Adiós al minimalismo, hola al desorden intencional: así es el Cluttercore, el estilo que reina en 2025

Hasta que llegó la pandemia, parecía que el panorama del mundo de la decoración se rendía a los pies del minimalismo más exacerbado. Líneas rectas, colores claros, diseños inspirados en la naturaleza que transmitían calma y relax... El beige y el blanco campaban a sus anchas, y las estancias tenían que tener un orden casi enfermizo, renegando de los objetos decorativos y de los recuerdos familiares en post de la limpieza visual y de unos interiores sin personalidad que igual podían estar en Estocolmo que en Nueva York.  Nada podía entorpecer ese minimalismo que hacía las delicias de organizadores profesionales como Marie Kondo que propugnaban deshacerse de todo lo que era necesario. Pero tras el final de la pandemia, la cosa (para alegría de muchos, entre los que me encuentro), la cosa ha cambiado. El color ha vuelto con fuerza, y esa sensación de orden absoluto se ha difuminado para permitir la vuelta de habitaciones repletas de objetos hasta el último rincón. En Decoesfera Tete Sanz, experta en lámparas: "Para decorar el salón hay que usar la iluminación por capas para mejorar la calidez y el confort" Basta con echar un vistazo a las redes sociales para comprobar que hay habitaciones en las que hay objetos a explotar. Y esa tendencia que vuelve con fuerza, tiene un nombre. Se llama Cluttercore, o desorden intencional. ¿Qué es el desorden intencional? A primera vista, y sobre todo, si eres amante del minimalismo, esta tendencia puede parecerte abrumadora para vivir. Pero para muchos, esta tendencia que realmente nunca se fue, tiene algo de fascinante e incluso de hipnótico. Realmente, no se trata de acumular por acumular, ni tampoco estamos hablando del desorden habitual. Esta tendencia apuesta por crear espacios cálidos y vividos, en los que cada pieza tenga un significado. Esto, nos permite personalizar al máximo las casas al crear colecciones con objetos de arte, piezas vintage o artículos de artesanía, expuestas de una forma desenfada para dar ese je ne sais quoi francés que tanto nos gusta. Y además, a los amantes del diseño y de las cosas bonitas nos permite seguir acumulando piezas vintage o esos objetos de artesanía que nos gusta comprar en los viajes. Algo que en el minimalismo, es prácticamente impensable. El interiorista Guille García-Hoz es un fiel defensor de las casas con personalidad. "Nunca he entendido el minimalismo demasiado. Creo que los espacios te abrazan, las cosas me rodean, me cuentan historias, y un espacio vacío con unos acabados muy sofisticados y una iluminación muy sinuosa, me deja un poco frío. Yo me creo las casas vividas, son casas que te acogen, que te invitan a pasar", nos cuenta en conversación telefónica. Culto a los objetos Frente a las tendencias anteriores que habían barrido los objetos decorativos de las viviendas en aras de la limpieza visual y de la funcionalidad a la hora de limpiar, esta tendencia está marcada por el amor por los objetos, llevando el maximalismo al extremo. Para Israel Sánchez, interiorista y organizador de eventos, el Cluttercore es una respuesta a la uniformidad en el mundo del diseño y el interiorismo. "Hasta no hace mucho parecía que las casas debían ser todas iguales, con tonos neutros y líneas limpias. Este estilo, que nunca se ha ido del todo, busca personalizar y devolverle el valor a objetos antiguos, o a piezas artesanas que nos permiten que los interiores tengan carácter". El resultado son interiores mucho más auténticos y menos calculados, dentro de un caos totalmente controlado en el que las piezas diferentes cobran todo el protagonismo. Esa tendencia, está llevando a que piezas vintage que todos teníamos en casa de nuestros padres se hayan puesto de moda y se vendan en tiendas y en plataformas de venta de segunda mano online como si fueran auténticos tesoros. En Decoesfera Este objeto decorativo retro que todos teníamos cuando éramos niños hoy vale una fortuna Esta tendencia combina la necesidad de acumular cosas bonitas. Es como si frente a un mundo caótico y al borde del cataclismo, en casa nos gustara tener objetos que nos hacen felices para crear un micro mundo confortable y seguro. Y en parte, esto tiene éxito porque también nos gusta poseer objetos que nos recuerdan momentos en los que fuimos felices, ya sea en un viaje, o a través de un juego de café que era de nuestra abuela. La casa de José Santamaría es un pequeño museo / Nacho Viñau José Santamaría, de Calzados Franjul y vicepresidente de la Asociación del Sector Nupcial de Madrid, vive desde hace años en una casa en el Barrio de las Letras de Madrid que podría inscribirse en esta tendencia. En conversación telefónica, Santamaría nos cuenta que "una casa tiene que tener vida y contener y mostrar las vivencias de cada familia, de cada pareja, de cada per

