirtiéndose igual en Batman, la última esperanza de una ciudad agónica, la ciudad de su famila y amigos, cuyos nombres conocemos muy bien.

La más oscura de las tres primeras propuestas Absolute, no tanto por la trama sino por quienes acompañan a Scott Snyder. Un pletórico Nick Dragotta junto a los colores de Frank Martin nos atrapan desde el primer momento, dando hasta ternura cuando sólo es Bruce, el hijo de los Wayne, pasando a la acción más brutal cuando Batman toma las riendas para defender a los suyos.

ABSOLUTE SUPERMAN #01

Los autores españoles están en su mejor momento, tanto a nivel de trabajos como en importancia de las series en las que participan. Uno de los mayores exponentes es Rafa Sandoval, quien es el elegido junto a Jason Aaron – y los colores de Ulises Arreola -, redefinir a Superman en el universo Absolute. El primer superhéroe mainstream, el mayor enemigo de Darkseid, tiene que volver a alzar el vuelo porque la esperanza es más necesaria que nunca.

Kal-El ya no es un infante que fue criado en la Tierra por los Kent en Smallville, que se convirtió en el símbolo de la ciudad del mañana. Ahora creció junto a sus padres biológicos antes del inevitable destino de Krypton, para encontrarse con un nuevo mundo corrupto en manos de corporaciones como Lazarus. Vive oculto por el mundo, ayudando a los más necesitados, pero intentado evitar que el mundo conozca de su existencia.

Siguen habiendo elementos que son inherentes del personaje, que incluso por mucho cambio que haya habido, siguen conectados con el personaje. Uno de ellos es Lois Lane, quien sin Metropolis y con un padre militar, su nueva vida queda muy alejada de los teclados de una redacción. Probablemente la propuesta con más elementos fuera del personaje, pero se sigue sintiendo ese superhéroe al que siempre llamaríamos para que nos salvase de cualquier mal.

ABSOLUTE WONDER WOMAN #01

Wonder Woman está viviendo un momento bastante dulce. En la serie principal, tiene a Tom King dándolo todo en el guion y al dibujante estrella español Daniel Sampere, que ofrece un trabajo alucinante. Viendo cómo están sus compañeros superhéroes en el universo Absolute, nuestra amazona no podía ser menos, y así nos lo hacen ver Kelly Thompson, Hayden Sherman y Jordi Bellaire.

Wonder Woman criada en el infierno, con Circe, la bruja, como madre adoptiva. Las amazonas están desaparecidas, y Diana está sola. La acompaña una armadura infernal, un espadón y cabalga sobre un pegaso cadavérico. Todo muy extremo, como buen universo oscuro que es, pero aun así Wonder Woman persiste, y con ella sus ideales intrínsecos al personaje.

El mundo está asediado por demonios y no hay nadie para ayudar a los humanos, hasta que Diana aterriza para salvarlos a todos. El entendimiento, el amor, la sabiduría y la protección del débil están presentes, tal y como sus creadores los concibieron hace ya décadas.

El personaje no podría estar en mejores manos, con unos guiones de Kelly Thompson afilados, feministas y muy sensatos en su denuncia, donde se percibe a la heroína desde el primer minuto, aunque sea diferente en algunos aspectos. Y la estrella de la función no es otro que Sherman, con un dibujo que eleva el cómic a unas cotas altísimas, mejorado todavía más si cabe por el fantástico color de Bellaire.

WONDER WOMAN #01

Diana de Themyscira llevaba años en una travesía por el desierto desde la segunda marcha de Rucka. Es cierto que, en ocasiones, había destellos y chispas —como con Willow Wilson—, pero por unas cosas o por otras, todo quedaba en agua de borrajas y el personaje iba de etapa en etapa sin mayor gloria, dando bandazos… hasta que, a día de hoy, eso ha terminado. Y es que Tom King ha llamado a su puerta junto con un todoterreno de dibujante que no se queda atrás: nada más y nada menos que Daniel Sampere.

Tom King, en dos números, nos ha devuelto la ilusión por volver a ver a Wonder Woman brillar con una trama geopolítica, fake news y cómo, de la noche a la mañana, todo su mundo se viene abajo por un error que las altas esferas aprovechan para quitarse de encima esa molestia a la libertad y la diversidad que representa Diana.

Un cómic que está a la orden del día en su denuncia a las altas esferas y al machismo inherente en ellas. Hay diálogo expositivo, cierta equidistancia en ocasiones, pero tenemos una madurez en el personaje y su entorno que mejora todo considerablemente. Y si encima añadimos el dibujo de Sampere, que está pletórico con sus páginas, encuadres y su manera de diseñar a Diana —un auténtico titán olímpico—, entonces el resultado es aún mejor.

Como curiosidad, cada capítulo tiene como historia de back-up las fantásticas aventuras de Trinity, la hija de Wonder Woman, cuyos niñeros son Damian y Jon. Unas páginas muy divertidas a cargo de Belén Ortega, donde King muestra su lado más desenfadado y que son perfectas para reírse y pasar un buen rato con algo ligero.

Bienvenida de vuelta, Diana. Te hemos echado de menos.

ACTION COMICS #01

Amanecer DC, Batman y Robin, Los Mejores del Mundo, Absolute Power… Todo eso y miniseries de distinta índole han sido encargadas desde hace unos años a Mark Waid, con su celebrada vuelta a DC. Un plan editorial cuyos frutos ya hemos empezado a ver, y es hora de recoger bastantes bien maduros. El desenlace de Poder Absoluto ha dado cancha libre a Waid para hacer todo lo que siempre ha querido, y eso es el nuevo Status All-In.

