Doshermanos

No es fácil hacer lo que han hecho, se necesitan huevos, cierta dosis de ego y lo más difícil: tener una historia interesante que contar. Huevos, porque hacer lo que han hecho en el mundo del graffiti sin esa actitud sería imposible. Ego, por que se necesita cierta dosis para construir la carrera que han... Leer más La entrada Doshermanos aparece primero en Zenda.

Apr 28, 2025 - 06:34
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Doshermanos

No recuerdo el día que conocí a Yosu y Gorka, pero estoy seguro de que hace más de veinticinco años. Hermanos de actitud infatigable en la cultura hip-hop. Así les recuerdo y así les sigo viendo décadas después. Joke y Lama, sus alias en el mundo del graffiti, son mundialmente conocidos. Su nombre artístico conjunto en la escena del rap, Doshermanos, también.

No es fácil hacer lo que han hecho, se necesitan huevos, cierta dosis de ego y lo más difícil: tener una historia interesante que contar. Huevos, porque hacer lo que han hecho en el mundo del graffiti sin esa actitud sería imposible. Ego, por que se necesita cierta dosis para construir la carrera que han hecho dentro de la cultura hip-hop.

Y una historia que contar, porque la vida hay que vivirla, sentirla y sufrirla. Con cientos de viajes en su mochila, puedo afirmar que no conocerán hoteles o restaurantes de muchas de las ciudades que han visitado, pero sí hasta la última línea de tren o túnel de metro, los sistemas de seguridad y los horarios de los vigilantes. Son profesionales, estudiosos de la noche, protagonistas de una historia escrita a base de rimas, pintura, éxitos y marrones.

"Un libro valiente y en ocasiones desgarrador sobre la vida de dos chavales que supieron canalizar su ira, miedos, angustias y sueños en la cultura hip-hop, hasta convertiste en referentes de ese mundo que transita entre lo artístico y lo ilegal"

Mantenerse fiel a uno mismo, conseguir el respeto de la calle, aguantar las embestidas legales y las puñaladas de los iguales, no es baladí. Ellos gozan de esa autoridad, conseguida a base de sacrificio. Mientras muchos de sus compañeros iban y venían o dejaban de estar en el juego, ellos estaban ahí. Lo difícil, como en casi todo, no es llegar, sino mantenerse, y ellos tienen un aval de tres décadas en la escena.

Me reúno con ellos para hacerles algunas preguntas y varias fotos por la publicación de su nuevolibro: Desde los trenes al estudio. Graffiti Life. La doble vida de Doshermanos publicado por la editorial FatCap Ediciones.

Un libro valiente y en ocasiones desgarrador sobre la vida de dos chavales que supieron canalizar su ira, miedos, angustias y sueños en la cultura hip-hop, hasta convertiste en referentes de ese mundo que transita entre lo artístico y lo ilegal.

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—¿Por qué este libro y por qué ahora?

—Para ser sinceros, el proyecto de escribir un libro sobre nuestra historia nunca estuvo en nuestros planes. Todo comenzó de forma inesperada, cuando un día la editorial Fatcap Ediciones nos contactó a través de las redes sociales con una propuesta: relatar nuestra trayectoria, ya fuera en el graffiti o en la música. Lo discutimos entre nosotros, y la idea nos entusiasmó profundamente. Fue entonces cuando decidimos, por primera vez, entrelazar dos mundos que han definido nuestras vidas: la música y el graffiti. Mundos que siempre se han rozado, pero que nunca habíamos narrado de forma conjunta. Se lo planteamos a la editorial y para nuestra alegría, les encantó la propuesta. Así fue como comenzó el viaje.

"Este año celebramos dos aniversarios muy especiales: el trigésimo aniversario del lanzamiento de nuestra primera maqueta con nuestro primer grupo, Desastre Natural, y el vigésimo quinto aniversario de la creación de Doshermanos"

Puedo asegurarte que el proceso de escritura ha sido una de las experiencias más intensas y hermosas que hemos vivido. Durante casi un año, nos sumergimos en la creación del libro, reviviendo nuestra historia de una manera tan profunda que resulta difícil de expresar con palabras. Para que te hagas una idea, hubo capítulos que terminamos literalmente llorando mientras los escribíamos. Siempre hemos sido de mirar hacia adelante, pero esta vez, esa mirada al pasado nos permitió adquirir una perspectiva totalmente nueva sobre lo que hemos logrado y lo que hemos significado para la cultura hip-hop en España. Nos dimos cuenta de todo lo que habíamos aportado, mucho más de lo que éramos conscientes.

