'Kill', la gloriosa carnicería que desmonta los prejuicios hacia Bollywood a base de sangre, épica y hostias como panes

Entre los años 2020 y 2021, cuando aún estábamos sumidos en el punto álgido de la pandemia de Coronavirus que ya parece un mal sueño perdido en el tiempo, los astros —y el talento— se alinearon para que la industria cinematográfica y televisiva surcoreana diese el salto definitivo a la cultura popular "occidental" —nótese el entrecomillado por el reduccionismo geográfico del término— tras años de reivindicaciones por parte de propios y extraños. Fuimos muchos los que, antes del triunfo arrollador de 'Parásitos' en los Oscars y de que 'El juego del calamar' se convirtiese en un fenómeno de masas mundial, habíamos proclamado a los cuatro vientos las bondades audiovisuales de Corea del Sur. Ahora, un lustro más tarde del boom, los últimos movimientos invitan a pensar que está a punto de ocurrir algo muy similar con las producciones de una Bollywood cuyo impepinable atractivo continúa sepultado por prejuicios y tópicos infundados. A pesar de que la genial 'RRR' guiñó un ojo a los espectadores de fuera de India, llegando a levantar el Oscar a la mejor canción original y ocupando buena parte de la conversación fílmica de la temporada, el cine del país asiático permanece proyectado para un público de nicho que se entrega a sus placeres sin dudarlo mientras que el grueso de audiencia potencial continúa pensando en él como un compendio de bailes, exageraciones sin sentido, tramas novelescas y duraciones excesivas. Extraños (a hostias) en un tren Pero el pasado 2023, el cineasta Nikhil Bhat demostró que Bollywood puede ser mucho, pero que mucho más que eso con 'Kill': una barbaridad que en poco más de 90 minutos se alinea con algunos de los grandes referentes del cine de acción y artes marciales modernos como la quintaesencial joya indonesia 'The Raid' y su secuela 'Berandal', embotellando el relato en un único espacio que concentra una carnicería tan salvaje como entretenida. Bhat, que hace doblete como director y guionista, nos embarca en un tren a Nueva Delhi para desarrollar una historia en la que dos comandos del ejército se enfrentan a un grupo de atracadores. Un planteamiento que, como se puede intuir, no inventa precisamente la rueda y que se presenta salpimentado con una pizca de intriga y melodrama marca de la casa —muy dosificado, todo sea dicho—, pero en el que los tortazos de cinco tenedores son el ingrediente principal. Porque, como es evidente, si elegimos ver una cinta que se titula 'Kill' es para poder disfrutar de una buena dosis de muerte, destrucción y adrenalina en estado puro y, en esto, el filme no escatima una vez superado su fugaz primer acto. Una toma de contacto que dibuja a toda velocidad a los protagonistas y sus conflictos para abrir paso a unos combates brutales que, curiosamente —o no— están firmados por especialistas de Corea del Sur. He de confesar que, estando totalmente curado de espanto a estas alturas de la vida, lo que más se me ha quedado grabado a fuego de este actioner sin tregua son sus altísimos niveles de violencia explícita, que llegan a rivalizar con las salvajadas propias del más turbio de los slashers con las que nos deleitó Timo Tjahjanto en su gloriosa 'The Night Comes for Us'. Pero una vez te insensibilizas al gore y a los tronchantes disparates que se suceden en pantalla, puedes empezar a paladear las muchas virtudes que convierten a 'Kill' en un imprescindible para amantes del género. Estas empiezan por un tratamiento visual interesantísimo que destaca por su particular y consecuente evolución. Los primeros compases están marcados por un look limpio, plano y casi televisivo para progresar exponencialmente hasta transformarse en una locura hipercontrastada, sucia y engalanada por unos juegos de color y textura que se alinean con el estado mental del héroe y su arco dramático. Igualmente trabajado está el trabajo de planificación y puesta en escena, que aprovecha hasta el último centímetro del tren, construido en un set de rodaje para la ocasión, y que permite al equipo desenvolverse en el espacio con mayor soltura al poder desplazar paredes y modificar las estancias; algo que no está reñido en absoluto con una cercanía a la acción constante y muy efectiva. La cámara se empeña en posicionarse encima de los actores constantemente, exprimiendo los grandes angulares para meternos de lleno en los combates cuerpo a cuerpo —tremendo el juego con las armas blancas y los objetos contundentes—, aportando un extra de agobio y claustrofobia y haciéndolo todo aún más visceral. El trabajo, salvando algún plano anecdótico con VFX del exterior, es poco menos que impecable. Por otro lado, aunque los personajes no dejen de ser arquetipos creados a brochazos demasiado gruesos, 'Kill' sorprende de igual modo, haciendo gala de una valentía inusitada a la hora de tomar decisiones de esas que dejan con la mandíbula desencajada. De hecho, que el título aparezca s

Mar 16, 2025 - 19:20
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'Kill', la gloriosa carnicería que desmonta los prejuicios hacia Bollywood a base de sangre, épica y hostias como panes

'Kill', la gloriosa carnicería que desmonta los prejuicios hacia Bollywood a base de sangre, épica y hostias como panes

Entre los años 2020 y 2021, cuando aún estábamos sumidos en el punto álgido de la pandemia de Coronavirus que ya parece un mal sueño perdido en el tiempo, los astros —y el talento— se alinearon para que la industria cinematográfica y televisiva surcoreana diese el salto definitivo a la cultura popular "occidental" —nótese el entrecomillado por el reduccionismo geográfico del término— tras años de reivindicaciones por parte de propios y extraños.