Pero antes de meternos en otros grupos más importantes, Waid nos regala un arco en Action Comics que empieza aquí, en este comic-book con lomo que sale este mes.

Superman viaja al pasado para descubrir secretos ocultos de su planeta Krypton, la Zona Fantasma y su padre Jor-El, mientras asistimos al nacimiento de un nuevo villano. Todo puede parecer bastante manido, pero con Waid al guion y Clayton Henry al dibujo, por lo menos tendremos una aventura de lo más entretenida.

Además, como back-ups, el cómic contiene un arco entre entregas de Supergirl de la mano de Tamaki, junto a unas pocas páginas con Superboy y Kon-El. Un tomo bien repleto de la superfamilia, para todos los gustos.

Waid y Superman, el personaje de su vida… ¿Qué puede salir mal?

ZATANNA: ABAJO LA SALA

Una de las estrellas del Comic Barcelona (y nuestro autor del mes de abril) es Javier Rodríguez. El autor realizó una masterclass sobre su trabajo en el certamen, además de atender a numerosos medios. Nada mejor para la puesta de largo para sus dos novedades Panini-DC y es que el autor asturiano presentó la flamante Superman y el Orden de la Lámpara Negra y la presente obra: Zatanna. Abajo la sala, con guion de la siempre estimulante Mariko Tamaki. ¿Os parece poco? Pues encima está bajo el sello Black Label. Garantía de calidad.

Tamaki y Rodríguez nos dan una particular versión de la maga favorita de los deceítas. Zatanna ha dejado la magia y se ha refugiado en Las Vegas en un decadente espectáculo de ilusionismo para llegar a fin de mes. Sin embargo, la magia añora a nuestra Z y no la dejará ir tan fácilmente.

Espectáculo de luz y color de la mano de Rodríguez y Tamaki en el regreso de un personaje muy querido. Un cómic a tener en cuenta.

¿Os ha gustado? Pues ya veréis el Martian Manhunter de Javier Rodríguez.

DC PREMIERE. NIGHTWING. SALTAR A LA LUZ

Reedición muy esperada por lo que supuso la disolución de ECC. Panini ha marcado la pauta de reiniciar las colecciones y no retomar lo que estaba publicando la anterior licenciataria. NW de Taylor y Redondo quedó colgada. Panini la vuelve a publicar en tomo y así poder alcanzar una distancia óptima con la edición americana.

Serie nominada y premiada en los Eisner, el inicio es uno de los mejores momentos de la colección. El cariño con el que Taylor escribe los personajes solo llega a ser igualado con el amor que les da Redondo.

Una serie madura, adulta pero que no rechaza la tradición superheroica y que pueden leer aficionados de todas las edades, una colección centrada en los personajes, que los ayuda a dar un paso más allá en su core y que los arraiga en el eje del universo DC. Les da contenido, profundidad y proyección de futuro.

Una de las mejores series de DC antes del Amanecer y de la locura del All In. Una colección a recuperar. Un tebeo para leer y releer durante mucho tiempo. Un agradable paseo por Bludhaven.

Javier Rodríguez (Oviedo, 1972) es uno de los artistas más versátiles del cómic americano, quien ha aterrizado en la pandemia en la editorial de Burbank, aunque no fue su primera incursión en esta. En 2003, Chuck Dixon y Marcos Martin comenzaban la miniserie de Batgirl: Año Uno. Gracias a esta tupla, la primera incursión como colorista en el mercado americano y en un cómic legendario.

Los trabajos de Javier Rodríguez se iniciaron en el ámbito nacional y europeo, llegando a dibujar en la legendaria y añorada revista El Víbora e ilustrar guiones del no menos legendario Mauro Entrialgo.

Gracias a obras como Miedo, Wake Up o Lolita HR, se fue labrando un nombre, mientras realizaba trabajos en el mercado americano, en Marvel Comics, donde comenzaría como colorista (Doctor Extraño: El Juramento) evolucionando de manera que su nombre empezó a sonar como el de un autor a considerar. Ya en 2010 se empezó a confiar en él como dibujante en La Casa de la Ideas. Fue ganándose cada vez más reputación y en cabeceras más importantes, tales como Royals o Defensores. Esta última lo consagraría también como dibujante y colorista completo.

magazine dc

Fue también por esta época, en pandemia, cuando empezaría a trabajar en DC Cómics como dibujante y colorista. Se encargó de algunas antologías y el primer número de Tales of the Teen Titans, centrado en Starfire. Panini nos ha traído todas estas primeras aventuras en el tomo de Superman: La orden de la lámpara negra, publicada de forma episódica en la reestrenada The Brave and The Bold. El sello DC Black Label está destinado a ofrecer obras sin deadlines tan exigentes, donde los autores pueden tardar mucho más tiempo en cocinar la obra. Zatanna: Abajo la sala, la otra novedad de Javier Rodríguez por Panini en su estreno con la licencia de DC, es un cómic con una identidad visual única y que lleva el guion coming-of-age de Mariko Tamaki a otro nivel.

El mes pasado, comenzó su último proyecto para el Universo Absolute de Scott Snyder, donde el propio guionista Deniz Camp solicitó que fuese Javier Rodríguez quien se ocupase de la serie de Martian Manhunter. Que ya ha cosechado tal éxito con el primer número, que DC ha solicitado que la serie sea prolongada a los doce números, en vez de los seis anunciados originalmente.