¿Por qué ahora? Fue un regalo inesperado del destino. Este año celebramos dos aniversarios muy especiales: el trigésimo aniversario del lanzamiento de nuestra primera maqueta con nuestro primer grupo, Desastre Natural, y el vigésimo quinto aniversario de la creación de Doshermanos. Parece que todo estaba escrito y que esta era la mejor forma de celebrar nuestra trayectoria.

—Lleváis décadas enfrentándoos al síndrome del folio en blanco. A la hora de escribir vuestras canciones y a la hora de poneros delante de ese lienzo en blanco que es el muro, el blackbook o el tren. Qué proceso os ha costado más: ¿escribir canciones o escribir vuestro nombre?

—Siempre hemos sentido que escribir canciones es un desafío mucho más complejo. Cuando se trata de escribir nuestro nombre, nos movemos dentro de una misma línea, dentro de un estilo propio que evolucionamos constantemente, explorando nuevos matices. Pero al enfrentarnos a componer canciones, entramos en un terreno donde cada obra tiene un concepto único, radicalmente distinto del anterior. Es como si cada canción nos obligara a reinventarnos.

"Por otro lado, al escribir nuestro nombre, con el graffiti, la experiencia es distinta. Allí el estilo predomina, investigamos, experimentamos, pero no buscamos conceptos en constante cambio"

Creo que esa complejidad radica en la lucha por materializar una idea que inicialmente aparece cristalina en nuestra mente. La visualizas con nitidez, la sientes real y poderosa. Pero al intentar plasmarla, esa claridad con la que veías todo en tu mente se desvanece y en ocasiones, las palabras no consiguen transmitir exactamente lo que deseas. Damos vueltas, exploramos enfoques distintos, a veces hasta el cansancio. Hay momentos en los que incluso abandonamos esa primera idea porque parece imposible capturarla tal y como la imaginamos. Y otras veces logramos darle forma, solo para descubrir tiempo después, al escucharla en frio, que no es ni remotamente lo que pensábamos. A veces, incluso creemos que hemos alcanzado aquello que queríamos expresar, pero con el paso de los años y la madurez que adquirimos, nos damos cuenta de que la canción era menos extraordinaria de lo que habíamos imaginado.

Por otro lado, al escribir nuestro nombre, con el graffiti, la experiencia es distinta. Allí el estilo predomina, investigamos, experimentamos, pero no buscamos conceptos en constante cambio. Nuestro graffiti no se mueve de la misma manera que nuestra música; sigue una línea constante, una esencia que permanece. Además, sentimos que el graffiti no evoluciona tanto como lo ha hecho nuestro rap a lo largo de las décadas. Si escuchas nuestro rap más primitivo y lo comparas con nuestro rap actual, la madurez es evidente. En cambio, el graffiti lleva un proceso más natural y menos visible. Desde el principio teníamos un estilo más o menos definido.

Si tuviera que resumirlo, quizá lo que más nos ha costado escribir no es lo que hemos creado, sino lo que nunca llegamos a escribir. Las ideas que surgieron con fuerza en nuestra mente y que, al intentar llevarlas al papel, simplemente se resistieron.

—¿El estilo es igual de importante en la música que en el graffiti? ¿Cómo es el proceso de conseguirlo?

—¡Qué buena pregunta! Creemos firmemente que el estilo es una parte fundamental en todo lo que haces como artista. Si estás creando, el estilo se convierte en tu huella, en aquello que te distingue. Sin un estilo propio solo serías un reflejo de algo que ya existe, el camino fácil, serías un clon. Eso si, encontrar tu propio estilo lleva tiempo; es un proceso complejo y a menudo, desafiante.

