Desgarradora despedida a Íñigo, fallecido con tan solo 20 años: «Era muy querido»
Un suceso que deja huella. La muerte de una persona joven siempre golpea con una fuerza difícil de explicar. Es como si el tiempo se detuviera de forma abrupta, dejando en el aire promesas, sueños y futuros que ya no serán. La pérdida no solo sacude a las familias, también hiere profundamente a comunidades enteras, ... Leer más

Un suceso que deja huella.
La muerte de una persona joven siempre golpea con una fuerza difícil de explicar. Es como si el tiempo se detuviera de forma abrupta, dejando en el aire promesas, sueños y futuros que ya no serán. La pérdida no solo sacude a las familias, también hiere profundamente a comunidades enteras, sobre todo cuando se trata de alguien tan querido como Íñigo García Paredes.
La tarde del domingo, Íñigo falleció tras sufrir una salida de vía en la carretera NA-6007, a la altura del kilómetro 2,6, en el término municipal de Beriáin. El Centro de Gestión de Emergencias de SOS Navarra 112 recibió el aviso a las 18:03 horas, y movilizó al lugar a bomberos del parque de Cordovilla, una ambulancia medicalizada y patrullas de Seguridad Vial de la Policía Foral.
Los servicios de emergencia acudieron con rapidez, pero nada pudieron hacer por salvar su vida. Íñigo, de solo 20 años, era el único ocupante del vehículo y falleció en el acto. Su cuerpo será trasladado al Instituto Navarro de Medicina Legal para la realización de la autopsia correspondiente.
Tragedia en la carretera.
Mientras se gestionaba la emergencia, patrullas de Tráfico de la Policía Foral se encargaron de regular la circulación en la zona. La Brigada de Atestados de la comisaría de Pamplona instruye ahora las diligencias del siniestro, tratando de esclarecer las circunstancias de lo ocurrido.
Intervenimos la tarde del #domingo en la NA-6009 en #Beriáin tras una salida de vía
Conductor y único ocupante, fallecido#ParqueCordovilla#J22#SVA@policiaforal_na pic.twitter.com/RRXivI112a
— Bomberos y Bomberas – Suhiltzaileak (@bomberos_na) April 6, 2025
Pero más allá de los informes técnicos y los procedimientos, queda el vacío humano. Las lágrimas y abrazos entre quienes le querían hablaban por sí solos. En pocos minutos, el nombre de Íñigo llenó las conversaciones de Beriáin, teñidas de incredulidad y tristeza. Era alguien cercano, de los que dejan huella sin hacer ruido.
Su historia con el Club de Fútbol Beriáin comenzó a los seis años, jugando a fútbol sala. Creció con el equipo, pasó por las categorías inferiores y dejó el juvenil de Segunda hace apenas dos temporadas. Aunque ya no jugaba, su presencia seguía siendo habitual en los partidos del equipo de Preferente.
Una vida profundamente arraigada.
“Era un chaval muy querido, siempre dispuesto a ayudar, muy futbolero. No se perdía un partido de Osasuna y fue con su cuadrilla a la final de Copa en La Cartuja”, contaban desde el club con emoción. Su compromiso no solo era deportivo, también emocional. Su pasión por el fútbol era solo una parte de lo que lo hacía especial para los suyos.
Accidente mortal en #Beriain (NA6009)salida de vía y fallecimiento del joven conductor de 20 años.#Atestados investiga causas#SeguridadVial @bomberos_na @salud_na pic.twitter.com/tN3v3E2Kyx
— Policía Foral – Foruzaingoa (@policiaforal_na) April 6, 2025
Desde la entidad deportiva no tardaron en manifestar su dolor. “Nos ha dejado helados, todo el pueblo lo siente”, compartían públicamente. Y es que Íñigo era de esas personas que generan afecto sin esfuerzo, que con su sola presencia aportaban energía y calidez a su entorno.
El alcalde de Beriáin también quiso expresar su pesar. Definió a Íñigo como un joven “muy implicado en la vida del pueblo”, perteneciente a una familia “muy conocida y apreciada”. Esas palabras resumen el impacto de su partida: no solo se pierde a una persona, se resiente el tejido emocional de una comunidad.
La memoria que no se apaga.
Ahora, mientras se repasan los momentos compartidos y se buscan respuestas imposibles, Beriáin permanece en silencio. Un silencio que grita la ausencia de Íñigo, pero también la fuerza de su recuerdo. Su historia, interrumpida demasiado pronto, seguirá viva en quienes lo conocieron.
Porque hay personas cuya presencia no se mide en años, sino en lo mucho que supieron dar en cada instante. Íñigo fue una de ellas. Y aunque su marcha deja una herida profunda, su memoria ya forma parte de la identidad de un pueblo que nunca lo olvidará.