Rodríguez destaca por un enfoque que va desde el color en los bocetos iniciales, hasta un acabado sintético, que mezcla técnicas y estilos con una fuerte influencia del que fuera su mentor, el artista catalán Marcos Martín. El estilo de Rodríguez está evolucionando hacia orillas más experimentales y conceptuales, bastardeando con elementos tan curiosos como la plastilina (su charla en el Comic Barcelona llamó mucho la atención). Además su viaje hasta la actualidad le ha llevado a trabajar con personajes edl mundo del cómic tan curiosos como Mauro Entrialgo, Chuck Dixon o Deniz Camp, absorbiendo la esencia de los diferentes géneros y tradiciones de algo, que en realidad es mucho menos disperso de lo que creemos, el mundo del cómic.



“Miro lo que se ha de hacer y lo hago”.

Amanda Waller, el muro (the Wall, en inglés). Se la ama o se la odia… o más concretamente, los lectores la amamos y todo el universo DC la odia. Menudo personaje se cascaron los Johnnes, el gran John Ostrander y nada menos que John Byrne, para la posteridad.

Efectivamente, a todos nos viene a la mente la figura oronda, enfurruñada y magnética de Luke McDonnell, que en el Escuadrón Suicida haría completamente suya. Pero nuestra malhablada afroamericana por excelencia fue diseñada por Byrne para el segundo número de Legends. Y marcó escuela, porque el rostro que le trazó el artista canadiense ha sido copiado sin tapujos en más de una ocasión.

En aquella miniserie ya la vimos hacer de las suyas, enviando sin que le temblara el pulso a un grupo de supervillanos hacia una misión imposible (incluso protegiendo el secreto de la propia existencia del Escuadrón so pena de muerte) y, el que yo creo su mejor rasgo, enfrentarse sin miedo a la plana mayor de DC. Cortesía de un Ostrander en plena ebullición de ideas a las que daría rienda suelta, junto con su compañera Kim Yale, en la serie regular del Escuadrón Suicida.

Allí desarrollarían un tercer aspecto característico de esta mujer, que sin embargo parece haberse olvidado en los nuevos tiempos, una sincera preocupación por el destino de sus empleados, sean voluntarios u obligados. Esta única flaqueza en su dura personalidad tendría sentido cuando descubrimos su origen en un Secret Origins imprescindible (#14, 1987) obra, como no podía ser de otra manera, de Ostrander y McDonnell.

Nacida Amanda Blake, sus dos primeros hijos y su marido le fueron arrebatados en la violencia de las calles de Chicago, jurando que no perdería ni un miembro más de su familia (aún le quedaban los gemelos y la pequeña Coretta). De aquella situación saldría a base de perseverancia y estudios para dedicarse a la política, aupando al candidato Marvin Collins a senador para hacerse un hueco en Washington. Es allí donde descubre las andanzas de los dos primeros Escuadrones Suicidas y le viene la idea de usar a elementos prescindibles para misiones comprometidas.

La serie del Escuadrón y el papel de Amanda en la misma ya la analizamos en profundidad, pero caben destacar ciertos episodios en los que ella tiene especial protagonismo. Como cuando ordena borrar los recuerdos de Plastique ante la amenaza de filtraciones, algo que traería cola. La decisión no sorprende en base a su historial, lo que es destacable es que sería una de las poquísimas veces que la oiríamos disculparse por un claro error.

O sus enfrentamientos con Batman, Maxwell Lord y hasta la Abuela Bondad, cada uno inolvidable a su manera. En la Directiva de Jano enfrenta grupos a muerte (y aquí hablamos en serio cuando decimos esto) sin pestañear. Su juicio también es para enmarcarlo, con esa solución de pega para seguir mandando en la sombra. Aunque terminaría igualmente con sus huesos en la cárcel, no duraría mucho en esa situación.

Conste además que por el equipo le acompañaron varios miembros de su familia como su hermana, Mary White (nacida Blake, claro), que actuaría de médico. Su hija Sereetha (no, no me he equivocado, se cambió el nombre) pasaría pidiendo consejos matrimoniales en un episodio dibujado por Keith Giffen. Y cómo olvidar a su prima Flo Crawley, coordinadora de misiones que perdería la vida en Apokolips.

En todo caso, Waller terminaría dando finiquito al Escuadrón, al darse cuenta de que está haciendo más mal que bien. Pero poco caso le hace la editorial a esa idea de Ostrander, porque a partir de ahí se tira dando tumbos de serie en serie mostrando nuevas agrupaciones de su Escuadrón. La más interesante la del segundo volumen del grupo, donde Giffen y Paco Medina nos descubren ¡una hija más de Waller!

Odalys Milagro “Havana” Valdez fue concebida cuando Amanda sólo tenía 16 años y tristemente abandonada. Pero nuestra protagonista no le perdió la vista y hasta la favoreció para liderar esta peculiar iteración del grupo. La muchacha lo hace realmente bien y hay un enfrentamiento entre ambas de dialéctica cortante y brutal, pero termina asesinada en el último episodio.