Apr 8, 2025 - 08:36
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Adiós al minimalismo, hola al desorden intencional: así es el Cluttercore, el estilo que reina en 2025

Adiós al minimalismo, hola al desorden intencional: así es el Cluttercore, el estilo que reina en 2025

Hasta que llegó la pandemia, parecía que el panorama del mundo de la decoración se rendía a los pies del minimalismo más exacerbado. Líneas rectas, colores claros, diseños inspirados en la naturaleza que transmitían calma y relax... El beige y el blanco campaban a sus anchas, y las estancias tenían que tener un orden casi enfermizo, renegando de los objetos decorativos y de los recuerdos familiares en post de la limpieza visual y de unos interiores sin personalidad que igual podían estar en Estocolmo que en Nueva York. 

Nada podía entorpecer ese minimalismo que hacía las delicias de organizadores profesionales como Marie Kondo que propugnaban deshacerse de todo lo que era necesario. Pero tras el final de la pandemia, la cosa (para alegría de muchos, entre los que me encuentro), la cosa ha cambiado. El color ha vuelto con fuerza, y esa sensación de orden absoluto se ha difuminado para permitir la vuelta de habitaciones repletas de objetos hasta el último rincón.

Basta con echar un vistazo a las redes sociales para comprobar que hay habitaciones en las que hay objetos a explotar. Y esa tendencia que vuelve con fuerza, tiene un nombre. Se llama Cluttercore, o desorden intencional.

¿Qué es el desorden intencional?

A primera vista, y sobre todo, si eres amante del minimalismo, esta tendencia puede parecerte abrumadora para vivir. Pero para muchos, esta tendencia que realmente nunca se fue, tiene algo de fascinante e incluso de hipnótico. Realmente, no se trata de acumular por acumular, ni tampoco estamos hablando del desorden habitual.

Esta tendencia apuesta por crear espacios cálidos y vividos, en los que cada pieza tenga un significado. Esto, nos permite personalizar al máximo las casas al crear colecciones con objetos de arte, piezas vintage o artículos de artesanía, expuestas de una forma desenfada para dar ese je ne sais quoi francés que tanto nos gusta.

Y además, a los amantes del diseño y de las cosas bonitas nos permite seguir acumulando piezas vintage o esos objetos de artesanía que nos gusta comprar en los viajes. Algo que en el minimalismo, es prácticamente impensable.

El interiorista Guille García-Hoz es un fiel defensor de las casas con personalidad. "Nunca he entendido el minimalismo demasiado. Creo que los espacios te abrazan, las cosas me rodean, me cuentan historias, y un espacio vacío con unos acabados muy sofisticados y una iluminación muy sinuosa, me deja un poco frío. Yo me creo las casas vividas, son casas que te acogen, que te invitan a pasar", nos cuenta en conversación telefónica.

Culto a los objetos

Frente a las tendencias anteriores que habían barrido los objetos decorativos de las viviendas en aras de la limpieza visual y de la funcionalidad a la hora de limpiar, esta tendencia está marcada por el amor por los objetos, llevando el maximalismo al extremo.

Para Israel Sánchez, interiorista y organizador de eventos, el Cluttercore es una respuesta a la uniformidad en el mundo del diseño y el interiorismo. "Hasta no hace mucho parecía que las casas debían ser todas iguales, con tonos neutros y líneas limpias. Este estilo, que nunca se ha ido del todo, busca personalizar y devolverle el valor a objetos antiguos, o a piezas artesanas que nos permiten que los interiores tengan carácter".

El resultado son interiores mucho más auténticos y menos calculados, dentro de un caos totalmente controlado en el que las piezas diferentes cobran todo el protagonismo. Esa tendencia, está llevando a que piezas vintage que todos teníamos en casa de nuestros padres se hayan puesto de moda y se vendan en tiendas y en plataformas de venta de segunda mano online como si fueran auténticos tesoros.

Esta tendencia combina la necesidad de acumular cosas bonitas. Es como si frente a un mundo caótico y al borde del cataclismo, en casa nos gustara tener objetos que nos hacen felices para crear un micro mundo confortable y seguro. Y en parte, esto tiene éxito porque también nos gusta poseer objetos que nos recuerdan momentos en los que fuimos felices, ya sea en un viaje, o a través de un juego de café que era de nuestra abuela.

