París Negro: una historia desconocida del gran arte de 1950 al 2000
Gran exposición, importante, sin precedentes: 'París Negro. Circuitos artísticos y luchas revolucionarias' (Centro Pompidou), presentando la obra de ciento cincuenta artistas -escritores, músicos, creadores- descendientes de familias africanas, nacidos en África, Estados Unidos o el Caribe, que convierten la capital de Francia en capital de un proceso mal estudiado en la historia y metamorfosis del arte y las culturas entre 1950 y 2000. Durante los años 30 y 40 del siglo pasado, un grupo importante de escritores francófonos, de paso por París -Aimé Césaire, Léopold Sédar Senghor, las hermanas Paulette, Jane Nardal, Jacques Rabemananjara, Léon-Gontran Damas, Guy Tirolien, Birago Diop et René Depestre, entre otros-, crearon el movimiento de la Negritud . Aldabonazo histórico. Los grandes escritores francófonos reivindicaban una identidad propia, ligada a las luchas anticoloniales. 'París Negro' recuerda ese antecedente capital. Pero va mucho más lejos, reconstruyéndo la historia de los creadores que se instalaron en París huyendo de Estados Unidos, el Caribe o África por razones políticas, sociales, culturales, incluso sexuales. Y encontraron en París el apoyo que les permitió crear y roturar nuevos derroteros para la historia de sus respectivas disciplinas, del surrealismo al jazz, de la literatura revolucionaria a la poesía íntima, de la liberación sexual a las solidaridades transnacionales de los artistas de origen africano. Alicia Knock , conservadora en jefe del Museo Nacional de Arte Contemporáneo (Centro Pompidou) , su equipo y una red de consejeros científicos, americanos, caribeños y africanos han montado una serie de salas especiales, con el fin de presentar el inicio, aventura y aportaciones de ese 'París Negro'. De entrada, 'París panafricano' presenta las semillas parisinas del proceso… Pionero, el escritor norteamericano James Baldwin se instala en París en 1948 huyendo de Estados Unidos por razones sexuales, culturales y sociales. Su personalidad ejerce una influencia trasatlántica. Aimé Césaire, escritor francés de La Martinica, publica en 1950 su legendario 'Discurso sobre la colonización'. Seis años más tarde, el primer Congreso de escritores negros de la Sorbona establece una relación entre el movimiento de los derechos cívicos en Estados Unidos y la descolonización africana. Entre 1946 y 1950, en París florecen los clubs de jazz y se fundan varias editoriales panafricanas. Tras esa presentación, la exposición se detiene en la figura mayor del poeta y filósofo Edouard Glissant , francés nacido en La Martinica , iluminando el puesto de la capital como escuela académica y vanguardista. Todavía estaban presentes los ecos fulgurantes de las vanguardias y el surrealismo seguía siendo profundamente atractivo. El artista cubano Wifredo Lam , entre otros, ejerce de puente entre Cuba, el Caribe francófono y la capital francesa. Artistas como el haitiano Roland Dorcély trabajan en una síntesis entre sus raíces familiares y el canon clásico del arte accidental. Si Nueva York ofrece a los creadores norteamericanos un escaparate capital para el lanzamiento de la abstracción y el expresionismo abstracto, Paris ofrece a los creadores negros de la más diversa nacionalidad la oportunidad de escapar a los racismos norteamericanos, facilitándoles una red muy sólida de proyección cosmopolita (galerías, revistas, instituciones), que contribuye al reconocimiento de creadores como Ed Clark y Luce Turnier, entre otros. París también ofrece a los creadores un espacio de diálogo transnacional que no siempre encuentran en Nueva York y Londres: la solidaridad revolucionaria, indisociable de la cultura militante, subversiva, con frecuencia, en la que participan artistas norteamericanos que tomaron el camino del exilio, artistas franceses nacidos en las antiguas colonias, independentistas de los distintos