¿Es más importante en la música que en el graffiti? Depende. Hay canciones con un estilo estándar que pueden ser espectaculares. Lo mismo ocurre con algunas piezas de graffiti: aunque puedan parecer sencillas, llegan a ser absolutamente impactantes. Así que no creo que el estilo, medido en términos de complejidad, sea siempre esencial. Pero si hablamos del estilo como sinónimo de personalidad, entonces es algo imprescindible. Tener estilo significa creer en lo que estás creando, ya sea rap, graffiti, una marca de ropa o cualquier forma de expresión artística. Es tu señal de identidad, lo que dice al mundo quién eres y qué representas.

En el graffiti, el estilo podría compararse con lo que el flow representa en la música. Un rapero puede tener un flow simple pero magnético, al igual que un escritor de graffiti puede centrarse en letras sencillas y lograr un impacto profundo. Por otro lado, tanto en el rap como en el graffiti, el estilo puede tomar formas más complejas, como el salvaje dinamismo del Wildstyle. En ambos casos, el resultado puede ser igual de asombroso, dependiendo de cómo se enfoque.

"El estilo también está profundamente influido por la época que vives y el proceso personal que atraviesas. Cambia contigo, refleja tus etapas, como ocurre con los grandes pintores clásicos"

El proceso de encontrar tu estilo va de la mano con la inquietud de cada uno. Hay quienes no buscan un estilo único y original, se centran en la cantidad antes que en la calidad: dejar su nombre en tantos lugares como puedan, sin importar nada más. En la música, también hay artistas que priorizan contar lo que sienten, dejando de lado preocupaciones técnicas como el desarrollar su estilo y pulir su flow. Y eso también es respetable. De hecho, a veces, la ausencia de un estilo definido puede convertirse en la propia marca de identidad de un artista.

Sin embargo, lo más complicado de todo es que el camino hacia el estilo propio es lento, no es cuestión de días ni meses. Puede llevar años, incluso décadas. Es un viaje de autodescubrimiento continuo, un proceso de inventar, experimentar, romper normas y sorprenderte a ti mismo. Y lo más fascinante es que nunca termina. Mi estilo, por ejemplo, siempre lo siento en constante evolución, está siempre en mutación constante, nunca alcanza un destino final.

El estilo también está profundamente influido por la época que vives y el proceso personal que atraviesas. Cambia contigo, refleja tus etapas, como ocurre con los grandes pintores clásicos: todos ellos pasaron por etapas claramente marcadas en sus estilos. Al final, el estilo se convierte en algo más que una forma de expresar tu arte; se transforma en un modo de vida, en una expresión constante de quién eres a través del tiempo.

—En la fotografía se dice: una manera de mirar es una manera de ser. ¿Pasa igual en la música o en el graffiti?

—En el arte, en nuestro caso ya sea en la música o en el graffiti, la manera en la que abordas las cosas revela mucho quién eres, ¿no es así? Pero esta conexión no se limita solo al arte; se extiende a la vida misma. Si miras el mundo desde una perspectiva negativa, inevitablemente atraerás energías oscuras. Por el contrario, un enfoque positivo de la vida tiende a abrir caminos luminosos, a atraer lo mejor del entorno que te rodea.

"En nuestro caso, hemos elegido la sinceridad. Cuando creamos, lo hacemos sin filtros, sin artificios. Dejamos que nuestras verdaderas miradas se proyecten en lo que hacemos"

En el graffiti, por ejemplo, los colores que eliges pueden reflejar estados internos. Los tonos apagados, tétricos, podrían insinuar una etapa vital más sombría. Por otro lado, un estilo wildstyle, lleno de flechas, trazos y conexiones, podría estar hablando de una existencia marcada por la complejidad. En la música, sin embargo, este vínculo entre el arte y el alma no siempre es tan directo. Algunos artistas adoptan un personaje, una máscara creativa que puede diferir completamente de quienes son realmente. Un individuo tranquilo en su esencia puede, a través de su música, encarnar un personaje lleno de intensidad y energía extrema. En la música hay espacio para todo: personajes creados y miradas genuinas.