Fuimos muchos los que, antes del triunfo arrollador de 'Parásitos' en los Oscars y de que 'El juego del calamar' se convirtiese en un fenómeno de masas mundial, habíamos proclamado a los cuatro vientos las bondades audiovisuales de Corea del Sur. Ahora, un lustro más tarde del boom, los últimos movimientos invitan a pensar que está a punto de ocurrir algo muy similar con las producciones de una Bollywood cuyo impepinable atractivo continúa sepultado por prejuicios y tópicos infundados.

A pesar de que la genial 'RRR' guiñó un ojo a los espectadores de fuera de India, llegando a levantar el Oscar a la mejor canción original y ocupando buena parte de la conversación fílmica de la temporada, el cine del país asiático permanece proyectado para un público de nicho que se entrega a sus placeres sin dudarlo mientras que el grueso de audiencia potencial continúa pensando en él como un compendio de bailes, exageraciones sin sentido, tramas novelescas y duraciones excesivas.

Extraños (a hostias) en un tren

Pero el pasado 2023, el cineasta Nikhil Bhat demostró que Bollywood puede ser mucho, pero que mucho más que eso con 'Kill': una barbaridad que en poco más de 90 minutos se alinea con algunos de los grandes referentes del cine de acción y artes marciales modernos como la quintaesencial joya indonesia 'The Raid' y su secuela 'Berandal', embotellando el relato en un único espacio que concentra una carnicería tan salvaje como entretenida.

Bhat, que hace doblete como director y guionista, nos embarca en un tren a Nueva Delhi para desarrollar una historia en la que dos comandos del ejército se enfrentan a un grupo de atracadores. Un planteamiento que, como se puede intuir, no inventa precisamente la rueda y que se presenta salpimentado con una pizca de intriga y melodrama marca de la casa —muy dosificado, todo sea dicho—, pero en el que los tortazos de cinco tenedores son el ingrediente principal.

Porque, como es evidente, si elegimos ver una cinta que se titula 'Kill' es para poder disfrutar de una buena dosis de muerte, destrucción y adrenalina en estado puro y, en esto, el filme no escatima una vez superado su fugaz primer acto. Una toma de contacto que dibuja a toda velocidad a los protagonistas y sus conflictos para abrir paso a unos combates brutales que, curiosamente —o no— están firmados por especialistas de Corea del Sur.

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He de confesar que, estando totalmente curado de espanto a estas alturas de la vida, lo que más se me ha quedado grabado a fuego de este actioner sin tregua son sus altísimos niveles de violencia explícita, que llegan a rivalizar con las salvajadas propias del más turbio de los slashers con las que nos deleitó Timo Tjahjanto en su gloriosa 'The Night Comes for Us'. Pero una vez te insensibilizas al gore y a los tronchantes disparates que se suceden en pantalla, puedes empezar a paladear las muchas virtudes que convierten a 'Kill' en un imprescindible para amantes del género.

Estas empiezan por un tratamiento visual interesantísimo que destaca por su particular y consecuente evolución. Los primeros compases están marcados por un look limpio, plano y casi televisivo para progresar exponencialmente hasta transformarse en una locura hipercontrastada, sucia y engalanada por unos juegos de color y textura que se alinean con el estado mental del héroe y su arco dramático.

Igualmente trabajado está el trabajo de planificación y puesta en escena, que aprovecha hasta el último centímetro del tren, construido en un set de rodaje para la ocasión, y que permite al equipo desenvolverse en el espacio con mayor soltura al poder desplazar paredes y modificar las estancias; algo que no está reñido en absoluto con una cercanía a la acción constante y muy efectiva.

asf

La cámara se empeña en posicionarse encima de los actores constantemente, exprimiendo los grandes angulares para meternos de lleno en los combates cuerpo a cuerpo —tremendo el juego con las armas blancas y los objetos contundentes—, aportando un extra de agobio y claustrofobia y haciéndolo todo aún más visceral. El trabajo, salvando algún plano anecdótico con VFX del exterior, es poco menos que impecable.

Por otro lado, aunque los personajes no dejen de ser arquetipos creados a brochazos demasiado gruesos, 'Kill' sorprende de igual modo, haciendo gala de una valentía inusitada a la hora de tomar decisiones de esas que dejan con la mandíbula desencajada. De hecho, que el título aparezca sobreimpreso en pantalla a los 45 minutos, rondando el ecuador del metraje, es buena seña de que se están tomando riesgos y de estar ante un producto muy, pero que muy especial.

'Kill' es entretenimiento en estado puro. Una escalada de violencia progresiva en la que cada pelea y cada muerte están justificadas a nivel emocional y que te mantiene sentado al borde del asiento pegándole voces a la pantalla, riendo nerviosamente y aplaudiendo al festín de hemoglobina y épica que nos acerca un poquito más a Bollywood mientras esperamos su 'Parásitos' particular.

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La noticia 'Kill', la gloriosa carnicería que desmonta los prejuicios hacia Bollywood a base de sangre, épica y hostias como panes fue publicada originalmente en Espinof por Víctor López G. .