‘Sorda’, la película que rompe la barrera del cine español con una comunidad que se siente “extranjera en su propio país”
La ópera prima de Eva Libertad, que se proyecta con subtítulos en todas sus sesiones, ha conseguido que las personas sordas por fin hayan podido ver una película en español en las salas de cine de su paísMiriam Garlo, la revelación de ‘Sorda’: “Cuando aprendí lengua de signos a los 30 años comenzó mi segunda vida” Asomarse a la vida supone dejarse arropar por todas las realidades que forman parte de ella. La magia del cine, que a su vez es también lo bonito del arte, radica en la capacidad de servir de portal a experiencias que de otro modo nunca contemplaríamos. Permite asomarse a la vida de otros y comprender las luchas, sueños y desafíos de quienes comparten el mismo espacio que nosotros, despertando así conciencia sobre la sociedad tan rica en su diversidad a la que pertenecemos. La ópera prima de Eva Libertad, Sorda (2025), es un ejemplo más de cómo el cine social invita a cuestionar el mundo que habitamos y pone en evidencia aquellas prácticas normalizadas que discriminan a diferentes colectivos. Este fin de semana, las personas sordas por fin ha podido acudir al cine para disfrutar de una película española. A diferencia de las cintas extranjeras, para las que no es raro que se organicen numerosas sesiones en VOSE para quienes no desean ver la película doblada, ningún título en español se proyecta con subtítulos en las salas de cine. El estreno de Sorda hace posible que esta comunidad pueda asistir a los cines a ver una película española con completa normalidad, pues todas sus sesiones tendrán subtítulos en español, algo que era una “condición” para su directora, que hubiera considerado un “fracaso” que la cinta no estuviera subtitulada para todos los públicos. Eva Libertad dice a elDiario.es que necesitó “muchas conversaciones al respecto con las productoras y la distribuidora”, ya que “tenían miedo” de que los subtítulos provocasen que se pudiese perder audiencia: “Me decían que la gente no iba a ir, que no está acostumbrada a leer tanto, que se iba a cansar e iba a ser disuasorio”. Sin embargo, lo cierto es que estos subtítulos han logrado que una comunidad que no podía ir al cine para disfrutar de películas españolas, lo haya hecho por primera vez en 2025. La directora agradece la recepción del público oyente, que “por una vez puede hacer un esfuerzo” y está leyendo subtítulos “por un bien mayor, que trasciende y que es bueno para ese público también”. Miriam Garo, Álvaro Cervantes y la cineasta Eva Libertad La película, destinada a ser uno de los títulos españoles más importantes de la temporada tras sus victorias en el Festival de Málaga y en la Berlinale, está protagonizada por Miriam Garlo, persona sorda desde los siete años y hermana de la cineasta. Precisamente por ello, Eva Libertad es consciente del “retraso al acceso a la cultura” que enfrenta la comunidad sorda por la falta de subtítulos o de intérpretes de la lengua de signos en el mundo del arte. “Mi hermana tiene que esperar como dos años para que alguna plataforma suba películas y las subtitulen, porque hay veces que no las subtitulan y tiene que comprarse el DVD”, dice la directora, recalcando que las personas sordas “se pierden mucha información” y que “hay un acceso a la cultura que se les está vetando”. En un coloquio celebrado en la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid tres días antes del estreno, al que acudieron Eva Libertad, Miriam Garlo y el actor Álvaro Cervantes, gente de la comunidad sorda pudo expresar su sentir ante este tema. “Estamos exigiendo subtítulos en las películas desde hace muchísimo tiempo. La lengua de signos, aunque sea reconocida, es fundamental para nuestra accesibilidad. Esta película es una oportunidad para que os deis cuenta, porque nosotros llevamos un trabajo muy largo de movilizarnos para conseguir todo esto”, expresó un hombre subiendo al escenario principal para comunicarse en lengua de signos con el resto de personas sordas asiste

La ópera prima de Eva Libertad, que se proyecta con subtítulos en todas sus sesiones, ha conseguido que las personas sordas por fin hayan podido ver una película en español en las salas de cine de su país
Miriam Garlo, la revelación de ‘Sorda’: “Cuando aprendí lengua de signos a los 30 años comenzó mi segunda vida”
Asomarse a la vida supone dejarse arropar por todas las realidades que forman parte de ella. La magia del cine, que a su vez es también lo bonito del arte, radica en la capacidad de servir de portal a experiencias que de otro modo nunca contemplaríamos. Permite asomarse a la vida de otros y comprender las luchas, sueños y desafíos de quienes comparten el mismo espacio que nosotros, despertando así conciencia sobre la sociedad tan rica en su diversidad a la que pertenecemos. La ópera prima de Eva Libertad, Sorda (2025), es un ejemplo más de cómo el cine social invita a cuestionar el mundo que habitamos y pone en evidencia aquellas prácticas normalizadas que discriminan a diferentes colectivos.