En nuestro caso, hemos elegido la sinceridad. Cuando creamos, lo hacemos sin filtros, sin artificios. Dejamos que nuestras verdaderas miradas se proyecten en lo que hacemos. No hay personajes; somos nosotros, tal cual somos nos mostramos en nuestras canciones. Así que sí, creemos firmemente que la manera en la que miramos y creamos es un espejo fiel de lo que somos.

—¿Cómo ha sido el proceso de creación del proyecto?

—Ha sido una pasada; jamás imaginamos que escribir una obra sobre nuestras aventuras podría despertar en nosotros emociones tan intensas y profundas. Al principio, el arranque fue todo un desafío. No sabíamos muy bien por dónde comenzar ni cómo estructurar el relato. Queríamos transmitir nuestra historia tal como la hemos vivido y sentido, pero no teníamos claro cómo plasmarlo.

Así que creamos una primera estructura tentativa, un boceto del esqueleto del libro. Lo más difícil fue escribir las primeras líneas sin duda, esas que inaugurarían nuestro viaje literario. Nunca habíamos enfrentado algo semejante y le dimos muchas vueltas antes de encontrar el punto de partida. Definimos las líneas argumentales principales, escogimos el estilo con el que queríamos contar nuestras aventuras… Una vez superado ese primer obstáculo, el proceso comenzó a fluir.

Nos organizamos de forma sencilla: uno de nosotros escribía y después el otro revisaba, añadía o corregía detalles. Así, juntos, fuimos literalmente reviviendo nuestra historia, capítulo tras capítulo. Crear este libro nos llevó aproximadamente un año, pero fue una de las experiencias más bonitas e intensas que hemos vivido comparado con cualquier otro proyecto que hemos hecho. Hubo capítulos que terminamos con lágrimas en los ojos al escribirlos, mientras que otros nos llenaron de orgullo al recordar con perspectiva. Es brutal ser conscientes de todo lo que logramos a pesar de los escasos recursos. Siempre nos movió la pasión y el deseo de aportar algo positivo y creemos que lo conseguimos.

—¿Qué se va a encontrar el lector en este libro?

—Este libro es un viaje que te cuenta las aventuras de dos mentes inquietas, dos hermanos que, por los giros inesperados de la vida, se han convertido en uña y carne. Movidos por la pasión que nos define, hemos vivido historias llenas de luces y sombras, que sin pretenderlo nos han llevado a ser parte fundamental del crecimiento del Hip Hop en España, en Latinoamérica y en parte también a nivel mundial. En estas páginas el lector descubrirá aspectos muy personales, cosas que jamás habíamos compartido antes. Lo que se van a encontrar es nuestra verdad, desnuda y sincera, nuestra historia como nunca antes la habíamos mostrado.

"En resumen, este libro refleja a dos almas inquietas que nunca dejan de buscar nuevos horizontes, que cada día intentan aprender y mejorar, no solo como artistas, sino como personas, y como todo lo que somos y queremos ser"

Esta obra no solo es la biografía de Doshermanos, también es la biografía de Joke y Lama. A la vez, se convierte en una pieza de la historia del Hip Hop, un testimonio de quienes ayudamos a construir los cimientos sobre los que se ha levantado todo lo que ha venido después. Aquí se encuentra nuestra historia, nuestra manera de vivir el Hip Hop, una visión impregnada de graffiti, música, proyectos. Un esfuerzo incansable por apoyar a los demás y expandir esta cultura en todas direcciones que sigue latente en nuestro día a día.

Quienes se sumerjan en estas páginas vivirán un sinfín de aventuras y descubrirán sorpresas, algunas historias que hasta ahora habíamos guardado bajo llave. Este libro es sinceridad y es pasión, pero PASIÓN en mayúsculas, porque así es como vivimos y hacemos las cosas, siempre con el corazón abierto y el alma desnuda.

En resumen, este libro refleja a dos almas inquietas que nunca dejan de buscar nuevos horizontes, que cada día intentan aprender y mejorar, no solo como artistas, sino como personas, y como todo lo que somos y queremos ser.

—Lleváis más de 30 años en la cultura hip-hop. Si tuvieseis que elegir un momento clave que os marcó, ¿cuál sería?