De nuevo deriva editorial, aunque papel clave en la serie 52, que la terminaría en la creación de la estupenda Checkmate. Donde Greg Rucka entiende el personaje a la perfección y hace que el Muro suba enteros sin necesidad de Escuadrón… hasta que termina cayendo en viejos vicios. Su papel como Reina Blanca no es suficiente y sus tejemanejes la llevan a nuevos juicios y enfrentamientos, de los que siempre sale de alguna manera.

De hecho, pese a sus muchos errores diplomáticos, termina liderando al grupo en el tercer volumen editorial del mismo, comandado por su creador, Ostrander. Quizá por ello en esta maxiserie está que se sale, de maquinadora, estratega, maquiavélica y hasta protectora con los suyos (incluso tenemos Waller versión Chemo ¿qué más queréis?). Tras algún cruce editorial más, tendría un nuevo papel manipulador como la jefa en la sombra de los Seis Secretos de Gail Simone, último rol estelar por un tiempo.

Porque llegaron los Nuevos 52, y con ellos una de las decisiones más polémicas que ha tenido que aguantar nuestra anti-heroína; rejuvenecerla, adelgazarla y embellecerla según los cánones del momento. Para colmo resulta que es una super-espía que ha trabajado para el gobierno en operaciones encubiertas. Debido a la idea de incluir el universo Wildstorm en DC, se supone que participó nada menos que en el Team 7 (por Justin Jordan y Jesus Merino). Donde conocería a gente como Dinah Lance, Steve Trevor e incluso un tal Slade Wilson. También le sale un enemigo persistente en este nuevo universo, Basilisco.

Su origen familiar también quedaría algo trastocado, aunque ha sido tan manipulado hasta hace nada, que actualmente ya es difícil distinguir lo que es canon. Sea como fuere, parece que su familia murió fruto de la corrupción política más directa, y no de la que provoca la pobreza y la injusticia social estadounidense. Viendo como otros que toman la justicia por su mano son alabados, comienza su deseo de hundir a los superhéroes.

Esto, junto con una fatídica misión final con Team 7, tras la que decide no perder nunca más a alguien que valga la pena, la hace perfecta para fundar el Escuadrón Suicida. Comienza la época de Adam Glass en el Escuadrón, con sus más y sus menos, pero desde luego con Waller como reina absoluta del cotarro. Por esa época de hecho, el mismísimo Barack Obama la nombra jefa de A.R.G.U.S.

Allí adquiriría los medios para crear la Liga de la Justicia de América, por Geoff Johns y David Finch. Una mucho más fascistoide e intervencionista, por supuesto. Gracias a los mismos autores llegó Maldad Eterna, una entretenidísima saga donde la villanía cobra un papel especial y, por supuesto, Waller no desperdicia la oportunidad. Se termina su aventura liguera pero consigue nuevo permiso presidencial para refundar el Escuadrón.

El cual llegaría junto con la iniciativa Rebirth, dando nuevos aires a la editorial y sus carnes morenas a nuestra añorada Amanda. El Nuevo Escuadrón Suicida de Sean Ryan repartiría candela hasta el estreno de la película. La cual merece un inciso aparte porque, si bien su calidad fue nula, la actriz Viola Davis se apropió del personaje para siempre. Una de las pocas decisiones acertadas durante aquel oscuro periplo fílmico de DC.

Pero como decía llega nuevo guionista, Rob Williams, y bajo sus mandos y los de Simon Spurrier pasan cosas muy interesantes para nuestro empoderado personaje. Como el único spin-off que conozcamos de Waller (aunque compartiendo título, Suicide Squad Most Wanted: El Diablo and Amanda Waller #5-6). E incluso daría pie al enfrentamiento con la Liga de la Justicia (por Joshua Williamson y Jesús Merino), en el que se muestran las cartas de Waller más claramente que nunca.

De hecho, mientras el Escuadrón se suaviza bajo los guiones de Taylor, Amanda desaparece para volver con intenciones más oscuras de las manos de Robbie Thompson y Eduardo Pansica. Los planes para acabar con los supers se recrudecen y llegan hasta el paroxismo en sucesivos eventos desde Crisis Oscura, Knight Terrors y finalmente Mundo Bestia (y entre medias, en Planeta Lázaro, le sale un sobrino, Deadeye. Éramos pocos y parió la abuela). Todo apunta hacia un desenlace fatal.

Y este lo tenéis, por fin, entre manos este mes, por obra y gracia de Panini. Un personaje que en España conocimos gracias a Zinco, se asomó en diferentes series de Planeta, pero realmente hemos visto evolucionar gracias a ECC. Si bien los viejunos la recordamos con cierto corazoncito, creo que con Poder Absoluto se acabó la fiesta… aún nos quedará James Gunn y Davis para disfrutarla con esos toques de tierna crueldad.

DC AÑO UNO

Este mes tenemos el primer y el último cómic de una larga, y más cuantiosa de lo que parece, tradición deceíta, los “años uno”. Ya sabemos que DC tiene cierta tendencia a explotar las buenas ideas hasta el hartazgo, pero bueno, mientras sigan saliendo nuevas obrazas, para qué nos vamos a quejar. En este caso se trata de retratar el inicio de la leyenda, del superhéroe, sidekick y hasta villano en cuestión, usándolo para sentar las bases del mismo tras, normalmente, un reinicio editorial.