Estilo desorden intencionado La casa de José Santamaría es un pequeño museo / Nacho Viñau

José Santamaría, de Calzados Franjul y vicepresidente de la Asociación del Sector Nupcial de Madrid, vive desde hace años en una casa en el Barrio de las Letras de Madrid que podría inscribirse en esta tendencia. En conversación telefónica, Santamaría nos cuenta que "una casa tiene que tener vida y contener y mostrar las vivencias de cada familia, de cada pareja, de cada persona.
Estanterías con libros, pequeñas herencias familiares, recuerdos de viajes y objetos llenos de sentido…",

En su caso, las estanterías de su casa se han convertido en un 'gabinete de curiosidades’ que le permite disfrutar de pequeños colecciones… "desde anteojos de diferentes épocas, a `Perros Foo’, pasando por corales, porcelanas de Liminges, libros antiguos, encajes del siglo XVI o licoreras de cristal, además de un gran abanico de plumas de marabú…”

Paula Serrano, profesional de comunicación y creatividad para firmas de decoración como Pepe Peñalver, Lizzo o Alhambra, nunca pensó que una casa como la suya pudiese adquirir rango de tendencia. "‘En mi caso, acumular objetos es una práctica habitual. Las cosas llegan a mi vida y, si me gustan, soy incapaz de deshacerme de ellas".

Desorden intencionado Paula Serrano, en su casa del Barrio de Las Letras / Nacho Viñau

Paula necesita poseer esas cosas porque le traen recuerdos gratos, dan información o sirven de inspiración. Si además le sumas que necesita que estén todas expuestas para recordarlas y disfrutarlas visualmente, tenemos un ‘cluttercore’ montado.

La responsable de comunicación de firmas como Pepe Peñalver cree que el valor de esta estética es que se ha creado a fuego lento, ya que no es fácil construir ese desorden intencionadamente. "Las cosas han llegado paulatinamente, cada objeto se ha ido acomodando con calma, ha encontrado su hueco entre los que ya estaban", prosigue.

Cómo conseguir que el desorden intencional sea un éxito

Evidentemente, la línea para que este estilo sea un éxito y nuestra casa no sea un caos acumulativo es muy fina. Por eso, es importante elegir bien los objetos que van a llenar tu casa de vida, al igual que es fundamental encontrar el lugar ideal donde ponerlos. Una colección de cabezas sicilianas, libros para las estanterías o para la mesa de centro, una selección de cerámica vintage, una colección de grabados o piezas retro que has ido comprando en mercadillos son algunos de los recursos que más se pueden ver a la hora de implementar este estilo. También son muy habituales los platos para colgar de la pared (sí, ese recurso que ya existía en casa de nuestras madres y abuelas vuelve a estar de moda)

Lo mejor es tratar nuestras casas como si fueran un museo, buscando el lugar especial para cada pieza, evitando siempre caer en la acumulación que haga parecer que nuestra casa es un trastero. Así, conseguirás que cada pieza brille con luz propia. Las piezas interesantes pueden ir en estanterías, o sobre un antiguo baúl situado en el salón. Para los cuadros, puedes elegir una pared donde colgar esas obras que se han convertido en una incipiente colección de arte.

Además, es importante decorar en base a la superposición de capas, con el fin de crear una puesta en escena atractiva sin que el ambiente resulte recargado. Esto puede hacerse jugando con la altura y la profundidad de los objetos, colocando los más altos al fondo del espacio, y los más bajos al frente. Los objetos más pequeños puedes superponerlos sobre libros o bandejas, para lograr crear un efecto a varios niveles. Mezclar texturas diferentes también puede ser un recurso estilístico de lo más valioso en estos casos.

Desorden intencional Casa de Jesús Muñoz, restaurador y artista / Nacho Viñau

Para agregar más altura, y que la puesta en escena sea más teatral, puede colocar un espejo o una obra de arte detrás de tus piezas, o colocar un jarrón alto con flores o plantas. También puedes reservar espacios para piezas grandes y destacadas, con el fin de que destaquen en el conjunto. Pero hay que tener cuidado para que no queden aisladas del resto, deben mostrarse como si formaran parte de un conjunto.

Dejar espacios libres, clave para que el Cluttercore no sea caos sin más

Para evitar recargar demasiado las estancias , es importante dejar áreas libres de objetos para mantener el equilibrio y que la vista descanse, haciéndonos además de contraste frente a las zonas más recargadas. Esto puedes conseguirlo creando agrupaciones de objetos, dejando espacio entre ellos para que cada grupo pueda respirar, o tal y como hace Paula Serrano, quien confiesa que no mantiene esa intensidad en toda la casa, ya que intenta limpiar de contenidos otros lugares de la casa. "Mantener un blanco impoluto en el baño o el pasillo me ayuda a descansar la mente y entender que soy capaz de controlar esta tendencia y que ella no me ‘descontrole’ a mí", señala.

Además de mantener esos espacios más vacíos, Paula serrano tiene otra clave para que este desorden sea estético y pensado: el diálogo entre los distintos objetos.  "Hablan de colores en común, buscan cierto espacio para respirar. Parece que cobran vida y ellos mismos escogen donde estar cómodos. Cuando pasa un tiempo, si intentas cambiarlos de lugar, rechinan. Debes respetar el orden que ellos mismos han establecido en ese caos", concluye Paula.

Fotografía de portada | Casa de Paula Serrano

Fotografías | Nacho Viñau

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