—Elegir un solo momento es casi imposible, así que te vamos a compartir dos. El primero fue en el año 2004, con programa El Rimadero en vivo en la emblemática plaza de Callao. Por primera vez las instituciones cedieron un espacio tan importante como esa plaza para que multitud de artistas de Hip Hop actuáramos en directo, dentro del programa del Rimadero, de Radio 3. Para mí, ese día fue uno de los más memorables. Ver a todo Callao con las manos en alto mientras les pedíamos, al ritmo de “Graffiti Life”, que levantaran las manos quienes amaran el Hip Hop y el graffiti. Fue algo que marcó profundamente mi corazón. Todo lo que sucedió aquel día se lo debemos a JotaMayúscula (D.E.P.) que con su fuerza incansable, movió cielo y tierra. Como tantas otras veces, llegó con el camión de Radio 3 y transformó el centro de la plaza en el mayor espectáculo del mundo.

El segundo momento clave nos transporta al día en que participamos en el primer “Whole Train” pintado en Madrid. Subimos al tren ya pintado y lo vimos llegar a la abarrotada estación de Atocha en plena hora punta de la mañana. Nunca olvidaré las expresiones de asombro en los rostros de las personas que esperaban en el andén. Casi todos tenían los ojos abiertos de par en par, recorriendo con la mirada los colores vibrantes que habían transformado el gris rutinario de la ciudad. Fue como un estallido de sorpresa, un paréntesis en la monotonía diaria de quienes iban a por un día más de trabajo o de estudio, un día normal más, que no lo fue. Estoy seguro de que ese día, al llegar a casa, muchos comentaron lo que habían presenciado, porque aquello nunca se había visto antes en Madrid y aún hoy es algo muy poco habitual de ver.

Si os digo graffiti, ¿qué me decís?

—Para empezar, te decimos “life”, “Graffiti life”, porque es uno de nuestros himnos, nuestra esencia, nuestra vida. El graffiti es una de nuestras vías de escape, una manera de liberar todo lo que llevamos dentro. También te hablamos de rebeldía, de creatividad, de trenes, por supuesto. Te hablamos de escribir letras y de estilo, de ese estilo salvaje que nos define.

"En nuestro caso, incluso cuando no estamos escuchando rap, nuestra mente sigue tejiendo rimas. Mientras paseamos, mientras miramos el mundo, allí están, las palabras danzando en nuestra cabeza"

El graffiti encierra la verdadera esencia de la creación sin objetivos concretos, sin metas prefijadas. Cuando escribes graffiti, lo haces únicamente por pasión, sin otra intención oculta detrás. Es una expresión pura, auténtica. Y también te decimos hermandad, esa conexión especial que se teje entre quienes escriben en los trenes. Lo habitual es que los escritores de graffiti se den la mano, sin importar de dónde vengan o qué tan bien pinten. Hay algo que trasciende a todo lo demás, somos escritores, de primeras eres un hermano, ya el tiempo dirá. El graffiti crea comunidad.

—¿Y si os digo rap?

—Lo primero que nos viene a la mente es: expresión, sentimiento. letras, pero no cualquier letra, sino de aquellas trabajadas con dedicación. Te hablaríamos de estilo, de flow, de contenido, de ritmos. De autenticidad. De MC. De esa banda sonora que acompaña tu día a día, que se convierte en el reflejo de lo que eres y de lo que vives.

En nuestro caso, incluso cuando no estamos escuchando rap, nuestra mente sigue tejiendo rimas. Mientras paseamos, mientras miramos el mundo, allí están, las palabras danzando en nuestra cabeza. Siempre presentes, buscando nuevos flows, nuevas formas de darle vida al verso. Es como si nuestra mente trabajara sin descanso, intentando crear de manera constante, casi sin que nos demos cuenta. Crear es casi una necesidad, una manera de ser.

—Dónde juega un papel más importante el ego: ¿en el graffiti o en el rap?