territorios africanos y franceses de ultramar. En 1969, el Festival Panamericano de Argel reúne a intelectuales, militantes, músicos y organizaciones revolucionarias como el Black Panther Party. El jazz tiene en Estados Unidos su patria fundacional. En el París de los años 50 y 60 del siglo pasado, los artistas norteamericanos huidos de su patria natal y los artistas franceses formados en el jazz-gitano (Django Reinhardt, el mejor guitarrista de la historia del jazz, según Woody Allen) tienen una importancia mayor. Miles Davis tiene un puesto propio en la historia del jazz no solo parisino. Su música está muy presente en la 'Nouvelle Vague' a través de Louis Malle. Charlie Parker, por su parte, rinde un homenaje excepcional, 'Abril en París'. La canción del mismo título, interpretada por Josephine Baker, entre otros, es un homenaje legendario a la capitalidad negra de París. «Tengo dos amores, mi país y París» dice la Baker en otra canción mítica. Siguiendo a un ritmo local propio, París se convertirá en los años 70 y 80 del siglo XX en la capital de las 'nuevas abstracciones'. Las obras de creadores como Diagne Chanel
Gran exposición, importante, sin precedentes: 'París Negro. Circuitos artísticos y luchas revolucionarias' (Centro Pompidou), presentando la obra de ciento cincuenta artistas -escritores, músicos, creadores- descendientes de familias africanas, nacidos en África, Estados Unidos o el Caribe, que convierten la capital de Francia en capital de un proceso mal estudiado en la historia y metamorfosis del arte y las culturas entre 1950 y 2000. Durante los años 30 y 40 del siglo pasado, un grupo importante de escritores francófonos, de paso por París -Aimé Césaire, Léopold Sédar Senghor, las hermanas Paulette, Jane Nardal, Jacques Rabemananjara, Léon-Gontran Damas, Guy Tirolien, Birago Diop et René Depestre, entre otros-, crearon el movimiento de la Negritud . Aldabonazo histórico. Los grandes escritores francófonos reivindicaban una identidad propia, ligada a las luchas anticoloniales. 'París Negro' recuerda ese antecedente capital. Pero va mucho más lejos, reconstruyéndo la historia de los creadores que se instalaron en París huyendo de Estados Unidos, el Caribe o África por razones políticas, sociales, culturales, incluso sexuales. Y encontraron en París el apoyo que les permitió crear y roturar nuevos derroteros para la historia de sus respectivas disciplinas, del surrealismo al jazz, de la literatura revolucionaria a la poesía íntima, de la liberación sexual a las solidaridades transnacionales de los artistas de origen africano. Alicia Knock , conservadora en jefe del Museo Nacional de Arte Contemporáneo (Centro Pompidou) , su equipo y una red de consejeros científicos, americanos, caribeños y africanos han montado una serie de salas especiales, con el fin de presentar el inicio, aventura y aportaciones de ese 'París Negro'. De entrada, 'París panafricano' presenta las semillas parisinas del proceso… Pionero, el escritor norteamericano James Baldwin se instala en París en 1948 huyendo de Estados Unidos por razones sexuales, culturales y sociales. Su personalidad ejerce una influencia trasatlántica. Aimé Césaire, escritor francés de La Martinica, publica en 1950 su legendario 'Discurso sobre la colonización'. Seis años más tarde, el primer Congreso de escritores negros de la Sorbona establece una relación entre el movimiento de los derechos cívicos en Estados Unidos y la descolonización africana. Entre 1946 y 1950, en París florecen los clubs de jazz y se fundan varias editoriales panafricanas. Tras esa presentación, la exposición se detiene en la figura mayor del poeta y filósofo Edouard Glissant , francés nacido en La Martinica , iluminando el puesto de la capital como escuela académica y vanguardista. Todavía estaban presentes los ecos fulgurantes de las vanguardias y el surrealismo seguía siendo profundamente atractivo. El artista cubano Wifredo Lam , entre otros, ejerce de puente entre Cuba, el Caribe francófono y la capital francesa. Artistas como el haitiano Roland Dorcély trabajan en una síntesis entre sus raíces familiares y el canon clásico del arte accidental. Si Nueva York ofrece a los creadores norteamericanos un escaparate capital para el lanzamiento de la abstracción y el expresionismo abstracto, Paris ofrece a los creadores negros de la más diversa nacionalidad la oportunidad de escapar a los racismos norteamericanos, facilitándoles una red muy sólida de proyección cosmopolita (galerías, revistas, instituciones), que contribuye al reconocimiento de creadores como Ed Clark y Luce Turnier, entre otros. París también ofrece a los creadores un espacio de diálogo transnacional que no siempre encuentran en Nueva York y Londres: la solidaridad revolucionaria, indisociable de la cultura militante, subversiva, con frecuencia, en la que participan artistas norteamericanos que tomaron el camino del exilio, artistas franceses nacidos en las antiguas colonias, independentistas de los distintos territorios africanos y franceses de ultramar. En 1969, el Festival Panamericano de Argel reúne a intelectuales, militantes, músicos y organizaciones revolucionarias como el Black Panther Party. El jazz tiene en Estados Unidos su patria fundacional. En el París de los años 50 y 60 del siglo pasado, los artistas norteamericanos huidos de su patria natal y los artistas franceses formados en el jazz-gitano (Django Reinhardt, el mejor guitarrista de la historia del jazz, según Woody Allen) tienen una importancia mayor. Miles Davis tiene un puesto propio en la historia del jazz no solo parisino. Su música está muy presente en la 'Nouvelle Vague' a través de Louis Malle. Charlie Parker, por su parte, rinde un homenaje excepcional, 'Abril en París'. La canción del mismo título, interpretada por Josephine Baker, entre otros, es un homenaje legendario a la capitalidad negra de París. «Tengo dos amores, mi país y París» dice la Baker en otra canción mítica. Siguiendo a un ritmo local propio, París se convertirá en los años 70 y 80 del siglo XX en la capital de las 'nuevas abstracciones'. Las obras de creadores como Diagne Chanel, Clem Lawson, Mary Lovelace O'Neal, presentes en 'París Negro', iluminan corrientes mal exploradas del devenir artístico de la época, cuando otros artistas preferían la afirmación de la identidad, condenada al destierro. Inmigración, luchas suburbanas, tensiones sociales, en Africa y Francia, marcarán profundamente a una generación de artistas, fotógrafos y cineastas formados en París, como Amadou Gaye o Ming Smith. Esa dimensión social de 'Paris Negro' tiene otro capítulo mayor: 'Los ritos y memorias de la esclavitud'. París no solo fue una gran capital cultural, artística. También fue una capital colonial. La obra de artistas como el dominicano José Castillo o la franco-haitiana Élodie Barthélémy, ilustran ese capítulo negro de la negritud transnacional. Un proyecto pedagógico como 'París Negro' tiene muchos otros capítulos y terrenos por desbrozar, descubrir, discutir, completar. Queda lo esencial. Un proyecto muy fuera de lo común, con raros antecedentes, invitándonos a descubrir una historia transnacional, étnica y cultural del arte y las culturas contemporáneas. Alicia Knock, la comisaria en jefe de esta gran exposición, resume algunas de sus aportaciones de este modo: «La presencia negra en París contribuyó a enriquecer los lenguajes e iconografías modernas. En algunos terrenos, como la contribución afroamericana a la historia de la abstracción, en París, es sencillamente esencial. También es importante insistir en la influencia muy mayor del arte afroatlántico en el expresionismo abstracto, a través de las técnicas del 'free jazz', entre otras aportaciones. Otro aspecto social y cultural, conocido, es la importancia del surrealismo en la historia de la descolonización…»
Publicaciones Relacionadas