Lo dicho, la primera la tenemos de vuelta. Frank Miller abrió la veda de manera grandiosa con Batman: Año Uno, publicado en Batman 404-407, de febrero a mayo de 1987 (fecha de portada, llegó a finales de 1986 a las tiendas). Si algún mentecato pensó que El Regreso del Señor de la Noche había sido flor de un día, o incluso que Born Again era ya el culmen (que lo es igualmente), Miller y David Mazzucchelli dejaron a todos boquiabiertos. Me ahorro detalles porque os los hemos dado en la reseña que merece. Pero digamos simple y sinceramente que ya no ha habido un Año Uno igual.

Lo que si hubo es Año Dos. A rebufo del merecido éxito y la constatación de la excelente idea, Mike W. Barr y Alan Davis (que sería substituido por Todd McFarlane) deciden hacer lo propio en Detective Comics #575–578, entre junio y septiembre de 1987. Igualmente lo comentamos hace nada, ya que comparte edición con el primero este Abril. La calidad no llega ni de lejos a las mismas cotas, pero es ciertamente entretenido.

Como el tercer intento, Batman: Año Tres, obra de Marv Wolfman y Pat Broderick, donde hay que admitir que el guionista se luce más que el dibujante. Publicada en 1989, bajo la cabecera de Batman (#436-439), nos narra el primer año del pupilo de Bruce, Dick Grayson aka Robin. En ésta se cruza hábilmente también la línea temporal del momento, dando más fuerza al relato. Y no es que haya querido empezar por las tres del murciélago, es que son realmente las tres primeras.

Porque el siguiente superhéroe en probar las mieles del “año uno” tardaría hasta 1992, y eso que era rápido. The Flash: Year One (publicado en The Flash Vol 2 #62-65), o “Nacido para correr”, es un regalo de Mark Waid, acompañado de Greg LaRocque, a Gustavo su personaje más querido, Wally West. Le sirvió de comienzo para su larga y venerada etapa, ahí es nada.

A partir de aquí la cosa ya no pinta tan bien. Nadie podría esperar que el agraciado a continuación sería nada menos que el Green Lantern más macarra. Guy Gardner: Year One (Guy Gardner #11-14, 1993) se salva de la quema por unos Chuck Dixon y Joe Staton que siempre son, al menos, cumplidores.

Pero es que si las anteriores, especialmente las tres o cuatro primeras, tenían la excusa de recontar orígenes tras las Crisis, llega Hora Zero (a la izquierda. Si, ya he hecho el chiste, pero me encanta) en 1994 y da excusa para que cualquiera haga un Año Uno. De hecho, para qué quedarse cortos; en el verano de 1995 todos los anuales tuvieron un “Year One” del héroe de turno. Eran plenos noventa, no os aconsejo si quiera explorar las portadas para echarles un vistazo. Paso al listado (recordad que los números se refieren a los Annuals)…

Action Comics #7, Adventures of Superman #7, Aquaman (Vol 5) #1 (etapa David, dibujo para arrancarse los ojos), Azrael #1, Batman #19 (origen del espantapájaros por Moench, Dixon ocupará el resto de cabeceras del murciélago para relatar el de otros villanos), Batman: Legends of the Dark Knight #5, Batman: Shadow of the Bat #3, Catwoman (Vol 2) #2 (etapa Balent, infumable), Deathstroke the Terminator #4, Detective Comics #8, Doomsday #1, The Flash (Vol 2) #8 (como Waid había ya narrado el origen de Kid Flash, se le ocurrió contar el de Wally como Flash), Green Arrow (Vol 2) #7, Green Lantern (Vol 3) #4, Guy Gardner: Warrior #1 (¿era necesario otra vez? Spoiler: NO), Hawkman (Vol 3) #2, Justice League America #9, Legionnaires #2, Legion of Super-Heroes (Vol 4) #6, Lobo (Vol 2) #3 (el único que publico Zinco de toda la ristra…), New Titans #11, The Ray (Vol 2) #1 (…junto con éste), Robin (Vol 2) #4, Shadowdragon #1, Steel (Vol 2) #2, Sovereign Seven #1, Spectre (Vol 3) #1 (de Ostrander, que curiosamente se salta la edición de Planeta), Superboy (Vol 4) #2, Superman (Vol 2) #7, Superman: The Man of Steel #4 y Wonder Woman (Vol 2) #4.

¿Pensábais que con este empacho DC tendría suficiente? Ilusos… En 1996 llega Oracle: Year One – Born of Hope, de los creadores del personaje como tal, John Ostrander y Kim Yale, junto a Brian Stelfreeze. Publicado en Batman Chronicles #5, es una obra a reivindicar.

No tanto como JLA: Year One (1998), en la que Mark Waid y Brian Augustyn estiran demasiado el chicle (12 números), mientras que Barry Kitson duele a la vista, para variar. Además, la Liga ya había tenido un Secret Origins que resolvía las incongruencias post Crisis de manera más elegante (para que luego las volviera a destrozar Crisis Infinita).

Por suerte el nivel vuelve gracias a Chuck Dixon, que le cogió el gusto a esto del Año Uno en aquellos anuales, pero sobre todo por sus acompañantes artísticos. Nos referimos a las etapas en las que arremete con la bat-familia, empezando por el primer miembro (aunque ya hubiera tenido su momento en Año Tres). Entre 2000 y 2001 se publica Robin: Año Uno, esa obra de arte de Javier Pulido. A Dixon le acompañaría en los guiones Scott Beatty, como en las dos obras siguientes.

La segunda es la dedicada a Barbara Gordon alias Batgirl. Parece mentira que tuviera un año uno como Oráculo y no como la superheroína que la vio nacer. Batgirl; Año Uno se publicó en 2003 ocupando 9 maravillosas entregas debido al insuperable arte de Marcos Martín y Álvaro López.