—La verdad es que sería una batalla complicada entre ambas cosas. Siempre hemos sostenido que un rapero sin ego está destinado al fracaso. Ese ego es fundamental, esa chispa de competencia, incluso contigo mismo, que te impulsa a superarte día a día. Si tu no crees en lo que haces, estás perdido. Y en el graffiti, ¿Qué decir? La misma competición sana se encuentra ahí; quien no se lo cree y no apuesta por su arte queda atrapado en el intento, se quedará en un constante “quiero y no puedo”. En la esencia del graffiti está el eterno desafío del “más difícil todavía”, y sin ego, ese reto queda fuera de alcance.

Así que, resumiendo, el ego, entendiéndolo como amor propio, es esencial tanto en el rap como en el graffiti. Sin embargo, según lo vemos nosotros, ese ego debe ir acompañado de una gran dosis de compañerismo. Nuestro enfoque del Hip Hop siempre ha sido profundamente fraternal, compartiendo todo entre hermanos y con quienes nos rodean. El ego del que hablamos no es el tipo de ego al que solemos asociar con arrogancia; es un ego sano,  que nace de la confianza en lo que hacemos y del deseo constante de ser mejores que ayer.

—En el subtítulo del libro aparece el concepto La doble vida. ¿Qué os ha aportado a cada uno como artistas de rap vuestro álter-ego en el graffiti?

—Principalmente, el graffiti nos ha aportado una visión y unas vivencia únicas, que se han plasmado luego en nuestras letras, integrándose como parte esencial de ellas muchas veces. Pero esa doble vida de la que hablamos en el título del libro no se limita únicamente al Rap y al graffiti; son muchas las dobles vidas que transcurren en paralelo. Por ejemplo, la convivencia entre la vida “normal” y la vida del Hip Hop. Y en cuanto a Rap y graffiti, esa dualidad no implica que seamos dos personas distintas, separadas en un escritor de graffiti por un lado y un artista musical por otro. Somos una misma persona, con dos maneras diferentes de expresar lo que llevamos dentro.

"Para nosotros, la meta siempre ha sido disfrutar, encontrar la felicidad en lo que hacemos, en cada proyecto que emprendemos y en cada forma de arte que exploramos"

A veces lo hacemos con rebeldía, colores y formas, explorando estilos salvajes en el graffiti. Otras, lo hacemos con letras, rimas, melodías y sentimientos, narrando nuestra visión del mundo a través de la música. En nuestro caso, el aporte entre música y graffiti es un flujo constante que se mueve en ambas direcciones. Eso sí, el graffiti siempre nos ha enseñado que la superación personal es clave; nos ha transmitido la idea de que nada es imposible, de que todo se puede lograr si lo trabajas con esfuerzo y confías plenamente en ti mismo.

Además, ambos mundos nos han regalado una inmensa sensación de libertad, incluso sabiendo que en ocasiones pueden ser bastante cerrados. A veces, los más puristas pueden intentar limitar tus opciones. Sin embargo, nosotros, guiados por esa libertad que siempre hemos sentido, rompimos en varias ocasiones las reglas no escritas, desafiamos los dogmas. En la música, nos atrevimos a experimentar con diferentes ritmos; en el graffiti, nos alejamos del clasicismo y nos sumergimos en la experimentación y es que el arte ha de ser así, o así nos gusta a nosotros, tiene que tener un toque transgresor siempre incluso consigo mismo.

Para nosotros, la meta siempre ha sido disfrutar, encontrar la felicidad en lo que hacemos, en cada proyecto que emprendemos y en cada forma de arte que exploramos. Porque al final, divertirse y ser feliz es lo que realmente importa.

—Si es legal, ¿no es graffiti?

—En otra época, quizá habríamos dicho que la esencia del graffiti consiste en caminar al margen de la ley. Pero, con el tiempo, nuestra perspectiva ha cambiado. Ahora creemos que lo realmente importante, al igual que en cualquier forma de creación, es hacer aquello que te haga feliz. Siempre hemos dicho que, para nosotros, el graffiti es auténtico y que seguiremos haciéndolo mientras nos haga sentir esa felicidad. El día en que dejemos de verlo o sentirlo de esa manera, perderá su sentido.

