Un retiro gastronómico

Despacio, sin hacer ruido, Retiro da Costiña se ha situado entre los grandes restaurantes de Galicia. De hecho, en una comunidad en la que la guía roja no se ha dignado aún conceder tres estrellas (¿para cuándo El Culler de Pau?), esta casa es uno de los tres biestrellados gallegos junto a los de Javi Olleros y Xosé Cannas. De la lamentable ausencia en ese grupo de Pepe Solla, Marcelo Tejedor o Iván Domínguez, mejor no hablamos.

Pero volvamos al Retiro da Costiña, la modesta casa de comidas que Secundino García y Leonor, su mujer, abrieron en 1939 en el centro de Santa Comba, pueblo a medio camino entre Santiago de Compostela y la Costa da Morte. Sus hijos, Chucho y Pastora, la convirtieron en un renombrado restaurante y ahora está al frente Manuel, tercera generación, que ha elevado aún más su nivel de excelencia. Manuel García, conocido como Manuel Costiña, ha sabido modernizar la cocina tradicional que heredó de sus mayores y aportar su toque personal apoyado en su buena técnica.
Ana Méndez, su mujer, dirige con eficacia y amabilidad el pequeño y elegante comedor de sólo siete mesas, bien espaciadas y vestidas con manteles. Refuerza la excelente impresión un cómodo salón adjunto en el que se sirven los cafés y los dulces y se ofrece una abrumadora oferta de destilados. Manuel Costiña tiene claro que las buenas comidas merecen buenas sobremesas.

El menú degustación, única opción, resulta bastante ligero lo que permite levantarse de la mesa sin esa sensación de pesadez tan habitual en otros sitios. En los platos, sin ingredientes innecesarios, brilla el producto local. La sencillez es una virtud en cocina y en esta casa se practica con acierto. A los comensales se les recibe en la planta baja con seis pequeños bocados entre los que destaca el de pulpo de roca de Costa da Morte, cocido en su propia agua para reforzar su sabor. Ya en el comedor, seis platos basados en la mejor materia prima, desde un tartar de vieira o la versión refinada del salpicón de bogavante hasta la lubina o el lomo bajo de vaca.

Para beber, una sobresaliente bodega, con más de mil referencias y destacada representación de los grandes vinos gallegos. Y si les da pereza coger el coche tras la comida o la cena, Retiro da Costiña dispone, también en Santa Comba, de siete villas, modernas y acogedoras, inspiradas en los castros celtas.

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