Y como no hay dos sin tres, en 2005 llega Nightwing: Año Uno. En este caso la pareja de guionistas aprovecha su etapa en la cabecera (Nightwing #101-106) para repetir protagonista, Dick Grayson, pero no héroe. El dibujo no llega a las cotas de los anteriores, pero Scott McDaniel ya está irremediablemente unido al personaje para los fans de la editorial.

Posteriormente nos encontramos dos nuevos experimentos con villanos del caballero oscuro. Con equipos artísticos de lujo llegarían en el verano de 2005 Year One: Batman/Ra’s al Ghul de Devin Grayson y Paul Gulacy, y Year One: Batman/Scarecrow de Bruce Jones y Sean Murphy. Ojalá verlas por estos lares.

El que si nos llegó y disfrutamos es esa bizarra variante del modelo, aunque por supuesto relacionada con nuestro hombre murciélago, titulada «Batman: Año 100«. Una mini de 4 números, publicada en 2006, escrita y dibujada por el apabullante Paul Pope. Es un Otros Mundos del futuro que no se debería perder nadie, especialmente los fans de Batman.

Entre medias llegó Crisis Infinita, y como tenemos nuevo reinicio (o algo así), pues excusa suficiente para reavivar la moda de los años uno. Además que se aprovecha bastante para salir por fin del universo batmaníaco.

Empezamos por un pelotazo considerable que ha tenido más de una reedición. El interesante Green Arrow: Año Uno, una miniserie de seis números publicada en 2007 por Andy Diggle y Jock. El origen de Oliver Queen es modernizado, que buena falta le hacía, con un buen puñado de ideas novedosas y un dibujo de lujo.

El que no estuvo tan acertado es Dan Jurgens con Metamorpho: Year One, miniserie quincenal publicada entre 2007 y 2008. Otra oportunidad perdida con un personaje que constantemente ha merecido más. Como diría Gustavo, lo mejor son las estilosas portadas del siempre elegante Kevin Knowlan.

Durante ese 2008 habría un festival de años uno entre lo aceptable y lo muy justito. Empezando por un Teen Titans: Year One por Amy Wolfram y Karl Kerschl, pasando por Two-Face: Year One de Mark Sable y nuestro querido Jesus Saiz y acabando por Huntress: Year One de unos prácticamente desconocidos Ivory Madison y Cliff Richards. Bueno, habría algo más ese año, pero no sé si considerar el Ambush Bug: Year None parte de la tradición, como toda buena gamberrada de Keith Giffen.

Y justo antes de la bocina de Flashpoint, en 2009, se nos colaría Black Lightning: Year One. Una mini algo olvidable de Jen Van Meter y Cully Hamner. En fin, eso, llega nuevo reinicio y, por supuesto, habemus nueva oportunidad para el dichoso título.

Aunque el primero en probar, con Batman ¡cómo no!, lo cambia por Zero Year. Efectivamente, hablamos de la etapa de los N52 capitaneada por Scott Snyder y Greg Capullo, durante los números #21-33 de Batman (Vol 2). Entre agosto de 2013 y septiembre de 2014, el equipo artístico reformuló, más que al murciélago, al Acertijo, que adquiriría desde entonces una importancia nunca vista en el universo del detective.

La siguiente, muy merecida, sería la nueva Wonder Woman. En este curioso caso, pese haber disfrutado de un muy arriesgado nuevo origen en los N52, se hace lo contrario en modo back to basics. Pero si lo hace un enamorado del personaje como Greg Rucka y lo dibuja un entregado Nicola Scott, chitón. Wonder Woman: Año Uno lo disfrutamos en el quinto volumen de su serie regular a partir de 2016, entre los números 2 y 14.

Y ya que estamos con la Trinidad, parece que había un gran olvidado en esta liturgia. Sin embargo, el encargado de rescatar al Hombre de Acero en 2019 fue un Frank Miller muy, pero que muy, alejado de su esplendor y un John Romita Jr. muy alejado de las proporciones infantiles. El resultado es el polémico Superman: Año Uno que terminaría clasificándose en Otros Mundos (Millerworld) dentro del sello Black Label.

Otros intentos poco destacables de Tierra Prima serían el Flash: Año Uno, perpetrado por Joshua Williamson y Howard Porter durante The Flash (Vol 5) #70-75 en 2019 (que curiosamente era el primero dedicado a Barry Allen). Y el Deathstroke: Year One, que desgraciadamente no nos llegó durante la etapa de Priest, sino la de Ed Brisson y Dexter Soy, en Deathstroke Inc. #10-15 (2022).

Vuelven la calidad y las buenas ideas por la puerta grande con Gotham City: Year One. Interesantísima vuelta de tuerca de los mitos fundacionales de Batman a través de sus padres y un Dashielliano Slam Bradley. Nos llegó como maná del cielo en 2022 de la mano de un inspirado Tom King y un apoteósico Phil Hester.

También en 2022, el excéntrico y polivalente (y algo histriónico si me lo permiten los aficionados al cine) Paul Dano se lanzaría al ruedo comiquero con otro Año Uno. Por supuesto, el del personaje que lo había encumbrado en el mundo superheroico; El Acertijo: Año Uno fue uno de los últimos lanzamientos Black Label. No lo haría mal el actor, pero mucho mérito se lo debemos a su pareja artística, Stevan Subic.