También creemos que existen tantas visiones del graffiti como escritores que lo practican. Un escritor que pinta paredes podría decir que aquel que pinta trenes no es real. Este último, a su vez, podría afirmar que quien se dedica exclusivamente a paredes tampoco es auténtico. Y este último podría opinar que quien siempre pinta paredes en un contexto 100% legal no hace graffiti real. Sin embargo, para nosotros, todos son igual de auténticos. Cada persona vive su forma de crear graffiti, lo siente y lo disfruta como quiere y como mas feliz le hace. Así debería ser. Para nosotros, todos tienen el mismo valor.

Siendo puristas, el graffiti siempre ha sido un poco un acto de rebeldía, ¿no? Un salto fuera de las normas, un espacio sin límites. Entonces, establecerle como requisito la legalidad también podría considerarse un atentado contra su esencia. Así que claro que sí, el graffiti puede ser legal, pero si ese graffiti que siempre es 100% legal es el que más nos gusta o no, eso ya es otra historia. Puede que no.

—Lleváis mucho luchando e invirtiendo en algo efímero como es el graffiti, costándoos dinero, salud y en ocasiones incluso la libertad. ¿Por qué?

—Porque nos hace felices, principalmente por eso. Podríamos darte una explicación más extensa, pero la esencia es simple: nos hace felices. Cuando escribimos graffiti, no buscamos obtener algo a cambio; nuestra meta es disfrutar, vivir, crear y, cada día, superarnos a nosotros mismos en los colores, en las formas, en todo lo que hacemos. Es lo más parecido a la meditación que hemos encontrado. Cuando estamos inmersos en el graffiti, es como entrar en un trance, en un estado extraño y maravilloso que resulta casi imposible de describir. Es un momento único en el que todo lo demás desaparece. Lo que antes parecía importante se diluye: si hacia frio este desaparece, si tenías hambre al empezar a pintar, el hambre se desvanece y así con todo. El mundo se detiene y solo quedas tú y tu obra. Es un instante de absoluta conexión, tan difícil de explicar como increíble de experimentar. Tienes que vivirlo para entenderlo.

Además, hay algo especial en el carácter transgresor y rebelde del graffiti. Es ese momento en el que no necesitas pedir permiso, en el que la libertad toma forma en tu obra. Es la libertad absoluta.

—¿Sois más raperos o más escritores de graffiti?

—Todo depende del momento. Hay etapas en la vida en las que una cosa te llena más que la otra, te hace más feliz, y entonces le dedicas más tiempo y energía. En otras etapas, ocurre al revés. Así han sido nuestras vidas: momentos de intensa actividad en el graffiti, otros de profunda dedicación a la música, y algunos en los que ambos mundos los hemos vivido con igual intensidad. Seguimos el camino que nos hace felices en cada momento, sin considerarnos más una cosa que otra.

"Además de ese momento único, podríamos decir que los mejores instantes que nos ofrecen el graffiti y el rap se dan cada vez que nos sumergimos en cualquiera de ellos"

Si un día nos encontráramos en la típica entrevista de televisión, donde te piden elegir para rotularte en pantalla entre poner “MC” o “rapero”, debo admitir que la palabra “rapero” no me gusta demasiado. Pero si me ofrecieran elegir entre MC, artista de rap o escritor de graffiti, no sabría qué responder. Simplemente diría que pusieran “Doshermanos” o algo similar. Porque, como ya mencionamos, vivimos una doble vida: una sola historia contada de dos formas diferentes. Ambas tienen un peso muy parecido en quienes somos y en lo que hacemos.

—¿Cuál es el mejor momento que os ha dado el graffiti? Y ¿el rap?

—El mejor momento que nos han regalado el graffiti y el rap juntos es, sin duda, “Graffiti Life”. Fue la primera vez en la que logramos plasmar completamente las dos pasiones que nos definen, y casi sin darnos cuenta, creamos un himno para todos los escritores de graffiti que aman el rap. Ese instante, tan especial, se convirtió en un puente que une dos mundos, dos expresiones que laten al mismo ritmo.