Este fin de semana, las personas sordas por fin ha podido acudir al cine para disfrutar de una película española. A diferencia de las cintas extranjeras, para las que no es raro que se organicen numerosas sesiones en VOSE para quienes no desean ver la película doblada, ningún título en español se proyecta con subtítulos en las salas de cine. El estreno de Sorda hace posible que esta comunidad pueda asistir a los cines a ver una película española con completa normalidad, pues todas sus sesiones tendrán subtítulos en español, algo que era una “condición” para su directora, que hubiera considerado un “fracaso” que la cinta no estuviera subtitulada para todos los públicos.
Eva Libertad dice a elDiario.es que necesitó “muchas conversaciones al respecto con las productoras y la distribuidora”, ya que “tenían miedo” de que los subtítulos provocasen que se pudiese perder audiencia: “Me decían que la gente no iba a ir, que no está acostumbrada a leer tanto, que se iba a cansar e iba a ser disuasorio”. Sin embargo, lo cierto es que estos subtítulos han logrado que una comunidad que no podía ir al cine para disfrutar de películas españolas, lo haya hecho por primera vez en 2025. La directora agradece la recepción del público oyente, que “por una vez puede hacer un esfuerzo” y está leyendo subtítulos “por un bien mayor, que trasciende y que es bueno para ese público también”.
La película, destinada a ser uno de los títulos españoles más importantes de la temporada tras sus victorias en el Festival de Málaga y en la Berlinale, está protagonizada por Miriam Garlo, persona sorda desde los siete años y hermana de la cineasta. Precisamente por ello, Eva Libertad es consciente del “retraso al acceso a la cultura” que enfrenta la comunidad sorda por la falta de subtítulos o de intérpretes de la lengua de signos en el mundo del arte. “Mi hermana tiene que esperar como dos años para que alguna plataforma suba películas y las subtitulen, porque hay veces que no las subtitulan y tiene que comprarse el DVD”, dice la directora, recalcando que las personas sordas “se pierden mucha información” y que “hay un acceso a la cultura que se les está vetando”.
En un coloquio celebrado en la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid tres días antes del estreno, al que acudieron Eva Libertad, Miriam Garlo y el actor Álvaro Cervantes, gente de la comunidad sorda pudo expresar su sentir ante este tema. “Estamos exigiendo subtítulos en las películas desde hace muchísimo tiempo. La lengua de signos, aunque sea reconocida, es fundamental para nuestra accesibilidad. Esta película es una oportunidad para que os deis cuenta, porque nosotros llevamos un trabajo muy largo de movilizarnos para conseguir todo esto”, expresó un hombre subiendo al escenario principal para comunicarse en lengua de signos con el resto de personas sordas asistentes.
Asimismo, Eva Libertad considera que “hay que ponerlo en primera línea” porque “es facilísimo poner subtítulos”, y destaca que “poner intérpretes es algo tan sencillo como mirar a esa parte del mundo y decir: ‘¿Por qué no? ¿Por qué se lo ponemos tan difícil?’”. No obstante, señala que “por lo menos en el cine se acaba subtitulando”, pero que “hay obras de teatro y charlas” que terminan siendo inaccesibles para las personas sordas. La propia Miriam Garlo confiesa que en el teatro nunca se ha sentido igual de cómoda que grabando esta película “por las barreras de comunicación”, ya que nunca ha tenido intérprete. Eva Libertad añade que “las personas sordas acceden a la información de una forma más precaria” al no saber la gente oyente lengua de signos.