El último intento de Año Uno en una serie regular hay que agradecérselo(?) a un desconocido Chip Zdarsky y sus compañeros de fatigas Giuseppe Camuncoli y Andrea Sorrentino. Hablamos de la saga Joker: Año Uno, durante los Batman (Vol 3) #142-144 del año pasado, innecesaria nueva versión del origen del príncipe del crimen.

Y ahora sí, si obviamos Little Batman: Month One (minisecuela de la minusvalorada película Merry Little Batman), llegamos a la última de la lista, que curiosamente también nos llega este mes. Batman & Robin: Year One promete calidad a raudales de la mano de un especialista en estas lides, y actual arquitecto del Universo DC, Mark Waid y el siempre fabuloso, estiloso y lo que le eches, Chris Samnee.

Ya, yo tampoco esperaba cuatro folios de Año Uno, así es la vida del redactor de Zona Negativa. Aún recuerdo mi primer año en la redacción, todo empezó cuando…

ANIVERSARIOS

20 AÑOS DE BATMAN: EL HOMBRE QUE RÍE

Batman y el Joker, vida y muerte, el murciélago y el payaso.

Mucho se ha escrito sobre ellos, y se seguirá haciendo. No pueden vivir el uno sin el otro, y así lo demuestra la propia DC, contando siempre nuevas historias y recontando sus orígenes una y otra vez.

Se cumplen veinte años de una obra que salió meses antes del estreno de Batman Begins, cuya magnitud generó una nueva «Batmanía» que perdura hasta nuestros días. Aunque iba por otros derroteros, la obra de la que vamos a hablar era perfecta para despertar el interés y conocer más al personaje. Se trata de Batman: El Hombre que Ríe, de Ed Brubaker y Doug Mahnke.

Como no podía ser de otra manera, estamos aquí, en esta fecha tan especial, para celebrar esta efeméride y hablar un poco de esta obra tan particular. Sin más dilación, comenzamos.

Brubaker, que ya había dejado DC y se encontraba escribiendo su laureada etapa en Capitán América, nos dejó varias historias memorables con el Cruzado de la Capa en Detective Comics y Gotham Central. En esta última trabajó junto a Greg Rucka, con quien se coordinaban a la perfección para plasmar ese ambiente de género negro y bajos fondos que tan bien le sienta a Gotham.
En este cómic —de mayor extensión que una grapa habitual— se nos relata otra vez el primer encuentro entre Batman y el Joker. Esta vez, sin la presencia del Chico Maravilla y con James Gordon como narrador en voz en off.

A través de sus pensamientos, vemos cómo Gotham está cambiando desde la aparición de Batman, volviéndose una ciudad más tenebrosa y peligrosa, con asesinatos macabros, experimentaciones y situaciones que sobrepasan el control de la policía. Gordon, al límite de sus fuerzas, es retratado magistralmente por Brubaker, quien demuestra gran comodidad escribiendo al personaje tras varios años de experiencia con él.

En cuanto a Batman, aquí lo vemos desarrollar sus dotes de detective, forjando una amistad eterna con Jim Gordon y usando sus famosos disfraces para pasar desapercibido, como su identidad de Cerillas Malone, un bonito guiño al Batman clásico. Gracias a esto, puede investigar más a fondo los escenarios del crimen sin exponerse, lo que le da al personaje múltiples facetas más allá de su papel como el vengador nocturno de Gotham.

Brubaker aprovecha esta historia de origen para mostrarnos qué hace tan especiales a Jim Gordon y a Bruce/Batman, además de mostrar la transformación de Gotham en una ciudad decadente, recuperando viejas señas de identidad de los personajes. También nos presenta a un Joker que es una mezcla del clásico químico en apariencia y del asesino de masas trastornado e impredecible en el que se convertirá después. Mahnke enfatiza la sed de sangre y la perturbación del Joker con imágenes escalofriantes y grotescas cada vez que aparece o se descubre un cadáver envenenado con su toxina.

Ambos autores modernizan Batman #1, la primera aparición del Joker, rindiéndole homenaje con una estructura similar: los primeros asesinatos, la advertencia en televisión -en lugar de radiofónica-, la búsqueda del asesino y, finalmente, el inevitable primer enfrentamiento entre Batman y su némesis. Un encuentro que sellará para siempre su destino en un caótico baile sin fin…

Un trío de personajes con matices profundos y fascinantes, ideales para atraer la atención de nuevos lectores o como a aquellos que aún no los conocen en profundidad. Y aunque esta historia ha sido contada innumerables veces, nunca pierde su relevancia, sobre todo si está en manos de talentos como Brubaker y Mahnke

origen Batseñal


China Mieville (Premio Locus, Premio Arthur C. Clarke, Premio Británico de Fantasía) es un novelista de ciencia ficción, embrancado en lo que se llama Weird Fantasy. De origen londinense el autor está desarrollando una sólida carrera como escritor con auténticas joyas mestizas del género. Se caracteriza por mezclar géneros y dotar a sus obras de una prosa intensa, poderosa, exigente y adictiva. Ha sido referenciado por escritores de la talla de Gaiman o LeGuin.

Como muchos de los autores de fantasy actual, tiene relación con los tebeos. No en vano, se acaba de publicar en castellano y catalán su novela con Keanu Reeves ampliando el universo de Brzrkr, uno de los Best-Sellers más violentos de los últimos años en el mundo del comic coescrito con Matt Kindt y dibujado por Ron Garney.