Además de ese momento único, podríamos decir que los mejores instantes que nos ofrecen el graffiti y el rap se dan cada vez que nos sumergimos en cualquiera de ellos. Porque cada vez que creamos, cada trazo, cada rima, nos reconforta y nos llena mucho hacerlo. Es en esos momentos cuando verdaderamente nos sentimos en nuestra esencia, haciendo lo que nos llena. Como decimos en una de nuestras letras: “No nos da de comer, pero nos llena”. Y eso, para nosotros, es lo que de veras importa.

—¿Y el peor?

—Los peores momentos que nos ha dejado el graffiti han sido, obviamente, las detenciones y los problemas con la justicia. Es algo que, aunque es difícil de gestionar, forma parte del juego. Por otro lado, el rap también nos ha traído sus desafíos: los desengaños con la escena, con la industria, con aquellos que aprovechan cada oportunidad pisando por encima de lo que sea, los clásicos trepachepas, con todo lo negativo que implica crear algo que deja huella y genera repercusión.

"Aunque pueda sonarte cliché, si alguien quiere aprender de la escena urbana, más que un libro, lo que me comentaría es que bajara a la calle a verlo, a sentirlo, a crearlo y a ser parte del Hip-Hop"

En cuanto a nuestra faceta empresarial dentro de la industria del hip-hop, donde hemos desarrollado proyectos como un sello discográfico, revistas y libros, la gestión siempre la hemos llevado movidos por la pasión. Lo hemos hecho todo siempre con muchísima ilusión, con fuerza y con una actitud de aprendizaje constante. Cada iniciativa nos ha llevado a dar lo mejor de nosotros mismos, involucrándonos al 100% y dedicándonos plenamente a cada proyecto. Aprender siempre ha sido un motor fundamental para nosotros, como mencionamos antes, y seguimos viendo cada experiencia como una oportunidad de mejora continua.

Gracias a esta pasión y dedicación, hemos logrado cosas que, desde fuera, podrían parecer imposibles. Pero, que quizá las conseguimos, al no saber que eran imposibles y simplemente creer en que podíamos conseguirlo. Así, con corazón y con determinación, hemos logrado superar barreras y avanzar en cada paso del camino.

—¿Qué libro recomendaríais a alguien que quiera conocer más sobre la cultura hip-hop?

—Aunque pueda sonarte cliché, si alguien quiere aprender de la escena urbana, más que un libro, lo que me comentaría es que bajara a la calle a verlo, a sentirlo, a crearlo y a ser parte del hip-hop. Siempre lo he visto como un movimiento o una cultura activista. Quiero decir, creo que no es algo que se pueda aprender o conocer leyéndolo, se aprende experimentando. Quitando eso, hay muchos libros que te pueden aportar un montón de conocimiento que todos nos han llenado y hemos pasado por ellos, pero no son la base. La base es experimentarlo, es sentirlo. Sobre todo, te podemos hablar de libros de Graffiti, como Subway Art, Los Graffiti de Craig Castelman. Y de rap, hay cientos de libros que te cuentan ciertos de maneras de verlo, hay muchísimos estilos de rap y hay cientos de historias. Lo que si recomendamos es que, a quien le interese esta cultura, se esfuerce por entender la historia, de dónde viene, por qué surge y cómo ha ido evolucionando. Nosotros no somos buenos profesores, hemos aprendido caminando, viviéndolo, creando y así es como recomendaríamos conocer sobre esta cultura.

—Algo más que queráis decir.

—Pues primero agradecer el espacio para hablar sobre nosotros y sobre el libro y agradecer que exista esta cobertura de las expresiones artísticas urbanas y ya que nos das la oportunidad creo que es importante levantar la mano en cómo se está criminalizando el graffiti a nivel policial y judicial con brigadas investigándolo y con condenas que llegan al nivel de condenas de crímenes que son realmente graves y con todo el desembolso por parte de las instituciones que supone esta investigación y persecución del graffiti como crimen. Es verdad que hay una parte del graffiti que camina al margen de la ley, no respeta las normas, pero creo que se les está yendo de las manos. Se está poniendo mucho foco en algo cuando hay cosas mucho mas importantes y mucho mas fuertes en las que no se pone foco, quizá porque no quiera poner o porque se les quede grandes. Los escritores de graffiti solo pintan, es pintura no es un crimen.

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