Miriam Garlo menciona en el coloquio que “antes de rodar, [Eva Libertad] hizo un documento con muchas páginas para todo el equipo, que en su mayoría eran gente oyente, explicando los valores, tradiciones y costumbres de la comunidad sorda”, así como “también cosas relacionadas con el arte y la pintura de las personas sordas”, facilitando “un taller de lenguaje de signos básico” para comunicarse con ellos “durante el rodaje”. “En todo momento nos cuidaron a mí y a mis compañeros y compañeras sordas. Se consiguió la integración. Fue un lujo, una maravilla, y es la primera vez que lo he sentido así”, alega la actriz, que visitó recientemente la redacción de este periódico.
La invisibilización de los problemas de esta comunidad es uno de los desencadenantes de la precarización de la profesión de los intérpretes. Las hermanas Lidia y Ana Díaz-Cardiel Muñoz, que son hijas de padres sordos, han formado parte del rodaje del largometraje desde el principio, ayudando a Álvaro Cervantes a aprender la lengua de signos, lo que ha supuesto para él “una riqueza enorme”, y acompañando a Miriam Garlo en todo momento. “Nuestro trabajo está precarizado porque se relaciona con los servicios sociales, con el asistencialismo. Las intérpretes siempre hemos sido familiares de las personas sordas, y no ha sido una profesión como tal”, comenta Ana, que agrega que su trabajo “está muy mal pagado”.
“En el proceso de la inclusión de las personas sordas en el cine, tiene que haber intérpretes si lo necesitan”, cuenta Lidia, que puntualiza que “no solo en el proceso del casting, sino en todo el proceso del rodaje, en el proceso de los ensayos de guion”. La intérprete lamenta que las personas sordas “son personas extranjeras en su propio país desde que se levantan hasta que se van a dormir”, pues “la gente no se comunica en el mismo idioma”, lo que causa que habiten en “un país donde han nacido y nadie sabe su idioma”. “Trabajamos en lo social, en una profesión feminizada para un colectivo invisibilizado. No podemos seguir con esa mirada paternalista de que a quien es sordo le acompañe el familiar. El intérprete garantiza que se intercambie la información tal y como es”, denuncia Lidia.
Si mirásemos a todas las diversidades, nos nutriéramos las unas de las otras y dejásemos que todo el mundo fuese como es, habría muchas más experiencias de vida. Nos estamos perdiendo algo muy bonito y muy rico, que es toda la diversidad humana.
Otra de las personas asistentes al coloquio revela que lleva 15 años “luchando por el cine sordo”, y que, aunque “esta puerta está entreabierta”, toda la comunidad sorda junto a los oyentes “tenemos que luchar y abrir paso a la lengua de signos” para que esa puerta “se abra del todo y sea para todos”: “La lengua de signos es la lengua que me identifica y que pone voz a mi vida”. Miriam Galo reivindica que “la lengua de signos es un idioma maravilloso para cualquier persona” y que “ojalá en el futuro, porque llegamos ya tarde, en las escuelas se impartiera desde pequeñitos y se asimilara, para que cuando seas adulto pudieses comunicarte con las personas sordas con normalidad”.
Eva Libertad cuenta que “se nos educa desde el primer momento para encajar en un molde” en esta “sociedad normativa”, lo que es “un sufrimiento”. “Si mirásemos a todas las diversidades, nos nutriéramos las unas de las otras y dejásemos que todo el mundo fuese como es, habría muchas más experiencias de vida. Nos estamos perdiendo algo muy bonito y muy rico, que es toda la diversidad humana”, comenta la directora. Para ella, lo mejor de la película sería conseguir “un impacto importante” de la gente “en su manera de ver a la comunidad sorda”: “La mayor parte de gente ni siquiera la veía antes porque no tiene cerca a una persona con sordera, o no saben ni cómo viven ni a qué barreras comunicativas se enfrentan”.
Sin embargo, la cineasta reconoce que está “deseando” que a la gente de esta comunidad “se le dé la oportunidad para acceder a la industria del cine”. “Ellos y ellas dirigen sobre todo cortometrajes, y lo malo es que se quedan dentro de los circuitos de cine para personas sordas. Creo y espero que eso tiene que cambiar en algún momento”, reclama Eva Libertad. Por ahora, este cambio ya ha pasado por posibilitar que puedan ir al cine para ver una película en español. La directora declara que “deberíamos de mirar para que toda la riqueza sumara”, deseando “que este mensaje llegue a las altas esferas y actúen para que haya cambios”: “Ojalá no sea como una ‘moda’ de la que luego se dé un paso atrás”.