Además, Mieville guionizó una de las colecciones más locas, experimentales y magnéticas de DC de los últimos años, Dial H. Una serie en la que realizó un despliegue de ideas y conceptos originales que supuso llevar al género hasta el límite.

Pero hoy queremos hablar de una novela de Mieville, una de las mejores, una novela que sin tener nada que ver con los tebeos, puede llamar la atención del lector decéita.

The City and The City (premio Locus) es una novela con una historia policiaca que pasa en una doble ciudad-estado inventada. La trama es más o menos convencional, un policía investiga un asesinato. Perdón, la trama es MUY convencional, pero es una mera excusa para pasear por las ciudades hermanas: Beszl y Ul Qoma.

Dos ciudades estado, dos ciudades ficticias (como muchas las del universo DC). Mieville, no solo se inventa dos ciudades, si no que les da idioma propio, historia, cultura, gastronomía, calles, jerga, normativa municipal … es una novela exigente pero cuando entras es un puto tobogán, un homenaje a la creatividad, a la imaginación, a la creación pura, un ejercicio soberbio de fantasía, una ruta turística por las callejuelas de una mente prodigiosa…

La investigación que seguimos está intrincada con las características de ambas ciudades, de su relación y de la misteriosa entidad neutral: La Ruptura. Mieville no se hace nada tedioso al remarcar constantemente los hechos diferenciales de ambas culturas urbanas. El viaje es estimulante, adictivo e intenso. El ritmo de la narración nos hace cabalgar por una ruta fantasiosa y realísticamente verosímil

Si entre tanto tebeo tenéis tiempo, dadle una oportunidad.

DESTACADO…ABSOLUTE POWER
(G): Mark Waid.
(D): Dan Mora.

Nuestra recomendada especial es un buen cómic, un muy buen cómic del mes, pero no el mejor cómic (dejando gustos aparte). Sin embargo, evidencia y es el santo y seña del aterrizaje del plan editorial de Panini y ha sido presentado en el flamante 43 Comic Barcelona.

El evento Absolute Power es el eje indispensable sobre el que pivota la continuidad de DC en esta época que nos ha tocado vivir. Es el cruce entre lo que venía publicando ECC (la iniciativa Amanecer DC) y las dos nuevas vías: All In (continuidad) y Absolute (una nueva línea muy jugosa con revisiones de los personajes).

DC All In no es un reinicio al uso, es el punto culminante de la DC de Marie Javins. La hora de la verdad una DC que según autores, lectores y críticos se encuentra en un gran momento (siempre hay alguna pega, pero si no esto no sería el sector del cómic)

MAGAZINE DC

Mark Waid fue clave en Dawn. Poder Absoluto nos da pistas de lo que nos vamos a encontrar y es que el evento está fuertemente vinculado a la continuidad. Hay series de Amanecer y hechos de la miniserie que no se entienden sin una lectura ordenada.

Es cierto que quedan tramas importantes previas pendientes de publicar, pero Panini ha hecho lo que tiene que hacer y ponerse las pilas para cuadrar continuidades y superar el gigantesco gap que hay entre la publicación USA y la del lectorus ibéricus.

Más allá de su importancia editorial, más allá de su situación cronológico-estratégica, es un muy buen cómic. Waid sabe usar los personajes manteniendo su esencia. Son reconocibles. Además, la trama es adictiva y sin abusar del cliffhanger baratero el guionista de World’s Finest aprovecha para hacer limpia de personajes y líneas.

Cierto es que hay algunos lectores que son críticos con el punto al que llevan a Waller, que siempre estuvo en esa línea ambigua, pero (da para debate) es coherente con el personaje. Otra cosa es en que bando la queremos.

Además como evento, es importante pero no cósmico, es mucho más terrenal, humano… y político, con un claro subtexto vinculado a la actualidad americana. Sí, hablamos de Trump.

Eventazo espectacular por muchos motivos. Es una delicia como Waid, como buen jornalero de la continuidad recoge la semilla de los que ha ido publicando DC en los dos últimos años. La Soñadora, Failsafe, Nakamura, Brainiac, Green Arrow… no inventa nada, no deja nada al azar. Todas las piezas importan, todas las piezas suman.

El evento funciona como un reloj y Waid doma a los personajes sin dejar que algunos se coman el guion ni que otros queden desdibujados. No todos pueden tener el protagonismo que nos gustaría.

magazine

La trama cabalga imparable en una historia que es pura esencia superheroica con la dosis justa de modernidad y clasicismo. Una obra de artesanía, delicada y explosiva, que dosifica los puntos fuertes y los momentos impactantes de manera equilibrada.

Acompaña a Waid su colega en World’s Finests, Dan Mora. El costarricencse es tan espectacular como eficiente. Al igual que Waid su dibujo es la síntesis perfecta de modernidad y tradición. De narrativa clara, cómoda, dinámica… sabe dar la intensidad necesaria para que el guion se muestre en su esplendor.

En conclusión, es un placer contar con un evento eficaz, bien escrito, bien dibujado, a la altura de la relevancia que debe tener dentro de su género publicado de forma unitaria y a un precio imparable.

Más no podemos pedir dadas las circunstancias.

Nos vemos en 30 días en un nuevo Magazine DC y disfrutar del mes de abril.

Os dejamos con unos minutillos musicales donde encontraréis a nuestro autor de este mes, dentro vídeo.